jueves, 27 de diciembre de 2012

Que parezca un accidente

Que parezca un accidente - Editorial del 28 de diciembre de 2012 Obviamente que el título de hoy está tomado del programa de Roberto Pettinato, resumen de noticias vistas con su mirada ácida e irónica. Lo particular es que su nombre se debe a que esa fue la primera frase que se le ocurrió al músico y conductor para describir la actualidad de la Argentina, así que no está mal para copiarla para la actualidad de nuestra aldea. El accidente es un acontecimiento eminentemente humano, una contrariedad de las previsiones y las expectativas. Es imprevisto en el doble sentido que tiene esta palabra: el no haber advertido el peligro y el no haber actuado preventivamente. La noción de fatalidad es, en sí misma, una teoría sobre el accidente, tal vez la peor, porque no sugiere ningún curso de acción. Y es peligrosa porque escudándose en la fatalidad, los inútiles justifican su misma inutilidad. Lo que todos sabemos, o debemos saber, es que la causa de un accidente es cualquier condición, acción u omisión, sin la cual el hecho no hubiera ocurrido. Es decir que cuando se buscan las causas de un accidente hay que tratar de hallar varias de esas causas trabajando unidos, planteándose hipótesis que respondan a los interrogantes investigativos, tales como ¿cómo? y ¿por qué? Las causas principales actúan como factores de un producto y por consiguiente la eliminación de una sola de ellas, evita el accidente y/o sus consecuencias. No se pueden eliminar los vehículos, porque eso sería ir en contra del progreso, pero sí se puedo eliminar, progresivamente, el mal uso que se hace de ellos. O el abuso. Los problemas de seguridad tienen aspectos legales, económicos y éticos así como importantes aspectos técnicos específicos. Superficialmente, al menos, esto deja un pequeño espacio para un especialista en factores humanos. No obstante, detrás de cada problema de seguridad y cada accidente existe el problema de la gente que comete errores. Así, sí hay una ciencia general de apoyo para el trabajo de seguridad que es el estudio del error humano. Esta posición consistente en no considerar como legitimo objeto de estudio los accidentes y la seguridad, deriva del hecho de que el accidente, que es un hecho concreto, visible, comprobable, es fundamentalmente, consecuencia de algo mal hecho. Así mismo, esta tendencia al estudio del error humano, en detrimento de todo el sistema y a evitar estudiar lo que son esenciales limitaciones de la persona humana, continúa actualmente. Existe la idea de que todo accidente debe rastrease hasta encontrar un error humano, aunque sea en otro nivel como en la organización o en los aparatos o equipos usados. Por ejemplo, si a un accidente es posible relacionarlo con la organización, habrá algún culpable, y así no se responsabilizará a la organización misma, a sus fines y sus objetivos. Por ejemplo, en una institución militar que utiliza el reclutamiento, se culpara al recluta, al suboficial o al oficial y no a la institución, que puede usar otra forma de organización: por ejemplo, reclutando personal profesional más capacitado. En una empresa, siempre se responsabilizará a las personas pero no al equipamiento o la organización del trabajo. Se trataría de avanzar sobre las razones de la subestimación, la sistemática postergación de la prevención y el voluntarismo con que se percibe el futuro. El funcionamiento del sistema político no favorece a los previsores, pues siempre los políticos se ven empujados, por la misma lógica del voto, a inversiones de corto plazo que puedan inaugurar durante sus mandatos, y a postergar inversiones en sustentabilidad y seguridad cuyos beneficios difusos no podrán exhibir ante los electores. Una teoría del accidente debería penetrar hasta su centro crítico y entender algo más sobre sus mecanismos, el efecto dominó, el autoestímulo de los sistemas reflejos, la deformación de la expectativa y varios otros que recién comienzan a revelarse como problemas. No sabemos si el accidente total es probable, pero la peor manera de averiguarlo sería sentándose a esperarlo. La pasada semana recordábamos que en el editorial titulado “A quien corresponda” habíamos adelantado resultados obvios, y lo único que habíamos conseguido es que algunos se “ofendieran” por la idea de que se podría inculpar a los funcionarios, responsables indirectos de estos hechos, aunque sea por omisión. Y en esa misma oportunidad hacíamos referencia al texto del art. 52 del Código Municipal de Faltas vigente, y mencionábamos algunos de los incisos, aunque sin dedicar el tiempo a su texto. Ahora lo vamos a hacer porque creemos que corresponde, y que es el momento. En efecto, ese art. 52, aún con una más que deficiente redacción, con faltas de ortografía y gravísimos errores de sintaxis, determina que serán pasibles de multa las acciones de los conductores de vehículos que signifiquen: 1) “no conservar la mano derecha, no cediendo el paso, adelantándose peligrosamente, o en lugares en que está prohibido hacerlo; 6) “desacatando ordenes de los agentes de tránsito…”; 9) “circular en ciclomotores más de dos personas”; 10) “no usar casco en ciclomotores, motocicletas, cuatriciclos, tanto el conductor como el acompañante”; 14) “circular con vehículo excediendo los límites sobre emisión de contaminantes y ruidos”. Y el art. 54 del mismo Código de Faltas (con faltas) establece que “todo conductor y/o sus acompañantes de moto vehículos y/o vehículos, que se encuentren ingiriendo bebidas alcohólicas serán sancionados con multa e inhabilitación del registro de conductor”. Hicimos esta enumeración, que a algunos quizás le parezca tediosa, para demostrar que no estamos equivocados cuando insistimos en la responsabilidad de quienes nos gobiernan, en tanto y en cuanto no cumplan con sus obligaciones de contralor. Esa idea objetiva de falta de servicios encuentra fundamento en la aplicación, por vía subsidiaria, del art. 1112 del Código Civil, que establece un régimen de responsabilidad por los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones que les están impuestas. Este precedente define claramente el factor de atribución del deber de responder por la actividad ilícita u omisión del Estado, considerando que se genera falta de servicio por el funcionamiento anormal, defectuoso o incorrecto de la Administración, ya sea por acción o por omisión, y que entendemos que se trata de una doctrina que hasta la actualidad se mantiene en los criterios que continúan aplicando nuestros tribunales. La irresponsabilidad por omisión que se desprende de aquel enunciado debe ceder en determinadas circunstancias, por ejemplo, cuando mediare desatención negligente o irregular en el actuar jurídicamente exigible a la autoridad pública, o si se acreditare que esta tenía cabal conocimiento de la existencia de concretas situaciones o hechos ilícitos dotados de clara potencialidad dañosa y, no obstante, ha descuidado la adopción de mínimos recaudos para prevenirlos o evitarlos. Cualquiera que salga, a cualquier hora del día, a recorrer las calles de Basavilbaso, encontrará la razón de estos dichos de manera palpable y notoria. Pero parece que los funcionarios públicos de nuestro pueblo han sido lectores fanáticos de Antoine de Saint-Exupéry, más precisamente de “El Principito”, por aquello de que “lo esencial es invisible a los ojos”. Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 20 de diciembre de 2012

Quo vadis

Quo vadis - Editorial del 21 de diciembre de 2012 Quo vadis, es una locución latina que significa ¿a dónde vas? Pero no un “a dónde vas” de dirección o sitio determinado, sino más bien un “¿a dónde quieres llegar? Se nos ocurrió utilizarla para el tema de hoy, porque creemos que es todavía una respuesta que se nos debe, y a la que muchos se resisten a responder. Como para empezar a aclarar la cosa, la gestión de hechos políticos no se agota de ninguna manera en la militancia en un partido, y mucho menos en el hecho de hacerlo en los días que rodean a las elecciones. Y tampoco la participación de los ciudadanos termina con el voto, como quieren hacernos creer algunos, malintencionadamente. Esa es una visión reaccionaria y negativa de la democracia, más propia de regímenes totalitarios que de sistemas republicanos. El argumento de que el que piensa distinto tiene que esperar hasta las elecciones es falaz, ya que la realidad supera a los tiempos, y hay muchas cuestiones que no existían al momento del último sufragio o, simplemente, no tenían la gravedad y la importancia que luego adquirieron. Lo que nos quieren hacer creer es que porque elegimos a alguien para que sea nuestro representante, estamos obligados a aceptar todo lo que haga durante los años de gestión, sin opinar libremente y expresar nuestro disenso. Y eso sin ni siquiera entrar a discutir los porcentajes que obtuvieron los que ganaron y los que perdieron, y de dónde nace, supuestamente, el derecho de unos de hacer callar a los otros. Ni siquiera sirve la chicana de menoscabar el pensamiento con el fútil argumento de que si se presenta en una lista no lo vota nadie. ¿Y eso qué? Lo único que hace la democracia como sistema de elección es justamente eso: sistematizarla. Pero de ninguna manera elabora un listado de pensadores válidos o inválidos de acuerdo a la representación circunstancial que hayan obtenido, y que incluso no se sabe a ciencia cierta con qué metodologías. Sobran para ello los ejemplos de quienes, avalados por una avalancha de votos, se convirtieron en déspotas y silenciaron a todo el que osara manifestarse de otra manera. Sé que hay algunos críticos (¿criticones?) que son bastante reacios al momento de opinar, pero muy celosos en el de denostar los pensamientos de los demás. No hemos escuchados de ellos ideas esclarecedoras ni frases concluyentes. Es más, de muchos ni siquiera sabemos el nombre porque reniegan de él, casi siempre escudándose en anónimos. Así no son participes de ninguna acción creativa, y solamente ocupan lugares sin llenarlos. Y esto no es privativo de nuestro pequeño pueblo, sino que, potenciado, aparece también respecto a cuestiones de índole nacional. Pareciera que el mayor pecado de este siglo es pensar y decir lo que uno piensa, sobre todo si lo que dice y piensa no coincide con lo que dice y piensa el gobierno. Muchos de estos “opinólogos” rechazan la utilización de frases o textos de otros autores (que en esta página siempre han estado dentro del contexto y con la obligada cita de la fuente), cosa que suele hacer a menudo este editorialista. Y ya he explicado, casi hasta el cansancio, que lo hago porque si alguien escribió y describió muy bien un sentimiento o una acción, sería de necio no recurrir a esa opinión para hacernos entender. John Stuart Mill fue un filósofo, político y economista inglés representante de la escuela económica clásica y teórico del utilitarismo, planteamiento ético propuesto por su padrino Jeremy Bentham. Lo usamos frecuentemente en la cátedra de Economía y en la de Deontología, lo que presupone un cerebro amplio que le permitió pensar acerca de distintas cosas. De él, justamente, se nos ocurrió tomar casi un texto, muy a pesar de los que describimos en el párrafo anterior. "Si toda la humanidad, menos una persona, fuera de una misma opinión, y esta persona fuera de opinión contraria, la humanidad sería tan injusta impidiendo que hablase como ella misma lo sería si, teniendo poder bastante, impidiera que hablara la humanidad. La peculiaridad del mal que consiste en impedir la expresión de una opinión es que se comete un robo a la raza humana. Si la opinión es verdadera, se le priva de la oportunidad de cambiar el error por la verdad, y si es errónea, pierden un beneficio no menos importante: la más clara percepción y la impresión más viva de la verdad, producida por su colisión con el error”. ¡Y no es casualidad que se trate de una cita tomada de su libro “Sobre la libertad”! Sigo con un sentimiento de angustia respecto a las posibilidades de enseñar y aprender, tanto en la formalidad que da la escuela como en la informalidad que brinda la sociedad, a la luz de los comportamientos que han tenido los directamente aludidos. En uno de los casos he desistido, por el momento, de continuar la discusión. En todo caso le he brindado el espacio, justamente en la edición de hoy, a una de las personas que me expresó su coincidencia, y a quién animé a que la escribiera y la publicara. Espero, además, que sirva de aliciente para una expresión de ideas libre y con signatura. Eso era justamente lo que pretendíamos de los responsables, pero no lo conseguimos. En lo que sí no voy a cejar, de ninguna manera, es en la pretensión de que Basavilbaso ordene su problema de tránsito. Y eso porque no se trata de una simple cuestión de estacionamiento indebido, problemática recurrente en las grandes ciudades, sino que estamos hablando de riesgos para la vida y la salud de la gente, tanto por acción como por omisión, y tanto como sujetos pasivos como activos. Otra vez el sábado pasado me tocó ser testigo de una incongruencia de la cual nadie se hace responsable, y a la que intenté hacer frente con argumentaciones que voy a volver a verter acá, pensando que, en una de esas, por quedar impresas y ser leídas y releídas, terminen por hacer honor a aquella máxima de que “la letra con sangre entra”. Y lo digo no en sentido literal, porque me dolió muchísimo que luego del editorial que titulé “A quien corresponda”, mis asertos se confirmaran trágicamente. Antes de seguir voy a aclarar que acá nos conocemos todos, y no hay manera de decir lo que uno piensa sin aludir a conocidos. Entonces se debe superar la instancia de la crítica, alejándola de toda cuestión personal. Y lo dice alguien que en este pueblo hace cosas muy distintas y no mezcla ni deja que interfieran una con otras. La cuestión es, entonces, que el pasado sábado, bastante tarde, mientras paseaba a mi perro, vi como dos inspectores municipales le hacían una “boleta” a una moderna camioneta muy mal estacionada (sobre línea amarilla), en la esquina de Av. San Martín y Rogelio Gómez. La verdad es que imaginé que era una demostración de que se revertía la tendencia permisiva, por lo que decidí quedarme unos minutos observando el comportamiento de los funcionarios públicos, que, supongo, conocen el texto completo de la Ordenanza vigente, y saben que el Código Municipal de Faltas vigente (horrible, pero vigente) consta de 132 artículos, de los cuales, y solo por citar uno, el 52º tiene 27 apartados, y específicamente el Nº 11 es el que indica la penalización que corresponde al que “se encontrase estacionado en lugar no permitido”. Dado que por una cuestión profesional conozco casi de memoria el texto, que un día de estos voy a transcribir para hacer docencia, comencé a pensar en un escenario en el que, sin esforzase demasiado, los inspectores se podrían hacer una “panzada” con el inc. 1; el 3; el 7; el 9; el 10; el 14; el 21; el 22… Pero no. Parece que no es por ahí por dónde vamos. El dueño de la camioneta fue el chivo expiatorio de una noche en la que todos los otros incisos fueron incumplidos, a la vista de los inspectores, que, sabemos, aducen que no pueden pararse delante de los vehículos en marcha para detenerlos y confeccionarles el acta. ¿A dónde vamos, entonces? Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 13 de diciembre de 2012

Fuego y luces

Fuego y luces - Editorial del 14 de diciembre de 2012 La pasada semana publicamos en nuestra edición impresa una poesía de Ana Dragún de Torres, colaboradora frecuente de este Semanario, que ella tituló “Un mundo en llamas”, y en la que hace una descripción de la situación internacional y de ciertos enfrentamientos que justifican la metáfora. Pero hoy voy a optar por hacer un uso distinto, en este caso positivo, de uno de los elementos, junto con el agua, la tierra y el aire, de las cosmogonías tradicionales en Occidente y que está presente en todas las religiones y sus rituales, en la filosofía esotérica, en la alquimia y en la astrología. En efecto, la coincidencia en este mes de diciembre de las festividades religiosas de Janucá y Navidad, judía y cristiana respectivamente, y la feliz decisión de la Asociación Israelita de Basavilbaso de realizar este próximo domingo el Concierto de las Luminarias, con la participación del Coro Municipal “Magnificat” de nuestra ciudad y el tenor Enrique Grinberg, acompañado por la pianista Susana Cardonnet, me hacen pensar que “no todo está perdido”, y que si la apuesta es al calor que brinda el fuego y no a su poder de destrucción, y a la luz que nos saca de las tinieblas y no a la que nos enceguece, estamos en el buen camino. Esta experiencia, que se concretará en dos días más, tuvo una instancia anterior hace ya casi quince años, cuando el Coro de Miguel Bernik, integrado, como dice nuestra canción, por “criollos, judíos y gringos” (no importaba en aquél momento la proporción, como tampoco importa ahora) participó de la ceremonia del Día del Perdón, seguramente la más profunda y sentida de todas las de la liturgia judía, interpretando el Kol Nidre, bellísima melodía que encierra una letra fundamental por el sentido de arrepentimiento y disculpas por los errores cometidos que la misma relata. En aquél momento, del que me tocó participar activamente, escribí luego que era evidente que los basavilbasenses no habíamos tomado conciencia de la importancia de ese hecho, seguramente porque tampoco se le dio la trascendencia debida. A nadie escapa de que las malas noticias tienen mucha más prensa que las buenas. Una pintada antisemita ameritaría seguramente la presencia de medios nacionales, pero no lo hizo una expresión artística integradora. En aquél caso lo inédito era ya de por sí la presencia de un Coro Municipal, no religioso y mucho menos confesional judío, en una celebración de esta Fe. Y aunque más arriba decía yo que las proporciones no importaban, es necesario destacar que en aquella formación del Coro había dos monjas, más de veinte cristianos, y un solo judío. Y esa característica se mantiene, salvo por lo de las monjas, todavía hoy. Quizás no debería llamar tanto la atención este hecho en un marco de convivencia, sobre todo porque en el mismo tiempo el Magnificat tomó parte de misas en Parroquias de muchos lugares de Entre Ríos y del país, y también en iglesias de distintas denominaciones cristianas. Pero sabemos que, aunque nos propongamos decir que es lo mismo, no lo es, por esa misma razón de difusión de las malas noticias de la que hablaba más arriba. Sin ir más lejos, el año pasado, en oportunidad de la participación de nuestro Coro en un Encuentro en la ciudad de Ituzaingó, Corrientes, la visita culminó (esto es bastante frecuente) con una participación el domingo a la mañana en una misa (el Magnificat tiene siempre un repertorio preparado para eso). Lo particular fue que, al final, y luego de la tradicional despedida del párroco, terminamos todos de la mano, incluso el cura (entrerriano, para más datos), cantando el Popurrí de Canciones Populares Judías, que este domingo también formará parte del repertorio, y que concluye con el conocido “Hevenu Shalom Alejem”, cuya traducción más aproximada es “estemos todos juntos y en Paz”. ¡¿Todo un símbolo, no?! Aun cuando me resisto a transformar esta página en una clase de Historia, muchas veces la pasión me traiciona, como va a suceder ahora. Es imposible negar la relación estrecha que existe entre el judaísmo y el cristianismo. De hecho, Juan Pablo II, líder durante muchísimos años de la Iglesia Católica, denominó al pueblo de Israel “nuestros hermanos mayores”. Por supuesto que tampoco se pueden negar las múltiples persecuciones habidas a lo largo de estos veintiún siglos, pero insisto hoy en reconocer solamente las cosas buenas. Como decía, entonces, la Historia religiosa nos enseña que María, hija de Joaquín y de Ana, natural de la ciudad de Nazaret, en tierra de Galilea (en donde tuve el placer de estar el pasado año), la niña a la que un ángel había anunciado cierto prodigio increíble, y José, su esposo, carpintero él, salieron al encuentro de su destino, que sería el destino de gran parte de la humanidad, debido a una imposición del emperador romano Augusto, que obligó a los judíos a trasladarse entre los idus de diciembre y las calendas de enero a sus lugares de origen. Belén era el lugar de la tribu de David, a la que pertenecía José, razón por la cual él marchó, con la caravana correspondiente y su mujer a punto de parir, hacia ese lugar. Al no encontrar posada alguna, llevó a su esposa a una gruta albergue de animales. En ese pesebre, María, judía como José, parió a Jesús, también judío, que a los ocho días de nacer, en lo que hoy es el primer día del año en el calendario gregoriano, fue circuncidado, tal como lo somos todos los judíos varones. Que el Niño naciera en Belén fue un retorno a los orígenes, a los antepasados, a la aldea del Rey David. La peregrinación que todos los años los judíos piadosos hacían a Jerusalém (y que muchos todavía siguen haciendo), estaba y está impulsada por la misma motivación: la de volver a las raíces para beber en la fuente. Con la opción de los orígenes miramos hacia atrás, hacia los padres que vivieron el pasado. La fe de nuestros padres y la esperanza de nuestros hijos son las dos fuentes que alimentan nuestra caridad (Teshuvá, en hebreo) y el compromiso del presente. Y la coincidencia con Janucá también me obliga a explicar el hecho que da lugar a esta celebración, que recuerda algo que ocurrió 70 años antes de Cristo. Janucá quiere decir “restauración” o “reinauguración”, y se corresponde con la recuperación del Templo de Jerusalém, en ese momento en manos del rey grecosirio Antíoco Epifanes, que quería imponer el politeísmo. La lucha de los Macabeos para recuperar el Templo fue la lucha de pocos contra muchos y la dignidad de una minoría no dispuesta a sucumbir. La Navidad cristiana y la Janucá judía tienen muy poco que ver en el fondo, pero mucho en la forma de la celebración, y eso no debe ser casualidad. La época del año en que se celebran, los ocho días de duración de la festividad judía y los ocho días que van desde la Navidad al Año Nuevo (ya expliqué más arriba el por qué), el carácter familiar, los regalos para los más chicos, la sugerencia de mostrar el símbolo de la festividad en lugar visible (el árbol y la janukiá), y por sobre todos estos detalles, la importancia que ambas le dan al elemento luz. Yo espero que esta coincidencia, mundial en el calendario y pueblerina en el encuentro de este domingo, nos trasmita un mensaje: buscar lo mejor de nosotros mismos, hallar una feliz convivencia y un mayor compromiso con el prójimo. Todo eso conlleva un renacimiento espiritual, la plena vigencia de valores éticos y el enaltecimiento de una actitud moral de comprensión y no de tolerancia. Como dice la letra de uno de los villancicos que escucharemos en esa noche: “Pedir y dar perdón, ser cada día…mejor”. Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 6 de diciembre de 2012

¡Grande Tácito!

¡Grande Tácito! - Editorial del 7 de diciembre de 2012 Para aquellos lectores del blog, o sea los que no leen la versión impresa de nuestro Semanario, voy a hacer una aclaración necesaria respecto al título de hoy. Tácito fue un historiador romano, y los pocos datos que se conocen de su vida indican que desarrolló una brillante carrera política que le llevó al Senado, así como a ejercer el cargo de cónsul. La obra de Tácito se caracteriza por el riguroso empleo de la documentación, pero se dice que aunque trataba de usar sus fuentes con imparcialidad, su fuerte personalidad acababa imponiéndose, con lo que triunfa la subjetividad. Tácito tiene por objeto escribir la historia de los acontecimientos con una finalidad moralista e instructiva, y lo hace con un peculiar e intransferible estilo literario repleto de agudeza dramática. Su gran poder como historiador radica en su perspicacia psicológica y en la brillantez de sus retratos de personajes. Su estilo es una combinación eficiente de expresiones concisas y pintorescas. Ensalzó los ideales de la República romana y realizó descripciones críticas muy profundas de muchos de los emperadores, obteniendo seguramente resultados que justificaron su expresión. De él, hace ya muchos años, tomamos la frase que nos sirve hoy de lema, y que se repite en la tapa de Crónica desde el día en que un intendente se "enojó" con lo que yo había escrito, y sin ejercer el derecho a réplica, que nunca negué a nadie, se borró de su suscripción personal aduciendo que prefería, con esa plata, "comprarle caramelos a sus nietos". Esa situación ya quedó en mera anécdota, porque los acontecimientos posteriores superaron la instancia entre los protagonistas, pero la frase quedó: "Irritarse por la crítica es considerar que era merecida". Este editorialista lleva escritos 772 páginas como ésta, y muchísimos artículos separados sobre temas diversos, y siempre con su firma, que incluye nombre y apellido completos, como para que no queden dudas acerca de quién está opinando. A su vez el semanario, fundado por Pedro J. Benítez en 1930 y dirigido por mi padre durante varios años y por mí desde hace ya más de diez, se ha caracterizado por tener una opinión ante cada suceso que impacte sobre la sociedad, lo que le valió, incluso, en alguna época, la clausura. No obstante ello, en esta tercera etapa, iniciada en octubre de 1997, solamente en dos oportunidades aquellos que pensaban distinto han ejercido ese derecho, esencial en una democracia, y que supone el respeto por la otredad, y la posibilidad de rebatirlo en el mismo ámbito, demostrando con argumentos y no con caprichos el disenso. La pasada semana escribí sobre dos temas que resultaron polémicos, seguramente porque ya lo eran antes de que yo decidiera opinar sobre los mismos. Uno, el de la página editorial, tenía que ver con el gravísimo problema del ordenamiento del tránsito en nuestra ciudad, y el otro, en la tapa, respecto a la forma en que Basavilbaso y su gente, y sobre todos "sus" lugares (el Colegio y el Partido Justicialista) despidieron (o no) a Alicia Lovera de Gatti, "Polola", en su viaje final. No voy a abundar en los detalles de lo escrito porque están a disposición tanto el ejemplar de Crónica como el acceso al blog. Solo quiero referirme acá a algunas reacciones, de todo signo, que siguieron a la publicación, y que me generan sentimientos encontrados y, algunos, difíciles de digerir. En principio, y porque fue el planteo de la nota de tapa, parece que la referencia a la falta de reacción de las autoridades del colegio en el que Polola se recibió de Bachiller, dio clases de Caligrafía y Dibujo, fue Jefa de Preceptores y Vicerectora, no gustó demasiado. Sin embargo, cuando la lógica indicaría, sobre todo tratándose de un establecimiento educativo formador de alumnos, que se solicitara en el mismo medio un espacio para aclarar las razones por las cuales no se la despidió institucionalmente ni se abrieron las puertas para que sus restos pasaran por el lugar en el que estuvo casi toda su vida, la respuesta a lo escrito fue la inmediata solicitud por parte de la máxima autoridad del mismo de que borremos a la Escuela Secundaria Nº 10 (reitero, otrora Colegio Nacional Basavilbaso, Anexo Comercial) de la suscripción a Crónica. Como no podía presuponer cuál era la causa, me comuniqué con la misma, preguntándole si las razones eran de índole económica (los $ 10 mensuales que sale recibir todos los viernes el periódico), o conceptuales. Obviamente que la respuesta fue que era una consecuencia directa de lo que yo había escrito. O sea no me negaron (era imposible, por otra parte) que la Institución no estuvo presente en su despedida ni abrió sus puertas, ni izó su bandera a media asta, ni nada. Solamente se enojó con el cartero, o sea con quién trajo la noticia a colación. Obviamente que seguiré mandando sin cargo el semanario, ya que considero que un medio con la presencia comunitaria que tiene Crónica y la cantidad de información de interés para el personal y el alumnado, no puede estar ausente en una escuela, no solamente para su uso presente, sino también para su utilización en el futuro. La historia de ese mismo colegio, cuando cumplió 50 años, fue escrita en parte gracias al archivo de este semanario, única referencia escrita de sus primeros años de vida, de sus promociones, de sus cuadros de honor, etc. Y no solamente lo seguiré enviando, sino que consideraré un acto de discriminación el rechazo de su recepción, por lo menos mientras no se me explique adecuadamente la inconveniencia de que Crónica esté presente en ese ámbito. Toda esta temática profundiza su importancia en tanto y en cuanto esta página saldrá publicada justamente el 7D, día que han convertido en emblemático por la aplicación de la Ley de Medios. Creo que los que sentimos cierto temor ante el "pensamiento único" nos ponemos un poco más nerviosos cuando vemos que, sin que todavía la misma esté plenamente vigente, ya hay desde organismos públicos decisiones que atacan la libre expresión. Ejerzo la docencia ininterrumpidamente desde hace ya casi 22 años, siempre en el espacio curricular que hoy se denomina Formación Ética y Ciudadana y antes Formación Cívica, Instrucción Cívica, o, muchísimo antes, cuando la daba el "viejo" Curi, Educación Democrática. Pero nunca enseñé ni aprendí, ni siquiera en tiempos de dictadura militar, que la mejor reacción ante una crítica sea el castigo al crítico. Ya casi sin espacio, lo que me suele suceder muy a menudo, también tengo que decir que la lectura de la página editorial titulada "A quién corresponda" generó en ciertos ámbitos del poder algunas reacciones quisquillosas, sobre todo respecto a la referencia que hice allí al incumplimiento de los deberes de funcionario público por parte de aquellos que ven las infracciones y no hacen nada. No sé qué razones podrán tener quienes se sintieron afectados, ya que, en todo caso, podrían haber hecho lo mismo que sugerí más arriba, o sea solicitar el derecho a réplica, que indudablemente redundaría en beneficio de toda la comunidad, ya que ayudaría a esclarecer a un porcentaje muy alto de la misma, teniendo en cuenta el tiraje de Crónica. Por lo pronto, allí proponía que en vez de preocuparse tanto por incrementar el personal, lo que había que hacer era mantenerlos constantes las 24 horas, mediante turnos rotativos. Y ciertos hechos ocurridos a las pocas horas parecieron justificar el aserto. Por suerte se nota que la opinión de los medios independientes finalmente importa, porque en esta semana se incrementaron los controles, incluso en aspectos a los que antes no se les daba tanta importancia. Tácito, "un maestro", también nos dejó otra frase que contiene un deseo y una enseñanza, y que muchos deberían pegar con un imán en un lugar bien visible, sobre todo para el día después del 7D, y a la hora de entender el rol de los medios: "Que puedas pensar lo que quieras y decir lo que piensas". Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

lunes, 3 de diciembre de 2012

Desagradecimiento

El pasado sábado falleció en su pueblo, o sea en nuestro pueblo, Basavilbaso, Alicia Lovera de Gatti, "Polola", toda una figura representativa de las cosas que se pueden hacer con bajo perfil, sin enriquecerse (materialmente), y pensando en todos. Fue mi profesora de Caligrafía y Dibujo, como lo fue de tantos, en el viejo Colegio Nacional Basavilbaso y su anexo Comercial. Con el tiempo pasó a ser Jefa de Preceptores y luego, antes de jubilarse, Vicerectora. No creo que haya alguien que tenga una historia negativa con la "Poli". Para muchos de nosotros fue una madraza, precursora de formas de educar que luego se fueron institucionalizando. Y sobre todo para los que fuimos compañeros de sus hijos; en mi caso con el Dani. Salíamos del colegio y teníamos en su casa una continuidad del aula, tanto en educación como en afecto, ambas cosas imprescindibles para quién se considere un docente. Para nuestra generación es el nombre que completa una breve lista que integran la "tía Pesci", Goyo Rosquin y…muy pocos más. Y a esos nombres los tenemos en nuestras venas y en nuestra piel, para siempre. Es por eso que me dolió tanto la falta de reacción de la Institución, hoy Escuela Secundaria Nº 10, o, en todo caso, de las instancias jerárquicas superiores, tan dadas a estar presentes en actos protocolares. Supongo que uno puede aceptar un margen de desconocimiento porque muchos no escuchan la radio o no se "conectan" los fines de semana. Pero de ahí a que en la despedida que le improvisamos en la puerta de su segunda casa, en Barón Hirsch 175, donde estuvo el Colegio Nacional y después sus continuadores, hayamos sido solamente tres los compañeros de trabajo (y una de ellas su hermana Alba), es una vergüenza. Y que le hayamos tenido que hacer el homenaje en la calle y con las puertas cerradas, es otra vergüenza. Y alguien deberá hacerse cargo, porque no podemos volver ya la historia atrás. En esta primera parte soy interesado directo, porque como ya dije, primero fui su alumno y luego trabajé con ella. En la que voy a tratar a continuación no soy un participante, pero creo tener derecho, como ciudadano y también como periodista a hacerlo, porque además vi los rostros de algunos de sus compañeros del PJ. Inexplicablemente, después de su militancia peronista, que permitió, sin dudas, que llegaran a funcionarios muchos de los que hoy ocupan lugares de privilegio, no hubo homenaje en forma de palabras de reconocimiento y de valoración de quién se jugó en los tiempos en que eso no era fácil. Vimos, si, una corona de flores, pero eso se paga con monedas y de ninguna manera le hace justicia a su figura. Mucho se habla de que a los homenajes hay que hacerlos en vida y no después de la muerte. Pero en este caso no le hicieron ni lo uno ni lo otro. Quiero dejarle, como despedida, en mi nombre y en el de tantos que la quisimos y la seguiremos recordando, un solo verso de un poema de Nicolás Guillén, a quién admiraban ella y el Dani: "y aunque la muerte me das, ya me ganes o me pierdas, sin saber que me recuerdas no sé si me olvidarás". Mario Ignacio Arcusin

jueves, 29 de noviembre de 2012

A quién corresponda

A quién corresponda - Editorial del 30 de noviembre de 2012 Cuando empecé a pensar en el tema de esta semana, recordé el título de uno de los mejores discos de Joan Manuel Serrat. Se llama “En tránsito”, es del año 1981, y tiene una hermosa canción cuyo nombre coincide, precisamente, con el editorial de hoy. Porque son sumamente descriptivos, y me vienen como “anillo al dedo” voy a transcribir los versos de una parte de la misma, que, no por casualidad, está subtitulada como “Súplica”: Se sirva tomar medidas y llamar al orden a esos chapuceros que lo dejan todo perdido en nombre del personal. Pero hágalo urgentemente para que no sean necesarios más héroes ni más milagros pa' adecentar el local. No hay otro tiempo que el que nos ha "tocao", acláreles quién manda y quién es el "mandao". Y si no estuviera en su mano poner coto a tales desmanes, mándeles copiar cien veces que "Esas cosas no se hacen". Gracia que espera merecer del recto proceder de quien no suele llamarse a engaño, a quien Dios guarde muchos años. AMÉN. La conjunción entre el nombre del álbum y el del tema debe ir sugiriendo ya al lector acostumbrado a estos juegos, que de lo que vamos a hablar es del problema del tránsito en nuestra ciudad, el que pese a los intentos (vanos) de solucionarlo, se va agudizando, todo con un final que a este momento es absolutamente imprevisible, y que puede generar responsabilidades que supongo ni siquiera se imaginan los responsables. Solamente para dar un ejemplo, el sábado en una calle céntrica, bajo la mirada de un inspector de tránsito, una moto me pasó por la derecha, en un espacio limitadísimo, y con un altísimo riesgo físico para el aprendiz de suicida, y uno mucho más alto para mí, que sin tener nada que ver, me iba a quedar con una horrible sensación para toda la vida. Ya alguien de mi familia pasó por eso, así que sé que eso nunca se supera. Casualmente yo había hablado en la semana en el municipio porque creo que el actual sistema de aplicación de la Ordenanza de Tránsito es, por lo menos, desigual. Me ha tocado ver cómo se le cobra una multa de casi dos mil pesos a una persona que para ganarlos tiene que trabajar todo el mes, mientras se mira para otro lado las más de las veces. A mí que no me “corran con la vaina” de que se están haciendo muchas multas, porque eso no tiene sentido si no se hace una comparación con la cantidad de infracciones que no se castigan. Por supuesto que como hombre del Derecho conozco los principios generales y acepto que el incumplimiento de algunos no puede ser causal de que el mismo se generalice, y en ese orden está bien que se exija, que se confeccionen las actas, que se intime y que se cobre. ¡Pero a todos! Así como se popularizó, con razón, la frase que pregona que la justicia lenta no es justicia, también va llegar la hora en que se haga carne en la gente que si la Constitución dice que todos somos iguales ante la ley, no puede ser que haya algunos más iguales (o desiguales) que otros. Es cierto que no todas las faltas se castigan en el mundo. Y esto comprende delitos y contravenciones. Hay crímenes perfectos que nunca se han resuelto. Pero lo que no es posible es que la autoridad sea testigo del incumplimiento y no haga nada. Este inspector municipal al que hice referencia más arriba, y al que me acerqué luego del incidente para preguntarle si lo había visto (aunque era imposible que no lo hubiese visto), me contestó, casi textualmente: “y qué querés, Mario. Si intento pararlo me pasa por encima”. Puede que eso sea cierto, pero entonces es lógico aventurar, parafraseando alguna ocurrencia de Landriscina, que los inspectores terminan estando ”…como cenicero de moto”. Por supuesto que ellos no son de ninguna manera los responsables del desorden en el que se encuentra el tránsito en Basavilbaso. Los responsables son aquellos que hemos elegido para gobernar, porque llegaron al lugar que ocupan gracias a la política, que es el “arte de lograr el bienestar general”. Acá hace falta poder de decisión, porque si no, tarde o temprano, algún abogado (que podrá ser el firmante, ¿por qué no?) se animará a presentar una denuncia por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Para ello bastará con tomarse el trabajo un fin de semana de filmar o fotografiar el paso de todo tipo de vehículos infringiendo las normas vigentes (pésimas normas, pero vigentes al fin), ante la impertérrita mirada de quienes tienen la obligación de tomar medidas. Y yo creo que la solución no pasa ni siquiera por el incremento de la cantidad de inspectores, ni por la provisión de motocicletas para una mejor vigilancia. Si, por ejemplo, me parece que una cobertura rotativa las 24 hs. del día en los lugares estratégicos que todos conocemos, generará el hábito del cumplimiento. Seguida esa cobertura, por supuesto, por las consecuentes multas y las ejecuciones cuando las mismas no se pueden hacer efectivas. Es sabido que la letra con sangre entra. Y conste que no me refiero solamente a las motos, aunque en este mismo momento (son las doce de la noche del miércoles) estoy escuchando el ir y venir por la Av. San Martín de una con escape libre que me está rompiendo los…tímpanos y no me deja concentrarme. También hablo de los que estacionan en las zonas demarcadas con amarillo en las esquinas (en este caso, y mayormente, 4x4 y no ciclomotores), sin importarles si impiden la visibilidad y crean las condiciones necesarias para que se generen accidentes; a los que circulan a exceso y a defecto de velocidad (es decir muy rápido o muy despacio); a los que aturden con sus equipos de sonido con una música que los demás no tenemos por qué escuchar obligados; a los que manejan sus vehículos empinando al mismo tiempo una botella de cerveza o de vino frizze; a los que no tienen todas las luces (en sus autos), etc. Para ello es imprescindible, en primer lugar, reformular la Ordenanza vigente, que como ya expresara en varias oportunidades, demostrándolo y justificándolo con creces, es un adefesio impresentable. Una vez que eso se haga, lo que restaría, sobre todo después que se han creado tantas secretarías que supongo deben ser necesarias para el funcionamiento del ejecutivo municipal, sería la creación de un Juzgado de Faltas, imprescindible para asegurarle al ciudadano que su incumplimiento no será merituado por quién es a su vez parte, como ocurre ahora. No puedo dejar de suponer que, a la hora de rechazar un descargo, prima seguramente la posibilidad de un ingreso dinerario al fisco antes que el de las garantías constitucionales del debido proceso. Pero es claro que no se pueden primero exaltar las causas y luego agraviarse por los efectos. Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 22 de noviembre de 2012

El paro de la oposición

El paro de la oposición - Editorial del 23 de noviembre de 2012 A poco de decidirme por el título de hoy, me quedé pensando si no debería haber dado un poco de vueltas a las palabras y llamar al editorial: “La oposición está de paro”. Y eso porque si bien es cierto, o por lo menos es lo que me parece a mí, que tenemos un gobierno que no gobierna, salvo en lo que atañe a los propios intereses personales de la Presidente y de su séquito, tenemos una oposición que no se opone, salvo en lo que atañe a sus propios intereses personales. ¡Caramba, qué coincidencia!, diría Les Luthiers. Entonces creo que se entiende que mi referencia al paro no se reduce a lo que pasó el martes (para mí intrascendente, de todas maneras) sino que se extiende a la inexistencia de una postura ideológica que se oponga a cada uno de los desatinos del kirchnerismo. Ante el emblemático y tan esperado y promocionado 20N, las reacciones y el análisis de sus consecuencias dan lugar a la posibilidad de expresar una idea al respecto, consecuente con la línea editorial de este semanario y del firmante, que se puede construir en base a lo escrito ante cada acto de similares características ocurrido en estos quince años de permanencia “Ahora la voluntad de los trabajadores no puede ser manipulada por nadie”, dice la Presidente, cuando se callaba la boca en los 13 paros de Ubaldini. “No hablemos de paros, sino de piquetes y de amenazas”, manifestó primero, para luego “retar” a su Jefe de Gabinete, que en un ataque de sinceridad había definido a lo ocurrido el pasado 20 como un “piquetazo nacional”. La Historia sirve para no repetir los errores del pasado, pero también para aprender de las cosas que se hicieron bien. Ante tantas pavadas que uno ha escuchado por estos días, antes y después del paro nacional convocado por la CGT de Moyano y la CTA de Micheli, no queda otra que asustarse ante el nivel de la dirigencia que nos ha tocado en suerte generar y soportar. Y estoy hablando, por supuesto, tanto de la oficialista como de la opositora, porque no he escuchado coherencias desde ninguna de las dos partes. Por ejemplo nuestro gobernador, Sergio Urribarri, ratificó el “rumbo” del proyecto político impulsado por el kirchnerismo. "Si Hugo Moyano tiene otro modelo de país para ofrecerle a los argentinos, que nos cuente cuál es y se presente como candidato, para que dejemos de pensar que es un ‘chirolita’ al servicio de Clarín y la Sociedad Rural", fustigó. A su vez, insistió en que la Argentina de hoy “es muy diferente” a la de nueve años atrás: “No sólo se genera empleo, reabren viejas y nuevas fábricas, regresan nuestros científicos, sino que es un país donde hay libertad para expresarse”. Uno confía en que el Sr. Gobernador, en las épocas de su militancia universitaria o sindical (porque supongo que la habrá tenido), habrá dicho lo mismo respecto a los paros que se le hicieron al primer gobierno democrático de la Argentina. Porque es bueno recordar que el expresidente Raúl Alfonsín afrontó a lo largo de su gobierno una fuerte lucha con los sectores sindicales, que se oponían a su política económica e implementaron 13 paros nacionales durante su mandato, encabezados por el entonces titular de la CGT, Saúl Ubaldini. Obviamente que el trasfondo político tenía que ver conque el peronismo no se “bancaba” (uso el término porque también lo usó, “cancheramente”, la Presidente) haber perdido las elecciones del ’83, y, consecuentemente, por más que ahora Urribarri y muchos más aconsejen eso, tampoco esperar hasta 1989 para proponer otra cosa. Las 13 huelgas que Ubaldini realizó contra el gobierno radical, avaladas por el peronismo de la época, tuvieron como objetivo conseguir que se pusieran en marcha los 26 puntos que contenía un documento alternativo al Plan Austral de Alfonsín, que había diseñado su ex ministro de Economía Juan Sourrouille. "Si Alfonsín no le da al pueblo lo que legítimamente le corresponde, los trabajadores saldremos a la calle y paralizaremos el país cuantas veces sean necesarias", había subrayado Ubaldini. El sindicalismo también se opuso al intento del radicalismo de reformar la normativa laboral a través de la Ley Mucci, que pretendía incluir en la conducción de los gremios a las minorías que no estaban representadas hasta el momento, y por eso en febrero de 1984, (a poco más de un año de las elecciones) la CGT convocó a una movilización a la Plaza del Congreso para repudiar esa iniciativa, que finalmente fracasó y terminó por fortalecer aún más la figura de Ubaldini, quien luego convocaría los paros, envalentonado por esa masividad. Pero aun cuando fue repudiable esa actitud de los gremios peronistas, no se puede menos que reconocer que tanto la postura de Ubaldini como la de Alfonsín tenían un altísimo contenido ideológico y político, no como en esta oportunidad en la que Moyano lucha por mantener su propio poder; Micheli quiere sostener una CTA opositora contra la otra que se ha convertido en kirchnerista de la mano de Hugo Yasky, y el resto de los convocantes y participantes de las marchas (respetando honrosísimas excepciones que conocemos y otras más que las habrá y que no conocemos) concurrió para reclamar meras reivindicaciones sectoriales. Y acá debo decir, antes que alguien se enoje, que no me parece mal que se reclame por el cepo al dólar, por la seguridad, contra la corrupción, contra la minería a cielo abierto, a favor de una verdadera libertad de prensa, etc. Pero también me veo en la necesidad de reiterar que todos esos reclamos, en una democracia, deben ser necesariamente canalizados a través de los partidos políticos. Y no para, como dicen algunos que se las dan de progresistas pero recurren a argumentos reaccionarios y fascistas, esperar hasta el 2015 para proponer alternativas, sino para cumplir el rol que se le asigna en este sistema creado hace por lo menos 2.500 años, o sea que se respete el derecho de la mayoría de gobernar según sus propuestas, pero también el de la minoría de expresarse y oponerse, si es necesario. De hecho, en determinadas circunstancias, la regla de la mayoría puede volverse antidemocrática cuando afecta derechos fundamentales de las minorías o de los individuos. Ya que tanto se está hablando de una nueva reforma constitucional, bueno estaría que para demostrar que no se está solamente detrás de la re relección, se propusiera adecuarla a los nuevos conceptos de “democracia real”, que ahora comprende complejos mecanismos articulados, con múltiples reglas de participación en los procesos de deliberación y toma de decisiones, en los que el poder se divide constitucionalmente o estatutariamente en múltiples funciones y ámbitos territoriales, y se establece una variedad de sistemas de control, contrapesos y limitaciones, que lleva a la conformación de distintos tipos de mayorías, a la preservación de ámbitos básicos para las minorías y a garantizar los derechos humanos de los individuos y grupos sociales. Si no hacemos eso, nos seguiremos desangrando en luchas estériles, con un ejército sin comandantes, por un lado, y una comandante enceguecida por su odio a un medio periodístico al que demoniza (no digo yo que Clarín no merezca esa demonización), por el otro. Hago mía una frase de Moisés Lebensohn, a quién cité también hace pocos días, volviendo a pedir que ilumine, si no a toda la oposición, por lo menos al partido por el que dio la vida: “…Nosotros queremos el contralor social de la economía, pero con un Estado dirigido democráticamente en forma tal que todas las fuerzas de la sociedad intervengan, sin interferencias deformadoras, en la expresión de la voluntad colectiva, y tenga el estado como agente y no como dueño de la comunidad.” Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 15 de noviembre de 2012

Arroz con (mala) leche II

Arroz con (mala) leche II - Editorial del 16 de noviembre de 2012 La pasada semana, todavía sin saber si lo que nos quedaba en el tintero ameritaba la promesa de la continuación, lo anunciamos, y ahora debemos cumplirlo, incluso con la posibilidad latente de no agotar el tema, ya que la realidad de la empresa, de la quiebra y, sobre todo, de los empleados de Calimboy justifica a esta altura casi la realización de un ensayo jurídico, sociológico y económico. Es sabido que el mismo día en que salía a la calle la edición de nuestro semanario, los obreros que se encuentran en el limbo, que según algunas corrientes religiosas es un lugar que está entre los vivos y los muertos, sin que se produzca respecto a ellos una decisión, y que, coloquialmente, se utiliza como estado indefinido: "ni aquí ni allá", recibieron una ayuda económica del gobierno provincial, de mil pesos para cada trabajador (en principio solamente a los que estaban protestando), un bolsón de comestibles (aportado por el Ministerio de Desarrollo Social) y los certificados que le permitirán a cada uno de ellos gestionar ante la Anses el Fondo de Desempleo. Una de las vetas por las que se nos ocurre incursionar tiene que ver con que, aparentemente, la mayor dedicación, por lo menos en la búsqueda de las soluciones coyunturales, viene de uno solo de los legisladores departamentales, en este caso el Senador René Bonato, del Frente para la Victoria. Sabemos que el Diputado Flores ha estado presente en algunas oportunidades, así como también el Diputado Bisogni. Respetuosos como somos de la división de poderes, no nos parece que esa sea exactamente la función de un legislador, pero, lógicamente que tratándose de un régimen de tono asistencialista, esto no debería asombrarnos. Sin embargo destacamos que todos ellos, incluido el ministro de la Producción, Roberto Schunk , han expresado que se encuentran en un "contexto de colaboración", ya que no pueden influir sobre el notorio dueño (recordemos lo de "correr el velo de la personalidad"), ni sobre la Justicia (recordemos su pereza en este caso), ni sobre la decisión de la AFIP de pedir la quiebra sin tener en cuenta las necesidades de los trabajadores. Y así como destacamos las presencias, aun cuando hayan sido "pour la gallerie" (mostrarse para la tribuna, elegir giros o ideas con un alto porcentaje de demagogia, decir lo "políticamente correcto"), también debemos dejar en claro que no hemos sabido de ninguna demostración tangible de interés, que entendemos debe traducirse en "estar", de parte de la diputada Felicitas Rodríguez, de la Unión Cívica Radical. Sabemos que entre los afectados directos hay afiliados y simpatizantes de dicho partido, pero, además, afectados indirectos somos todos los habitantes del departamento, y si ella es nuestra representante debería haber hecho alguna manifestación pública en abierta defensa de los más débiles, que esa es la línea ideológica que llevó a los fundadores del más que centenario partido. Y si no alcanza con eso, le proponemos (a ella y a ustedes) la lectura de un texto de Moisés Lebensohn, considerado como uno de los ideólogos fundamentales de la UCR: "…las libertades civiles y políticas deben integrar el clima de la dignidad humana con una efectiva democracia económica, y ansiamos que el partido imponga un orden de Justicia que garantice el derecho igual de todos a la libertad, el derecho de todos al trabajo, a la cultura, a un standard de vida correcto, a la alegría de vivir, a un hogar confortable…Proclamamos que esta etapa de la historia debe concluir aquí, como en el resto del mundo, con la abolición de la angustia humana, de la inseguridad del hombre ante su porvenir, ante los riesgos de la desocupación, de la enfermedad y de la vejez y ante la incertidumbre de la existencia de sus descendientes…Para llegar a este estado de justicia social estamos dispuestos a luchar contra todas las situaciones de privilegio y contra todas las injusticias que oprimen la vida argentina". Esto quiere decir, palabras más, palabras menos (permiso TN), que no hay opciones en estos casos. Se podrá romper, pero nunca se deberá doblar. Y deberemos comenzar a acostumbrarnos a pensar que cuando asumimos responsabilidades políticas y representativas en una república, se acaban los intereses sectoriales o de familia que pudiéramos llevar como carga. De últimas, ante la colisión de intereses, siempre queda la elegante salida de la renuncia. Algunos lectores, obviamente los más recientes y menos acostumbrados al estilo de esta página, opinaron que en la de la semana pasada nos dedicamos demasiado tiempo a las explicaciones históricas y conceptuales, dejando poco espacio para la realidad presente. De más está decir que la decisión tomada hace ya un poco más de 15 años de expresar por escrito y con firma la opinión del editorialista, incluyó desde siempre la intención de aprovechar la instancia para completar los conocimientos, como una manera de entender el problema del que se trate en un adecuado contexto. De ahí, por ejemplo, y en este caso, la referencia a la razón del uso de la palabra "quiebra" y la recurrencia a la teoría que permite al magistrado ir un poco más allá de lo que se ve. Nos parece que no estuvimos tan errados, porque sabemos que con posterioridad a la publicación, este concepto fue considerado en ámbitos legales y judiciales, dejándonos tranquilos a nosotros mismos, ya que no tenemos participación profesional en este caso. Aclaramos, para aquél que no lo sabe, que el firmante es abogado. No nos cansaremos de repetir que acá hay una reiterada e inmerecida victimización, cosa a la que somos muy afectos los argentinos. En una charla de café (sin café) con un colega, compartíamos el criterio de que en los cuatro años que duró el Concurso Preventivo (debería explicar lo que es pero ahí sí que no me va a alcanzar el espacio, así que sugiero consultar en el Google), y en los meses que fueron desde el pedido de quiebra hasta el cierre de la planta, a nadie le preocupó, pareciera, la situación de indefensión de los obreros y empleados. Como somos "de acá" (como dicen los "pingüinos", NyC, o sea "nacidos y criados", conocemos a casi todos ellos, y sabemos que tenían puesta la camiseta de la empresa, más allá del sueldo que cobraban. Repetimos que el concepto de la "plus valía" que inventó Karl Marx debe ser revalorizado pese a la notoria desvalorización del comunismo, porque implica el enriquecimiento permanente del empresario usando como moneda de inversión el esfuerzo personal de sus trabajadores, a quienes no siempre se les paga lo que les corresponde, y los que, además, por su débil posición dentro de la escala social, sufren otra vez cuando suceden hechos como el que nos ocupa. Como suele pasar, el dueño de la empresa sigue operando en la misma escala, cumpliendo con sus compromisos comerciales y elaborando, seguramente, en otros lugares que ha conseguido prestados o pagando lo que se denomina "façon", galicismo derivado de la palabra francesa "façonnier" y es utilizado sobre todo en Uruguay y Argentina para indicar la manufactura por pedido de un tercero, dueño de los insumos o los medios necesarios para la elaboración de un producto o trabajo. Acá también se podría "correr el velo de la personalidad" y visitar los molinos de la zona. Esa tarea le correspondería a los síndicos de la quiebra, y en una de esas se llevan grandes sorpresas en esta villa de Lucien. Horacio Fellay, uno de los trabajadores que optó por participar del corte, y a quién conocemos desde hace muchísimos años y del que sabemos que lo único que hizo en su vida fue "laburar", expresó: "nosotros no nos subimos a la ruta por un subsidio y una bolsa de comida. Queremos trabajar". San Jerónimo, considerado uno de los Padres de la Iglesia, y que por supuesto no era empresario ni obrero despedido, ni legislador oficialista ni opositor, ni periodista, ni juez civil y comercial ni síndico, dijo alguna vez, muy claramente: "El vientre lleno discute fácilmente sobre los que pasan hambre". Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 8 de noviembre de 2012

Arroz con (mala) leche

Arroz con (mala) leche - Editorial del 9 de noviembre de 2012 La verdad es que ese postre no me gusta, y recibo suficientes “gastadas” cuando otros lo comen, así que el título de hoy, más allá de constituir, como es casi una costumbre, un juego de palabras, resume también mi opinión respecto a la situación por la que están atravesando los empleados de la firma Calimboy S.A. que se encuentra en situación de quiebra, a pedido de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), por una deuda que en concepto de impuestos devengados tiene esa empresa con el ente recaudador del estado nacional. No quiero dejar de pasar la oportunidad, antes de entrar en el tema, de explicar, aunque sea brevemente, el concepto de quiebra a nivel comercial, ya que se suele hablar de ello sin saber, muchas veces, qué significa el concepto. Es sabido que la actividad mercantil, o sea la compraventa de bienes como profesión habitual, nace en el mundo en los mercados o ferias al aire libre, a la que los productores o comerciantes se dirigían, cotidianamente, a vender sus productos, y la gente del pueblo a comprarlos. Los tenderetes en los que exponían sus mercaderías se completaban con una banca de madera en la que se sentaban (como todavía se sientan hoy muchos comerciantes) a esperar que aparecieran los clientes. Esa misma banca (y a partir de acá empieza a tener sentido la explicación) debía ser obligatoriamente rota y puesta en ese estado sobre el mostrador, toda vez que el comerciante pasara a deber más de lo que tenía, y la finalidad de tal acción, demostrativa y absolutamente pública, tenía su razón en que los pequeños productores que venían del campo con la leche, los huevos, los quesos, etc., supieran que a ese mercader no se lo podía “fiar” más, o sea no se le podía tener más fe. Precisamente, entonces, de esa acción, es de donde surge el término quiebra o el más preciso de “bancarrota”, que ahora ya no se usa mucho. Por supuesto que la complejidad de la actividad económica mundial hace imposible, fácticamente, la colocación de un asiento de ese tipo en la puerta de entrada de cada una de las empresas que, previsiblemente, se van colocando en el borde de una situación como la que hoy nos toca analizar. Sería risible la imagen de un banco (de sentarse) quebrado en el acceso mismo a la localidad de Villa Mantero. Nadie le hubiese dado “bolilla”, o no por lo menos hasta hoy al leer estas líneas. Sin embargo uno puede pensar que otra hubiese sido la actitud de los posteriormente perjudicados, si hubiesen tenido conocimiento de lo que se estaba gestando. Hecha esta necesaria introducción, debo aclarar, para aquellos lectores que no son “del pueblo”, que la citada empresa se dedica básicamente, o por lo menos para eso nació, al procesado y elaboración de arroz (en este caso se me debe permitir alguna falta de precisión ya que no es mi especialidad la agronomía), fundamentalmente destinado a la exportación. Siempre fueron productos de excelente calidad, y seguramente fue eso lo que le abrió muchos mercados internacionales. Calimboy nació, como muchos otros emprendimientos locales y de la zona (y como seguramente se da en otros lugares del país) por el empuje de un empresario (el caso de Faba, como para comparar, fue también originariamente similar). Pero luego, y esto es casi una cuestión de “libros”, se despersonalizó y se convirtió en una persona jurídica a la que no se le puede pedir sentimientos, siendo quizás esta una de las características que hoy pesa más, y genera muchas de las desilusiones que llevaron, entre otras cosas, al corte de la ruta justamente en ese lugar en el que, imaginariamente, ubicábamos la “banca” rota. A esta altura de la página me voy dando cuenta de que posiblemente no pueda llegar a plasmar en una edición la idea general que tengo sobre el tema, ya que son muchas las vertientes en las que se puede abrevar para intentar desentrañar las razones que llevan a que un grupo de empleados y obreros esté siendo el único en sufrir las consecuencias de esta situación. Obviamente la AFIP no se va a fundir (es un organismo del estado, por otra parte) y los empresarios que todos ubicamos como los socios y responsables de Calimboy no han bajado, por lo menos hasta donde nos alcanza la vista, su status social y económico. Cuando empecé a cursar la carrera de Derecho, en la década del ’70, se estaba difundiendo como una novedad apasionante la teoría de “correr el velo de la personalidad”, creada a través de una sentencia por el juez Salvador María Lozada, en el divulgado caso "Cía. Swift de La Plata S. A.", del 8 de noviembre de 1971 (¡hace ya más de 40 años!), por la que rechazó el concordato preventivo presentado por la indicada compañía concursada, a la cual declaró en quiebra, extendiéndole la falencia a otras sociedades del mismo grupo económico a la que ella pertenecía (se trataba del grupo "Deltec", cuya sociedad holding era "Deltec International", compañía con actividades en todo el mundo, no sólo en el ramo frigorífico, sino también agropecuario y financiero). Como sostuviera el magistrado, cuando los órganos de una filial están subordinados a la voluntad de un holding internacional, y mediando una propuesta de concordato preventivo votada por otras empresas del grupo, las cuales contratan con la sociedad en condiciones muy ventajosas para aquéllas, de todo ello resulta una verdadera afectación al orden público y el legítimo derecho que sobre el patrimonio de la concursada tenían los verdaderos acreedores. Si bien acá no estamos hablando de una empresa multinacional, la realidad nos indica que mientras los trabajadores están obligados a cortar la ruta para llamar la atención, reclamando “nada más” que se aclare su situación, ya que debido a que los tiempos de la Justicia no suelen ser los mismos que los de la calle, están sin trabajo, pero no despedidos formalmente, por lo que no pueden técnicamente ni siquiera tramitar el fondo de desempleo, los dueños están en su casa, tranquilos y sin dramas. Esos mismos tiempos de la Justicia, que yo creo pueden ser fácilmente acelerados con un poco de buena voluntad, también son los que impiden que se abonen los salarios caídos (ni hablar de la indemnización), por la fría razón de que el acreedor más importante es la AFIP, que, por supuesto, no necesita la plata que Calimboy le debe para darle de comer a sus hijos y vivir dignamente. Ricardo Echegaray, titular de la ex DGI, no tiene que “reinventarse” como remisero, poner un kiosco o hacer que su esposa trabaje limpiando casas de familia. Y no es que estos no sean trabajados dignos, sino que su permanencia y especialización de años en la empresa les permitía un nivel de vida que no tienen por qué perder por la sola frialdad que imponen los negocios. Utilizar nuevamente la teoría de “correr el velo de la personalidad” (en el derecho internacional llamada “Disregard of Legal Entity Theory o del abuso de la personalidad jurídica”), permitiría llegar a conocer cuál es la estructura societaria que se pretende ocultar mediante la constitución o intervención de otras personas jurídicas que actúan como escudo o máscara, configurándose un verdadero abuso de la personalidad jurídica de una sociedad. De esa forma surge la ilicitud del grupo económico, y en consecuencia la pérdida de la individualidad de cada uno de los entes que lo componen, lo que llevaría, por ejemplo, a que se pudiera obligar legalmente a que quienes todos sabemos son los verdaderos dueños “ofrezcan” vender alguno de sus vehículos de altísima gama, adquiridos con las ganancias obtenidas en esa misma empresa, o en otras vinculadas (lo que Marx llamaba “plus valía”) y con el producido pagarle esos sueldos que les deben a los que pusieron su sudor para que la empresa funcione. Mientras la justicia siga siendo lenta, y no se produzca esa reacción que proponemos, penetrando en la estructura real de la empresa, seguirá lastimando nuestra condición de seres humanos que el hilo se corte siempre por lo más delgado. (Continuará) Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 1 de noviembre de 2012

Una vulgar y estúpida mentira

Una vulgar y estúpida mentira - Editorial del 2 de noviembre de 2012 No voy a dedicar, obviamente, esta página a hacer un "chivo" para Valeria Lynch, quién popularizó el tema que tiene en su texto la frase que estoy utilizando hoy como título. Solamente me pareció la mejor descripción para algo que escuché en el contexto de los homenajes a Néstor Kirchner, a dos años de su muerte. Juan Cabandié, hijo de desaparecidos, personaje inspirador para León Gieco de su tema "Yo soy Juan", y actual diputado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el Frente Para la Victoria, fue figura central de varios programas dedicados a resaltar la figura del expresidente al cumplirse el pasado sábado un nuevo aniversario de su fallecimiento. Por supuesto que no tengo nada que objetar a los homenajes, en tanto sean hechos en programas que uno puede mirar si quiere. En mi caso, y como el tema me interesaba porque considero a Kirchner uno de los inventores de política en nuestro país, conjuntamente con Carlos Menem y detrás, en lista, de Raúl Alfonsín y de Juan Perón (de más está decir que creo que el resto solamente copió o copia) y como en medio de esta lucha que supuestamente terminará el 7 de diciembre, "cuando los argentinos recuperemos el manejo de los medios de comunicación", me interesa comparar, quería mirar la "amplitud de criterios" que, yo esperaba, demostraría, específicamente en este tema, el Canal CN23, que integra el nuevo monopolio que el kirchnerismo nos va a ofrecer en reemplazo del de Clarín. Grande fue mi descontento, y quizás me lo merezco por tonto, al ver que lejos de realizarse un análisis objetivo de su figura, casi todo el día fue dedicado a un extenso panegírico, que justamente por extenso, y tratándose de un personaje de actuación tan cercana en el tiempo, tuvo momentos de claridad meridiana y otros, los más, de una palmaria inverosimilitud que hasta daba vergüenza ajena escucharlo. Y fue justamente Juan Cabandié, de quién a propósito di al comienzo algunos datos biográficos, quién cayó en el absurdo al sostener, sin que se le moviera un músculo de la cara ni se le pusiera colorada la misma, que fue el Dr. Kirchner quién en 2003 "institucionalizó la defensa de los Derechos Humanos en la Argentina". Creo que para calificar esta afirmación me he quedado corto con el título, ya que desconocer, justamente él, que la verdadera historia comenzó el 10 de diciembre de 1983, cuando asumió Raúl Alfonsín, o más específicamente cuando se abrió el Juicio a las Juntas y a los Jefes de las tres fuerzas armadas, es ser un necio de necedad absoluta. Uno espera, seguramente por esa misma calidad de tonto que me auto atribuí ya, que un representante del pueblo, sufrido como él, además, sea capaz de hacer un recuerdo desideologizado y acrítico de un pasado que, por supuesto, a ellos no les conviene de ninguna manera recordar. Pero como la oposición está tan desvalorizada, especial y específicamente en lo que tiene que ver con el partido que fue real protagonista de esos hechos, o sea la Unión Cívica Radical, tampoco escuché a ninguno de sus dirigentes salir a decir, y por eso debo hacerlo desde este medio, que si hubiese triunfado Ítalo Luder en esas elecciones, o sea el mismo que dictó siendo presidente provisional en 1975 los decretos que ordenaron a los militares "aniquilar a la subversión", y que fuera la antesala de la represión ilegal del Proceso, hubiese propiciado una autoamnistía de los dictadores, cosa que como candidato no se preocupó en ocultar. Si eso hubiese ocurrido (por suerte para la Democracia ganó Alfonsín con un 51,75 % de los votos) distinto hubiese sido el destino de Juan Cabandié y de tantos otros que confunden pasión con jactancia vana. De todas maneras la gota que colmó el vaso de mi paciencia fue el abuso cometido durante la emisión de "Fútbol para Todos", sobre todo en el clásico disputado el pasado domingo entre River Plate y Boca Juniors. Como es costumbre ya, y eso es lo que me da pavor respecto al día después del 7 de diciembre (y no porque considere a Clarín un adalid de la independencia periodística), es pensar que cuando esto que pasa en la ¿TV Pública? pase también en todos los medios de los que intenta apoderarse el kirchnerismo, no nos quedarán opciones para saber qué es lo que sucede en realidad, porque se tergiversará la verdad de una manera descarada, si tomo eso como muestra. Nos harán un diario ficticio para que nos creamos que vivimos en un mundo real que, en verdad, será irreal. No solamente que todos los intervalos del citado partido de fútbol, así como la previa y la posterior, estuvieron dedicados a ensalzar la figura de un dirigente de un partido político, al que todavía le falta mucho camino por recorrer, en valoración histórica, para ser un prócer, sino que, encima de todo, se obvió lo que sí correspondía, que era recordar el hecho histórico de la recuperación de la Democracia, de lo que a los tres días se cumplían 29 años. De eso ni se habló, porque como ya dije más arriba, no les conviene. Es más, en el colmo de la obsecuencia, el árbitro Pablo Lunati, "fuera de programa", ordenó hacer un minuto de silencio por el aniversario de la muerte de Kirchner, sin que recordemos que se haya hecho lo mismo en el aniversario de la muerte de Alfonsín, ya que estamos utilizando ese paralelo. Lo que quiero dejar en claro entonces, a tan pocos días de que eclosione el tema de la ejecución y puesta en práctica de la nueva Ley de Medios, es que haber usado y abusado de un canal oficial y público (que quiere decir de todos) para obligar, a quienes no somos ni fuimos sus partidarios, a adorar a uno de sus dos jefes (el que se fue) es un exceso y un abuso. Siguiendo con mi afán de recibirme de tonto (la palabra es otra), y aun sabiendo a los riesgos a que me exponía, miré una de estas noches "Duro de Domar", que se ha convertido en una especie "mejorada" (degradadamente mejorada) del absurdo "6,7,8". En ese programa uno de los panelistas, de quién no recuerdo el nombre (o, como dice el Quijote, "de cuyo nombre no quiero acordarme"), ensalzó la existencia de "Fútbol para Todos", porque, dijo, hace llegar ese popular deporte a todos los hogares de la Argentina, cosa que, es cierto, antes era imposible dada la exigencia de los codificadores. Pero, lo que olvidó decir es que la motivación que tuvo el kirchnerismo para hacerlo no tiene nada que ver con la supuesta voluntad de alegrar el domingo de los futboleros. La realidad indica que para ellos contar con esa herramienta es, como se dice vulgarmente, "jamón del medio", ya que utilizan el espacio para vender una publicidad con altísimo raiting, en la que se promocionan solamente a ellos mismos. Y no solo lo hacen en los intermedios, sino que los chupamedias que pusieron como relatores y comentaristas no dudan en mezclar con la descripción de las acciones del partido sus propias opiniones oficialistas respecto a cualquier cosa que se les ordene. Esto queda tan evidente que no entendemos como todavía ningún fiscal ha denunciado esta malversación de los caudales públicos (que, repito, quiere decir "de todos") en un único fin partidario, electoralista y con ánimos de perpetuidad. Y para terminar, como humilde consejo para Juan Cabandié, si es que se le da por leer esta página, le sugiero que relea la Historia, con una visión "un poco" más objetiva, porque si sigue insistiendo con la tergiversación de la verdad, vulgar y estúpidamente, acabará diciendo que San Martín creó la bandera, Urquiza cruzó los Andes y liberó a Chile y Perú, Sarmiento presidió la Primera Junta, y, aunque Ud. no lo crea, que Luis D'Elía fue el "Padre del Aula" y Cristina la Madre Teresa de Calcuta. ¡Total nadie se va a animar a contradecirlo! Por último, pido perdón si he cometido algún exceso, porque si lo hice fue inspirado en la célebre frase: "Cuando la estupidez abofetea a la inteligencia, la inteligencia tiene derecho a portarse estúpidamente". Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 25 de octubre de 2012

El padre de la democracia

El padre de la democracia - Editorial del 26 de octubre de 2012 Al próximo martes 30 de octubre se cumplirán 29 años del triunfo de Raúl Alfonsín en las elecciones presidenciales, por sobre la fórmula del PJ. Este triunfo, sin dudas, fue el germen para todos los logros que se consiguieron en su gobierno, que no por casualidad fue obligado a dejar antes de tiempo por un novedoso golpe de estado institucional que recurrió a métodos arteros, apoyado en sectores que hoy se rasgan las vestiduras en defensa de la República. Pero también aquél triunfo fue el germen, y de eso a mí no me cabe ninguna duda, de lo que seguramente es lo único rescatable del régimen que nos gobierna en desde hace ya casi diez años. Sin ese triunfo de Alfonsín no hubiese sido posible hacer los alardes que se hacen hoy respecto a una política de Derechos Humanos que, si hubiese estado en manos de Herminio Iglesias en aquellos albores, “otro gallo cantaría”, como dicen Los Olimareños. Raúl Alfonsín, que como ya hemos dejado aclarado es, a nuestro juicio, que no pretendemos sea el de todos, el más grande político argentino, sufrió las consecuencias de intentar cambiar el rumbo, teniendo como oposición a esos mismos que mencionamos. Y uno de los errores que cometió, que como humano tiene permitido, fue el de pretender fundar un "Movimiento", que en política, convengamos, es un instrumento sumamente útil a la hora de intentar demostrar por qué, si es imposible mezclarlos, están juntos el agua y el aceite, con lo cual la inevitable conclusión es que ambos son agua o ambos son aceite. Alguna vez expresamos aquí, en esta página, nuestra opinión acerca de la necesidad de volver a buscar las soluciones ideológicas para los problemas que enfrentamos, dejando de lado los pragmatismos que tanto daño nos han hecho. Es evidente que esta propuesta no encuentra eco en ciertos sectores del funcionariado político argentino, en todos los niveles, ya que gran parte del mismo ha accedido a los lugares de preferencia que ocupa debido a esa falta de compromiso en las ideas, pero a un exceso de celo en la consecución de sus fines. Porque, además de ese profesionalismo que se viene defendiendo desde los cargos, contribuye a mantener la imagen el propósito demostrado por ciertos medios, que, ante el intento de volver a abrevar en las aguas de los principios partidarios, se estremecen pensando que se le van a terminar ciertas prebendas que están íntimamente ligadas a estas prácticas. Es por eso que los que somos militantes de los históricos partidos políticos de la Argentina, y aún los de los partidos "nuevos" pero forjados en ideales y no en "ofertas de ocasión" debemos fortalecer las instituciones por sobre los circunstanciales nombres, como forma de garantizar la continuidad de un sistema político del que se ha dicho, con muy buen criterio, que "no será el mejor, pero es el único". Estamos viviendo en una sociedad en la que la familia aceptó que sus funciones sean reemplazadas por la televisión (basura), las incomprensibles horas de boliche (y posteriores, también incomprensibles, de sueño) y las tardes enteras de "despatarro" en “la compu” o con “el celu”, detrás de absurdas comunicaciones en su mayoría inútiles. Para colmo de males las instituciones religiosas, que antes venían en subsidio de la inadecuada atención que a veces daba la familia, están ahora mayoritariamente orientadas hacia un propósito materialista, cuando no de sustento de egoístas proyectos personales de sus dirigentes. Y, encima de eso, la educación está siendo bastardeada a través de la pauperización de los docentes, con sueldos de miseria y condiciones de trabajo pésimas, en un claro intento de conseguir que se dediquen a otra cosa y dejen de "llenarle la cabeza" a los chicos con la "insolente" idea de pensar y razonar. Si, entonces, la dirigencia política no asume su responsabilidad, a imagen y semejanza de lo que hicieron algunos de nuestros próceres de otrora, a los que, ahora, con el paso de lo años, nos empeñamos en encontrarles defectos (humanos) para ponerlos por encima de sus virtudes, pero que dedicaron su tiempo y su esfuerzo para el logro del bienestar de sus semejantes, terminando su gestión en la pobreza y el abandono, pero con la conciencia tranquila, todo esfuerzo será en vano, y pasaremos de fracaso en fracaso. Esto, que parece una lección de historia de mediados del siglo pasado, es, sin embargo, una alternativa que consideramos válida frente a los intentos de arrebatarnos de las manos el ejercicio de la democracia representativa, arrogándose derechos para imponer y borrar nombres, convirtiéndose en jueces de las vidas ajenas cuando no pueden defender la transparencia de las propias. En nuestra ciudad nos conocemos todos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, por lo que pontificar acerca de la maldad ajena se convierte rápidamente en un "boomerang" de vertiginoso recorrido. Hay quienes pensamos que no somos dueños de nuestras propias vidas, por lo que, mucho menos, somos dueños de las vidas de los demás. Tampoco hay dueños exclusivos de la historia, porque el pasado ya está hecho, y no se puede cambiar. Hay textos que se convirtieron ya en universales, en el sentido de que son válidos para todos, independientemente de que hayan nacido al influjo de una creencia determinada. Así pasa con el Nuevo Testamento, que es dogma para los cristianos pero puede servir de enseñanza para los que no lo son. "Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman ¿qué recompensa vais a tener? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular?" (Mateo 5,43-48). Alfonsín, a quién dedico la página de hoy, fue adversario político en la interna radical durante muchísimos años de Ricardo Balbín. De él, que también con su enfrentamiento leal hizo posible aquél triunfo, quiero rescatar, para terminar, y por su altísimo contenido moral y de enseñanza, sus dichos en oportunidad del proceso de desafuero a que fuera sometido en 1949, siendo presidente del bloque de diputados del radicalismo: "Muchos de los que votaron en mi contra eran mis amigos en la lucha contra el fraude. ¿Qué culpa tengo yo si sigo creyendo lo de antes y ellos han cambiado sus convicciones? El juez que me manda a encarcelar es de los que andaban en los pasillos del Congreso este último tiempo, mendigando la ratificación del nombramiento, como una definición de que la Justicia se condiciona al color político de quiénes lo designan" "Señores diputados: óiganlo bien. Echan a un hombre a la calle para vivir ustedes en libertad sin darse cuenta de que yo seguiré siendo libre, mientras ustedes quedan presos e incapacitados para reaccionar. Si con irme de aquí pago precio como cualquier otro de los luchadores de mi partido, que es una reserva moral del país, han cobrado barato; fusilándome, todavía estaríamos a mano". Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 18 de octubre de 2012

7D

7D - Editorial del 19 de octubre de 2012 El título de hoy alude a la fecha (7 de diciembre) en que entra en vigencia, por un fallo de la Corte Suprema, el artículo 161 de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que fija un máximo de licencias por grupo empresario. El Grupo Clarín es el único que no ha aceptado adecuarse a lo que fija la LSCA. El nuevo titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Martín Sabattella, volvió a enfatizar que el 7 de diciembre es la "fecha límite" para que los grupos desinviertan de acuerdo a lo estipulado por la Ley de Medios, al tiempo que se ocupó, sugestivamente, de “aclarar” que “no venimos a expropiar ni a estatizar licencias, sólo venimos a hacer cumplir la ley. Sólo queremos que Argentina tenga todas las voces". En el caso del grupo Clarín, en un país que reconoce como sistema de gobierno el de la división de poderes, queda claro que el 7D no es por el momento la fecha límite para que "desinvierta", porque todavía está sin resolver la cuestión de fondo en el juicio que ese grupo inició contra la constitucionalidad de la Ley de Medios. De por sí resultaría peligroso que Sabbatella, al que algunos sindican como el “delfín” de Cristina para el caso de que no prospere la re reelección (lugar que deberá disputar, según piensan algunos entrerrianos, con nuestro Gobernador Urribarri) piense en erigirse en juez y parte al mismo tiempo y disponga de antemano respecto a las medidas que debe tomar la Justicia. Entonces, en una República como la nuestra, lo primero que hay que esperar es que la Justicia Independiente (esto debería ser una verdad de Perogrullo), declare si los artículos impugnados 161 y 45 son constitucionales o no. Y el Poder Ejecutivo debería preocuparse por hacer cumplir las leyes, y de entre ellas la Ley Fundamental, que es la Constitución Nacional. Después de que se determine eso, entonces sí Sabattella, el Afsca y Cristina harán lo que deban hacer y no lo que quieran hacer. Alguna vez escribimos que la libertad de expresión es algo así como un termómetro que nos permite medir la temperatura democrática de un sistema político, siempre y cuando la opinión pública independiente sea tomada en cuenta para corregir las distorsiones sociales en que pueda incurrir el poder. Del mismo modo debemos diferenciar una democracia real de una democracia retórica. Para establecer esa diferencia la prensa desempeña un papel fundamental pues en la medida en que crece la tendencia autocrática de un sistema, nada molesta más que el periodismo independiente, pues él será quién sepa, a tiempo, en qué medida el ciudadano se ha convertido en súbdito. Cuando el poder tiende a convertirse en omnímodo, comienza por eliminar los organismos de control del estado, y si esa tendencia se acrecienta, el poder elige como blanco obsesivo a ese periodismo independiente, hasta el extremo de acusarlo de “deteriorar su imagen”. Entonces aparece la pregunta: ¿la imagen es independiente de la realidad? Cuando estamos frente al espejo y nos vemos gordos (o flacos) ¿la culpa es del espejo o de nosotros mismos? El periodismo independiente no debe eludir ni la mostración ni el análisis, que nunca pueden ser complacientes, cuando se trata, precisamente, de ofrecer una imagen cuyo objetivo es conocer la realidad. Conocimiento indispensable para su corrección, pues de lo contrario la imagen sería “imaginaria” (si se nos permite la licencia) y no por ello el deterioro dejaría de ser real. Cuando se coarta la libertad de expresión, la sociedad pierde un vocero confiable: llegado a ese punto las cosas que suceden resultan desconocidas y la encubierta realidad permite lograr las “limpias” imágenes que el poder autoritario reclama. Todo atentado contra el periodismo independiente y contra los periodistas es un atentado contra la democracia. Y creo ya innecesario recordar que la democracia no surge automáticamente del resultado de las urnas. Es necesario todo un proceso cultural para que los votantes y los votados se inserten en un sistema que con síntesis insuperada definió Abraham Lincoln: “Un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Si no fuera así Adolf Hitler debería ser considerado un gobernante democrático. Todo esto suponiendo que estamos hablando de periodismo responsable, ya que en estos tiempos de crisis, en los que los partidos y los gobiernos no suelen hacerse cargo de cuestiones cruciales, papel que queda para las organizaciones no gubernamentales, los medios de comunicación se convierten en subrogantes del interés y la sensibilidad de la gente. Entonces quizás a esta altura debería decir que no soy tan incauto como para no reconocer la insaciable apetencia de poder que tiene el Grupo Clarín, y que lo ha llevado a ser cómplice necesario de gobiernos dictatoriales, pero también de muchos democráticos. No hay que ser demasiado memorioso para recordar que antes del “conflicto con el campo” el mejor panegirista de Néstor era el diario fundado por Noble. Es indudable que los intereses comerciales han infectado el concepto de objetividad y el virus del sensacionalismo afecta hasta a los que pasaban por sobrios y medidos. Es sabido que el escándalo es, hoy en día, lo que más llama la atención, aun de aquellos que dicen aborrecerlo. No por casualidad Regis Debray, filósofo mentor de las ideologías de los años setenta, sostiene que “el poder mediático da lecciones de moral a todo el mundo, pero no soporta las críticas”. Y es justamente por eso que viendo el ejemplo que propone el gobierno de Cristina como modelo opuesto al que brinda la “corpo”, uno no puede menos que pensar que, si así están planteadas las cosas, lo único que lograremos será salir de Guatemala para meternos en Guatepeor. Porque la verdad es que Clarín no es el único grupo que monopoliza los medios. Hay otros, y unos cuantos han comprado los K formando su propio monopolio. ¿O es que cuando lo manejan los K no es monopolio? En la actualidad para un lector imparcial es tan asqueroso y repugnante a la democracia leer Clarín o ver TN como insoportablemente obsecuente y mentirosos son los engendros como “6,7,8” (que nació siendo un engendro) o “Duro de Domar” (que en eso se ha convertido. ¡No en duro de domar, sino en un engendro!) Y peor todavía es ver “Fútbol para todos” y tener que soportar la visión parcial que brindan los relatores chupamedias y las publicidades previas, posteriores y de los entretiempos, que quienes no somos partidarios del kirchnerismo no compartimos y que sin embargo estamos obligados a solventar con nuestros impuestos. De todas maneras no debemos olvidar que ante el desorden de una clase escolar no podemos recriminarle a los alumnos. Es evidente que la responsabilidad principal recae en el maestro. Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 11 de octubre de 2012

El que peca por la paga…

El que peca por la paga… - Editorial del 12 de octubre de 2012 …o el que paga por pecar. Con una pequeña licencia poética, tomé nuevamente la excepcional poesía de Sor Juana Inés de la Cruz, que tan bien se aplica a muchas de nuestras realidades. Es aquella conocida como “Redondillas”, o por su primer verso, “Hombres necios que acusáis…” Si bien la misma se refiere a la relación entre los hombres y las llamadas “mujeres públicas”, me pareció que igualmente podía aplicarse, con aquella licencia a la que me referí al principio, al tema que elegí para hoy. Es por eso que voy a transcribir completa una de sus estrofas medulares, para después entrar directamente en la cuestión. ¿O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: la que peca por la paga, o el que paga por pecar? Hace unos días, los intendentes del Frente Entrerriano Federal de Colón, Mariano Rebord; de Ubajay, Tomás Aguiar; de María Grande, Hugo Maín; de Basavilbaso, Silvio Valenzuela, y de San Salvador, Marcelo Berthet, decidieron incorporarse a la Liga de Intendentes Justicialistas, que responde a las políticas del Frente para la Victoria, lo que es lo mismo que decir en lo macro al kirchnerismo, y en lo micro al urribarrismo. Los argumentos usados para “justificar” el salto mortal (por analogía al que se hace en el trapecio de los circos) realizado por los cinco dirigentes, tienen que ver, mayoritariamente, con la necesidad de ser asistidos económicamente por el gobierno provincial, sobre todo en la obra pública que está sin terminar, y en la que se pueda gestionar durante estos poco más de tres años que quedan de ¿mandato? Poderoso caballero es don Dinero, diría Quevedo. A esta altura creo necesario recordar, justamente para refrescar una memoria que parece ser demasiado frágil, que el Congreso del Partido Justicialista del sábado 3 de diciembre de 2011 (que estuvo coordinado por Pedro Guastavino, José Cáceres, Sigrid Kunath, Celeste Perez, Gustavo Osuna y Anibal Brugna) resolvió suspender la afiliación de Jorge Busti y de todos los dirigentes que se presentaron a las elecciones últimas por fuera de la estructura partidaria. La medida “alcanzaba” a los que fueron candidatos por el Frente Entrerriano Federal y el peronismo disidente. En ese mismo congreso el actual presidente del partido, José Cáceres, realizó un informe resaltando el cumplimiento de la Carta Orgánica y asegurando que, con las medidas tomadas, se estaba premiando la “lealtad de los que se quedaron dentro del partido”. En este sentido, Sergio Urribarri expresó: “Hubo propuestas (de sanción), teniendo en cuenta la actitud de algunos de los dirigentes del justicialismo que en los momentos en los que con mayor claridad se expresaban las políticas que queríamos expresar, se fueron y se aliaron con los sectores más retrógrados”. ¡¿Eso fue fuerte, no?! “No hay que olvidar. Para construir lo que la sociedad quiere que construyamos hay que hacerlo con memoria (sic). Por primera vez no hay imprescindibles (sic) y el peronismo debe aceptar sus diversidades pero sin especulaciones ni zigzagueos (sic)”, expresó. Se le atribuye a Sigmund Freud la frase "uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla", y a Leandro N. Alem, de su testamento político, “que se rompa, pero que no se doble”. Tras el encuentro en el que los cinco intendentes del FEF decidieron olvidarse del compromiso contraído con la gente que los votó e, ipso facto, para pasar a contraerlo con el gobernador que los echó, Mariano Rebord, intendente de Colón, aseguró que “esto es lo que nuestros vecinos nos están pidiendo. Es una decisión inteligente (sic), queda mucho por recorrer en estos tres años y cuatro meses y debemos pensar en las comunidades, como el gobernador piensa en la provincia, y seguir transitando juntos”. En cuanto a la suspensión de las desafiliaciones, Rebord dijo: “Quién más que el presidente del Partido Justicialista nos diga que nos pueden perdonar o disculpar (¿disculpar?) (¿y la gente que los votó no se merece una disculpa?) la decisión que tomamos en aquella oportunidad para llegar a nuestras intendencias. Y aquí estaremos, trabajaremos juntos en los institucional y en lo político”, apuntó el intendente de Colón, que aseguró que “no fue ni será kirchnerista”. ¡Menos mal! El colonense se mostró dispuesto a sumarse para “tener un partido fuerte, que son las bases de nuestro crecimiento”. Señaló que su decisión de estar en el Frente Entrerriano Federal “no lo tomo como un error. Hay veces que uno está mirando televisión, elegís ser hincha de un equipo y llegar, no te quita que el día de mañana puedas volver atrás y elegir otro camino”, asestó, en un alarde de cintura política sumamente envidiable. Entonces, para refrescar esa frágil memoria, voy a extraer de un parte de prensa que llegó a este semanario el pasado 15 de agosto (¡hace menos de dos meses, y no de dos siglos!), declaraciones de ese mismo Mariano Rebord que ahora dice lo que dice. Y conste que no están sacadas de contexto. “Hay algunos que eran extremadamente menemistas y hoy son kirchneristas de la primera hora. Yo no me voy a hacer kirchnerista ahora. Le deseo que le vaya bien a la Presidenta y al gobernador, pero no vamos a cambiar la forma de pensar” (textual, por si no alcanzan las comillas). Y en esas mismas declaraciones, además, criticó que algunos planteen en política un “River y Boca” porque “está mal”. ¡Y a los treinta días se jugó aseverando, contrariamente a lo que es casi un dogma de la argentinidad, que se puede cambiar de equipo de fútbol, para trazar un paralelo con su ida y vuelta (no sólo, sino acompañado por sus cuatro “colegas”) de un Frente a otro. Obviamente que al que pasó ahora es al de la “Victoria”. Mi amigo Juanca usó para calificar a estos tránsfugas (Tránsfuga es una denominación atribuida en la política a aquellos representantes que, traicionando a sus compañeros de lista o de grupo -manteniendo estos últimos su lealtad con la formación política que los presentó en las correspondientes elecciones-, o apartándose individualmente o en grupo del criterio fijado por los órganos competentes de las formaciones políticas que los han presentado, o habiendo sido expulsados de éstas, pactan con otras fuerzas para cambiar o mantener la mayoría gobernante, o bien dificultan o hacen imposible a dicha mayoría el gobierno de la entidad) la frase de Groucho Marx “estos son mis principios, pero si no les gustan, tengo otros”. Yo, además de compartir ese hallazgo, voy a agregar una de Octavio Paz, escritor y diplomático mexicano, Premio Nobel de Literatura en 1990: “La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: Sí o No”. “Los intendentes pidieron que se los considerara y lo hicimos de buen grado”, dijo el gobernador Sergio Urribarri. ¿Y los votantes, qué? Muchos de los actores de estos hechos deberían recordar las palabras del Dr. Jorge Battle, por entonces Presidente del Uruguay, a poco de haber asegurado que "los argentinos son una manga de ladrones del primero al último": “Dije lo que dije, pero no debería haber dicho lo que dije. Como no pensé lo que dije...pero dije lo que pensaba, ahora pensé lo que dije y pienso que no debería haber dicho lo que dije”. Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 4 de octubre de 2012

Misterio de Cultura

Misterio de Cultura – Editorial del 5 de octubre de 2012 Antes que nada debo explicar que la falta de la sílaba “nis” en la primera palabra del título es totalmente intencional, ya que para quién escribe esta página la función y la existencia misma de un Ministerio (ahora sí) de Cultura en la provincia y la determinación de sus funciones en el mismo ámbito es una entelequia difícil de comprender. Aclaro acá que una entelequia, según el diccionario, es una cosa irreal que solo existe en la mente de la persona que la imagina. Seguramente que los lectores de Basavilbaso identificarán claramente la magnitud del problema, pero también más que seguramente, aquellos que tengan acceso a este editorial en otros lugares de nuestra Entre Ríos, encontrarán paralelos rápidamente, ya que supongo que el caso nuestro es solo una muestra de la absurda reiteración de la contradicción fundamental “centro - periferia”, en este caso elevada a la enésima potencia por un funcionariado ciego, sordo y mudo (y manco, debería agregar, a la luz de lo que comentaré después). El Coro Municipal “Magnificat”, que, como los lectores de mi pueblo saben, es un producto sembrado en el año 1956 y mantenido, regado y fortificado por Miguel Bernik durante más de cincuenta años, asumió el compromiso de continuar con su legado después de su muerte, sosteniendo su impronta, que incluía comenzar los ensayos en febrero de cada año (hasta los últimos días de diciembre y algunas veces siguiendo sin solución de continuidad), con el ánimo de cantar todas las veces que se pueda, y cuándo y dónde lo convocaran. A comienzos de cada año, por obra y gracia de la organización que también le resultaba imprescindible, el Coro sabía, por lo menos tentativamente, el programa que tendría para recorrer. En ese mismo sentido, a comienzos de 2012, y ya con el nuevo director confirmado por Decreto Municipal, se elevó una nota al también nuevo Ministro de Cultura y Comunicación de Entre Ríos, Sr. Pedro Báez, interesándolo en el apoyo que el grupo entendía que le correspondía solicitar, luego de esos más de cincuenta años de despreocupación de parte de los organismos públicos, y a fin de que se lo integrara a los eventos culturales provinciales y a las representaciones de Entre Ríos fuera de la provincia. Particularmente, se hacía hincapié en la invitación que se había recibido hacía muy poco tiempo para que el “Magnificat” participara de un Encuentro Coral en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa, en este mes de septiembre. El caso es que esa carta, presentada por mesa de entradas de dicho ministerio (¡misterio!) nunca fue ni siquiera contestada (de ahí el agregado de “mancos” al tradicional dicho que caracteriza a los que se hacen los osos), constituyendo eso, desde ya, una total falta de respeto. De todas maneras, y como la intención de estar presentes en ese Encuentro se había hecho carne en la gente del Coro, se insistió con reclamos telefónicos y personales, frente a los que correspondería usar una expresión un tanto fuerte que es muletilla de una de las integrantes, pero que por respeto callaré. De todas maneras, como decimos popularmente, un tanto más diplomáticamente, fue como “golpear en tapera”. La insistencia llegó al punto de que, ya con un Bono Contribución en circulación, de cuya venta se encargaron, obviamente, los integrantes del coro, y cuyo destino era el pago de los gastos de alojamiento, se presentó una carpeta con toda la documentación correspondiente, que incluía la invitación formal de los organizadores, el programa, los coros participantes (representantes de distintas provincias argentinas), la declaración de interés por parte del Senado y de la Secretaría de Cultura de la Nación, y el presupuesto del viaje (aunque el propósito era que se nos concediera el uso de uno de los colectivos que posee la provincia, y que sabemos parten desde Paraná cotidianamente para usos impensados). La misma, además de ser enviada a dicho ministerio, fue entregada en mano al Ministro de Educación, Dr. José Eduardo Lauritto, y al Senador Departamental, Prof. René Bonato, en oportunidad de la presencia de los mismos en el acto de los 25 años de la Escuela Técnica de nuestra ciudad, cuyo cierre artístico estuvo a cargo, precisamente, del Coro Magníficat. Las respuestas no llegaron nunca, aunque debemos decir que en la oficina del Senador la atención fue siempre atenta, más allá de la falta de soluciones concretas. Pero todo hubiese quedado en la anécdota, dado que finalmente el viaje si hizo (aun cuando por estas horas todavía se debe la mitad del mismo), si en el interín no se hubiesen hecho públicas algunas noticias que sublevan, que dan origen al título, y que convierten al mismo Ministerio en un oxímoron. Efectivamente, en ese mismo período en que nada se hacía por nuestro Coro, se dieron a conocer dos decretos que dan cuenta de importantes erogaciones realizadas por el Ministerio de Cultura y Comunicación de Entre Ríos. Por el primero se precisó que la cartera comandada por Pedro Báez adquirió una VW Tiguan todo terreno, tope de gama, en 285.300 pesos. La compró en Santa Fe. Fue facturada el 14 de junio y abonada el 28 de ese mes. Se hizo mediante licitación privada 12/12. Acá, si se me permite trazar un paralelo, debo decir que Pocho Lepratti, de quién se cumplirán dentro de muy poco once años de su muerte a manos de la Policía de Santa Fe (gobernada en ese entonces por el PJ), hizo una activa militancia social recorriendo los barrios de Rosario montado en su bicicleta. Yo no creo, por lo pronto, que León Gieco, (por quién también hace poco ese Ministerio pagó una exorbitante suma de dinero para que actuara en Paraná) pueda reciclar su famoso tema titulándolo ahora “El ¿ángel? de la camioneta”. Por las dudas aclaro acá que la citada VW vale veinte veces lo que el coro pedía para hacer el viaje. Pero hay más; no se preocupe. El otro decreto disponía la contratación privada de un sistema de sonido, iluminación, video proyección, escenario y pantalla Led en el Mes de la Memoria, que “recayó” (¡seguro que por casualidad!) en la firma Nuevo Contacto SA “creada en diciembre de 2011, y la factura emitida es la número 003, es decir la tercera que emitieron”, en este caso por ¡189.000 pesos! (¡Viste Carlitos lo que es tener amigos!) La frutilla del postre, cuando todavía estamos masticando la bronca, la constituye el decreto Nº 2011, expediente 1296798/12, de fecha 26 de junio de 2012, por el que, el gobierno entrerriano, autorizó la erogación de casi cinco millones y medio de pesos, para que la provincia exponga en la feria Tecnópolis, conforme a la invitación cursada por el gobierno nacional. En los considerandos del decreto se detalla que “a los fines de afrontar las erogaciones resultantes de la participación provincial, se realice una modificación presupuestaria, para asignar recursos suficientes a este ministerio”. Asegura en el decreto, que se trata de “un servicio complejo, consistente en la promoción y la difusión de los avances tecnológicos, científicos, y artísticos que ha logrado nuestra provincia”, y que “incluye la construcción de un stand y también la construcción de parte de las obras exhibidas, bajo la forma de simuladores, como lo son el funcionamiento de un átomo, un robot, o una represa”, requiriéndose además la “contratación de seguros, personal y demás”. “Dada la proximidad de la fecha…resulta pertinente autorizar al ministro de Cultura y Comunicación de la provincia, Pedro Báez, a “contratar directamente por vía de excepción con el Sr. Lucas Martín Capurro, presidente de Boomers SA, por 5.499. 672, 64 pesos” por los servicios requeridos. Capurro, según se pudo saber, “es monotributista categoría H, vive en Martínez, provincia de Buenos Aires, no es empleador ni integra sociedades”, aunque en el decreto se especifica que es “el presidente de Boomers SA. “Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy seguro de la primera” (Albert Einstein) Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso