sábado, 24 de septiembre de 2016

La pena de la muerte

La pena de la muerte – Editorial del 23 de septiembre de 2016
Luego de ser víctima de un intento de asalto en la vía pública, una abogada y profesora santafesina publicó una polémica declaración en Facebook en la cual pidió la pena de muerte para sus agresores. Aclaro acá que lo que quisieron robarle fue el celular.
No conforme con eso, y antes de aclarar que no lo decía "desde el enojo y la impotencia", la mujer dijo que "esos desgraciados merecen la muerte más lenta y dolorosa posible".
Entre otras expresiones, la abogada y profesora reivindicó que "el que mata tiene que morir" y prometió: "Yo voy a luchar para que estas ratas no tengan derechos".
Ante los duros cuestionamientos que recibió, acusó a "grupos políticos" que quieren "limitar la libertad de expresión". Y agregó: "Hasta mi presidente se manifestó por lo ocurrido en Zárate, tal cual lo hice yo". Según su opinión, se desató "una cacería de brujas" en su contra, impulsada por alumnos y ex alumnos. Por último, aseguró que se siente "una víctima que en lugar de ser escuchada es atacada".
Es obvio que por mi formación en Derecho y mi inclinación por la especialidad Penal, no puedo estar a favor de esas afirmaciones, que parecen del Medioevo. El Maestro Sebastián Soler decía que a favor de la pena de muerte se invoca el principio "talionial", término que procede de la “Ley del talión” (en latín, lex talionis), que es la denominación tradicional de un principio jurídico de justicia retributiva en el que la norma imponía un castigo que se identificaba con el crimen cometido, obteniéndose la reciprocidad. El término "talión" deriva de la palabra latina talis o tale que significa "idéntico" o "semejante" (de donde deriva la palabra castellana "tal"), de modo que no se refiere a una pena equivalente sino a una pena idéntica. La expresión más conocida de la ley del talión es el pasaje bíblico "ojo por ojo, diente por diente". A nuestro criterio la fundamentación talionial de Kant adolece del defecto de atribuir a la sanción penal la función privada propia de la sanción jurídica general: la reposición al status quo anterior. Fundan el talión en un principio de igualdad, pero en vez de comparar el estado anterior y posterior al delito, comparan el mal cometido por el delincuente con el mal que debe causársele a él.
Yo sé que posiblemente eso es lo que piensa la mayoría, pero ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a instaurar acá la ley de Lynch? ¿Vamos a torturar y matar “chorros”? ¿En qué tipo de bestias nos vamos a transformar? Una cosa, y a eso lo defiendo con toda claridad y fundamentos, es la legítima defensa (art. 34 del C. Penal) o el estado de emoción violenta (art. 81 inc. 1° a del C. Penal), y otra que salgamos de cacería. Estamos llegando a un nivel de bestialidad e ignorancia que generó, por ejemplo, la pintada en la Sinagoga local cuando una persona se indignó conmigo (si es que no había en verdad otra razón encubierta) porque no entendía que un delincuente fulano de tal en un juicio tuviera abogado defensor. ¿Esa persona desconocía que es obligatorio que cuente con asistencia letrada alguien sometido a proceso? Parece que no había cursado la secundaria y no había estudiado Formación Ética y Ciudadana o como se llame en cada colegio esa materia que nos enseña que existe una Constitución y un Poder encargado de juzgar, con todas las garantías que la ley establece (entre ellas la del derecho de defensa). Sigamos así nomás y vamos a parecer zombies devorando cerebros. Antes bien usemos el cerebro y seamos sensatos. Hay muchísimo que corregir en materia de seguridad en este país, pero no mediante el ejercicio de la justicia por mano propia. Así no, sin duda alguna. Y menos pidiéndole al Estado que instaure la pena de muerte, que no es justicia. Ni siquiera es venganza. Es castigo desmedido. Y el castigo también está prohibido por nuestra Constitución.
Pero tampoco debe pasar desapercibido el tema de la inseguridad. Y por más que los abogados penalistas bregamos para que en el proceso se aplique la sanción más justa, es cierto que en nuestro país existe la convicción de que es el delincuente el que está facultado para aplicarla sin límite alguno. Que es el delincuente quien se transforma al momento de robar en juez de sentencia, juez de ejecución y en verdugo. Que es el delincuente quien tiene el poder de decidir cuándo nos roba, si somos merecedores de seguir con vida o si merecemos la pena de muerte y en ese mismo momento nos la aplica ejecutándonos de un tiro en la cabeza, en el pecho, apuñalándonos, o golpeándonos hasta matarnos. Es el delincuente quien tiene la facultad de decidir si cooperaste, si te resististe, si le diste todo, si le diste poco, o si simplemente no le gustó tu cara y decide entonces terminar con tu vida, “bardeándote” primero. Y eso si tenemos la suerte de estar solos al momento de ser robados, porque si estas con tu esposa, hija, novia, puede decidir aplicar como pena accesoria violar primero a tu hija y luego matarla delante tuyo para que “aprendas la lección”. Este fin de semana que pasó, tres delincuentes tuvieron la dicha de decidir que tres ciudadanos no tenían más el derecho de vivir y optaron por quitarles la vida. Mientras tanto a nosotros solo nos queda caminar más atentos, no volver tarde, cerrar los negocios temprano, vivir entre rejas y tomar todas las medidas de seguridad que estén a nuestro alcance para evitar ser asaltados y si nos asaltan, entonces solo nos queda rezar (si es que creemos en Dios) para el que delincuente entienda que merecemos seguir viviendo y no nos sentencie a la pena de muerte ejecutándonos en el mismo lugar. A esto el Poder político tiene que buscarle una solución, porque por acá sabemos qué es lo que pasa cuando alguien consigue impunidad a tiempo completo.
Lo que sucede, ya entrando más en temas sociológicos, es que un niño escucha a un político por la televisión decir “estamos trabajando", cuando en realidad ese político solo está haciendo sus negocios personales y planea sus ambiciones políticas a futuro transando con poderes de dudosa procedencia. Un niño vive la realidad naturalizada y normalizada de que toda la sociedad se va acostumbrando a vivir con el horror de los robos, los arrebatos, las violaciones, el homicidio, y se da cuenta de que él también pronto será un número, sí, un número y una estadística más, porque sinceramente ni a los políticos tradicionales, ni a muchos jueces, sobre todo federales, ni al Estado les interesa ese niño. A los políticos tradicionales solo le interesa al momento de cada elección, porque esos hombres de trajes costosos, en sus autos blindados, de sonrisas constantes, en ese instante solo nos prometerán espejitos de colores y soluciones mágicas de un mundo mejor, con soluciones eficaces y extraordinarias, como los vendedores de ilusiones, rápidas, fáciles, increíbles, muy ilusorias, por cierto...pero a cambio nos roban el futuro, la educación, la seguridad, la salud, nuestra integridad. Nos roban las vidas de nuestros hijos, de nuestros amigos, nos roban a cada uno de nosotros...
De todas maneras, en la búsqueda de arreglos para un problema que no se puede negar, nunca podemos aceptar que se discuta la pena de muerte como una solución, ya que implica un mal irreparable, y la sociedad en caso de un error judicial, siempre posible, no podría ofrecer la reparación debida de la víctima; es ineficaz porque la criminalidad no disminuye en los países que la mantienen; y no es necesaria porque hay otros medios que permiten defenderse del criminal mientas dure su vida.
De paso vamos a tratar de aclarar una confusión, en la que se está cayendo por estos días. Nuestra Constitución, desde su versión originaria de 1853, la prohíbe solo por causas políticas, pero la Convención Americana de Derechos Humanos, con rango constitucional, sanciona en el derecho interno la cláusula de abolición progresiva e irreversible, por la cual no es posible establecerla para los casos en que no se hallaba vigente al tiempo de la ratificación (el nuestro), como tampoco restablecerla en los supuestos para los cuales posteriormente se la hubiese derogado.
Nosotros hace tiempo que hemos arribado a la idea de que es inconveniente la aplicación de la Pena de Muerte, basándonos en que se estaría atacando el bien jurídico de mayor importancia tutelado en el derecho, que es la vida.
Los hombres libres al constituirse no han delegado en ninguna autoridad el derecho de matarlos.
De hecho nos consta que hay una larga lista de países que la han abolido de derecho para todos los delitos; otros que solo la mantienen para la traición a la Patria, dejándola sin efecto para los delitos comunes, y muchos otros que si bien la conservan en su legislación penal la han abolido de hecho en razón del prolongado tiempo sin que la misma haya sido aplicada.
Podemos concluir en que los Pactos Internacionales resguardan el derecho a la vida instaurando el principio de abolición irreversible y progresiva de la pena de muerte, dejando en claro que nuestro país no volvería a implementarla en su carta magna debido al Pacto de San José de Costa Rica, que goza de jerarquía constitucional.
Justo por estos días leí un diálogo impactante, aunque fuera supuesto: ¿Si matamos a todos los ladrones, quedaríamos solo los buenos? No, hijo. Quedaríamos solo los asesinos.

                                                       Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

domingo, 18 de septiembre de 2016

Dictar o no dictar

Dictar o no dictar – Editorial del 16 de septiembre de 2016
Muchas veces hemos dedicado esta página a temas relacionados con la educación, casi siempre como resultado de la preocupación que nos genera el retraso en algunos aspectos que, a la larga, resultan preocupante para el colectivo, pero mucho más aun para cada uno de los alumnos, si es que logramos que piensen es su futuro.
Si bien no soy docente “de carrera” el hecho de tener 26 años ininterrumpidos de servicio me da un cierto derecho a opinar con conocimiento de causa. El hecho es que, como lo digo siempre, jamás dudé de la eficacia de "educar a la antigua", entendiendo por esto que, dentro del aula, yo era la que decidía. Y en ese ínterin vi como la decadencia del lenguaje, de la matemática y de las ciencias sociales destruían las instituciones y a los alumnos. Por eso espero que en nuestro país se den cuenta a tiempo, porque ya tenemos más de una generación que carece de comprensión lectora, su ortografía es patética y lee de manera titubeante, todo ello en pos de "el progresismo pedagógico", que para colmo le copiamos hace treinta años a España, casi inmediatamente de que allí fracasara.
El disparador de hoy, o sea la motivación para tratar el tema, surge de la noticia de que desde este año es obligatorio un dictado al día en las escuelas primarias de Francia. Para esto debemos saber que el dictado era una tradición en Francia, casi un hobby nacional, al punto que uno de los programas televisivos de mayor audiencia en los años 80-90 consistía en competencias ortográficas a través de dictados. Pero todo eso fue progresivamente dejado de lado en los últimos 30 años (coincidentes con lo que hablábamos más arriba), en nombre de teorías pedagógicas que consideran que la corrección ortográfica es un vejamen a la persona, un freno a la creatividad o incluso un atentado contra la libre expresión. Que el silabeo, la memorización y la lectura en voz alta eran antigüedades que debían ser dejadas de lado, no sólo por tediosas y desmovilizadoras, sino también en nombre del dogma que sostiene que el alumno tiene mucho más que enseñarle al maestro, que a la inversa.
Adhiero calurosamente al hecho de que se implemente una reversión de los criterios sustentados para la reforma llevada a cabo en los últimos años del pasado siglo. Esa reforma (una mala copia, ya lo dije) atomizó el conocimiento, confundiéndolo con un creciente cúmulo de información que los alumnos no llegaban a procesar. Resultados a la vista: un fracaso rotundo. Y lo puedo decir con esos más de veinticinco años de profesión.
Como docente secundario he tenido la triste experiencia de encontrarme con alumnos en un segundo año del secundario que no se encontraban alfabetizados. Muchos de ellos no tienen conciencia de lo que escriben, cometen faltas ortográficas ordinarias y sencillas, no pueden leer en voz alta (se niegan a hacerlo), no logran interpretar párrafos y muchas veces tampoco simples oraciones. No saben respetar consignas porque evitan leerlas, ya que si no se animan a leer en voz alta es porque tampoco pueden leer “para adentro”. Y estas falencias traen otras, como la que un alumno no pueda concentrarse más de diez minutos, por lo que las explicaciones deben ser cortas y sencillas. No retienen, se niegan al desafío de resolver problemas aunque les interesen, y el hábito del aprendizaje se termina en el mismo instante que el timbre. Entre otras cosas.
Sé, aunque no he pasado por ello, que todos los elementos valiosos de la pedagogía y la didáctica en la práctica docente hasta no hace mucho tiempo incluían la lectura en voz alta y expresiva, la comprensión del texto, el dictado, la evaluación de ortografía y sintaxis, la redacción, la exposición oral frente al resto de la clase y tantas otras cosas que el populismo se llevó, Ahora es igualar para abajo, no sea cosa de que los que no aprenden se sientan discriminados y acudan al INADI porque los “bocharon” en Geografía o Naturales.
Pero no solo el dictado es necesario. También deberían aprender a redactar algún hecho cotidiano, hacer una “composición” (hasta esto parece de la Edad Media) para el Día de la Tierra, o el Día del Árbol, etc. A ver si en nuestro país los pedagogos se ponen a hacer las cosas con seriedad. Ya hemos perdido mucho tiempo. De los alumnos que ingresan a la Universidad, la mayoría no entiende lo que lee, una ortografía espantosa, y para hablar, más de uno balbucea.
A la corta o a la larga estas teorías "revolucionarias" implantadas por los pedagogos progresistas se estrellan contra el fracaso y el retroceso en la educación. Padres, maestros y autoridades deberían saber dónde están las claves de nuestro desastroso sistema educativo, medido por los resultados de las evaluaciones internacionales y la pobreza de vocabulario, de capacidad de expresión y la casi nula capacidad de comprensión de texto. De esto depende el futuro del país. ¡Y ojo con las malas interpretaciones! Estoy hablando del fracaso de un sistema, sin desconocer el éxito parcial que algunos docentes obtienen con sus alumnos en base a un esfuerzo sobrehumano, casi nunca reconocido.
Pensemos en las generaciones pasadas que se educaron en un mundo donde no había tanta teoría pedagógica del aprendizaje. Muchos de esa generación estudiaron (estudiamos) y terminaron (terminamos) una carrera universitaria. Pero incluso los que no terminaban la escuela o terminaron en grados más elementales por alguna razón de la vida (mis padres, entre ellos), aprendieron a escribir, leer, aritmética, y hasta incluso a hablar algún otro idioma. Hoy en día los estudiantes desaprenden y llegan a grados superiores en donde apenas si pueden sumar, leer o escribir. Hay que volver a lo que funcionaba, pues vamos en retroceso educativo en vez de mejorarlo. Siempre consultan a los políticos y psicólogos, pero nunca al docente que está frente a alumnos y que es “la cuchara que mueve lo que está dentro de la olla”, y por ello conoce como nadie la problemática de sus estudiantes y su entorno social. No todas estas teorías funcionan igual para los estudiantes de otras regiones y lugares en el mundo. No todos somos iguales ni respondemos de la misma manera, ni tenemos las mismas problemáticas y situaciones. Creo que se debe de dejar de estar copiando lo que funciona en un lugar y aplicándolo en otro lugar diferente. En cada país la gente tiene su propia cultura, sus problemáticas e ideas y ve la vida de manera diferente.
Nuestra generación pasó por muchas dificultades, pero nuestros padres se sentaban desde que fuimos pequeños hasta que salimos de la escuela a estudiar o ayudarnos a resolver alguna problemática de algo que no entendíamos. Nos inculcaron todo el tiempo el hábito del estudio y por eso los que hicimos eso, aprendimos. Esto se perdió, y no solo porque los padres no quieren hacerse responsables del estudio de sus propios hijos y pretenden que el maestro sea el responsable del que el hijo aprenda, sino porque muchas veces las urgencias cotidianas se lo impiden. Pero hay que volver a lo básico. No todo lo que se hacía antes estaba erróneo.
La educación se ha convertido en un negocio y siempre culpan al pobre maestro de que no sabe enseñar.
Estoy muy de acuerdo con la idea y el propósito de lo que se está por implementar en Francia, pero tampoco endiosemos la educación antigua. Creo que la memoria, el dictado, la ortografía, redacción, cálculo mental, etc., son muy relevantes para mejorar la calidad de los aprendizajes, pero también lo son el afecto, el trato fraternal con los alumnos, la calidez de las escuelas...
Y, ¡por favor!... saquemos al niñito y a la niñita de la “compu”, del celular, del jueguito tonto del teléfono, de la TV... Dejen que los niños se aburran y comiencen de nuevo a inventar. Hasta hace poco en las carteleras de las escuelas se instaba a los chicos a leer los cuentos que ellos mismos escribían. Eso ya casi no se hace más, pese a que hoy lo esencial debería ser el dominio de la lengua.
Resumiendo, el dictado permite evaluar la ortografía, la fijación y dominio de nuevas reglas; constituye un entrenamiento ideal para conocer la función de la coma, el punto, el punto y coma; mejora la atención, ya que hay que seguir el hilo de la lectura para poder escribir todo; ayuda a la comprensión de texto, ya que no se puede escribir correctamente lo que no se entiende; insta a escribir a un ritmo cada vez más rápido; entrena al futuro estudiante secundario y universitario en la toma de apuntes…y enseña a pensar.
                                                Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso


jueves, 1 de septiembre de 2016

“Judíos de mierda” (sic)

“Judíos de mierda” (sic) – Editorial del 2 de septiembre de 2016
El Defensor del Pueblo (menos mal) del municipio salteño de Cerrillos, ¿Sr? Carlos Paz (¿Paz?), quedó en medio de la polémica luego de que en su cuenta de Facebook apareciera una publicación discriminatoria y racista que apunta contra los judíos.
"Judíos de mierda me tienen harto, ven que tengo razón que son una mierda estos judíos", se puede leer en la cuenta del funcionario municipal, aunque él negó ser el autor de la publicación.
En diálogo con El Tribuno, el funcionario aseguró que desconoce cómo apareció ese comentario en su muro y aseguró que ya realizó una denuncia penal para que el tema se investigue. ¡Cómo no!
O sea, como ya edité alguna vez: “Dije lo que dije, pero no debería haber dicho lo que dije. Como no pensé lo que dije...pero dije lo que pensaba, ahora pensé lo que dije y pienso que no debería haber dicho lo que dije”.
A ver. El nazi es nazi de acuerdo al dicho tan conocido de "la mona por más que se vista de seda, mona queda". Este tipo la quiere arreglar pero es un nazi antisemita y se le deben aplicar las leyes con todo el rigor.
Ante este revuelo, la filial Salta de la DAIA expresó su “repudio y condena a las expresiones xenófobas e intolerantes expresadas por el Señor Carlos Paz”. Eso es sumamente rescatable, ya que el amigo lector sabe que estamos inmersos en una situación similar, pero acá la filial Entre Ríos de la DAIA brilló por su ausencia, pese a que el titular de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina de Paraná (eso quiere decir la sigla), Diego Dlugovitzky, fue electo, por unanimidad, como presidente del Consejo Federal de la organización a nivel nacional, y quien, cuando asumió, indicó que “el cargo representa una gran responsabilidad y compromiso con la comunidad”. ¡Menos mal!
En la misma sintonía, la Asociación de Defensores del Pueblo de la República Argentina también difundió un comunicado para manifestar “su más profundo rechazo a las declaraciones del Defensor del Pueblo de la Municipalidad de San José de Cerrillos, Carlos Paz”.
La entidad exhortaba al intendente y a los concejales de Cerrillos a “iniciar el pertinente proceso de juicio político por las causales de mal desempeño en ejercicio de sus funciones e indignidad”.
Ya lo dije y lo previne. Los 6.000.000 de muertos en las cámaras de gas comenzaron con una vidriera rota en la "Crystal Nacht". Vamos sumando: lo de la Sinagoga de Basso, aunque nadie le haya dado prensa; lo de los chicos en Bariloche, y ahora este delincuente...Lo único que me alienta es que, por lo menos, ahí la DAIA de Salta reaccionó. Eso ya es algo. Y ya saben. Para mí, si aparecen ahora los de acá, es tarde. El trabajo para esclarecerlo y llevarlo a juicio ya está hecho, en absoluta y total soledad. Es más, creo que hasta con una contra impensada. No sea que termine “jugando” yo contra todos. ¡Ojo, eh!
La audiencia preliminar de elevación a juicio por las pintadas antisemitas en la Sinagoga Tfilá L'Moisés en Basavilbaso, hecho ocurrido el 27 de junio de 2014, y por la que hay una persona imputada, será finalmente el día viernes 9 de septiembre a las 10 hs., jornada que deberá ser una bisagra en la historia. Si hubo un Nunca Más para los 30.000 desaparecidos, deberá haber un hecho que marque con claridad un Nunca Más para estos intentos de repetición de la Shoa. Pechos fríos, abstenerse.
A modo de esclarecer algunas confusiones, más que nada porque algunos amigos me han vuelto a preguntar si hay diferencias entre los conceptos, aclaro que judíos somos los ciudadanos de infinidad de países que descendemos de un origen judío y que no necesariamente tenemos que ver con las políticas de un estado extranjero, como es Israel. Pero no deben olvidar algunos “judíos renegados” (como ese del que temo una traición) que tanto los nazis como la Inquisición investigaban siete generaciones en el historial familiar de una persona para considerarla "pura" o " “aria". No se confundan y busquen en su árbol genealógico. No tengo la menor idea de cuándo llegaron a la Argentina los ancestros del Sr. Paz, pero supongo que era españoles. Entonces vale la pena recordar que en época de la conquista española de América exterminaron las culturas y gran parte de los pueblos de “indios de mierda”; y que, algunos de esos “judíos de mierda” perseguidos en esa misma época por la Santa Inquisición lograron escapar a Oriente para convertirse en “ladinos de mierda”, que conservaron su cultura junto al idioma de la Patria que los expulsó. Mi consejo para el Sr. Paz, más allá de lo que le haría de todo corazón, pero no puedo ni debo,  es que mejor abandone esa odiosa costumbre de generalizar y entienda que así como hay argentinos discriminadores e incultos, también tenemos gente civilizada que acepta a quienes no profesan su propia fe o tienen color de piel diferente. Solo hay que comprender al prójimo. Saben los lectores que “tolerar” no es una palabra que me guste usar para este tema, porque tiene un sentido peyorativo, ya que significa, en criollo: no me gusta lo tuyo pero “me lo banco”. Y yo, lo que quiero, no es que les guste a la fuerza lo mío. Yo quiero que respeten lo mío.
Para colmo, a la noticia de que estudiantes del Colegio de la Sociedad Escolar y Deportiva Alemana de Lanús, quienes con brazaletes, esvásticas y bigotes “hitlerianos” provocaron y discriminaron a egresados de la escuela de tradición judía ORT en una disco de Bariloche, le siguió una fuerte escalada de expresiones antisemitas en las redes sociales, muchas de las cuales pertenecen a alumnos y ex alumnos de la institución del sur bonaerense, como un joven que escribió: “También discriminamos a paraguayos en el alemán JAJAJA no doy más”.
“Previa en la habitación“, dice el tuit de otro usuario que acompañó una foto en blanco y negro de judíos, en la época del Holocausto, junto a sus camas en el centro de exterminio de Auschwitz. “Con los pibes en el Cerro Catedral“, dice otro post de la red social del pajarito, junto a una imagen histórica de un grupo de judíos detrás de un alambrado del centro de exterminio donde, se calcula, fueron enviados a las cámaras de gas cerca de un millón y medio de personas.
El incidente ocurrió el martes pasado en la disco Cerebro. Y si bien luego de los mismos la empresa de viajes estudiantiles Baxtter, contratada por los alumnos de la escuela alemana para organizarles su viaje de egresados, resolvió anticipar el regreso de los alumnos, la polémica se multiplicó por las redes sociales.
“Nazis en Bariloche”, titulan burlonamente en otras redes. “Son pibes ‘jodiendo’ un poco”, agregan. Para concluir, demostrando que nada es “joda”, hay uno que dice: “Nazi era mi bisabuela, que con la llama de una sola hornalla te cocinaba dos judíos“. Muy gracioso, ¿no?
Autoridades del colegio de Lanús al que concurren esos alumnos modélicos analizaban esta semana junto con directivos de la ORT, organizaciones judías y organismos del gobierno el  hecho cometido en Bariloche y “cómo repararlo”.
Y yo creo que acá está justamente el tema. Hablando hoy con mi hermana, me decía, como para calmarme, que hay que tener en cuenta que lo dicen de ignorantes que son. Y yo no me creo eso. Me parece una solución facilista, con todo el respeto intelectual que me merece mi hermana. Este Sr. Paz no es un ignorante. Es más, en un comentario hecho a un diario de Salta, un exalumno suyo, de madre judía, dice que era habitual en él que en clase se manifestara con estos conceptos, pretendiendo “jugar” con aquello de que los judíos se vayan a Israel o se hagan cargo de las cosas que se hacen en un país que, más allá de justificar el sionismo, es un país extranjero para nosotros, en tanto argentinos. Y remarco eso porque ya lo dije alguna vez, en referencia a las ceremonias religiosas en los actos públicos de nuestra ciudad. Yo soy tan argentino como el que más, y mi religión es judía. A nadie se le ocurre mandar a los católicos al Vaticano ni a los musulmanes a Siria o Líbano. No entiendo por qué solo los judíos “merecemos” ser perseguidos, denigrados, difamados y atacados en un país que es tan nuestro como de los demás. Y a esto lo digo con dolor, porque a muchos de los que se rasgan las vestiduras y pretenden esconder su odio, los veo al lado mío en los actos cantando el Himno Nacional Argentino o la Marcha “Entre Ríos” (así se llama), como con vergüenza, mientras yo grito sus estrofas a los cuatro vientos.

                                            Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso