jueves, 26 de mayo de 2011

Pan duro y ropa vieja

Pan duro y ropa vieja - Editorial del 27 de mayo de 2011
Bajo la consigna: "con este crecimiento económico no queremos pan duro y ropa vieja" se confeccionó el petitorio de organizaciones sociales de la región de "El Impenetrable", en el Chaco, que se unieron en una confluencia de lucha de Qom, Wichi y criollos que tiene como puntos principales la necesidad de tierra, el apoyo a la producción, mejores condiciones de vida, justicia y el repudio al convenio de entrega de 220 mil hectáreas de tierras fiscales para la explotación de árabes sauditas, firmada por el gobernador Jorge Capitanich.
Y casi al unísono, el 25 de Mayo, en recuerdo de lo que todos reconocemos como el primer grito de libertad que nos identifica como argentinos, a pocos metros de ese reclamo, en una servil homilía, el arzobispo de Resistencia, Fabriciano Sigampa, agradeció, durante el Tedeum, a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por la Asignación Universal por Hijo y la extensión del beneficio a las embarazadas al destacar que con ello "la solidaridad se está haciendo en forma concreta" y destacó la importancia de ejercer un liderazgo "capaz de promover el desarrollo integral de la persona y la sociedad". Así, textual.
Pero es claro que, si uno miraba el entorno presidencial, no podía asombrarse. Con solamente Sergio Urribarri de por medio, seguramente compañero de fórmula de Cristina en las elecciones de este año, estaba Gildo Insfrán, gobernador de Formosa e innegable autor intelectual de lo que así relata Félix Díaz, dirigente los Qom: "nos desalojaron con la fuerza policial de la ruta y de ahí comenzaron a entrar en nuestras casas y quemaron todos nuestros ranchos, todo, todo lo que teníamos. Estaba el padre del intendente con un bidón de gas oil; entonces, los policías echaban gas oil en los ranchos y los prendían fuego, todas las cosas que estaban afuera, sillas, mesas, ellos las tiraban al fuego con una violencia muy brutal y también la golpiza que han recibido los ancianos, las mujeres; los niños fueron secuestrados, estuvieron dos días detenidos en la comisaría. Entonces quemaron nuestros documentos, todo, todo lo que teníamos. Lo más importante para nosotros es la integridad física, las cosas que nos quemaron se pueden recuperar, pero la vida para nosotros es algo fundamental. Los hermanos tuvieron que defenderse de cualquier manera, entonces la policía nos hacía pisar por los caballos, nos tiraba gases lacrimógenos, vinieron con armas de fuego con proyectiles de plomo. Ese fue el momento terrible que hemos pasado. Hasta ahora sigo como shockeado por la situación difícil que hemos vivido, toda esta violencia institucional. El Estado tendría que ser garante de nuestra integridad física, de nuestra existencia; sin embargo, el Estado es la herramienta para poder matarnos. Yo creo que si realmente existe la democracia, esto se tiene que desterrar".
Sabemos que a los dirigentes "progresistas" del kirchnerismo poco les importa este relato, convencidos como están de que es posible retener el poder por el poder mismo, y ni siquiera se detienen a discutir estos temas, para ellos banales. No hemos visto en "6, 7, 8" ninguna referencia a la cuestión. ¡Y si lo hubiésemos visto, tendríamos que haber recurrido inmediatamente a un psiquiatra o a un mentalista, porque seguro era producto de nuestra esquizofrenia o simplemente una alucinación!
Pero que un religioso, ¡en este momento de la vida de los argentinos!, en un año electoral, en medio de reclamos sociales importantes, el mismo día en que en Santa Cruz los petroleros que piden el pago de los acuerdos salariales alcanzados recientemente y los docentes que llevan más de un mes de paro en reclamo de una suba salarial del 50 por ciento cortan el tránsito en rutas que van a as empresas petrolíferas de Las Heras y Pico Truncado convocando a un Cabildo Abierto Educativo y a una misa, y el mismo día en el que muchos basavilbasenses amanecieron embarrados, mojados y repodridos de ser mercadería de cambio de políticos en campaña, y nada más, decimos, que ese mismo día un religioso use el púlpito para decir, textualmente: "Permítame señora presidenta que en nombre de esos argentinitos y chaqueñitos y chaqueñitas, pequeñitos que están en el vientre de su mamá, en ese sagrario de la vida, le agradezca en nombre de esos niños por la asignación que usted, generosamente les ha dado". ¿¡Generosamente?!
Alguna vez contamos acá, precisamente a propósito de estos exabruptos que se profieren en nombre del chupamedismo y la obsecuencia, una anécdota que lo pintaba de cuerpo y alma a Jorge Cafrune, argentino y de ley que murió quién sabe por qué causa. Se dice que, estando exiliado en España, asistió a una ceremonia en la que una condesa hacía entrega de una donación para los pobres. Ante esa "generosidad", Cafrune preguntó: ¿donó, o devolvió?
La generosidad de la Presidente no es tal, primero porque no ha tocado un cachito así de su fortuna para solucionar ni un cachito así de los problemas de los argentinos. Y menos de los argentinos que menos tienen, porque si lo ha hecho por algunos, ha sido por los que tienen más.
Pero, por otra parte, el proyecto de la Asignación Universal por Hijo no es de su autoría. El tan nombrado Ingreso Universal a la Niñez para familias con niños, o la Asignación Universal por Hijo, como se llama en nuestro país, por suerte goza desde hace tiempo de un amplio consenso entre los partidos políticos mayoritarios de la Argentina y de diversas organizaciones sociales (iglesia, sindicatos, universidades). En sociedades como la nuestra, donde el empleo demuestra enormes debilidades para funcionar como mecanismo de inclusión, dada su condición precaria, aparece como opción inclusiva y redistributiva. Es que la marginalidad social ya no se resuelve solamente con crecimiento y empleo. El Frente para la Victoria, en sus dos mandatos, se había mostrado reacio a esta iniciativa, poniendo en duda su viabilidad por "su alto costo económico" o cuestionando su carácter universal, lo que "llevaría a que también subsidiemos a los hijos de los ricos". Reconocemos el mérito de su posterior implementación, el gobierno la ha hecho suya y firmado un decreto de necesidad y urgencia que la lleva a la práctica. Quizás la pérdida de la posibilidad de este consenso necesario (por culpa exclusiva del FPV) pueda ser explicada por su obediencia dialéctica a la segmentación y enfrentamiento entre quienes acompañan al "modelo" y quiénes no, olvidando quizás la relevancia que adquiere la posibilidad de lograr un acuerdo nacional para combatir la pobreza, que es lo que importa. Combatir la pobreza, y no profundizar el clientelismo.
El haber colocado el tema en la agenda política es un logro de la Unión Cívica Radical que no debemos dejar pasar. No interesa el reconocimiento por parte del gobierno, el hecho que se lleve a la práctica de alguna manera es una batalla ganada. A pesar que muchas veces algunos medios de comunicación también pasen por alto esta cuestión. Aunque se instale esa supuesta batalla descarnada entre el gobierno y los medios, lamentablemente se escuchan voces de periodistas respetables que hablan de la "astucia de los Kirchner" y del "gol de contragolpe" para referirse a que esta medida antes ignorada por el gobierno, haya salido por decreto y no por ley, que no haya podido ser discutida y mejorada.
Aún reconociendo su trascendencia, sería importante volver a tratarla en el Congreso para fortalecerla y ampliarla en el marco de una Ley que garantice estos derechos. Deberíamos comenzar por repensar la idea de universalidad que está tomada en el decreto, ya que contradictoriamente deja latente una práctica discrecional, planteando una asistencia focalizada.
Monseñor Sigampa: Arturo Jauretche, al que sí le importaban los pobres, escribió esto que Ud. podría haber dicho a la Presidente: "En el territorio más rico de la tierra, vive un pueblo pobre, mal nutrido y con salarios de hambre. Hasta que los argentinos recuperemos para la Nación y el Pueblo el dominio de nuestras riquezas no seremos una Nación Soberana ni un Pueblo Feliz."
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 19 de mayo de 2011

Club de enemigos (o “Se acabó lo que se daba”)

Club de enemigos (o “Se acabó lo que se daba”)
Editorial del 20 de mayo de 2011
La inminencia del cierre de las listas para la interna abierta que se desarrollará el 14 de agosto, precipitó algunas discusiones y rupturas que se veían venir, y que nosotros auguramos desde hace tiempo, cuando todavía la “cadena” estaba impecable (por lo menos a simple vista), y el inmenso cartel que decoraba cual capitel la entrada de la Unidad Básica de nuestra ciudad mostraba los rostros sonrientes y próximos de quienes hoy son irreconciliables. Todo se agrava si tenemos en cuenta que son los mismos que, en la campaña electoral de 2007, se comprometían a trabajar juntos por el bien, por lo menos, de los basavilbasenses. Uno supone que esa fue la causa principal del arrasador triunfo de aquél año, y por eso se siente decepcionado.
Como los argentinos somos muy dados a los análisis meramente coyunturales, y hoy pareciera que las ecuaciones a resolver tienen que ver nada más con que el candidato a Presidente Municipal por el Frente Para la Victoria sea, en reelección, Blanca Rossi, u optemos por la experiencia organizativa del Dr. Sergio Giordanengo o por la capacidad funcional de Perla Battilana, nosotros vamos a intentar desarrollar nuestra idea respecto a que la cosa no se reduce a eso.
Porque la cuestión, entendemos, es mucho más profunda. Hemos dicho acá muchas veces que nos mueve siempre en estos temas la íntima convicción de que el sistema democrático es lo mejor que tenemos como forma de gobierno, y que dentro de él los partidos políticos son como la sangre que fluye por sus venas. Sin ese líquido vital el organismo no puede vivir. Y la sangre, señores, es una de las pocas cosas que el hombre todavía no pudo fabricar. Se ha trabajado con sucedáneos desde hace ya mucho tiempo, pero no le encuentran la vuelta. La sangre es la sangre.
Y así como no hay sangre artificial, tampoco dan resultado los inventos de acceso a la política de personas que, como dice en esta misma edición Héctor Parinelli, tienen el mérito de que “son bien vistos”. A la corta o a la larga lo que sucede es que se quedan sin sustento partidario, o son víctimas del tira y afloja de aquellos que los llevaron al lugar en el que están, uno agarrado de cada mano, y terminaron soltándole las dos.
Quizás decir que las peleas comenzaron al otro día de asumir (estamos hablando de poco más de tres años atrás) sea mucho, pero recordamos que ya por febrero o marzo de 2008, o sea a tres meses de ser ya Diputado Provincial, Fabián Flores se quejaba de que no era recibido por el gobernador. Por supuesto que esto siguió así hasta que derivó en la ruptura del FPV en Entre Ríos y la consecuente aparición del Peronismo Federal, que nucleó detrás de Jorge Busti (seguramente la razón de ser de este enfrentamiento) a todos los que, desde sus departamentos, se oponían a los que respondían a Urribarri. Flores contra Aldáz en Basavilbaso (como estandartes departamentales), Strassera (debemos decir que también estaban los Cresto, pero “billetera mata galán”) contra Bordet en Concordia, y así sucesivamente. Y, a decir verdad, en las últimas horas parece que la billetera está matando a otros galanes. ¡De uno y de otro lado!
Cuando enseñamos Historia en el colegio explicamos para qué sirve. Y hacemos hincapié en que la mayor utilidad que presta esa ciencia es aprender de los errores (también de los aciertos, pero más de los errores). Y usamos como ejemplo (lo que los abogados llamamos leading case) el de Napoleón, que invadió Rusia en invierno y terminó con su ejército diezmado por las inclemencias del tiempo (recomendamos leer La Guerra y la Paz de Tolstoi). Por no entender bien la historia, y también por aquello de “a mí no me va a pasar”, más de un siglo después Hitler comete exactamente el mismo error (¡por suerte!).
Si bien acá no estamos en Rusia, no tenemos ningún emperador loco con la mano dentro de la chaqueta ni, mucho menos, un cabo fanatizado y fanatizante arengando multitudes (¿no?), el caso nos debe servir a los votantes y a los votados como timbre de alarma. Lo que ya pasó una vez puede volver a pasar. Tanto en la derrota como en el triunfo. Así estas divisiones pueden ser un regreso al escenario que permitió el triunfo de Ángel Medina frente a Julio Aldáz (casi impensado y debido, sin dudas, a la pelea interna del PJ, que fue tan sangrienta que en algunos todavía no cicatrizó), cuánto en una hipótesis de triunfo de un proyecto armado a las apuradas, solo con nombres, y que comience a hacer agua a poco de salir del puerto.
Es que la lucha interna hace rato que no deja ver cuáles son los verdaderos problemas de la ciudad. Y tampoco los de la provincia, ocupados como están en licitar obras públicas, como si este fuera el fin último de los gobiernos. Nos encontramos dentro de un círculo vicioso en el que hay que contratar para beneficio de la “corona”, y así generar fondos para la campaña que nos permita volver a ganar y entrar devuelta en la rueda. Mientras tanto la gente, la que los votó y la que no, se debate entre problemas insolubles, que son más profundos para quienes menos tienen. Desde Agmer se ha hecho notar que “cada vez menos personas tienen acceso a un plato de comida porque son indigentes, que es un escalón más, debajo de la pobreza”.
Estos ciudadanos, que son tan entrerrianos como nosotros, no pueden hacer alianzas, ni construir un frente, ni postularse para una candidatura, porque “no tienen cómo pensar en el mañana, en sus dolores o molestias que deberán superar sin pena; en el frío que no podrán calmar con sus medias rotas, o zapatos o zapatillas con agujeros. Estos hermanos saben bien que el abrigo de la noche será un gato o perro, sus fieles amigos, y que compartirán el colchón con sus hermanos y que, en muchos casos, ese colchón serán cartones”.
Y en Basavilbaso, el absurdo olvido de los barrios que ellos denominan “periféricos”, en los que chicos y grandes se entierran en el barro cada vez que llueve, porque no tienen la suerte de los funcionarios de poder moverse en sus fastuosas 4 x 4, conseguidas con los emolumentos que estimulan la indigencia. ¡Vergonzoso! Y también podemos hablar del verdadero caos en el tránsito de Basavilbaso, en el desorden del estacionamiento, en el incumplimiento a la luz del día de las ordenanzas vigentes, sin medir las consecuencias que, tarde o temprano, este desentendimiento va a ocasionar. ¡Acuérdense de Cromañon y de las penas por incumplimiento de los deberes de los funcionarios! Y por qué no referirnos al desperdicio de los desperdicios, que podrían ser una fuente de trabajo organizada y contribuir a los gastos del municipio, si se utilizaran inteligentemente.
Pero es claro. El tiempo no da para gobernar. ¡La rosca es lo que importa!
Pero la gente está aprendiendo, despacito, a cantar la letra de El Orejano, que llevaran por todo el mundo Los Olimareños:
“Porque no me llenan con cuatro mentiras
los maracanaces que vienen del pueblo
a elogiar divisas ya desmerecidas
y hacernos promesas que nunca cumplieron”.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

viernes, 13 de mayo de 2011

Mentiras para todos

Mentiras para todos - Editorial del 13 de mayo de 2011
La Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, reclamó el martes que los sindicatos no la presionen, no le griten, ni la amenacen. Y que, en lugar de apoyar tanto su reelección, deberían ayudarla a evitar la conflictividad social.
Como si esto que decimos fuera poco, exigió más racionalidad en los métodos de protesta.
Aunque no lo nombró, en la Casa Rosada, apenas terminado el acto, desde los funcionarios nacionales hasta los asistentes a la convocatoria oficial apuntaron que las críticas presidenciales habían tenido como destinatario al secretario general de la CGT, Hugo Moyano. Su hijo Pablo, líder del gremio de los camioneros, bloqueó la semana pasada la distribución de combustible en la Capital y en la provincia de Buenos Aires, y amenazó con extender la medida de fuerza a todo el país si no accedían a sus reclamos. Es evidente, o por lo menos lo es para nosotros, que la Sra. Presidente está advertida y preocupada como el que más por las realidades que muestra el país, y que el gobierno no podrá eludir por mucho tiempo. La resolución de esta suerte de “crisis de identidad” en la que lo coloca la diversidad de intereses de sus votantes y de sus dirigentes (que ya describimos la semana pasada), le impide también criticar lo que está haciendo la oposición, más allá de los embates furiosos e hiperkinéticos de los títeres de “6, 7, 8”. A la hora de analizar el conflicto histórico por el modelo de país que queremos, no es menor el dato de que una parte importante del establishment que la votó está dispuesta a cobrarle al contado toda medida que lesione sus intereses. Lo que comenzó con Clarín puede seguir, pronto, con otros factores de poder que le empiecen a cobrar las facturas.
Si bien desde el aparato kirchnerista cuentan con que la mayoría de los argentinos le puede prorrogar por otro período el crédito inicial, el progresismo que la defiende en los “chupamedios” y en las charlas de café condicionará seguramente su apoyo a la adopción de medidas concretas para solucionar cuestiones urgentes que tampoco son metafísicas (aún cuando sean motivo de charlas): la inflación, el salario real y el trabajo.
Ya a esta altura hay quienes no creemos, pese a la propaganda oficial hábil, profusa y pródiga en dineros públicos, que la mayor parte de la crisis actual se deba a la “durísima” herencia del neoliberalismo de los ’90 o a los tropezones de De la Rúa.
El dilema que enfrenta la Presidente es mayúsculo, adquiriendo casi el tinte de un dilema moral, porque tiene a la vista varias resoluciones posibles, según los valores que quiera poner en juego.
Si el gobierno no identifica claramente a los enemigos de la mayoría de los argentinos (que son, obviamente, sus propios enemigos) y si no se pone a la cabeza para enfrentarlos, corre el serio riesgo de que muchos de los todavía incrédulos terminen identificándolo como lo que es: una administración impotente. Eso en el mejor de los casos. En el peor, que muchos sostenemos, puede ser visto como cómplice de los que hundieron y hunden el país.
La cercanía de las elecciones internas abiertas y generales ha relanzado el tema de la participación política y esto es saludable solo si define medios y objetivos.
Ser ciudadanos significa mucho más que emitir un voto para elegir conscientemente a nuestros representantes, más que estar informados de nuestros deberes y derechos. Es transformar, a través de la participación democrática, el lugar de poder que las personas puedan ocupar. Ser ciudadano es también mucho más que un sentimiento patriótico hacia el país y sus símbolos: es defender la construcción de un orden social justo, que exige participación política y responsabilidad social.
No sirve el ciudadano pasivo que convalida o impugna decisiones externas. Así, cada hombre y cada mujer son políticos “ocasionalmente” cuando el sistema los obliga o los convoca, pero dejan el ejercicio diario de la política en manos de los “profesionales”. Ahora estamos siendo testigos de convocatorias a lanzar o sostener candidaturas, pero durante estos tres años se ignoró “olímpicamente” a la gente, sin contar con el oportunismo clientelista, que es otra forma de ignorancia, de todas maneras.
La profesionalización de la actividad política, la inexistencia en los partidos de mecanismos de debate y reflexión, y el no ejercicio de la conciencia crítica movilizadora y colectiva, son recibidos con alborozo por los medios que pretenden destruir la actividad democrática y republicana. Clarín y La Nación siguen por estos días ninguneando a la oposición, en una acción que hasta parece ya orquestada en un total acuerdo con el oficialismo, lo que, por otra parte, ya no nos sorprendería.
A nosotros no nos asusta el fantasma que quieren hacer aparecer. Es más, sostenemos la idea de que hay que incorporar verdaderamente la actividad política a la dimensión cotidiana del pueblo, lo que quiere decir no solo a la función pasiva de ser beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, y mucho menos de los sucesivos y mentirosos planes denominados “Heladeras para todos”, “Internet para todos”, “Milanesas para todos”, “Carne para todos”, “Deportes para todos” (¡Mentiras para Todos!), sino integrando la visión funcional del peronismo con la territorial del radicalismo, reconociendo que en esta sociedad actual la participación y la movilización se desarrollan por canales variados, y hoy en día Facebook es más convocante que la Plaza de Mayo.
Hay que cambiar la temática e introducir algo que muchos de nosotros pareciéramos no poder incorporar en el manejo de la movilización, la discusión y la participación: el tiempo. Somos inmediatistas y la lejanía de los fines nos impide muchas veces acceder a una dinámica progresiva de participación que valora la lucha y las instancias que permitan quebrar al privilegio en la Argentina. Mientras tanto seguimos “soportando“ las mismas dirigencias que se reparten los espacios de poder, generando “derechos sucesorios” y haciéndonos comer el sapo de diferencias que existen solo para la “gilada”.
Una de las cosas que hay que recuperar, para poder poner esta rueda en movimiento, es la memoria. Hace más de veinticinco años, Raúl Alfonsín, en un acto en la Plaza de Mayo, hizo un llamamiento similar al que ahora hace la Presidente. Saúl Ubaldini, por entonces secretario general de la CGT, le respondió, textualmente: “Ahora nos piden sangre, sudor y lágrimas”. Y agregó: “la sangre fue de nuestros mártires, el sudor es con el que labramos la grandeza de nuestra patria, y las lágrimas son de nuestras mujeres y nuestros hijos ante la imposibilidad de acceder a una vida digna”.
Hace mucho que nos preguntamos si esas palabras habrán sido sinceras, o si eran una expresión que puede repetirse a voluntad cada vez que no gobierne el peronismo.
La reiteración pública del deseo del sindicalismo de Moyano y Cía. de participar del “reparto” de los cargos electivos, incluida la fórmula presidencial, nos hace pensar que es así. Los reclamos se postergarán para siempre en la medida en que la familia y los amigos reciban seguros de vida en forma de inmunidad judicial, bancas en las legislaturas, ministerios y hasta la vicepresidencia, en una virtual puesta en práctica de un sistema de cupos que nos parece inmoral y antidemocrático.
Si la Presidente accede a eso, y nosotros, los que no pensamos como ella, nos quedamos callados, nos esperan, esta vez en serio, años en los que las lágrimas serán la consecuencia de la falta de dignidad a la que nos está llevando este modelo perverso.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 5 de mayo de 2011

Caras y Caretas

Caras y Caretas - Editorial del 6 de mayo de 2011
Hay cuestiones que no llaman la atención porque son estacionales. Así como no resulta raro ver caer las hojas en otoño, tampoco asombra que en un año electoral emerjan de golpe cuestiones dormidas, o se pretenda hacer cuentos de hadas o tapar el sol con las manos. Por supuesto que las hojas muertas son mucho más reales que las hadas, y, también que, como dice Marilina Ross, "aunque no lo veamos, el sol siempre está".
Para entrar en tema, y aunque ya veníamos maliciando con qué iban a descolgarse desde el gobierno, o desde el partido del gobierno, que es más o menos lo mismo, nos sorprendieron ingratamente dos cosas que vimos el pasado fin de semana. En el diario Clarín, que siempre fue "oficialista" y que por vaya a saber qué circunstancia de negocios mal paridos de repente se convirtió en el peor enemigo del kirchnerismo, en la edición del sábado 30 (especial porque el domingo 1° de mayo no se editaban los diarios), más precisamente en la página 2, apareció una especie de "columna editorial" firmada por Alejandro Borensztein, uno de los hijos de Tato Bores, en la que, a modo de supuestos avisos clasificados, se descalifica gravemente a la oposición, tildándola tácita y expresamente de inoperante.
Como muestra, y solo como muestra, porque hay más, uno de esos avisos está titulado "Fúnebres", y su texto reza: "Oposición Nacional (QEPD) falleció en abril de 2011. Sus amigos de siempre acompañan a todas las fuerzas opositoras en este triste momento y las despiden con amor".
Más allá del asco que nos da este tipo de "humor político", queda clara la aviesa intención de ese diario, y del multimedios que integra, de defenestrar todo lo que tenga que ver con la política, cosa que a ellos, por supuesto, no les interesa, porque le viene más cómodo el traje de propaladores de las verdades únicas. Por eso se llevaron bien durante unos cuántos años con Néstor Kirchner, hasta que "algo" falló.
Entonces, luego de dejar bien en claro lo que opinan de las fuerzas opositoras en general, entraron a darle "como en bolsa" y sin ningún recato, a todos los dirigentes que se perfilan como líderes en los distintos partidos no kirchneristas. Así "perdieron" Duhalde, Alfonsín, Macri, Solanas, Stolbizer, De Narváez, Michetti, Ocaña, etc. Y en muchos de los casos con menciones procaces y sin estilo. Hasta podríamos decir rayanas en la falta de respeto. Nosotros ejercemos el periodismo y defendemos la posibilidad de expresar las ideas libremente, pero estas manifestaciones son abusivas y no solamente no agregan nada bueno, sino que constituyen en sí mismas un caldo de cultivo para las aventuras golpistas. No nos olvidemos de que Arturo Illia fue derrocado, entre otras cosas, por el impulso que le dieron desde Tía Vicenta (revista de humor de los años '60) a la idea de que era una tortuga, representándolo en todas las oportunidades que tenían con esa figura ostentando su cara. Esa misma "viveza" fue la que llevó a Caras y Caretas (la primera revista de humor de la Argentina y la causa también de nuestro título de hoy, aunque con un doble sentido) a caricaturizar a Hipólito Yrigoyen, días antes de su caída, dibujándolo al frente de su gabinete, en la cubierta de un barco pronto a naufragar. Y como si no alcanzara con eso, esa misma revista publicó, a poco del golpe militar de 1930 que "la revolución del 6 de septiembre pasará a la historia como uno de los hechos más importantes desarrollados en el escenario argentino (…) La revolución tuvo el imperio de levantar el patriotismo del pueblo hasta límites insospechados".
Estamos obligados a intercalar acá que cualquier semejanza entre esto y lo que sugerimos al principio, es pura casualidad.
Pero la cosa no termina acá. El otro gran medio gráfico argentino, el diario La Nación, que no se queda atrás en su prédica reaccionaria, pero por lo menos tiene, en su defensa, el concepto de que siempre fue así, desde su misma creación por un prototipo de ese pensamiento, el Gral. Bartolomé Mitre, está desde hace ya un tiempo, a través de los dibujos de Nik, sobre todo en su faceta de humorista político, haciendo creer a los lectores que no hay opciones en la vía democrática, lo que agregan a su convicción (que compartimos, mal que nos pese) de que de este gobierno no se puede esperar nada.
Vergüenza ajena nos dieron estas dos apreciaciones que desde Clarín y La Nación se hicieron, porque, como decimos, conllevan la proposición de que no existen alternativas a lo malo de esta gestión. Y fíjese, amigo lector, que aunque alguna vez ya tocamos este tema, pero desde otro enfoque, en un editorial titulado "El Menosmalismo", no es lo mismo criticar a los defensores a ultranza del kirchnerismo que a los propietarios e ideólogos de estos dos medios. Y no es lo mismo porque, por lo menos a priori, la opción del partido del gobierno es continuar en la senda de la gestión democrática, incluso si el resultado electoral de este año no los favorece.
En cambio los otros, los que están acostumbrados a manipular la opinión pública, lo hacen en la serena convicción de que algún día volverán a gobernar teniendo como títere a un gobierno de facto o uno seudodemocrático.
De todas maneras ambos, los partidarios del "menosmalismo" y los propietarios de los grandes medios periodísticos, comparten algo. Los dos sectores están convencidos de que, después de ellos, viene el diluvio. Y de esa manera ningunean a los que piensan distinto, olvidándose, incluso, de que aún si triunfara el Frente para la Victoria, por cifras similares a las que obtuvo Cristina Fernández en 2007, seguirá habiendo un 50% de argentinos que no piensan como ellos. ¡Y eso no es poco!
En esa misma página de Borensztein en Clarín, se habla con sorna de los supuestos acuerdos entre los partidos políticos de la oposición, de la misma manera procaz que utiliza para todo, e incluso de peor manera. Pero lo hace con toda intención, como queriendo demostrar que los que piensan distinto son una "bolsa de gatos".
Y si bien es cierto que muchas de las alianzas que se están tejiendo por estos días, a nivel nacional y provincial, hacen temer por la posibilidad de gobernar, en caso de ganar, con ideas políticas tan diversas, tampoco debemos olvidar, precisamente, que el FPV tiene en su seno figuras tan disímiles como Moyano y Eric Calcagno, solo por dar un ejemplo, y pensamientos tan enfrentados, por lo menos ideológicamente, como los de la Juventud Sindical con los de "La Cámpora".
Si uno tuviera acceso a esos medios, de manera seria, tanto como a los máximos referentes del kirchnerismo, querría preguntar: ¿Qué hacemos, entonces, los que no creemos en el proyecto de los Kirchner? ¿Nos vamos del país?
Estamos persuadidos (¡si estuviera todavía Raúl!) de que el camino no es el de pegar saltos de partido en partido, ni cuando lo hacen los que ahora se abrazan al gobierno nacional, ni cuando se trata de los que pretenden la unión de todos contra "los otros", siguiendo en los dos casos el reclamo de intereses mediáticos.
Si lo que hay que lograr es profundizar los cambios que, sería necio no reconocer, realizó el gobierno en el campo social, nada obsta a que, en un sistema republicano, pueda hacerlo con seriedad otro sector de la ciudadanía, por lo menos para rebatir tanta declamación propagandística.
"La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea. Es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabas: Sí o No" (Octavio Paz).
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso