jueves, 29 de diciembre de 2011

Centro vs. Periferia

Centro vs. Periferia - Editorial del 30 de diciembre de 2011
En el editorial correspondiente al viernes 18 de noviembre próximo pasado, que justamente comenzaba expresando satisfacción porque el tema del anterior había sido tratado luego por el Diario La Nación (tres días después) con un enfoque muy parecido al nuestro, hablábamos de la situación de las provincias argentinas en relación al gobierno central, y a que esa relación era, y se preveía que lo siguiera siendo, de subordinación, porque los gobernadores están "obligados" a canjear lealtad política a cambio de los favores que el Estado Nacional les tiene que brindar para superar su déficit y el pago de sus deudas.
Decíamos allí que en 2010 se concedió un año de gracia a las provincias para que abonaran su deuda con la Nación, pero que no resultaba creíble que ésto se pudiera renovar, ya que debería conseguirse previamente una fuerte reducción del gasto (poco dado en el kirchnerismo) o el incremento de los ingresos. Pero también adelantábamos que ese efecto podría lograrse con la todavía por ese momento reciente decisión de quitar los subsidios, y el también esperable aumento de los impuestos. Tanto para los que conserven la edición impresa, como para aquellos que lo encuentran en el blog, la relectura les permitirá comprender de qué manera hay actitudes que resultan previsibles, y que tanto desde la política como desde el periodismo tenemos la obligación y el compromiso de anticipar.
A esto íbamos cuando decíamos que este gobierno parece más unitario que federal. Ahora resulta más que evidente que el gobierno nacional no tiene ningún interés en romper la relación de subordinación con la que mantiene sujetas a las provincias, en especial a aquellas gobernadas por los que, uno imagina, podrían atreverse a desafiar su poder. Es más, la Presidente dijo que "el plan anunciado forma parte de la sintonía fina" a la que aludió reiteradamente desde que ganó las elecciones de octubre último.
Dentro del acuerdo no se incluyen los distritos que no están endeudados con la Nación. Son La Pampa, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero y la ciudad de Buenos Aires. Con dolor debemos reiterar que Entre Ríos debe más de tres mil millones de pesos a la Nación. Justo Entre Ríos, en la que por mucho menos plata pero por un poco más de dignidad Urquiza se pronunció contra Rosas un 1° de Mayo de 1851. Ya lo dijimos, pero no está de más volver a decirlo, "para crear y fomentar instituciones tutelares, mejorando su actualidad y aproximando su porvenir glorioso, reservado en premio a las bien acreditadas virtudes de sus hijos".
Buenos Aires y el "interior" fueron dos mundos opuestos desde antes de 1810. Las luchas civiles entre unitarios y federales terminaron con la adopción de la forma de gobierno "republicana, representativa y federal", pero la llamada "generación del ochenta" definió un esquema centralista que se perpetúa hasta hoy. Las líneas férreas confluyen en Buenos Aires y ahí se encuentran las principales instituciones políticas y financieras del país.
Todo esto terminó en un federalismo sólo declarado pero siempre inexistente, es decir con el triunfo del unitarismo.
Así es como la política se ha manejado desde Buenos Aires y aún hoy (esto lo estamos escribiendo el día de la firma de la prórroga de las deudas) los gobernadores deben viajar a Buenos Aires para obtener dinero para sus provincias.
Los ingresos genuinos de las mismas no alcanzan para satisfacer las necesidades fundamentales de su gasto corriente. Todo el sector público está afectado por esa falta de financiamiento, sumado a los gravosos presupuestos provinciales que se encuentran en la necesidad de obtener una mayor participación en la recaudación nacional, o estas "graciosas" prórrogas para poder subsistir.
Y eso es así porque la economía argentina se enmarca en un modelo similar al del centro-periferia, donde las provincias juegan de parte subdesarrollada, como productoras de bienes de bajo valor agregado, mientras al centro industrial le corresponde la transformación de aquéllos en bienes finales para el consumo, incluso en esas mismas provincias.
Esta situación de intercambio desigual se agravó con el auge de la economía especulativa, que drenó recursos financieros de las provincias hacia la Capital. No fueron muchas las que consiguieron, en base a pelear por ello, que se radicaran industrias a fin de lograr diversificar sus estructuras productivas.
Esta visión cortoplacista, que nos hace ver con dolor a nuestro gobernador sentado en primera fila en ese acto que más pareció una entrega de regalos de Papá Noel que un reconocimiento a las autonomías provinciales, nos muestra un horizonte incierto y confuso, en tanto y en cuanto las posibilidades de las provincias dependan de la buena voluntad del gobierno central.
Lo que pasa es que a la hora de las elecciones, a nadie se le ocurre preguntar cuál es el modelo de país que queremos, acaso porque sabemos que nadie puede proponer seriamente ninguno.
Nos parece a nosotros que la contradicción fundamental en materia económica sigue siendo la falta de armonización de los desarrollos regionales y la necesidad de encontrar una política superadora en materia de financiamiento, para posibilitar esos desarrollos. Habrá que establecer cuatro o cinco puntos de desarrollo regional, que tiendan a privilegiar la industrialización, sobre la base de presencia de materias primas en los lugares de origen, aprovechando las economías de escala.
Para aquellos que se llenan todavía la boca con la "liberación nacional", les tenemos que decir que aplaudir obsecuentemente como aplaudieron los 17 gobernadores el miércoles, es una clara demostración de que seguimos dominados.
Y como colofón de la intromisión del poder central, ahora se puso como condición para que no se interrumpa el beneficio y se comience a cobrar la deuda, que cada distrito informe, al 29 de enero próximo, la cifra de empleados estatales que posee.
Con dolor vamos a insistir con esta frase de Víctor Hugo, pensada para su genial novela "Los Miserables", frase que si tuviéramos lugar suficiente estaría en la portada como la de Tácito ("Irritarse por la crítica es reconocer que era merecida"):
"Los que dejan que los humillen por temor o facilismo perpetúan no sólo su propia humillación, sino la de sus descendientes. No comprenden que mientras más se dobleguen más los doblegarán. Al contrario, aquellos que no aceptan que los humillen y que no entregan sus conciencias, aunque anden desnudos y tan sólo coman mendrugos de pan, son mucho más dignos que los que se visten de seda a expensas de sus conciencias". Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 22 de diciembre de 2011

Luminarias para todos

Luminarias para todos -Editorial del 23 de diciembre de 2011
En el comienzo de la historia, aquellos que pertenecían a la tribu de David, del pueblo de Israel, debían marchar hacia Belén. De manera que María, hija de Joaquín y de Ana, natural de Nazaret en tierra de Galilea (donde tuvimos la gracia de estar hace pocos meses), la mujer a la que un ángel había anunciado cierto prodigio increíble, y José, su esposo, carpintero, en cumplimiento de una orden romana tuvieron que salir al encuentro de su destino, que sería el destino de gran parte de la humanidad.
Belén era el lugar de la tribu de David, a la que pertenecía José, razón por la cual él marchó, con la caravana correspondiente y su mujer a punto de parir. Tan a punto que, al no encontrar en el poblado lleno de gente lugar donde alojarse, por consejo de algún vecino de buena voluntad, llevó a su mujer, ya con los dolores del parto, a una gruta albergue de animales. En ese pesebre María comenzó su parto, y la historia, sus nuevos tiempos.
Desde aquella noche que ahora conocemos como la Navidad o la Nochebuena han pasado muchísimas noches con sus costumbres y sus modalidades. Se le fueron agregando elementos paganos, veleidades de la modernidad y hasta una suma de elementos más marquetineros y transitorios que religiosos. Pero notable resulta su renovada vigencia. Notable porque en un mundo frívolo como el actual, se sigue apelando a una festividad cristiana que, más allá de tanto adorno, en el imaginario religioso renueva los antiguos rituales que mantuvieron la fe y la esperanza en medio de las persecuciones y las contiendas, según han ido pasando los siglos. Y que para los creyentes significa la conjunción de la humildad, el despojo, la endeblez de un Niño que nace para regenerar al hombre mediante la propia muerte.
Pese a que cada una de las religiones de la sociedad que conformamos tiene un calendario propio y específico, muchas veces encontramos coincidencias que nos sorprenden, aun cuando algunas de ellas sean consecuencia de la influencia cultural. Y cuando nos ponemos a estudiar estas coincidencias, por sobre las diferencias, nos damos cuenta de que ellas indican que la ligazón que provocan sus estructuras no es superficial e incierta, sino intensa y profunda.
Aquellos que hemos intentado acercarnos unos a otros, reconociendo que es justamente esa diversidad cultural y religiosa la que debería enriquecer este mundo globalizado, vamos detrás de la esperanza de que se puedan dar vuelta muchas páginas de la historia conflictiva de otros tiempos, especialmente en aquellos temas compartidos por las religiones que profesa una gran parte de la humanidad.
A modo de ejemplo de esas coincidencias, es que este año las celebraciones judías y cristianas comparten varios días en común, dado que el inicio del cuarto día de Janucá coincidirá con la Nochebuena cristiana (católica y protestante). Candelabros y árboles de Navidad convivirán en esas horas en lugares públicos y en los hogares de los creyentes, como mudos testigos de una era en la que la convivencia es posible.
Janucá quiere decir, literalmente, "inauguración", y hace referencia a la histórica victoria de los Macabeos contra el rey greco-sirio Antíoco Epífanes, quien pretendía imponer sus costumbres politeístas. Los invasores fueron expulsados y se produjo la restauración de los servicios religiosos en el templo de Jerusalén. Este hecho ocurrió hace "sólo" 2178 años, y fue un triunfo que reinstaló la soberanía política y religiosa sobre la tierra de Israel.
Se trata, posiblemente, de la primera lucha por la obtención de la libertad religiosa que registra la historia y es todo un símbolo de que la resistencia a la opresión debe ser transmitida como valor a través de la enseñanza a las nuevas generaciones.
Los ocho brazos (con uno auxiliar) del candelabro utilizado en la festividad recuerdan al así llamado por la tradición judaica "milagro de Janucá", ya que el aceite del Gran Templo, único recipiente encontrado sin profanar, que por lógica pura debía durar sólo veinticuatro horas, alcanzó para ocho días, tiempo necesario para la consagración del nuevo.
Con todo esto queremos demostrar que si bien la Navidad cristiana y la Janucá hebrea tienen muy poco que ver en su fondo, tienen muchas y extraordinarias coincidencias en la celebración, y de ahí justamente el título de hoy.
Juntos, aunque no lo estemos físicamente, encenderemos las luminarias con motivo de las salvaciones, milagros y maravillas que Dios ha realizado con nuestros antepasados en aquellos días y con nosotros en esta época. Estas luces son sagradas para todos durante los ocho días de Janucá y durante la Nochebuena, y no nos es permitido emplearlas de ninguna manera sino solamente observarlas para agradecer y alabar Su nombre por esos milagros, maravillas y salvaciones.
Esto nos debería dejar como enseñanza, o por lo menos esa es nuestra intención al escribir estas líneas y al vivir como vivimos, que los llamados "conflictos religiosos" tienen en realidad muy poco que ver con las religiones. Más aún, nada tienen que ver con el cuerpo doctrinal y moral de los principios religiosos. No es aventurado entonces pensar que muchas necesidades, surgidas del egoísmo y la ambición, se esconden detrás del escudo de esos "conflictos religiosos", hundidos en la parte más oscura y espesa del alma humana y que transforman, malamente, a la religión en medio conductor del odio y del resentimiento.
Nosotros estamos a favor de construir por sobre las diferencias, como decía el logo que definió al Encuentro Multiconfesional del Coros que se desarrolló durante mucho tiempo en Basavilbaso, y cuyas enseñanzas, creemos, fueron olvidadas por algunos.
Por suerte, y justo cuando estábamos preocupados por el texto de una tarjeta comunitaria que nos pareció demasiado poco abarcativa, nos llegó un modelo de apertura y de comprensión religiosa. La gente de Termas saluda a los amigos con un mensaje sobreimpreso por encima de un árbol de navidad que termina en una estrella de David. Imponente gesto que habla más que muchas palabras altisonantes pero que están vacías de contenido.
Sin dudas es la intemperancia de algunos líderes, expresada en el pensar, en el hablar y en el obrar, la que rompe el delicado equilibrio y la armonía que esos mismos principios provocan. El fanatismo se complace en hacer de cualquier tipo de violencia una necesidad.
Confesar una religión, con sus principios y preceptos, es enriquecer la existencia de los demás hombres. Pero confesarla con fanatismo es edificar el muro de la incomprensión.
El fanatismo y la intemperancia proponen la religión como conflicto.
Nosotros en cambio, proponemos el respeto por la diversidad como primer paso para la concordia. Y concordar, es acordar con el corazón, que es lo que debemos hacer en estas Altas Fiestas.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 15 de diciembre de 2011

La esperanza del tren

La esperanza del tren - Editorial del 16 de diciembre de 2011
Acá donde nacimos, el pueblo y nosotros, "a la vera del ferrocarril", todo lo que tenga que ver con el tren nos es tan propio como la vida misma.
Es por eso que nuestra identidad, para bien o para mal, está tan íntimamente ligada a esas vías que nos cruzan como venas abiertas, y que nos proveyeron de alegrías y tristezas a lo largo de los ciento veinticuatro años de vida que llevamos, contados, y esto no es poco, desde que pasó por acá el primer tren. Porque Basavilbaso no fue técnicamente fundada, como no lo fue casi ninguno de los pueblos entrerrianos. No hubo acá un "adelantado" que hundiera su espada en el centro de una plaza de armas, dando formal inicio a la historia. Acá lo que hubo es una muy seria investigación histórica que en los '80 "descubrió" que nosotros estamos acá por obra y gracia del tendido de las vías del tren.
Y así, durante cien años, cada cosa que nos pasaba tenía el color del humo y el sonido estridente del pito de las máquinas a vapor. Todos nosotros, pero en especial aquellos que tuvimos la suerte de vivir nuestra infancia literalmente frente a las vías, tenemos la impronta ferroviaria aunque nuestros padres hayan sido comerciantes, así como los de otros maestros o agricultores.
Y decimos durante cien años, porque a poco de la gran fiesta que celebró el centenario, y con la llegada al gobierno nacional de un peronismo que recuperaba el poder después del Proceso y de Alfonsín, se comenzaron a escuchar las primeras advertencias acerca de la corriente privatizadora que requería, imperiosamente, de la denostación de lo que estaba en manos del Estado, bajo la necesaria (para ellos) calificación de inservible.
La nefasta década del '90, cuyos efectos todavía estamos sufriendo y pagando, arrasó con un servicio ferroviario que si era deficitario y tenía una pesada mochila de retraso tecnológico, no necesariamente debía ser cerrado o concesionado a empresas privadas como se hizo, ante la pasividad de casi todo el arco político, pero sobre todo de los que habían votado al Dr. Carlos Menem (autor intelectual y material de la entrega de las "joyas de la abuela" a sus amigos) y de los que, ya avisados, lo volvieron a votar en 1995, cuando logró su reelección.
Debemos decir esto, previo a cualquier análisis de la realidad actual, porque nada es casualidad, y alguien debe hacerse responsable de lo que hoy nos está ocurriendo. Mirar para otro lado, fea costumbre que tienen algunos políticos, es la mejor manera de no encontrar soluciones.
Los próceres que nos dieron la Patria, incluyendo a los pensadores que precedieron a los hombres de acción y a los hombres de acción que ejecutaron las ideas de esos pensadores, debieron luchar más que contra el dominador extranjero (primero España y después Inglaterra) contra el desaliento y la confusión que difundían aquellos a los que les interesaba seguir dependiendo de alguna forma de esa dominación extranjera. Y eso mismo tuvimos que soportar quiénes sabíamos lo que estaba pasando, en esos fatídicos años '90, cuando propagandistas pagados por el poder, cuyo arquetipo inconfundible fue Bernardo Neustadt, pero hubo otros, ¡claro que hubo otros!, nos hicieron creer que los españoles (¡otra vez!) podían ocuparse mejor que nosotros de los aviones y los teléfonos, y que a los trenes seguramente otros hombres de negocios podrían hacerlos producir, en plata, mucho más.
Hay que releer (o leer, para quien no lo hizo) a Mariano Moreno, cuyo genio político no ha sido superado hasta hoy en el enfoque de los problemas argentinos de fondo, para descubrir los modos propios de actuar de la perfidia al servicio de los intereses extranjeros y de sus servidores locales, que a veces son peores.
En esos atroces '90 (siempre encontraremos adjetivos descalificativos) los rumores desalentadores ganaron la calle y encontraron un campo propicio en la inercia y en el desgano de una clase política que no supo interpretar el sentir popular, o no supo anteponerlo a sus propios y mezquinos intereses personales o de clase. Muchos de los que hoy nos gobiernan se hicieron ricos con la política en esos años, y ahora proponen soluciones. ¡Primero encendieron el fuego, y ahora se las dan de bomberos!
Cuando el por entonces gobernador Sergio Montiel imaginó el primer asomo de soberanía post menemista, animándose a hacer correr un "trencito" por las cansadas vías que van paralelas a la Ruta 20, fueron más los que pronunciaron sus discursos fatalistas y retrógrados que los que acompañaron la "aventura".
Muchos de los distinguidos prohombres que hasta la pasada semana eran figuras públicas de nuestra provincia no solamente se opusieron, y tenazmente, a este proyecto que todavía hoy subsiste, sino que hasta prohibieron a sus funcionarios y dependientes políticos que cruzaran la calle para ir a la Estación. Lo dijimos esa vez y lo volvimos a decir cuantas veces tuvimos oportunidad de hacerlo: el único que se animó, quizás entreviendo el futuro partidario, fue Horacio Fabián Flores, por entonces, si no nos falla la memoria, Secretario de Acción Social de la Municipalidad, seguramente porque comprendió que era bueno estar del lado de la gente.
El folclore basavilbasense, o sea su esencia de pueblo, está ligado al ferrocarril. El "Canto a Basavilbaso", que se convirtió en una especie de himno local, habla de las "vías que nos separan sin desunir", y todos vivimos "al otro lado" de alguna de esas vías. Hay una canción popular judía, cantada en el cocoliche de los inmigrantes, que se sorprende, en los albores del siglo 20, de cómo la gente va a la estación "solo para ver pasar el tren"; y nuestra fiesta local, algo devaluada por la realidad, pero vigente todavía, se llama "del Riel". La campana de la Escuela N° 9 fue durante más de la mitad de su vida un pedazo de ese "fierro" que hace camino al tren, y le dio nombre también al periódico escolar en el que muchos de nosotros empezamos a despuntar el "vicio" de escribir. Imagínese entonces el lector desprevenido la empatía que nos une al sentimiento ferroviario.
Pero de ahí a creer, en pleno siglo 21, que con meras expresiones de deseos vamos a mover un tren, es desconocer la realidad. Y el desconocimiento de la realidad, por parte de nuestros dirigentes con cargos públicos, es sumamente peligroso, ya que supone algo así como cocinar sin saber los ingredientes.
La geopolítica de la Argentina ha sido vulnerada en estos años, y no entender cuál es el rol de Moyano y su sindicato de camioneros, así como el del pool de empresas de transporte de pasajeros por colectivo que nació paralelamente al cierre de los ramales, es ser iluso.
Es mucho más negocio para los empresarios amigos del poder, acá y en todas partes, ganar licitaciones de rutas que se hacen y se rompen casi al mismo tiempo, que tender rieles que duran cien años. E imaginar que la Presidente de la Nación ignora esta situación (y no la de la suspensión del servicio de "El Gran Capitán", que a esta altura es poco más que anecdótico), es ignorar la esencia del poder. Si hasta bautizarlo como "el tren de los pobres" es entrar peligrosamente en una carrera que nos puede llevar, con el mismo criterio menosmalista, a justificar una "escuela de los pobres" (¿ya hay, dice usted?), un "hospital de los pobres", y hasta un "pan para los pobres" hecho con mijo en vez de harina.
Para empezar, alguien tiene que hacerse responsable de lo que pasa. Luego tenemos que buscar las soluciones. Entre todos. Los que estuvimos en la Estación y los que no estuvieron.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 1 de diciembre de 2011

Al Este del Paraíso

Al Este del Paraíso -Editorial del 2 de diciembre de 2011
La novela "Al Este del Paraíso" (East of Eden) de John Steinbeck fue la base de una famosísima película filmada en 1955, con el legendario James Dean.
Steinbeck situó en Monterrey algunas de sus novelas más importantes, como “Viñas de ira” y la que nos presta el título hoy. Nació allí, el 27 de febrero de 1902, hijo del tesorero del condado y de la maestra, en un ambiente de granjeros ricos. Pero Steinbeck se negó a ver las cosas como las veían sus familiares. En lugar de percibir la prosperidad verde de las lechugas y la riqueza plateada de las sardinas en conserva, se obstinó en fijarse en los trabajadores agrarios, mexicanos y okies (los blancos que habían abandonado el Medio Oeste por la sequía y la depresión), y en la injusticia social básica sobre la que se construía la feliz riqueza de los terratenientes.
No es casualidad, entonces, que hayamos elegido hoy este título. Más allá de las meras implicancias geográficas y de las más que meras implicancias religiosas, es real que el este de nuestra ciudad es seguramente el sector más castigado por las diferencias sociales y económicas, pero también por las diferencias políticas.
Si por algo se caracterizaron particularmente estos últimos cuatro años de gestión municipal en nuestra ciudad, es por el abandono y la desidia con la que se trató la problemática del Barrio Pueblo Nuevo en general, y en particular en lo que tiene que ver con el estado de sus calles, veredas, espacios públicos, cunetas, etc.
Los lectores consecuentes saben que las páginas de Crónica se han ocupado especialmente de ese tema, tanto en las noticias que hacían referencia a las dificultades que deben soportar quienes habitan allí, cuanto por la opinión de este editorialista y del más que frecuente colaborador epistolar, Héctor José “Mono” Parinelli.
Entendemos, entonces, que para contrarrestar lo poco y nada que se ha hecho en el lugar, fácilmente apreciable a simple vista en un día de lluvias y en los que le siguen, era este el momento ideal para realizar un análisis preciso, porque estamos a muy pocos días de la asunción de las nuevas autoridades locales, quienes deberán ser las encargadas de nivelar el interés gubernamental por ese sector de la ciudad.
Las características y la magnitud que presentan las actuales condiciones del lugar convergen en tal grado de marginalidad que no dejan dudas respecto a la urgencia con la que se deben encarar las soluciones. La administración que ya fenece utilizó el pomposo nombre de “intervención” para hacer una declaración de principios muy escenificada, pero que nunca se logró llevar a la práctica.
Seguramente las soluciones requerirán de una gran dosis de imaginación, valor muy importante y necesario aún cuando sobre la plata. Mucho se habla de la autogestión, pero nosotros creemos que sin la ayuda de arriba hacia abajo, nada se puede hacer.
Confiamos en que la sensibilidad de quienes fueron elegidos para conducir los destinos de Basavilbaso según nuestro mandato, puedan leer mejor esta situación que cómo lo hicieron los que se van. Silvio Valenzuela, Presidente Municipal electo, estuvo ligado mucho tiempo a Acción Social, por lo que sabe lo que son las carencias. El Prof. Roberto González, que estará a cargo de Gobierno y Hacienda, nació en ese barrio, y Mariano Verbauvede, futuro Secretario de Obras Públicas, vive allí desde siempre.
Aun cuando no creemos que éstas que enumeramos sean condiciones imprescindibles para entender el problema, en este caso no constituyen un tema menor, ya que les resultará seguramente más difícil que a otros desentenderse de la cuestión.
Nos parece que habrá que trabajar mucho acerca de la concientización de los derechos que tienen los habitantes del lugar, a quienes se suele buscar ávidamente para el acto comicial, para olvidarlos casi con la misma inmediatez.
Por eso estamos convencidos de que no alcanzará con la sola entrega material, porque habrá que conjugarla con el incentivo a la autosuficiencia y solidaridad y que tenga en cuenta la dignidad humana para, al mismo tiempo, evitar sentimientos de humillación.
Sabemos que se han hecho algunos intentos a través de algunos planes como el PROSOFA II, cuyo objetivo en principio es asegurar el acceso a servicios básicos a la población de pequeñas comunidades en situación de pobreza extrema, a través de asistencia técnica y financiamiento de proyectos para la construcción, ampliación, refacción y equipamiento de servicios de agua potable, saneamiento básico, salud, educación y pequeñas obras de tipo comunitario, capacitando a la vez a la gente en el uso y mantenimiento de la obras y en el fortalecimiento de la organización y la participación ciudadana.
Esto que es una enunciación textual y muy ambiciosa, a nuestro entender no solamente no se llevó a la práctica en el lugar, pese a estar prevista, sino que incluso quedan muchas dudas acerca de su implementación.
Y la enseñanza que nos deja este hecho es que el Estado tiene que asumir un papel central en el tema, mediante una acción no limitada a actitudes paternalistas y de asistencialismo, que terminarán siendo contraproducentes para la integración que entendemos se debe buscar.
A la hora de comenzar a planificar la acción de gobierno, seguramente habrá muchas cosas para hacer. Cada uno de los lectores tendrá su particular visión acerca de cuáles son las prioridades. Nosotros solamente hacemos nuestro aporte, convencidos de que hay cosas que pueden esperar, y cosas que no.
Y para el caso de que alguien crea que no se puede hacer lo que nosotros proponemos, les dejamos un texto que alguna vez leímos y guardamos, y que hemos puesto en práctica en muchas de las cosas que encaramos:
“La intención es una fuerza poderosa. Proviene de una palabra latina que significa ‘tirar hacia adelante’. La intención es la tendencia inicial de la mente hacia un objetivo. Es la fuerza que impregna el camino y la meta. Una historia de la tradición cristiana medieval ilustra lo que es la intención. Un viajero llegó hasta donde se realizaban unas obras de construcción y vio a dos hombres transportando piedras. Uno trabajaba con desgano. El otro lo hacía contento, entonando canciones. ¿Qué estás haciendo?, preguntó el viajero al trabajador hastiado ¿Es que no lo ves? Cargando piedras, respondió de mal humor. Se acercó entonces al otro trabajador y reiteró la pregunta: ¿Qué estás haciendo? ¡Algo fabuloso! ¡Construir una catedral!, contestó”.
Carguemos, entonces, las piedras. Y construyamos la catedral.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 24 de noviembre de 2011

Un cacho de cultura II

Un cacho de cultura II - Editorial del 25 de noviembre de 2011-11-23
En otra página de esta edición, a raíz de la carta enviada por un poeta local en la cual se queja de la falta de atención a su obra por parte de las autoridades de Cultura de Entre Ríos, puse, como Nota de la Dirección, un comentario que después se me ocurrió ampliar y darle este espacio que, semanalmente, dedico a los temas que considero de interés como para desarrollarlos y compartirlos con los lectores
Entiendo que seguramente hay otras cuestiones que coyunturalmente importan más, y consciente de eso tenía sobre el escritorio algunos apuntes respecto a temas tan diversos como la estampida del valor del dólar, la problemática de la violencia desmesurada con la que se ha atacado a niños en robos o en actitudes derivadas de despechos amorosos, los wachiturros o la realidad de la Unión Cívica Radical, pero la inminencia del recambio de autoridades, y la epístola de Mimo, casi me obligaron a decantarme por la opción de criticar la gestión que se llevó a cabo en estos años en el área cultural de la provincia, y, consecuentemente, como ya habrá advertido el advertido lector, a reutilizar la opción de la primera persona del singular, como para que quede claro que es mi opinión personal la que vuelco.
Resulta poco menos que extraño, y eso es lo que me parece indiciario de la poca importancia que se le asigna desde Paraná a ciertas actividades que se realizan en el "interior", que habiendo recibido el Coro Municipal Magníficat un reconocimiento de parte del Honorable Senado de la Nación por sus cincuenta años de trayectoria, desde la Sub Secretaría de Cultura, encabezada por el Prof. Roberto Romani, no haya habido ningún eco, por lo menos traducido en expresión pública. Cierto es que podrán argumentar que no se enteraron, porque desde el mismo Coro optamos por el bajo perfil, dada la proximidad entre el lauro y el fallecimiento de Miguel Bernik, fundador y director del Magnificat. Pero que no hayamos publicitado el hecho nosotros no quiere decir que no haya sido la obligación de "alguien" hacérselo saber. Claro que lo mismo había pasado ya hace tres años cuando fue Miguel el que recibió el mismo galardón, en carácter personal por su desempeño como Director. Tampoco en esa oportunidad se hicieron eco del logro.
Igualmente no creo de ninguna manera que la razón haya sido la ignorancia, y esto casi parafraseando al Himno a Sarmiento. Me parece que hay una decisión que ha resuelto hace tiempo ignorar a determinadas personas o grupos, esperando quizás que la falta de apoyo y de reconocimiento los lleve al olvido. Y en esto debo ser leal diciendo que, si bien uno esperaba algo distinto de Romani, similares actitudes han tomado casi todos los que lo precedieron. Inútiles fueron las gestiones en estos últimos veinte años para lograr que se tuviera en cuenta al Coro Magnificat para alguna representación provincial en festivales o acontecimientos que así lo requirieran, siendo que Entre Ríos envía delegaciones de ese tipo frecuentemente.
Una prueba de lo que digo lo constituye el hecho de que, en 2009, en oportunidad del aniversario del Tratado del Pilar, iba a ser el Magnificat el que representara a nuestra provincia en un espectáculo coral en el que participarían también dos importantes coros de Santa Fe y Buenos Aires, o sea las otras dos signatarias del Pacto. Si bien finalmente se frustró la realización del evento por las inundaciones que azotaron aquella zona, lo cierto es que tampoco para esa presencia había habido gestiones de la Sub Secretaría. Si hasta el micro que nos iba a trasladar fue conseguido de manera personal. Es bueno decir, ahora que ya no está Miguel para oponerse a tanto detalle, que el coro (y él mismo, con sus casi 80 años) trabajó sin descansar en las vacaciones de verano, a los efectos de cumplir sin ninguna mengua técnica con el compromiso. Aunque Romani iba a formar parte de los festejos, en su doble carácter artístico y de funcionario, nunca pasó por Basavilbaso para vernos ensayar y para dejarnos su aliento. En una de esas, sabedor de las cosas nuestras, hizo suyas las palabras de Yupanqui: "pasé de largo por Basso, detenerme para qué…"
No quiero, o no pretendo, herir susceptibilidades con estas líneas. Y debo decir que lo único que no comparto de la carta de Mimo es su categórica expresión peyorativa de la persona del citado funcionario. De él sólo me ocupa en este caso la ignorancia de una realidad que Miguel soñó y llevó adelante, casi siempre solo, salvando escollos que para otros hubiesen sido insalvables, y formando un grupo que es fiel a su legado como fue fiel a su persona.
Y esa falta de intención de herir susceptibilidades hace también que me resista a hacer comparaciones, que finalmente terminan siendo odiosas, porque pese a denunciar hechos concretos, se desvían en la atención de la gente hacia expresiones falaces como "sangran por la herida". Los lectores que conocen nuestra realidad cotidiana son conscientes de que, pese a esa marginación, el coro ha viajado y cantado por gran parte del país y por algunos lugares del Uruguay, así como, tal lo escribiera Miguel en el curriculum, por la mayoría de las ciudades y pueblos de su provincia. No nos hizo ni nos hará falta un "Tren Cultural" para mostrarnos, porque lo que cuenta es el contenido y no el continente.
Y para aquellos que leen este editorial en lugares lejanos a nuestra "Macondo", con suma benevolencia porque muchos lo reciben sin haberlo pedido, les digo que aunque no conozcan a los personajes de la historia, no creo que les sea difícil imaginarlos o permutarlos por los de su propia realidad. La contradicción entre el centro y la periferia, que se da desde Buenos Aires hacia lo que groseramente se define como "el interior", se repite con idénticos resultados desde las capitales de provincia hacia cada una de las localidades que la forman. No sé quién les ha hecho creer que la aglomeración da derechos, pero hasta ese Vagón Cultural del que tanto hacen gala, y al que inocentemente se publicita desde las coordinaciones o direcciones de cultura de estos pueblos, es un tren solamente de ida, porque lleva su bagaje de sueños en un solo sentido. O por lo menos yo no sé de uno que haya transportado a artistas y a sus obras desde Basavilbaso, por decir, hasta Paraná. Coincido con Mimo que sería interesante que alguna vez se muestre en la capital, o en alguna de las otras grandes ciudades, lo que se hace en el desconocido ambiente cultural del interior. ¿O es que la Identidad Entrerriana no nos incluye?
Y como nos gustan los botones de muestra, esta misma semana ese vagón está en Villa Elisa, y una de las presentaciones estará a cargo del grupo coral de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UADER, ¡de Paraná!
Alguna vez dije que gobernar no es solamente hacer obra pública, o por lo menos no es solamente hacer obra pública de ladrillos y hormigón. Sarmiento aprendió y enseñó a leer debajo de una higuera, y no tenemos por qué no creerle eso a la Historia.
Me alegra muchísimo ver la transformación del edificio de la Luz Obrera, pero más me alegrará que no haya que hacer rifas a vender entre los socios y lectores, para poder comprar libros.
Y ni hablar de lo contento que me pone ver casi terminado el Jardín de mi escuela, "la 9". Pero quisiera que se reconozca el trabajo de los maestros por lo más palpable, que es su remuneración.
Y, de la misma manera, celebro la vida cultural de Entre Ríos y felicito a los que luchan por ella, pero me gustaría que a Dios se le permita atender en todos lados, y no solamente en Paraná.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Republicano y unitario?

¿Republicano y unitario? - Editorial del 18 de noviembre de 2011
Aunque ya nos ha pasado varias veces, resulta satisfactorio, incluso para el propio ego, ver que un medio como el diario La Nación trata, tres días después de nuestro último editorial, el mismo tema para el cual nosotros hicimos una especie de "anticipación".
En efecto, en la edición dominical del diario de los Mitre, estigmatizado por los Kirchner (ahora) como integrante de la "Corpo", se analiza la situación de la provincias argentinas respecto al gobierno central. Obviamente que ellos lo hacen con mucha más información que la que cuenta este editorialista, pero en síntesis los dos apuntamos a lo mismo. Hemos decidido, entonces, insistir con esta cuestión porque estamos a muy pocos días de la asunción de las nuevas autoridades, período en que las mismas se encuentran muy dadas a reiterar la promesa fácil que ya hicieron en las elecciones, perdiendo el punto de mira de los principales problemas que enfrentamos.
Esto se agudiza aún más en el orden municipal y provincial, ya que de ninguna manera pueden reclamar al gobierno central de su mismo partido lo que, en rigor, deberían reclamar. Y conste que somos conscientes del uso del concepto "gobierno central", porque nos parece que esta acumulación de poder nos lleva a una práctica más unitaria que federal, rompiendo la idea no ya de los constitucionalistas del '53, sino más que eso la de muchos dirigentes del siglo 20 que casi literalmente dieron su vida por la idea de la autonomía política de sus provincias.
Nosotros ya habíamos comenzado a escribir esta página cuando fuimos "sorprendidos" por el anuncio del ministro Boudou acerca de la eliminación de subsidios en agua, gas y electricidad a las mayores compañías de combustible, gas, biodiesel y agroquímicos y a los usuarios de Puerto Madero, Barrio Parque y countries.
Pero para ese momento ya teníamos escrito acá que un habitante entrerriano cobra 13 veces menos subsidios que un ciudadano de Ciudad de Buenos Aires. El dato se desprendió de un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, que revela la inequidad en los criterios de distribución desde la cartera que dirige Julio De Vido. Mientras Capital Federal es, lejos, el distrito del país que recibe la mayor cantidad de subsidios al transporte y la energía por habitante, con 2.138 pesos per cápita, en Entre Ríos, el beneficio sólo llega a 169 pesos por persona. ¿Entonces?
Esta quita de subsidios puede resultarle un negocio redondo al gobierno, ya que por una parte el estado se ahorra muchos pesos, pero también, por consecuencia, aumentan los precios y el gobierno recauda más IVA y ganancias de esas empresas. Y además lo hicieron a pocos días de ganar las elecciones, total ya no tiene costo político. Ya se votó. Encima nos venimos a enterar de que durante quién sabe cuánto tiempo estuvimos subsidiando al juego, a los bancos y a los funcionarios K que viven en Puerto Madero. ¡Con razón ganaban las elecciones! Además de la AUH (Asignación Universal por Hijo) resulta que también había una AUR (Asignación Universal por Rico).
Pero el problema es que para enero se viene la quita del subsidio al transporte, y ese sí que alcanzará a todos, incluso al obsecuente que no quiere reconocer los errores.
Pero uno tiene la obligación de decir que, más allá de que esté de acuerdo con esta medida, antes del 23 de octubre los candidatos del Frente Para la Victoria, Cristina Fernández incluida, en sus más que maratónicas cadenas nacionales, en ningún momento dijeron que quitarían los subsidios. Entonces uno puede preguntarse si esta medida la tomó el gobierno que termina o el que está por empezar y al que eligió el 54% del electorado. Aún cuando uno no comparta el sistema y le guste que cada cual abone lo que consume, debe recordar que en campaña ellos fueron los únicos que no hablaron de quitarlos.
Más que lo meramente coyuntural de este anuncio, uno para tratar de interpretar y escribir sobre ello, debe preguntarse qué va a pasar en los próximos meses. Y uno supone que aunque tengan la suma del poder público no pueden continuar de la misma manera, porque por los errores propios y premeditados, tales como el atraso del tipo de cambio, las estadísticas falsas del INDEK, las retenciones a unos y a otros no, el descontrol de los gastos, el pago de la deuda con las reservas, el uso de los fondos de la Anses para "conectar igualdad", se está acabando la fiesta, van a cerrar el salón, y alguien tendrá que pagar las facturas.
Volviendo al tema del comienzo, y porque todo tiene que ver con todo, es sabido que los gobernadores están canjeando lealtad política a cambio de los favores que el Estado Nacional les tiene que brindar para superar su déficit y el pago de sus deudas.
Y esta situación, según los entendidos, se podría agravar ahora por la retracción del consumo al aumentar las tasas de interés e incrementarse el pase de los ahorros de pesos a dólares.
En 2010 se concedió un año de gracia (¡si hasta en eso parece una monarquía!) a las provincias para que abonen su deuda con la Nación, pero no resulta creíble que esto se pueda renovar, ya que debería conseguirse previamente una fuerte reducción del gasto (poco dado en el kirchnerismo) o el incremento de los ingresos. Algo de eso hemos visto ya que sucedió con la quita de los subsidios, pero ahora deberemos esperar también un aumento de los impuestos.
A esto íbamos cuando decíamos que parece tener más de unitario que de federal. Es evidente que el gobierno nacional no tiene ningún interés en romper la relación de subordinación con la que mantiene sujetas a las provincias, en especial a aquellas gobernadas por los que, uno imagina, podrían atreverse a desafiar su poder.
Entre Ríos, para que nos vayamos dando una idea del escenario que nos espera, debe más de tres mil millones de pesos a la Nación. Y pensar que por mucho menos que eso Urquiza se pronunció contra Rosas un 1° de Mayo de 1851, "para crear y fomentar instituciones tutelares, mejorando su actualidad y aproximando su porvenir glorioso, reservado en premio a las bien acreditadas virtudes de sus hijos".
Ya lo dijo José Martí:
Los derechos no se piden, se toman...
No se mendigan, se arrancan...
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

viernes, 11 de noviembre de 2011

La Gran Aldea

La Gran Aldea - Editorial del 11 de noviembre de 2011
Las elecciones del pasado 23 de octubre, y su resultado, pusieron de manifiesto un arrastre de la figura de Cristina Kirchner y su investidura presidencial, por sobre el resto de los poderes.
Consecuentemente con eso, a nuestro entender, se acentuó el centralismo, porque casi todos los candidatos kirchneristas pusieron como bandera la supremacía del poder central, volviendo al programa centralista que definió la llamada generación del ochenta. Ellos pensaron las líneas férreas confluyendo invariablemente hacia el puerto de Buenos Aires y nosotros repetimos en nuestros canales de televisión la programación que nos llega de la Capital Federal, preocupándonos más por los accidentes de tránsito que allí ocurren, que por los que pasan a la vuelta de nuestra esquina.
En la ahora Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentran no sólo las principales instituciones políticas y financieras del país, sino también el kilómetro cero de todas las rutas nacionales.
Y, encima, nuestro gobernador (y casi todos los demás) gobiernan mirando para allá en vez de hacerlo mirando para acá.
Es un hecho incontrastable que después de la Revolución de Mayo de 1810 se acentuó la dependencia política de las provincias, y nosotros tenemos el orgullo, como habitantes de Entre Ríos, de haber sido junto con Corrientes, Córdoba y Salta las primeras que tomaron distancia del poder central. Incluso Salta fue la primera en elegir por sí misma a su gobernante: Martín Miguel de Güemes.
De todas maneras la ciudad portuaria fue siempre, para el interior, la representación del poder español, y sus sucesores criollos heredaron esa imagen. La Historia les dio la razón, puesto que los porteños se consideraron con derechos adquiridos para encabezar la revolución y fijar sus derroteros.
Las luchas entre federales y unitarios llevaron al país a una verdadera guerra civil, que se extendió por más de 30 años. Y también los entrerrianos somos artífices de lo que pasó en 1851, con el Pronunciamiento de Urquza, en 1852 con la batalla de Caseros, y, sobre todo en 1853, con la sanción de una nueva Constitución federalista.
Pese a eso, y seguramente por la desidia de los gobernantes, que no queremos ver repetida ahora, Buenos Aires pasó de tener 187.000 habitantes en el censo de 1869, al 1.575.000 del censo de 1914, incorporando en desmedro del interior obras como vías férreas, agua corriente, desagües, entubamientos, hospitales, bancos, frigoríficos y obras portuarias. Ese desarrollo no fue siquiera comparable al de ninguna capital provincial.
Fue ahí, entonces, cuando comienza a definirse el esquema centralista que se perpetuaría hasta hoy en nuestro país. Los trasportes y las comunicaciones constituyeron la columna vertebral para el desarrollo de la economía nacional. El ferrocarril, que terminaba en Buenos Aires, hizo desaparecer poco a poco las economías regionales que ya no encontraron forma de comercialización de los productos entre provincias, debiendo pasar todo por la gran urbe.
Desde entonces la economía argentina se enmarca en un modelo similar al de centro-periferia, donde las provincias juegan de parte subdesarrollada, como productoras de bienes de bajo valor agregado, mientas al centro industrial le corresponde la transformación de aquéllos en bienes finales para el consumo, incluso en las mismas provincias.
El problema es que los gobiernos provinciales obsecuentes no reclaman ante el gobierno nacional un mejor trato respecto a la Coparticipación Federal, que no es un subsidio, como algunos nos quieren hacer creer, sino la distribución que se hace de la recaudación impositiva.
Pero el sistema se torna perverso, además, en tanto y en cuanto no se aclare nunca la discusión acerca de si el criterio de distribución debe ser devolutivo o redistributivo. En el primero de los casos cada provincia recibe un caudal proporcional a lo que hubiera recaudado por sí misma, y en el segundo, se toman en cuenta las necesidades financieras de cada una, independientemente de lo aportado a la recaudación total.
A pocos días de la muerte de Sergio Montiel, bueno es que recordemos todo esto, porque justamente ahí estuvo la raíz del problema de los bonos en general y de los Federales en particular, más allá del valor agregado que le otorgó en ese momento quién era gobernador, al no “bajar” a los pueblos y ciudades a explicar de qué manera eran expoliados los bienes de la provincia.
La organización jurídica del Estado argentino obedece a la norma constitucional según la cual la Nación “adopta para su gobierno la forma republicana, representativa y federal”, pero parece que eso ahora a nadie le interesa.
Tenemos un fundado temor de que el plan “Conectar Igualdad”, que tiene como costado positivo el hecho de proveer de computadoras tipo netbook a todos los alumnos y docentes, se convierta en otra herramienta de centralización, aprovechándola para mandarnos a decir desde el poder central qué es lo que tenemos que enseñar.
En nuestro archivo tenemos un comentario editorial del diario La Prensa del año 1931, que representaba por aquél momento a los mismos poderosos que hay ahora, quizás con otros nombres y apellidos, y con orígenes no tan “aristocráticos”, en el que, hablando de las radios, diciendo que “son las que anticipan la información de la prensa escrita y permiten que los más alejados habitantes del interior oigan lo que se les quiere hacer llegar desde la Capital, centro emisor de las actividades mentales, políticas, científicas, industriales, llamadas a repercutir en las provincias y gobernaciones”.
Setenta años más tarde las cosas no han cambiado demasiado. Sobran ejemplos de programas de televisión supuestamente federalistas, cuyo federalismo se limita a un simple traslado de equipos y de móviles desde la Capital hacia determinados puntos del país, y generalmente no para mostrar sus realidades productivas, sino más bien sus curiosidades.
Las grandes producciones de la TV muestran una realidad que solo existe en Buenos Aires, y podemos dar fe personal de que no existen las mismas reglas para participar en ciertos y determinados programas para quienes somos del “interior”.
Es claro que esa contradicción de centro-periferia también la sufrimos, casi en la misma medida y con los mismos parámetros, aquellos que vivimos en los pueblos y ciudades de Entre Ríos con respecto a Paraná. Pero ese será tema de otro editorial, porque tenemos respecto a eso mucho que decir.
Y en el Día de la Tradición, terminamos, junto con Martín Fierro:
De los males que sufrimos
Hablan mucho los puebleros,
Pero hacen como los teros
Para esconder sus niditos:
En un lao pegan los gritos
Y en otro tienen los güevos.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 3 de noviembre de 2011

Medio litro de vida

Medio litro de vida - Editorial del 4 de noviembre de 2011
Nunca es fácil la tarea de elegir el tema central de esta página editorial. En primer lugar porque soy consciente del amplísimo espectro de opiniones que representan los lectores de Crónica, pero más que nada por la responsabilidad que significa escribir para un universo indefinido, o sea sin saber quién, cómo y cuándo leerá este texto, en qué circunstancias, y con qué preconceptos.
Pero la cercanía del Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre me llevó a decidirme por éste, con los riesgos que ahora verán que correré.
Entre las anécdotas que se cuentan en los ambientes relacionados con el tema, se suele recordar el caso de una nena de nombre Liz, que padecía una enfermedad extraña a la que sólo podría sobrevivir si recibía sangre de su hermano menor, de cinco años, que había superado el mismo mal y había desarrollado anticuerpos. Con sencillez, le explicaron al chico la situación y le preguntaron si estaba dispuesto. Dijo que, si eso salvaba a su hermana, lo haría. Durante la transfusión estaban en camas paralelas. Cuando el niño vio que la cara de Liz tomaba color, preguntó: "¿En qué momento moriré?" Había imaginado que Liz recibiría toda su sangre y que él le donaba, en realidad, su propia vida.
A pocos días de mudarme yo a Buenos Aires para estudiar Derecho, estando una noche, ya tarde, mirando televisión, veo que sobreimprimen un “llamado a la solidaridad”, con un pedido de sangre 0+, o sea mi grupo y factor. Muchas veces había escuchado esos llamados, pero convengamos que acá en Basso, y con las limitaciones propias de la edad y del contexto, nunca le había dado demasiada importancia.
El hecho es que llamé al teléfono que daban como contacto, ya cerca de las doce de la noche, y al enterarse de mi disposición, pese a que era mi primera vez, casi me rogaron que vaya enseguida, porque era para una urgencia. Nada de ayunas ni de temprano por la mañana. ¡Ya!
Quizás ese comienzo, también dado en camas paralelas, solo separadas por un biombo, haya marcado en mí todo un camino, que continúa hasta hoy y que me ha llevado por casi todos los hospitales y laboratorios de la zona, las más de la veces por pedidos expresos, y las otras porque el paso del tiempo me “obliga” a entregar mi cuota.
Y para mí este hecho atañe a la generosidad, más que a la solidaridad. Cuando uno da lo que necesitan aquellos a quienes conoce o quiere, o de quienes uno es pariente, ”compañero” o colega, uno es solidario. La solidaridad puede, incluso, ser una cuestión a la que uno se vea obligado a través de exenciones impositivas, de contratos, de campañas, de festivales, o hasta incluso puede ser guiada por conveniencias personales como mantener una amistad, un trabajo, una imagen.
La generosidad es diferente. Cuando uno es generoso actúa en favor de alguien aunque nunca haya compartido nada con él, y se le hace un bien pese a que eso pueda debilitarnos. Se da (como dice un proverbio árabe) antes de que se nos pida y, finalmente, se lo hace, incluso, sin que nadie se entere (y de ahí mi reserva al comenzar a escribir sobre este tema) y sin ningún fin ulterior (como obtener ventajas o descuentos). En este punto se toca con el altruismo, término creado por Augusto Comte (1798-1857), filósofo y padre de la sociología. Como enseñamos en nuestras clases de Ética en la Universidad, Comte sostenía que los únicos actos morales son aquellos que tienen como fin el bien del otro.
Una campaña para que la gente done sangre será muy necesaria como activadora de la solidaridad, pero, si sólo queda en eso, el efecto puede apagarse cuando esa misma campaña se cierre. Distinto será si despierta la generosidad. Si logramos que ésta se instale, luego no se necesitarán campañas. Pero no existen los “llamados a la generosidad”, como los hay a la solidaridad. Tampoco al amor, sostén de la generosidad.
Hay que entender que para ser donante de sangre no se requieren facultades especiales; es un acto que va más allá de la condición social, económica o cultural; es una manera real, efectiva, accesible y activa de recordar que somos parte de un todo. Es como un abrazo fraterno pero más. Debería ser una muestra habitual de generosidad, y no requerir de un día especial para recordarlo. La sangre es un símbolo, algo que nos es común, que todos compartimos, que circula sin barreras de idiomas, ni de religiones, ni político partidarias y está exenta incluso de las pasiones futbolísticas, lo cual ya es mucho decir. Uno puede tener sangre “bostera”, pero a la hora de la transfusión ni siquiera eso importará. Cuando la donamos, sin preguntar a quién, por qué o para qué, donamos, simplemente, humanidad. No hay premios por eso, no debe haberlos. "Cuando uno es generoso con la intención de recibir algo a cambio o de obtener una buena reputación o de ser aceptado, entonces no está actuando como un ser iluminado", dice el Dalai Lama. Y sugiere que, acaso, la famosa iluminación no es algo misterioso ni esotérico, que quizá sea sólo una manifestación de la generosidad.
Yo guardo con mucho cariño una lapicera que me regaló la familia de un receptor de mi sangre, tanto como aguardo con mucho cariño el abrazo que me doy, cada vez que nos encontramos, con Juan, con quién reímos juntos cuando tomamos en chiste los supuestos “extras” que recibió en la transfusión. En cada una de las más de sesenta veces que cumplí con esto que ya es una gustosa obligación, y que lo debería ser de todos, algo quedó en mí como resultado.
No soy quién para aconsejar conductas. Pero esta creo que es imitable. Invito a que prueben en la primera oportunidad que tengan. Que pierdan los miedos y los tabúes y que se larguen, sin esperar otra recompensa que la propia satisfacción. Que es muy grande.
Porque como dice Antonio Alejandro Gil en las décimas que tituló “Y en silencio”:
Tiende tu mano al vecino,
porque sí, por elegancia;
que no todo sea ganancia
a lo largo del camino.
Cambia de sabor el vino
cuando no hay con quién brindar...
¿Qué harás con atesorar
y ser opulento en bienes,
si entre tus bienes no tienes
el bien supremo de dar?
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 27 de octubre de 2011

El enemigo de mi enemigo

El enemigo de mi enemigo - Editorial del 28 de octubre de 2011
Aunque respecto al nivel nacional las elecciones del pasado domingo se presentaban sin la menor incertidumbre, casi como lo que los abogados llamamos "una cuestión de mero trámite", para los entrerrianos había algunas dudas en cuanto a quién iba a ser electo gobernador, aunque no tantas como a priori teníamos los basavilbasenses respecto a la persona que ocuparía el rol de ser nuestro mandatario en estos próximos cuatro años.
Por supuesto que con las cartas ya sobre la mesa es fácil pronosticar un poker de ases. Y aún cuando en los últimos días algunos hechos habían generado dudas y certezas, a la vez, hay que reconocer que nadie se atrevía a armar una planilla de resultados como la que hoy tenemos impresa en esta edición, con guarismos tan claros y contundentes. Nosotros mismos habíamos adelantado el orden, pero nunca pensamos en esa diferencia.
Con posterioridad a las elecciones internas del 14 de agosto, y ya con Perla Battilana como candidata del Frente para la Victoria, se podía avizorar un horizonte complicado, teniendo en cuenta no solo las rivalidades existentes entre los peronistas de Busti y los de Urribarri, sino también las propias heridas que el enfrentamiento interno había producido en las filas kirchneristas, dejando en evidencia diferencias de criterio y de formas de hacer política que resultaron difíciles de superar, aún cuando se confiara en que el paso del tiempo curara las heridas.
Así, y mientras públicamente se insistía en el clásico "el que gana conduce y el que pierde acompaña", las puertas no se abrían y tampoco aquellos que se esperaba que entraran demostraban demasiado interés en entrar. Era una especie de "la casa se reserva el derecho de admisión", en la que los patovicas estaban en abstracto y eran como las brujas, en las que nadie cree, pero "que las hay, las hay". Esos que ahora Battilana identifica como responsables de la derrota, asignándoles, elípticamente, "nombre y apellido", desaparecieron de la escena partidaria al punto tal de que los últimos días de campaña resultaron raros sin ellos, tanto por su ausencia de los medios (que los tenían como "clientes" permanentes en los últimos veinte años, por lo menos, en vivo o desde sus teléfonos oficiales), como por la notoria falta que le significó al folclore característico de las veredas, pasillos y galerías de las escuelas en las que se vota en Basavilbaso, acostumbradas a su tránsito permanente y casi arrollador.
Esos datos no son menores, y debían haberse tenido en cuenta desde los espacios estratégicos del FpV, ya que hacer una caravana encabezada nada menos que por el gobernador, con treinta autos de funcionarios y de candidatos, y muy pocos más de votantes convencidos o en vías de convencerse, era un llamado de atención. Casi como un pico de fiebre en medio de un simple resfrío. Y no alcanzaba para justificar el fracaso hablar de la hora impropia de un día hábil. Si así lo eligieron entonces ese es el punto de inicio del error. Casi que les hubiese convenido no hacerlo, porque en la calle se volcaron muchas intenciones de voto a la luz de esa pobreza de imagen.
Por suerte están los editoriales impresos y volcados al blog, y en ellos la referencia que hacíamos, previo al PASO, respecto a que había muchos a los que les costaba entender que, por definición, una democracia es la viva expresión de múltiples voces y múltiples opciones. Lo que acá se intentó hacer, y se pagó muy caro, fue que prevaleciera la opinión de "13" dirigentes reunidos en la sede de un partido, buscando de esa manera mantener a raya el disenso utilizando el poder.
¿Dónde están, entonces, los mil cuatrocientos votos que perdió Perla Battilana en estos dos meses que pasaron entre las internas y las generales? ¿Eran votos peronistas que ahora votaron a Valenzuela, después de haber aprovechado la oportunidad que les dio el gobierno provincial con ese invento que sólo le sirvió a Urribarri? ¿O eran votos radicales a los que, supuestamente, les convenía que perdiera Giordanengo? ¿Y dónde están, entonces, los ¡dos mil doscientos! votos de Giordanengo? ¿Fueron en parte para Rinaldi? ¿Y si es así, cuáles son los votos genuinos de la UCR?
Son demasiadas preguntas que alguien debería contestar, porque el análisis de los resultados también forma parte de la política. No alcanza con felicitar al contrario y decir que no se pondrán piedras en el camino. Si uno se proponía como opción es porque se creía mejor que el otro. Y en ese caso deberá seguir luchando por sus principios y sus ideas durante estos cuatro años, para lograr que se puedan plasmar en hechos. Y si no es así, como nos tememos, quiere decir que las opciones eran meramente coyunturales, y no había nada detrás que las sostuviera. Algo así como un decorado de un estudio de cine, que de frente parece una casa, pero ya al pasar la puerta se puede advertir que es solo una fachada, apenas sostenida por dos tirantes que ya se usaron otras veces en otras escenografías, y que se seguirán usando en tantas más, mientras la ficción supere a la realidad.
Pero lo que también hay que preguntarse, y contestarse, es qué le pasó a la oposición. Tenemos para nosotros que las carencias tuvieron que ver, en general, con la falta de visión, y en particular, en muchos casos, con la falta de talento y de grandeza. También hablamos alguna vez, y dijimos que "quién quiera oír que oiga", que hubo demasiado egoísmo, demasiada perspectiva limitada a no más allá de sus narices y, sobre todo, una falta alarmante de oídos para las necesidades y reclamos de la gente. Lo poco que se propuso no alcanzó para seducir a un electorado que hace tiempo está buscando algo "bueno por conocer", y no lo encuentra. El kirchnerismo ha hecho suya la teoría del "menosmalismo", entonces, como no hay otra cosa, se vota eso. Y si, encima, la oposición produce malas alternativas, la gente elige entre lo que tiene disponible, y decide que no es necesario cambiar, también seguramente porque las opciones que se les brindan se han empobrecido súbitamente, no por fatalidad sino por propios "méritos".
El 1º de Julio de 1896, momentos antes de su suicidio, Leandro N. Alem, fundador de la Unión Cívica Radical, escribió un testamento político y lo dejó bajo sobre, con un rótulo que decía: para publicar. De él se nos ocurrió extraer un párrafo que si bien está fuera de contexto, es sumamente claro: ¡Ah, cuánto bien ha podido hacer este partido, si no hubiesen promediado ciertas causas y ciertos factores! ¡No importa! Todavía puede hacer mucho.
Juan Domingo Perón, que también murió un 1° de julio (1974) y que si bien no dejó un testamento político único, lo dejó expresado en frases y discursos, dijo: "Para conducir a un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista: el conductor siempre trabaja para los demás, jamás para él".
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 20 de octubre de 2011

No te creo nada

No te creo nada - Editorial del 20 de octubre de 2011
No me hace mucha gracia usar el título de un tema de Ignacio Copani, justamente porque él es uno de los protagonistas de la historia de obsecuencia que será el nudo central de la página editorial de hoy. Pero lo voy a utilizar igual porque describe muy bien la postura en la que me encuentro frente a la propaganda política en general, pero básicamente a la del Frente para la Victoria, en sus tres versiones: nacional, provincial y municipal.
Y para ir, como en el método científico, de un marco general de referencia hacia un caso en particular, debo decir que no nos parece que haya habido, previo a esta elección, una autocrítica creíble y razonada ante la sociedad de parte de los partidos políticos.
El radicalismo aún no trascendió el comité como forma orgánica de participación y mal que les pese a muchos, sigue siendo un partido liberal en su organización interna, derramado territorialmente sobre el país. Solo mediante intentos aislados, y en ciertos y determinados lugares, logra insertarse en las estructuras intermedias y formas alternativas de política.
Yo creo que estos modos de participación no alcanzan. No sirve el ciudadano pasivo que convalida o impugna decisiones externas. Así, cada hombre y cada mujer son políticos "ocasionalmente", cuando el sistema los obliga o convoca, pero dejan el ejercicio diario de la política en manos de los "profesionales".
La profesionalización de la actividad política, la inexistencia en los partidos de mecanismos de debate y reflexión que no sean meramente declarativos, y el no ejercicio de la conciencia crítica movilizadora y colectiva son recibidos alborozadamente por una oligarquía que ya no es vacuna, que dispone del uso de importantes medios de comunicación, y que goza de una sensación de impunidad que trasmite y de una acción constante y coherente.
Creo que la campaña para las elecciones internas del 14 de agosto, y con más razón esta que está terminando con miras al acto comicial del próximo domingo, han acentuado esta sensación de inmediatez y de lejanía de los fines que nos impide incorporarnos a una dinámica que permita quebrar los privilegios que, hoy más que nunca, existen en la Argentina.
Aunque alguna dirección política, impregnada de soberbia, se sienta incómoda, lo real es que existen aparatos que no explican a los afiliados los proyectos políticos alternativos ni los integran a éstos, si es que efectivamente existen. El subdesarrollo, la crisis y el corporativismo están también dentro de los partidos populares y hay que destruirlos cotidianamente, aventurándose sin complejos a formas nuevas y progresistas de participación sin dejar de lado, nunca, la militancia política.
Lamentablemente, para muchos de estos dirigentes el poder es solo un hecho puntual traducible en un resultado electoral, y no, como debe ser, un ejercicio constante. Así, muchos van , sin que se les caiga ya la cara de vergüenza, detrás de candidaturas "seguras", y cuentan los votos no para ganar sino para ver si "entran". Así no hay proyecto político que valga, porque no hay movilización, no hay discusión y mucho menos participación. Y cada vez cuesta más incorporar la actividad política a la dimensión cotidiana del pueblo.
El perfil del hombre light que alguna vez describiéramos en esta página, se vio acabadamente delineado en esta campaña insulsa y tan sui generis que no conmovió a nadie. No sé si la razón está dada por la falsa lectura derrotista que muchos extrajeron del PASO, o por la falta de sustancia que se advierte en casi todas las propuestas. Pero lo cierto es que nadie sabe ya para qué vota, y mucho menos entiende la diferencia entre aquellos por los que tiene que votar. La única excepción está dada, en estos pueblos chicos, por la afinidad social que uno puede tener con tal o cual candidato, pero nada que ver con lo ideológico, como debería ser. He visto en estas "caravanas" de últimos modelos que han suplido a los antiguos mitines, a muchos que ahora tocan bocina por los mismos a los que antes denostaban. A estos personajes en política se los llama tránsfugas, y resulta muy difícil (¿imposible?) construir algo sustentable con ellos.
La única enseñanza que creo va a dejar esta elección, por lo menos en nuestra provincia y en nuestro pueblo, es la demostración de que así como es difícil crear mitos políticos que encarnen al pueblo, es tanto o más difícil enterrar esos mismos mitos cuando se vuelven inútiles. Y el mito de la unidad peronista es uno de ellos, en tanto sinónimo de la identidad peronista. El mismo Perón, con su socarronería criolla, solía referirse al tema diciendo: "en el país hay radicales, conservadores, socialistas, comunistas…" Y peronistas, general?, le preguntaban. "Ah, peronistas somos todos".
Hoy el Frente para la Victoria que inventaron los Kirchner, sabiamente, intenta utilizar la fragmentación y la confrontación ideológica, rejuntando todo con el pegamento chirle de la retórica, y sosteniéndose en propuestas pragmáticas que tienen menos que ver con la doctrina que con el estilo político del peronismo.
En los hechos, el triunfo del Frente para la Victoria profundizará, sin dudas, aquellos vicios que tanto se notan en la dirigencia ensoberbecida y en los medios genuflexos. Habrá que buscar con lupa las noticias que nos hablen de la verdadera realidad, y uno hasta dudará de los resultados de los partidos relatados en el Fútbol para Todos, ya que no sonará muy extraño que la desesperación que hoy tienen algunos por chuparle las medias al poder lleve a Marcelo Araujo, terrible exponente de la alpargatería política, a gritar un gol de Cristina cuando menos lo pensemos. La TV Pública, que había amagado con convertirse por fin en un espacio para la difusión de la cultura, en el amplio sentido de la palabra, ha terminado por ser un interlineado de proselitismo hasta en los programas de cocina.
No puedo resistir a la tentación de volver a usar, por enésima vez, la genial frase del genial Víctor Hugo (el escritor francés, no el cada vez más obsecuente relator), que forma parte de la genial obra "Los Miserables" que nunca me cansaré de recomendar:
"Los que dejan que los humillen por temor o facilismo perpetúan no sólo su propia humillación, sino la de sus descendientes. No comprenden que mientras más se dobleguen más los doblegarán. Al contrario, aquellos que no aceptan que los humillen y que no entregan sus conciencias, aunque anden desnudos y tan sólo coman mendrugos de pan, son mucho más dignos que los que se visten de seda a expensas de sus conciencias".
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 13 de octubre de 2011

Blanco sobre negro

Blanco sobre negro - Editorial del 14 de octubre de 2011
Muchas veces dudo al decidir el tema del editorial. Y casi siempre la duda tiene que ver con la reiteración de la materia, sobre todo cuando se refiere a cuestiones de índole religiosa.
El lector conoce mi condición de judío practicante y militante, y es por eso que en ocasiones me parece que un semanario como Crónica debe tratar de demostrar cotidianamente que no responde a un solo sector religioso. Y lo mismo me sucede cuando el tema es político, ya que también resulta evidente mi práctica y mi militancia en el radicalismo. Y así lo hago, aunque no le escapo a la responsabilidad de involucrarme cuando debo hacerlo.
Pero bueno, más allá de mi intención, y cuando pensaba tocar solo tangencialmente esta cuestión, en medio de la satisfacción que le generó a los integrantes del Coro Magnificat, y a mí personalmente, la serie de actuaciones en la ciudad de Ituzaingó, Provincia de Corrientes, en el marco del Itu Coral 2011, necesito imperiosamente profundizar uno de los aspectos, a fin de contrastarlo con otro hecho, ocurrido casi paralelamente, y que, a pesar de que queda en evidencia por sí mismo, adquiere mayor gravedad al compararlo.
Para comenzar por lo grato, quienes hace muchos años formamos parte de la vida coral, sabemos que el hecho de cantar juntos genera, casi por definición, una actitud de solidaridad y compañerismo que excede cualquier tipo de antinomias. Muchas veces he destacado acá, a falta de que otro lo hiciera, la memorable experiencia que significó para quienes integrábamos el Magníficat en el año 1997, entre ellos dos monjas del Instituto Cristo Rey, participar activamente del Día del Perdón en la Sinagoga local, acompañando al oficiante en el canto del Kol Nidre, una de las piezas litúrgicas más caras al sentimiento del pueblo judío y dando marco al resto de la ceremonia con canciones especialmente preparadas para la ocasión, y muchas de ellas en hebreo. Para los que no son "de acá" debo decir que entre las veinticinco personas que en ese momento lo conformaban, el único judío era yo, lo cual ya de por sí resulta significativo.
Paralelamente a eso, y como contrapartida, el mismo coro, con los mismos integrantes, y sin que aquello ni ésto significara para ninguno de ellos una mengua de sus ideales religiosos (diría yo que al contrario), participó de ceremonias católicas y cristianas, ya que su repertorio, por ser una característica propia de los fundamentos del canto coral, siempre tiene obras que encajan a la perfección en la liturgia.
Y fue en ese mismo sentido que el pasado domingo, cada uno de los ocho coros participantes, entre ellos 4 coros paraguayos, cantara en distintas iglesias de la ciudad de Ituzaingó, como cierre de los tres días de actividad artística, y como una manera de devolver a la comunidad el afecto expresado en las salas de actuación. Por tener el Magníficat el plus que mencionaba más arriba, y luego de ponernos de acuerdo con el párroco, entrerriano él, participamos de la misa con cuatro temas: en la entrada, la comunión, la Acción de Gracias y la despedida. La emoción con que lo hicimos fue indescriptible, debiendo destacar yo en este caso que la proporción religiosa se mantiene. Y en un hecho para mí inédito, después de estar cantando desde hace más de veinte años, al terminar la interpretación del Te Deum, dentro de la misa, los fieles se pusieron de pie y aplaudieron. Muchos de ellos a lágrima viva. Como me decía Tati justo cuando estaba escribiendo esto, uno no debe esperar otro tipo de milagros o expresiones de fe. Con eso alcanza.
Terminó la misa, y con toda la gente sin moverse de sus lugares, el Coro cantó dos chamarritas, aprovechando la provincianía del cura, y luego un popurrí de canciones israelíes, obviamente cantadas en hebreo, para culminar con la Canción para el Acercamiento, con esos mismos fieles, el cura y nosotros, tomados de la mano.
Seguramente a muchos les parecerá esto ingenuo. Me hago cargo de que estamos en tiempos en los que se manejan otros valores, pero yo me quedo con éstos. Con la cara de la gente, con las lágrimas de quienes nos conocían y de quienes no, y con los mensajes que recibimos después, que hablan de una emoción que Miguel nos ayudó a traducir mientras estuvo con nosotros, y ahora que ya no está.
Pero…
A poco de regresar, y luego de tres días de "abstinencia" cibernética, lo primero que leo cuando prendo la computadora, es una noticia que me deja azorado, y más, como decía, al compararla.
Específicamente la cuestión tiene que ver con que, en una iglesia de la ciudad de Concordia, en ocasión en que una persona de religión judía (homónima de quién esto firma) acompañó a una amiga enferma a misa, se encontró con un cura que, (ahora dice que fue sacado de contexto) expresó: "los judíos son tan mentirosos que tienen el alma podrida hasta los huesos".
No importan ahora las explicaciones. Por lo menos a mi no me importan. Fui criado en un ambiente de comprensión (no de tolerancia, que no es lo mismo) hacia el otro, y así viví toda mi vida. Y aprendí que el que piensa en forma discriminatoria, no tiene perdón a la hora de pretender explicar que no quiso decir lo que dijo. Y para esto, así como Miguel me sobrevuela para conseguir sacar agua de la piedra en esta nueva versión del Magníficat, mi padre me recuerda que no hay manera de que uno diga lo que no piensa.
Ya resulta intrascendente que finalmente actúe el Inadi o que el párroco deje por un tiempo de dar misa. Tampoco hace a la cuestión que el obispo de Concordia, monseñor Luis Collazuol, señale que el presbítero le comunicó que no "estuvo en su ánimo y en sus palabras" ofender, y que la denunciante estaría "descontextualizando" lo expresado por el sacerdote.
A mí me parece patético que alguien pretenda explicar la frase "los judíos son tan mentirosos que tienen el alma podrida hasta los huesos" a partir de la falta de ánimo de ofender o de una supuesta descontextualización. ¿¡En qué otro contexto que no sea demencial se puede decir una cosa como esa!?
Solo faltó en esa pretendida justificación la tan mentada frase "tengo un amigo judío", aunque el obispo indicó su "respeto y el del sacerdote Belli a la comunidad judía de significativa presencia en nuestra región".
Y también sé, muy bien, que la discriminación igualmente puede ser inversa. No todos militan de la misma manera la relación interreligiosa. Seguramente para muchos de los míos algunos dichos y hechos aquí relatados constituirían casi una "herejía", y no faltarán casos en que se haya invertido el orden de los factores, y el sector que ahora es víctima haya sido victimario de hechos discriminatorios, aunque no con la condición de hacerlo desde una mayoría.
Y termino con Albert Einstein:
¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

lunes, 10 de octubre de 2011

¿Cuándo comienza la vida?

¿Cuándo comienza la vida? - Editorial del 7 de octubre de 2011
La carga moral que rodea al aborto, y que impregna su penalización, proviene de identificar la interrupción voluntaria del embarazo con un homicidio, es decir, con la destrucción de la vida humana.
Entonces, la primera pregunta que nos debemos hacer es, obviamente, ¿puede considerarse al óvulo fecundado como vida plena? Y, en todo caso, ¿cuándo empieza realmente la vida humana?
Tales cuestiones encuentran respuesta más bien en la filosofía, los dogmas o las ideologías que en la ciencia misma. Hasta la propia Iglesia católica ha variado su concepto doctrinario con el tiempo. En la Edad Media, Tomás de Aquino y otros teólogos sostenían que no podía hablarse de homicidio si no existía el alma, hecho que solo ocurría a los cuarenta días de crecimiento del embrión masculino y los ochenta días del femenino. El Papa Pío IX suspendió, en 1869, esa diferencia entre feto animado e inanimado, y el aborto volvió a considerarse asesinato en cualquier estadio del desarrollo embrionario, perspectiva que perdura actualmente.
Científicos vinculados a la cosmovisión católica coinciden en este punto de vista, sosteniendo que tachar al embrión de ser humano incompleto es tanto como decir que el niño, antes de la pubertad, no es un ser humano.
Incluso una revista dirigida por jesuitas franceses, en un artículo publicado en la década del '70, diferenciaba tres categorías: la vida en el sentido biológico más general; la vida humana, propia de nuestra especie y la vida humana humanizada, resultante de relaciones sociales adecuadas. El texto argumentaba que el objetivo de la procreación es la vida humana humanizada, y sobre esas bases aceptaba el aborto legal y restringido cuando el nacimiento no estuviera en condiciones de garantizar una humanización mínima.
En nuestra cátedra de Ética y Deontología solemos analizar ésto como un dilema moral, que se presenta ante el razonamiento de manera similar al más simple del huevo y la gallina. En verdad tienen algo de razón los que opinan que la vida no empieza, sino que se trasmite mediante los ciclos reproductores de los que son parte esencial el óvulo y el espermatozoide, ambos vivos y ambos igualmente humanos en la medida en que contienen el mensaje genético, la potencialidad del ser humano.
Desde ese punto de vista no sólo el feto, sino el embrión y su estado anterior, el cigoto, y aún antes, el espermatozoide y el óvulo, serían vida humana potencial pero no persona humana. Así, sería tan absurdo hablar de homicidio en el aborto como suponerlo en el método Ogino (autorizado por la Iglesia) que planifica la paternidad por abstinencia voluntaria en el período de ovulación y condena así al ovulo a la muerte celular por falta de fecundación.
Nos concedimos el derecho a hacer esta introducción de tono científico, en la seguridad de que se está dirigiendo, interesadamente, la discusión por un terreno equivocado. Pareciera que lo que se pretende es decidir si uno está o no a favor del aborto, cuando la cuestión pasa por si uno está o no a favor de una ley que lo despenalice. Salvando las distancias, y volviendo el tiempo atrás, cuando se discutió la cuestión del divorcio vincular, parecía que la voluntad de votar una ley que lo permitiera, concluiría en una catarata de acciones judiciales en tal sentido, que "corromperían la esencia de la familia". Sin embargo eso no fue así. Si bien en los primeros tiempos la estadística demostró que hubo muchos casos, solo fue para judicializar situaciones de hecho que venían ya de varios años, y que, incluso, incrementaron también la estadística de casamientos, como resultado lógico. Hoy en día, y más allá de cuestiones culturales que no dependen de una ley, no hay más casos de divorcios que los que se originan en las peleas de pareja.
No creemos que alguien pueda cometer la inconsciencia de quedar embarazada sólo para abortar. Y en caso de que eso sea posible, nada le impide hacerlo ahora. De hecho, la diferencia está en que, existiendo la ley, encontrará un sustento sanitario adecuado para hacerlo. No es que porque esté prohibido haya ahora un guardián que esté custodiando celosamente la prohibición de abortar, ni que, a contrario sensu, la sanción de la norma vaya a generar un libertinaje abortivo.
La realidad indica que, ilegal y clandestino, el aborto es una de las operaciones que más se practica en la Argentina. Según los datos, con la verosimilitud que uno puede otorgarles teniendo en cuenta esas dos condiciones de ilegalidad y clandestinidad, se verifican en el país más de 300 mil abortos por año, o sea casi uno por minuto, involucrando a mujeres de todas las zonas y clases sociales. Obviamente que las condiciones en que se realizan, en cuanto a seguridad, higiene y profesionalidad, varían sustancialmente de acuerdo con la capacidad de pago, ya que por algún lugar de ese territorio económico cruza la línea que separa la vida de la muerte, y los traumas ginecológicos duraderos de la aséptica "cirugía menor".
Pero más allá de su concreción exitosa o no, el aborto resulta siempre una operación psicológicamente traumática. ¿Qué es entonces lo que empuja a decenas de miles de mujeres a padecerlo hasta con recurrencia? Seguramente que no la existencia de una ley que lo impida o lo permita. De hecho estas operaciones no se multiplican en los países donde la represión se debilita. En Latinoamérica, cuyas leyes son por lo general prohibitivas, el número de abortos duplica el de Estados Unidos, donde la gestación puede interrumpirse.
De estos hechos parece surgir la necesidad de un sinceramiento, en que nosotros estamos embarcados hoy desde esta página. De un lado el requisito indispensable de hablar con mayor franqueza de la sexualidad, y generalizar el tratamiento del tema en las escuelas, desde los últimos niveles de la primaria.
Además, es sumamente necesario reconocer que la hipocresía en materia de métodos anticonceptivos tiende a ampliar la "cosecha" de abortos. La ausencia de un enfoque abierto sobre el aborto mismo, la persistencia de una actitud represiva y negadora solo niegan, en verdad, la posibilidad de que quienes se ven empujadas irremisiblemente a interrumpir una gestación lo hagan en condiciones adecuadas, en ambientes limpios, y sometidas a la atención de profesionales comprensivos.
Por cierto, eso no es sencillo de conseguir. El aborto supone una discusión muy traumática sobre la vida y la supresión de la vida, y esta no es una materia apta para las abstracciones o las actitudes neutras.
Y somos quizás los hombres los que estamos más obligados a tratar este tema con respeto y consideración.
Y por eso, otra vez debemos recurrir a Sor Juana Inés de la Cruz:
"Hombres necios que acusáis
A la mujer sin razón
Sin ver que sois la ocasión
De lo mismo que juzgáis".
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 29 de septiembre de 2011

Simbolismos

Simbolismos - Editorial del 30 de septiembre de 2011
Algunas de las cosas que sucedieron y me sucedieron en este año 5771 del calendario judío me llevaron a elegir este tema para la página de hoy, que es a la vez última y primera.
Lo que me pasó a mi tiene que ver con haber estado en la tierra de Israel, y haber podido completar, luego de seguramente más de la mitad de la vida que tendré, la formación judía que recibí de mis padres y de la tradición.
Y entre las cosas que sucedieron, quiero rescatar una de la que fueron testigos mis hijos en Santa Fe, en la noche del comienzo de las celebraciones, o sea este miércoles, cuando en la sinagoga de esa ciudad concelebraron la ceremonia el oficiante de la comunidad junto a dos pastores evangélicos y el emblemático Padre Axel, cura de la Parroquia de Ntra. Señora de La Merced y muy conocido, además, por su fanatismo por Colón. De ese gesto que quisiéramos alguna vez poder ver acá, y que sin embargo solamente tuvo un prólogo con la participación del Coro Magníficat en el Día del Perdón de 1997 (nunca se volvió a repetir la experiencia), debo resaltar lo que a quienes me lo contaron les quedó íntimamente grabado. Dijo el sacerdote: "que este año que hoy comenzamos nos encuentre a todos juntos", en una síntesis del pensamiento que viene primando desde Juan Pablo II hasta esta parte, mal que les pese a muchos agoreros.
Es significativa la presencia de estos representantes religiosos de otros credos, sobre todo al reconocer una herencia común, basada en la característica distintiva del pueblo judío de esa fuerza espiritual que determina su semblanza, devenida de sus hechos históricos, de sus leyendas poéticas, de sus sucesos heroicos.
Esa tradición, que en estos días nos está llevando a recordar que estamos en un Año Nuevo (Rosh Hashaná 5772) es la que nos otorga a cada uno de nosotros, y a la grey, un poder de cohesión fundado en un pasado de defensa de los ideales y de convicciones espirituales que se plasman en sueños y en esperanzas comunes.
Esas tradiciones están vertidas, en su mayoría, en las Sagradas Escrituras, o son consecuencia de su estudio e interpretación. Y no es un dato menor que las celebraciones judías sean las que le otorgan una fisonomía especial a esas tradiciones.
Entre esas celebraciones, la que nos toca de cerca hoy es la que se refiere a la Iniciación del Año (Rosh Hashaná significa eso en hebreo) y del período de diez días de expiación, los más austeros y penitenciales del culto, así como los más sagrados.
La fecha y la cantidad de años que se reconocen, tienen que ver con la creación del mundo. Pero la cosa no termina ahí. De conformidad con la concepción religiosa del judaísmo, en estos días todas las criaturas humanas (no solo los judíos) son sometidos al juicio divino como también, simultáneamente, al juicio de su propia conciencia. La suerte de todo ser humano está echada mediante ese análisis introspectivo, del cual cada uno es su propio Tribunal.
Son, entonces, estas dos jornadas de iniciación del nuevo año, plenas de dramática ceremoniosidad de la liturgia, impresas en las páginas del Majzor o libro de plegarias, que ha retenido su validez en el curso de los años, y, pese a la modernización, el mismo que uso yo usan mis hijos, usó mi padre, y su padre y el padre de su padre. Es que en sus páginas figuran en elocuente síntesis los lineamientos esenciales de las ideas filosóficas y éticas de esa tradición de la que hablábamos más arriba.
Para los judíos Dios no es tan solo el que llamamos "Adón Olam" (Señor del Universo), sino también aquél al que le dirijo mis plegarias con la misma familiaridad con la que lo haría con alguien que está muy cerca. En suma, es la fe en un Dios que no está en lo remoto, un Dios que me escucha de una manera directa, sin intermediarios, y me responde del mismo modo, pero a través de mi conciencia.
Y lo que es más trascendente, y eso seguramente ha sido advertido por quienes tuvieron la idea que destacamos al comienzo, es que por ser el Dios de Israel no es exclusivamente el Dios de los judíos, sino que es el Dios universal. Es por eso que es un deber del judaísmo bregar porque se restaure la fraternidad humana que se ha malogrado por los desvaríos de los hombres.
Una amiga me saludaba para estas fiestas augurándome que "durante tu plegaria matutina hayas escuchado el Shofar". Y es que su tañido es el que da lugar a uno de los momentos más sugestivos y conmovedores de la celebración, contemplada con un no disimulado recogimiento. El ronco sonido del cuerno de carnero nos hace vibrar las fibras más intimas del corazón, llevándonos otra vez a nuestra niñez, cuando era casi solamente eso lo que nos hacía permanecer en la sinagoga, todavía sin comprender el significado de esta pertenencia.
Es, o por lo menos debe ser, ese el momento en que los corazones de los fieles compendian el anhelo de paz y buenaventura para todos los hombres y todos los pueblos, presagiando días venturosos aún cuando, y esa es otra de las cosas que pasan por estos días, nuestro tiempo se presente enturbiado por nubes que engendran la idea de estériles enfrentamientos en la Tierra Prometida.
Y acá debo recordar (justamente la palabra recordar quiere decir "volver al corazón") que fue el profeta Ezequiel el primero en nombrar a estos días como Rosh Hashaná. Ezequiel vivió en el destierro babilónico y fue un soñador del retorno al terruño perdido. Ese terruño que desde los aviesos propósitos de la política internacional se pretende ahora incorporar al "patrimonio universal" y dividir según criterios de conveniencia económica y fundamentalista. Si hasta el canciller argentino, Héctor Timerman, se sumó a la desaprensión con la que se manejó el tema de los derechos de los palestinos, ignorando la Historia y los designios bíblicos.
Como síntesis de esta página, y como resumen de los tres sentimientos (el de mi presencia en Tierra Santa, el del deseo de unión entre los hombres y el que protege la existencia del Estado de Israel) que me llevaron a escribirla, quiero coincidir con el Padre Axel en el ultílogo:
"Si te olvidare, oh Jerusalén, olvídeseme mi diestra. Péguese mi lengua al paladar si no te recordare, si no alzare a Jerusalén a la cabeza de mis alegrías" (Salmo 137, 5-7).
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 22 de septiembre de 2011

La certeza de la incertidumbre

La certeza de la incertidumbre - Editorial del 23 de septiembre de 2011
Alguna vez expliqué acá lo que es un oxímoron, pero por las dudas volveré a decir que es un término de origen griego que consiste en unir en una expresión dos conceptos opuestos. Un ejemplo sería "un instante eterno" o, también, "hacer la vista ciega". Por supuesto que es un oxímoron el título de hoy, dado que el sentido literal es absurdo (esto de tener "certeza de la incertidumbre") pero lo que intento es forzar al lector a buscar un sentido metafórico, o sea trasladar el sentido recto de las palabras a otro figurado.
Y todo porque tengo la absoluta seguridad de que no me gusta el pensamiento único. Y también la certeza de que Cristina ganará las elecciones del 23 de octubre. ¿O debería haber invertido el orden de las frases?
Es por eso que tengo la intención de dedicar los editoriales políticos de estos días a expresar mi opinión respecto a la existencia de algunas cuestiones que ponen en peligro la calidad institucional y democrática de los próximos cuatro años de gestión del gobierno nacional.
Hace un tiempo un amigo furiosamente anti peronista me mandó un archivo digital que tiene escaneadas las páginas de un libro de lectura de la escuela primaria de los años '50, de uso común, aunque no sé si obligatorio. En el mismo cada tema contiene un panegírico de Eva Perón, indudablemente un personaje de los más importantes de la historia de nuestro país, indiscutido para los peronistas, pero no tanto para los que no lo son.
Esto no debería llamar la atención, digo, lo de que un personaje histórico no deba ser indiscutido, ya que acá, por ejemplo, en nuestro propio pueblo, en nuestra propia provincia, hay notorios dirigentes políticos que no cantan la "Marcha a Entre Ríos" para no decir "la Entre Ríos que Urquiza soñó", pero a la vez pretenden que Evita sea venerada aún por aquellos que no aceptan la razón de su liderazgo. Hay que reconocer que aún en los momentos más altos de popularidad del peronismo, en las elecciones en las que ganó por una abrumadora mayoría, hubo un 40% de la gente que votó en contra. Y no puede existir un pensamiento único avalado "solo" por algo más de la mitad de la ciudadanía.
Y digo todo esto porque, hace unos días, la Presidente, luego de recomendar la película argentina "Juan y Eva", se preguntó, retóricamente: "No sé si filmarán la película de Néstor y Cristina; fue una gran historia de amor". Mal augurio para los próximos cuatro años, ya que la obsecuencia, que no es un punto de equilibrio para ellos, seguramente ya está llevando al Instituto Nacional de Cine a plasmar el proyecto.
Y es precisamente ese oxímoron del título el que me lleva a profundizar en las contradicciones que tiene este modelo de país que nos está proponiendo el kirchnerismo, en el cual tenemos la Asignación Universal por Hijo, todavía imperfecta pero liderando seguramente en el mundo la opción de solucionar los problemas de los más necesitados, pero también tenemos a los funcionarios enriqueciéndose escandalosamente, y aumentando en proporciones geométricas sus declaraciones juradas, sin importarles ni un ápice las explicaciones que algunos les pedimos.
Y acá calza justo otro aspecto de la incertidumbre, ya que la tarea de denunciar estos hechos correspondería a la oposición, que ciertamente está actualmente tan devaluada que sus representantes ni siquiera se ocupan de traducir en hechos políticos la expresión del desacuerdo que le manifestaron aquellos que los votaron.
No es casualidad tampoco que este gobierno haya tomado la decisión de luchar contra los medios, ya que es evidente que es a través de ellos que se logra saber por lo menos algunas de las cosas que pasan. Y eso por encima de la cuestión del monopolio de Clarín o de la postura reaccionaria de La Nación. Eso es indiscutible, pero no creo que haya sido la razón por la cual primero Néstor y luego Cristina arremetieron contra ellos. Simplemente los Kirchner entrevieron la decadencia de la política y se adelantaron a los hechos. No hacía falta deslegitimizar a la oposición. Ella se deslegitimizaba sola.
Lo que pasó es que, de repente, y cuándo más hacía falta ganar espacios, los políticos se convirtieron en meros oradores. Enhebradores de palabras y de vacío metafísico. Empezaron a hablar tan, pero tan bien, que se olvidaron de hacer algo por la polis, la ciudad, la sociedad.
Y esa convicción de que es fácil ser político en estas tierras, ya que con saber hablar, basta, y con repetir lo mismo durante largos años se afianza la versión de que ese sujeto es fiel a sus ideas, que nadie se da cuenta de que, en realidad, hace rato que dejó de pensar. Además, nadie oye a nadie, y mucho menos escucha. Eso ayuda.
Entonces la política pasa a ser una emulación de las ONGs y de las cooperadoras escolares, y de ahí empieza a nutrir sus filas. De gente con las mejores intenciones, pero sin la formación necesaria para entender las causas y los efectos. Y no por falta de cerebro. No. Por supuesto. ¡Por falta de militancia!
Cuando leí "Las Fuerzas Morales", de José Ingenieros, me quedó marcado un párrafo que subrayé, y que cada tanto le leo a mis alumnos. Me parece que viene bien también para aclarar un poco esta confusión acerca de qué es la política. "En la historia viva los servidores de un despotismo no son iguales a los rebeldes que lo combatieron, ni se confunden los que medraron del error con los que inquirieron la verdad, ni se asemejan los que lucraron de ocultar sus principios con los que sufrieron por serles fieles".
Seguramente cada uno de ustedes encontrará el sayo y a quién ponérselo. Yo solamente sugiero leer entre líneas la absolución de Carlos Menem y todos sus cómplices y encubridores por la causa de las armas, que terminó siendo un absurdo contrabando sin contrabandistas, o preguntarse quién lo puso a Sergio Schoklender de apoderado de las Madres. Ahora nadie quiere recordar que hasta marzo aparecía en los actos junto a funcionarios K que lo vitoreaban y hoy miran al costado. Tenemos una política de avanzada en el tema de los DDHH, pero el manejo de los fondos de la Fundación es turbio y roza más que tangencialmente el manejo de la campaña política de Cristina. ¡Y esa es otra de las incertidumbres de las que no quiero tener certeza! Porque si lo dicen los medios denostados por el gobierno, entonces es mentira. Y, mientras, la prensa oficialista calla.
La mención a las ONGs y a las cooperadoras no es en absoluto peyorativa. Es más; quien esto firma ha dado años a unas y a otras. Es solo que la militancia en un partido es la única que enseña que los más altos problemas de filosofía política giran en torno de la voluntad atribuida a mayorías que no tienen ninguna, porque se limitan a servir a quien detenta la máquina del poder.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 8 de septiembre de 2011

La razón y la ignorancia

La razón y la ignorancia -Editorial del 9 de septiembre de 2011
Esta semana es la previa al festejo del Día del Maestro, que por esas cosas de nuestra muy argentina actitud necrófila, "celebramos" justo el día en el que murió Domingo Faustino Sarmiento, del cual nos inculcaron como referencia que es el "padre del aula".
Pero también en esta misma semana los docentes entrerrianos (quienes ejercemos la docencia), estamos renovando nuestro enfrentamiento con el gobierno (enfrentamiento que más allá de algunas cuestiones ideológicas referidas a la contradicción permanente, nosotros no buscamos) en este camino de "pretender" que se nos reconozcan salarios dignos.
En más de veinte años ininterrumpidos en el aula, intentando formar seres humanos preparados para vivir en sociedad y tomar parte en las instituciones, venimos enseñando y machacando, si se nos permite la expresión, acerca de la necesidad de que los Derechos Humanos se apliquen en todas las etapas de la vida como un aprendizaje teórico y una práctica cotidiana.
Asistimos permanentemente, por la manifiesta predisposición que demuestra nuestra Presidente de la Nación a hablar por cadena nacional, obligada o sugerida, a referencias ideológicas a la defensa que esta gestión hace de los DDHH, aprovechándose de la circunstancia tan grabada a fuego en una sociedad que estuvo muchos años signada por el autoritarismo y por una educación dogmática que nunca se permitió la crítica, y mucho menos la autocrítica.
Lo que nosotros decimos es que estamos ya bastante cansados de que nos indiquen cuáles son nuestros derechos, pero que luego ellos mismos resulten remisos a practicarlos.
Y eso que desde la docencia se ha hecho de este tema casi un apostolado, ya que en el mismo tiempo en que la dirigencia política se rasga las vestiduras teatralmente, para luego hacer lo contrario de lo que pregona, nosotros hemos asumido casi como un complejo de culpa algunas desviaciones en el trato con los chicos, volcando hacia el diálogo entre educadores y educandos esfuerzos que antes se traducían en gritos.
Obviamente que los que llevamos tantos años enseñando, aún cuando no nos hayamos formado específicamente para ello, sí hemos recibido nuestra propia educación a partir de la aceptación, sin cuestionar ni discutir, de las órdenes que llegan y deben cumplirse mecánicamente.
En esa escuela tradicional, que todavía se intenta mantener, aún detrás de discursos "progres", el conocimiento aparece como algo acabado, cerrado, muerto. Más que aprehenderlo (está bien escrito, porque no quiere decir lo mismo que aprender), se lo registra como algo paralizado, como un mecanismo en el que el maestro explica y el alumno memoriza y repite para ser evaluado. Y mientras tanto la realidad demuestra que la vida es pura dinámica.
Nosotros estamos convencidos de que al sistema que nos gobierna esto le conviene. Le resulta más apto que la escuela esté impregnada de individualismo y de aislamiento. Que cada docente se ocupe de su curso y de sus alumnos. Que el director no abandone nunca su actitud jerárquica ni baje a compartir con sus colaboradores todos los aspectos de la vida de la escuela. Por eso avala y propicia actitudes de "buchoneo" y de denuncia, bajadas como ejemplo a seguir desde ciertos organismos de conducción, en contra de expresiones relacionadas con la solidaridad y la comunicación entre pares, que constituyen una clarísima manifestación del ejercicio vivo de los Derechos Humanos.
Seguramente esta realidad, unida al hecho de que hemos sido escasamente reflexivos respecto de los abusos que se cometieron en nuestra historia, que como el análisis mismo de la vida de Sarmiento lo demuestra, ha sido signada por los héroes de bronce y de mármol, resulta poco menos que urgente incentivar la participación de todos, siendo imposible pensar hoy una escuela como un medio aséptico y neutral donde la polémica esté prohibida. Y no es que estemos a favor de una excesiva horizontalidad, pero sí a proponernos como objetivo claro el de formar a mujeres y a hombres que conozcan sus derechos y sean capaces de defenderlos para ellos mismos y para los demás.
El paro no siempre es la mejor herramienta para enfrentar los desatinos del gobierno. Pero así como los que ahora tienen el poder económico y político nos han hecho creer que estamos viviendo una época de adelantos y progreso humano, cuando realmente todos se dan casi exclusivamente en el campo del desarrollo de la materia, haciendo nuestras existencias más cómodas o más peligrosas, según se mire, pero sin ayudarnos a trascender espiritualmente en la vida, también es evidente que en este modelo el discurso cede ante los hechos, ya que el gobierno provincial ni siquiera se detiene a tratar de entender las razones, metiéndose de lleno en la noche para militar la ya célebre frase "día no trabajado, día no cobrado", que sirve para todos menos para ellos mismos.
No resiste ningún análisis la vulneración del derecho constitucional de huelga, porque si pretenden reglamentarlo a su manera, nosotros podríamos estimar que se puede hacer lo mismo con otros derechos, tornando ilusoria la idea de que vivimos en una República. No hay razón válida para justificar ese exceso por parte de quienes se dicen "nacionales y populares", sobre todo porque se nota clarito cuando escupen para arriba, aunque a ellos ni siquiera les importe su propio enchastres. Este año sembrado de elecciones ha demostrado que la regla tan preciosa que muchos de sus adláteres se ocupan de hacer cumplir, avasallando a sus iguales y olvidando de dónde salieron, no vale para ellos, que constituidos en candidatos o en soportes de candidatos, para poder prolongarse en el tiempo del poder, no hesitan en visitar sus lugares de "trabajo" muy esporádicamente, dejando a la ciudadanía atónita frente a tamaño desparpajo y a la elevación a dogma del "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago".
Y, para peor, además de no cumplir para nada con los derechos humanos que tanto preconizan, están utilizando como moderno método de tortura el descuento en los salarios, jactándose luego del bajo acatamiento, conseguido, si es que es tal, "gracias" al temor y a la desesperación por llegar a fin de mes.
Perdón, entonces. Si este gobierno es el que más ha respetado los DDHH, nosotros estamos viendo otro canal.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso