viernes, 29 de enero de 2010

¿Para cuándo la palinodia? - Editorial del 29 de enero de 2010

Sin ánimo de impedir que cada uno recurra al diccionario para buscar el significado de la rara palabra que utilizamos en el título de hoy, facilitaremos la tarea con el propósito de continuar desarrollando la idea y no desperdiciar mucho el tiempo. De todas maneras, si quiere, pare acá, vaya a su biblioteca, y consulte por su cuenta, que es una muy buena práctica.

Se llama palinodia, en efecto, a la retractación pública de algo que se había afirmado anteriormente. En tiempos de la Inquisición, se decía de aquellos que se arrepentían de alguna herejía que "cantaban la palinodia", esto es, que se desdecían y negaban lo que habían afirmado antes.

También se llama palinodia a los escritos y obras literarias cuyos autores se retractan de una opinión o de un punto de vista que habían sostenido en algún trabajo publicado antes.

Hoy hemos "convocado" a este término tan poco utilizado, pero tan exacto en su contenido, para preguntarnos el por qué del "silencio extremo" (permiso Federico) por el que han optado las autoridades del ISSPER respecto a la información ofrecida por algunos (si, sólo algunos) medios provinciales sobre la "fiestita" de despedida del año que organizaron sus autoridades, en especial el presidente de su directorio, Sr. Silvio Moreyra.

Acá vamos a hacer otro alto en el camino para explicarle al amigo lector que no hemos cometido un error en el párrafo anterior. Simplemente decidimos rebautizar al ente encargado de la administración de la provisión del servicio de salud a los empleados públicos provinciales activos y pasivos, teniendo en cuenta su nivel de eficiencia (¿desnivel, dice usted?). De esta manera, lo que hasta hoy llamábamos IOSPER, sigla de un nombre conocido por todos, merece ser llamado de aquí en adelante, a nuestro modesto entender, Instituto de las Sobras Sociales de la Provincia de Entre Ríos, por las razones de hecho, que, como decimos los abogados, pasaremos a exponer.

En la sección "Rumores" de una conocida página digital de nuestra provincia, se brinda la información, adecuadamente documentada (tenemos las fotos), respecto a una "fiestita" de fin de año que habría organizado el citado Instituto (en la persona de su presidente), y en la que se habrían advertido una serie de hechos que se contradicen con la declamada precariedad de recursos que, entre otras cosas, impide una adecuada remuneración a los empleados y "brinda" una más que deficiente prestación de los servicios, lo que la convierte, como ya hemos dicho, en una "sobra social".

La dichosa fiesta (dichosa para los que la disfrutaron) debe haber sido pagada con fondos de todos nosotros, los que directa o indirectamente contribuimos a la conformación de su presupuesto, del que, lamentablemente, no tenemos ninguna información. No creemos, eso sí, que se haya financiado mediante el pago por parte de los asistentes, porque si no, de acuerdo a nuestro título, ya hace rato que nos hubiesen cantado la palinodia.

A propósito de esta cuestión tenemos conocimiento de que hay un pedido de informes en la Cámara de Diputados, que previsiblemente habrá sido "cajoneado" por los legisladores del oficialismo, temerosos, sin dudas, de que esta cosa de investigar los actos de gobierno se torne una costumbre, y tengan que explicar algunas otras "fiestitas".

Las grandes empresas privadas, y posiblemente algunas de las públicas también, quizás puedan darse el lujo de financiar este tipo de eventos, como una forma de alentar a sus empleados y premiar el esfuerzo cotidiano durante todo el año en pos de la eficiencia y de la eficacia.

Pero este no es el caso del ISSPER. No nos parece que haya nada que festejar, y mucho menos con la presencia del alto funcionariado y de sus secretarias, tal como queda demostrado en las fotos, que no mienten. Con el agravante, que consta también en las mismas, de la presencia de ciertos y determinados prestadores, con los que, "para la gilada", se mantiene un constante conflicto, pero, puertas para adentro, son del "mismo palo", aprovechándose de los negocios que les facilita la pasividad de los afiliados. Para más claridad, es raro que el prestador que cobra millones del ISSPER, se muestre "tan amigo" de quien debe controlarlo y pagarle.

Si, en todo caso, hubiese sido necesaria la fiesta, a los que habría que haber convocado es a los empleados de las agencias, sobre todo de las pequeñas ciudades de la provincia, que luchan cada día para defender los poquísimos derechos que les asisten a los "beneficiarios" del sistema.

Seguramente todos tenemos ejemplos cercanos de esta falta en la cantidad y en la calidad del servicio, sumada al más que deficiente contralor de la forma y la modalidad en la que los prestadores atienden.

A nosotros, que solemos abonar nuestras opiniones con pruebas al canto, nos han pasado esta semana algunas cosas que nos parecen una burla, más todavía cuando las comparamos con el derroche que supone hacer una fiesta institucional para una finalidad absolutamente personal, usando para ello el dinero de todos, que se "amarretea" cuando se trata de cubrir gastos médicos absolutamente justificados. Y decimos "finalidad personal" porque todos saben que en marzo o abril se deben renovar los cargos del codiciado directorio, por lo que la campaña política ya empezó, descaradamente, con esta manifestación no negada de Moreyra de perpetuarse en el sillón, aunque para ello deba burlarse en la cara de todos los entrerrianos.

Para no irnos del tema, y mientras miramos de reojo las fotos (que nos dan vergüenza ajena) para alimentar nuestra rabia, tenemos a nuestro lado la negativa de esta pseudo prestadora de salud a hacerse cargo de los reintegros de una simple intervención quirúrgica y de un estudio radiográfico, ambos plenamente justificados, con las historias clínicas que lo avalan y con las pruebas de que efectivamente se realizaron. Por supuesto que nos dicen que los dos pedidos pasaron por exhaustivos controles que determinaron, sin lugar a dudas (para ellos), la inviabilidad del pedido. La suma total de lo reclamado (y absurdamente negado) era de cuatrocientos cincuenta pesos, mientras que, según el pedido de informes a que hacíamos referencia más arriba, y que esperamos tenga tratamiento en este período legislativo, se ha pagado en concepto de gastos de amplificación para una de esas "fiestas" ¡seis mil pesos!

Uno debe suponer que los organismos oficiales, autónomos o autárquicos, deben tener órganos de control, y, también, que los mismos deben funcionar. En ese caso reclamamos igualdad de trato. Que quién rechazó nuestro pedido de reintegro también rechace el pago de las facturas de esos eventos organizados por Moreyra, haciéndole pagar a él (como lo decidieron con nosotros) los gastos que dependieron de su decisión.

Lo que más nos duele es que sabemos que lo mismo ha pasado en otros entes estatales, solo que la falta de algún necesitado de pase de factura hizo que en esos casos se silencie para la opinión pública lo que también ha sido un gasto inmoral y perverso. Porque, tenemos que decirlo, quién denunció a Moreyra, más allá de que sean ciertas sus afirmaciones, es la diputada Patricia Díaz (PJ), esposa de Daniel Rossi, ex vicegobernador (juzgado y condenado por corrupción) y concuñada del mismo Moreyra, aunque peleados "a muerte" por esas cuestiones que tiene la interna peronista.

Mientras tanto desde el gobierno provincial se sigue negando la posibilidad de aumentar los sueldos a los empleados públicos, con el siempre útil aunque falaz argumento de que no hay presupuesto.

Como dijo alguna vez Alejandro Dolina:

"Mirando a ciertas personas que triunfan, cualquiera siente ganas de fracasar".

Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

viernes, 22 de enero de 2010

Críticos y acríticos - Editorial del 22 de enero de 2010

En otras páginas de esta edición hacemos referencia a la noticia (más que noticia, confesión de parte y relevo de pruebas) de que los recursos con los que dispondrán este año los comedores escolares en la provincia serán los mismos con los que se financiaron en 2009, a pesar del pedido de un aumento de entre el 10 y el 15 por ciento elevado por Acción Social cuando se elaboró el proyecto de Presupuesto 2010, aprobado por la Legislatura el 28 de diciembre último.

Para alimentar a los 85.965 chicos que asisten en forma diaria, el Estado gira una partida de ¡1,50! pesos per cápita, aunque una estimación oficial indica que esa cifra debería ser de 1,95 pesos.

No sin antes dejar expresamente aclarado que tampoco esta última cifra alcanzaría, no podemos menos que asombrarnos de que haya "genios" capaces de creer que con esa plata alguien pueda comer algo más que un pedazo (¡y sólo un pedazo, eh!) de pan.

Si fuera de otra manera, lo que no creemos, pero como somos seres humanos abiertos a las ideas estamos a disposición de quién nos lo quiera demostrar, el gobierno provincial estaría logrando el milagro económico y social de combatir la desnutrición infantil (que existe aún después de seis años de maravillosos gobiernos kirchneristas y sus respectivas y locales cadenas) obligando a esos miles de chicos a comer polenta nueve de cada diez días. Sí, por supuesto, no solo polenta. No somos tan necios. ¡También un poco de arroz, alguna masa pintada con tomate y con una muestra de queso, y no mucho pan, porque se nos acaba la partida! ¡Ah, y para tomar, agua!

¡Y después se llenan la boca hablando del pueblo! La verdad es que es tan inútil este gobierno, que más allá de hacerles pasar hambre a nuestros chicos (¿de eso se tratará el famoso lema "primero los gurises? ¿Primeros en pasar hambre?), no pierden oportunidad de ir a chupar las medias a Buenos Aires, sin atreverse en esas múltiples ocasiones a protestar por la falta de envío de los fondos que legítimamente nos pertenecen y de los cuales hemos hablado tantas veces acá. ¿Cuál es, entonces, el federalismo de estos funcionarios que no funcionan? Menos mal que Pancho Ramírez ya no está, sino como leíamos hace un rato, "los degüella de parados".

A nosotros se nos ocurre que se podría hacer un sustancial ahorro en el presupuesto provincial eliminando algunos puestos de la actual administración. En todo caso podríamos colaborar aportando una lista de candidatos a volverse a su pueblo para intentar, desde la actividad privada (¡ja!), proveerse de esos fondos necesarios para su subsistencia sin tener que sacárselo (literalmente) de la boca a los gurises entrerrianos. Suponemos, para evitar las ahora tan mentandas recurrencias a esa cuestión de la gobernabilidad, que los entes autárquicos, las direcciones, las asesorías y las secretarías personales podrán ser cubiertas por empleados del escalafón, sin que se vean en absoluto menguados los logros institucionales ni las obras a iniciarse o a terminarse. En todo caso, y dada la capacidad demostrada por esos propuestos candidatos al retorno, puede ser que se vea un poco demorada la gestión, ya que de ninguna manera los empleados de planta permanente de que dispone la provincia podrán ni siquiera igualar la idoneidad de estos pro seres (que no próceres). Estimamos que se darán situaciones que deberemos entender, como, por ejemplo, la que quedó demostrada días pasados cuando el tornado que asoló la vecina ciudad de Rosario del Tala dejó sin luz al hospital. Eso sirvió para advertir que el equipo electrógeno no funcionaba desde hace ¡12 años! (¿a esto se refieren cuando hablan de la "herencia recibida"?), llevando a la absurda situación de que se haya tenido que escuchar de boca de los médicos: "tráigame velas Schaff (es el intendente), tengo dos mujeres por tener familia y acá no tenemos energía". Esa frase que quedara para la historia nos lleva, además, a colegir que eso ya pasa a ser una cuestión lindante con la ética, porque lo que algunos se llevan de más, lo sufren muchos otros a los que les siguen faltando las cosas.

Einstein, no nosotros, decía que el punto fundamental era saber cuál era el mínimo de riqueza que garantiza una vida digna y sobre todo qué hacer cuando alguien comienza a obtener más de lo que realmente necesita.

Es que tan pronto alguien puede acumular, la tendencia a abusar del poder que da el dinero se le vuelve irresistible, ya que el sistema en que vivimos está construido para favorecer el abuso. El "ideal de la pocilga" se convierte en ideal social recomendado, ¡obviamente para los demás!

Al final, todos los hombres actúan como cerdos, y lo que hacen todos les parece "natural" a los teóricos "realistas", de los que tenemos varios en este gobierno. La respuesta del ministro Bahl a Arralde, por ejemplo, es prueba de ello.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en este caso nos complace que así sea, porque vamos a intentar trazar un paralelo entre esta tristísima situación y algunas cosas que vimos en estos días en que nos tomamos un descanso.

Estando en la vecina República Oriental del Uruguay advertimos, con sorpresa, ciertas realidades que habíamos leído pero que, por esa idiosincrasia propia de argentinos, no creíamos. Y como tiene que ver con los gurises, "botijas", como los llaman ellos, lo vamos a contar, ya que estamos convencidos de que ese obrar que los distingue tendrá sus frutos en el mediano plazo y nos volverá a colocar, como país, en los últimos lugares de los rankings que realmente importan, tales como el índice de alfabetismo, que hoy mide más que solo saber leer y escribir, mientras nos seguiremos riendo de ellos porque no entran al mundial (o entran por repechaje, como ahora).

En la rambla de Piriápolis, en efecto, hay un enorme edificio en pleno centro, en el que residen, durante una semana, alumnos de las distintas escuelas del "paisito", como ellos mismos lo llaman a su Uruguay. Así, nos dijeron, pasan por ese lugar todos los estudiantes primarios, sin que quede nadie sin gozar de esas vacaciones del mismo nivel de las que gozan aquellos a los que sus riquezas se lo permiten (acá deberíamos decir que a algunos que conocemos sus riquezas les permiten ir un poco más lejos, sin que el hambre de los chicos que conocen les afecte demasiado).

Pero no solo eso. Cada chico lleva su propia computadora portátil, que le proveyó el gobierno (¡y acá estamos discutiendo respecto a cuarenta y cinco centavos de diferencia en el hambre!), conectada a Internet, con la cual tienen la obligación de trabajar durante una hora por día para no perder el tren de los estudios. Esos mismos chicos son llevados por la noche a espectáculos culturales (música popular rioplatense, mimos, pintores, actores) de primer nivel, a los que asisten con absolutísimo respeto porque para eso fueron educados. Durante esas horas en las que los vimos, durante varios días, los acompañantes les iban acercando "refuerzos", como ellos llaman a lo que nosotros por colonialismo cultural todavía denominamos sándwiches. ¡Y seguramente que no eran ni de polenta ni de arroz! Einstein lo dijo, señores, seguramente pensando en las actitudes de los dirigentes que nos han tocado en suerte: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

Es por eso que los "del otro lado del río", le han hecho caso a uno de sus mayores poetas populares, Víctor Lima: "Nadie camina mejor, te juro, que aquél que aprende sobre su andar".

Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

viernes, 8 de enero de 2010

La mitad de nada - Editorial del 8 de enero de 2010

Vamos a explicar primero, antes de entrar en el tema de hoy, de dónde sacamos el título. Aunque no tenga nada que ver (salvo para los que sostienen que todo tiene que ver con todo), así le puso de nombre a su novela Samuel Tarnopolsky, que escribió en ella algo así como un testimonio de los desgarramientos de identidad de esa época. Publicada en 1969, fue escrita bajo el signo ineludible de la profunda crisis de legitimidad de los judíos argentinos. El ascenso de Tacuara, las muertes impunes de Daniel Grinblat y Raúl Alterman, el caso Sirota, las acusaciones permanentes de “doble identidad” derivadas de la captura de Eichmann por un comando israelí, corroían la amistad de un grupo de condiscípulos adolescentes, judíos y no judíos y toda esa serie de hechos culmina con un muchacho judío baleado por su propio compañero de curso transfigurado en Tacuara.

¿Nada tiene que ver con nada?

Pero de lo que queremos hablar hoy, y de ahí la utilización del sabio encabezamiento, es de lo que para nosotros constituye un desaprovechamiento del tiempo transcurrido. Hablamos, obviamente, de la mitad de un período de gobierno. De la Nación, de Entre Ríos y de Basavilbaso, “nuestro pueblo”.

De lo que es para nosotros, como juicio valorativo, la administración de Cristina Fernández de Kirchner, hartos estamos de hablar. Seguimos convencidos, y cada vez más lo estamos, de que no se hizo nada en la sustancia, salvo acomodar (y bien acomodados) a los amigos. Por lo demás, excepto el arrogarse algunos éxitos en materia de derechos humanos, que no se podrían haber logrado sin el primer escalón que ellos (los kirchneristas) ignoran supinamente, y que construyeron Alfonsín y la UCR en 1983, nada se ha hecho. Promesas, solo promesas, en cada ocasión en que la Sra. Presidente pretende tapar la realidad con sus discursos vacíos. Así pasaron sin pena ni gloria los planes para comprar el primer 0 km.; los de heladeras y otros electrodomésticos (parece un chiste, pero estos eran los “proyectos” de gobierno); y solo quedaron las seudo cooperativas de trabajo y los cada vez más frecuentes y lábiles planes. Por lo demás las únicas cosas que funcionan con viento a favor desde el kirchnerismo necesitan de la complicidad de algunos jueces para escapar sobre el filo de la ilegalidad.

Pasando entonces a la provincia, en dónde todavía teníamos esperanza, vamos a analizar solo dos cosas, ampliando un poco la popular frase. Para nosotros, de muestra, bastan dos botones. El primero tiene que ver con la obra pública, que como ya iteramos y reiteramos, es el “caballito del batalla” (caballito del comisario, deberíamos decir) de este gobierno y de sus causantes inmediatos anteriores. Y de esa impresentable obra pública vamos a tomar una bastante cercana, y de ella sacaremos las conclusiones. Transitamos periódicamente por la Ruta 39, tanto en el sentido hacia Nogoyá (después pasa a ser Ruta 12), como hacia Concepción del Uruguay. Es fácil advertir ahí que en la parte que está “terminada” difícilmente se pueda jugar un partido de billar. Y en la que no, se advierten los parches previos a la pasada de la capa de un centímetro de asfalto. Ahí, como consejo de “tonto” (ya lo hicimos cuando el “señalamiento vertical”, del que dijimos que había sido pintado con acuarela y no erramos demasiado), sugerimos que se haga un diagrama de esos agujeros mal tapados, porque en dos o tres meses, a contar desde que le pongan la dichosa capa, aparecerán nuevamente. Es claro que, milagrosamente, será después de que se le pague a la empresa constructora.

Y hablando de pagar y de empresa (mientras preguntamos si a la que hizo el desastroso pintado se le reclamó algo), nos llama la atención la cantidad de estas UTE (Uniones Transitorias de Empresas) que quiebran o dejan las obras sin terminar. Nosotros, que hemos transitado pasillos en nombre de asociaciones cooperadoras y entidades sin fines de lucro, sabemos que para conseguir un subsidio hay que llevar hasta el grupo sanguíneo de la bisabuela del tercer vocal suplente. En cambio, pareciera, que a estas perecederas compañías mucho no se les exige. ¿O hay otra razón para que existan tantas obras inconclusas?

El otro botón del que hablábamos, es el de la demora en el pago de los salarios (nunca mejor utilizada la palabra, porque cuando los empleados públicos cobren su sueldo solamente les alcanzará para la sal). Se demoró la salida del cronograma, y ¡justo! cuando salió, ya los responsables, o sea aquellos a los que les podíamos reclamar, no estaban. Se habían ido a Brasil, al Uruguay, a Gesell (no, amigo lector, no, al Poli vamos usted y yo solamente). Acá no quedó ni el loro (ni el pato, deberíamos decir). Parece que en el caso de algunos amigos funcionarios sus ahorros les permitieron irse igual. ¡Si, ya sé, no me diga nada! A ellos no les descuentan el “día no trabajado día no cobrado”. Ya planteamos una vez qué lindo sería verlos pagar encima a fin de mes.

Y así llegamos, por fin, a nuestra pequeña aldea.

Por acá también sobran los temas, y, para no ser desparejos, vamos a volver a tomar dos botones de muestra.

En un medio colega se publicó días pasados la noticia del abandono en que se encontraba la senda peatonal que conduce al cementerio (para los que van caminando). A raíz de eso surgieron comentarios acerca del estado en que estaba toda la necrópolis local, por lo menos en lo que hace al mantenimiento cotidiano. Por supuesto que no cargaremos las tintas en ese aspecto sobre los obreros que cumplen o deberían cumplir con esa tarea, sino, como corresponde, sobre los responsables del área. Y al respecto, ya que estamos, bueno sería que cuando se edite nuevamente la Gaceta, o en la página que tiene el Municipio en este semanario, se haga saber a los contribuyentes (y a los que no lo son también) cuáles son los jefes que están a cargo de cada sector, así como sus horarios y lugares de trabajo. Nos parece que de esa manera se demostrará respeto hacia el elector y, a la vez, se soslayarán algunos comentarios bien o mal intencionados, que generalmente terminan con un enojo del involucrado, al “mejor” estilo de la bronca con el cartero en vez de con el emisor de la carta. A nosotros nos pasó hace unos días, por eso es que hacemos hincapié en ello. No hay que olvidar que la función pública genera más obligaciones que derechos, y que, como lo venimos diciendo siempre, nosotros somos los mandantes, y ellos nuestros mandatarios. Las normas están para cumplirlas, antes de para hacerlas cumplir.

La otra cuestión municipal, que nosotros predijimos, tiene que ver con el Código de Faltas que se sancionara hace un tiempo, y respecto al cual nosotros, en un juego de palabras, habíamos calificado como “las faltas del Código”. A medida que se va intentando su aplicación se van haciendo manifiestas esas irregularidades que marcamos, lo que demuestra que, si se hubiese prestado atención y hecho caso, otra sería hoy la realidad del tránsito. Los operativos no pasan de ser episodios espasmódicos, siendo más los días en los que los inspectores son meros espectadores del incumplimiento de las normas. Pocos terminan siendo los perjudicados, porque hay que tener en cuenta que si la ley no es pareja, no es ley. En un caso específico, el hilo se cortó por lo más delgado, pero no sería extraño que alguien apele a otras vías (legales) para lograr lo que quienes tendrían que haberlo hecho no hicieron. Lisa y llanamente la única opción es derogarlo y sancionar uno nuevo, mejor, más adecuado a los tiempos y, sobre todo, ajustado a derecho.

Todos, entonces. Los que lucran con la obra pública, los que se van de vacaciones sin pagar antes los sueldos, los que no cumplen con sus funciones específicas y acumulan cargos y los que creen que gritando se arreglan las cosas, deben darse cuenta, rápidamente, de que al obrar de este modo están decretando la ruina de lo que constituye su propia existencia.

Terminamos con Khalil Gibran:

“Del hablador he aprendido a callar; del intolerante, a ser indulgente, y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud hacia esos maestros”.

Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica, de Basavilbaso

viernes, 1 de enero de 2010

Nuestro balance - Editorial del 2 de enero de 2010

Hay un tema en tiempo de tango, con letra y música de Chico Novarro, del que hoy tomamos el título, porque nos parece el justo y adecuado para encabezar esta especie de análisis de las cosas que nos importaron durante este 2009.

Pero quédese tranquilo amigo lector (genéricamente; también las amigas lectoras), que no lo vamos a cantar.

Pero sí vamos a tomar una estrofa de esa canción, para iniciar desde allí esta recorrida, que a manera de estudio comparativo de las circunstancias o de los factores que intervienen en un proceso, queremos proponerles para, a su vez, y dentro de nuestras limitadas posibilidades, tratar de prever lo que nos espera en el año que se inicia. Digamos, si serán tiempos de evolución o de involución.

Lentamente fue creciendo

la visión de la caída.

La sombra del ayer

nos envolvió

y no atinamos a luchar...

Hay una frase muy conocida que dice "conoce tu aldea y conocerás el mundo", y hay quienes le atribuyen al escritor ruso León Tolstoi, el mismo de "La Guerra y la Paz" una similar que reza "conoce tu aldea y serás universal".

En cualquiera de los dos casos es indiscutible que las realidades que vemos en nuestro pueblo son las mismas que, aumentadas en la lente, se ven en la provincia y en el país. Si quieren decirlo con un sabor (y un saber) más popular, "casas más, casas menos, igualito a mi Santiago".

Lo real es que en un mundo en el que el hombre puede volar, sentado y disfrutando, con comodidad, y con ventaja sobre todas las aves (único ser vivo que lo podía hacer, hasta hace poco); puede viajar bajo del agua, también con "ventaja" sobre los peces, porque lo hace sin mojarse; ir a la Luna (y muy pronto a otros planetas); organizar una reunión entre varias personas situadas en distintas partes de la tierra, como si estuvieran al otro lado de la mesa, a través de lo que se conoce como "teleconferencia"; consultar la biblioteca de cualquier universidad del mundo, sin moverse de su casa y a muy bajos costos, con solo una conexión a la Internet, etc., al mismo tiempo, la posibilidad de los hombres de vivir dignamente, con sus necesidades básicas satisfechas, sigue en dudas, como resultado, a nuestro entender, de que el modelo que nos han vendido los países centrales y las teorías que lo sustentan, al menos para los habitantes de América Latina, son un verdadero fracaso.

El actual no es el mejor de los mundos posibles, a menos que la característica fundamental de los seres humanos sea la estulticia (vulgarmente ignorancia), que lleva a hacer creer que todo se reduce a la lucha de una masa contra otra. Eso es lo que nos inducen a hacer muchos políticos, cuando rayan en una doble estupidez (este también es el significado de estulticia): por un lado, pretender trasplantar esquemas antiguos, y, por el otro, llevarnos inexorablemente a hacernos equivocar en la elección, cumpliendo así el adagio de Publio Syro (siglo I a.C.), a quién la posteridad no ha valorado lo suficiente. ¿Será porque en sus Sentencias advirtió: "La multitud siempre elige el peor partido"?

Cuando más arriba decíamos que íbamos a escribir con la visión puesta en este futuro que se llama 2010, lo hacíamos juzgando el proceder de una forma de hacer política que piensa sólo en qué va a ganar, sin importarle que el país (y la pequeña aldea) esté desmotivado. Para eso los insignes encuestadores hacen proyecciones falsas de viejas cifras (acá, en Entre Ríos, lo vimos, y lo escribimos, cuando se falsearon los datos del acatamiento del paro docente), porque hablan mucho en esta mentira que los lleva a buscar sustituir a los medios dependientes en procura de alzarse como los nuevos gurúes grandilocuentes que le enseñarán a la gente cómo actuar. Ya lo hemos dicho acá. Y si no nos creen, vean desapasionadamente 6, 7, 8, ahora llevado intencionalmente a horario central, y sabrán qué modelo similar al de "1984", del genial George Orwell, nos proponen.

A nosotros nos parece que las ideas que se están llevando adelante están imaginadas únicamente para el beneficio personal de aquéllos a los que se les ocurren. No hemos visto por estos tiempo a nadie que tenga poder y que piense en el desarrollo como un espacio donde un miembro de la comunidad, por el solo hecho de serlo, no esté condenado a morir de hambre o de una enfermedad curable, es decir, que la salud sea un derecho y no una mercadería para vender a quien pueda comprarla; que la educación sea también un derecho y no un producto vendible.

Podemos aquí recoger las palabras del premio Nobel de Economía de 1998, el economista hindú Amartya Sen, que advertía a quién lo quisiera oír que "el proceso de desarrollo no consiste esencialmente en extender la oferta de bienes y servicios, sino en las capacidades de la gente... Necesitamos prestar más atención a crear y asegurar los derechos y convertirlos en capacidades".

Estamos hartos de la vocinglería que anuncia la obra pública como si fuera esa la función única para la que hemos elegido a nuestros representantes. Y acá con el agravante de que se empiezan pero nunca se sabe cuándo se terminan (Rutas 20 y 39, ingreso de tránsito pesado, Escuela N° 91, Escuela N° 9…). Y ni qué decir de la puja inconsistente y de imprevisibles (¿imprevisibles?) consecuencias que está llevándose adelante entre los dos "cantautores" locales, que se adjudican cuanta payada se les cruce en el camino. Así la misma dádiva, el mismo cheque y la misma licitación tendrán para la posteridad dos fotos, sacadas con el procedimiento que se utilizaba en los viejos parques de diversiones: una escena montada previamente y un agujero en el que poner la cara. ¡Eso!, en el que "poner la cara".

Nosotros seguiremos creyendo en que salir de todo esto es posible. Obviamente que sabemos que no con los que nos están guiando ahora. Con ellos lo único evidente es la ruta al precipicio. La cosa estará de la mano de un mayor compromiso comunitario que deje de lado el berrinche que alguna vez ejemplificamos acá como "gritarle al televisor".

Lo que nosotros proponemos, y ejecutamos, está pensado sobre una estrategia política actual, vale decir, sobre una política democrática real, no sobre una parodia de democracia. Después de todo, y como siempre repetimos, ¿Para qué los profesores de Formación Ética y Ciudadana seguimos insistiendo desde hace años (¡ya casi 20 nosotros!) a nuestros alumnos respecto a la esencia o definición de una república democrática que, entre otras condiciones, exige la periodicidad de los funcionarios, su responsabilidad y honestidad, y la publicidad (veraz) de sus actos?

Justo hoy leíamos una frase de Albert Einstein que tomamos prestada para el final.

"La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa".

Este es el doble compromiso aquí y hoy: no sentarse nunca a ver pasar el mal.

Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso