jueves, 27 de noviembre de 2014

Plato Lleno

Plato Lleno - Editorial del 28 de noviembre de 2014
El martes al mediodía los alumnos de la escuela N° 55 María Teresa de Calcuta, de Tigre, esperaban un guiso o arroz con pollo. Pero almorzaron rolls de trucha, pinchos de salmón, empanadas árabes y sándwiches de pastrón, acompañado por hongos y zucchini asados. No estaban en ningún restaurante cinco estrellas. Se habían sentado en el mismo comedor escolar donde todos los días reciben, tal vez, el plato más abundante de la jornada.
El cambio tuvo que ver con una donación de Plato Lleno, el proyecto de un grupo de voluntarios que rescata la comida excedente en fiestas para cedérsela a personas en situación vulnerable.
Con el lema "La comida no se tira", el movimiento ya entregó 5000 platos llenos -de al menos, 500 gramos- para el almuerzo, la merienda o la cena en hogares de niños en tránsito, refugios de víctimas de la trata, comedores escolares y barriales, y escuelas. Se trata de, como mínimo, 2500 kilos de alimentos que habrían terminado en la basura si no hubiera existido el nexo entre los voluntarios y los donantes.
Yo elegí este tema, no solamente para analizarlo puramente, sino para después compararlo con otras realidades de esta Argentina que está viviendo su “década ganada”.
Debo decir, en principio, que me parece destacable lo que hacen estos chicos, igual que cualquier persona que ayude, en cualquier ámbito. Pero creo que seremos un país más avanzado cuando aplaudamos porque un comedor se cerró, y no porque abrió. Lo urgente nunca nos debe hacer olvidar lo importante, que en este caso es que es que una familia coma junta, se cuente su día, sea autosuficiente, etc.
Hace diez años (otra vez la década ganada), en 2004, se dictó en nuestro país la ley llamada DONAL, vetada luego en 2005 porque en su artículo 9 eximía a los donantes de la responsabilidad sobre los alimentos una vez entregados a los beneficiarios bajo las condiciones exigidas por el Código Alimentario Argentino, y luego nadie se ocupó de reflotarla. Tenía el mismo fin de lo que se instrumentó sin ley, o sea el rescate de los alimentos que hoy van a parar a la basura, en este caso  provenientes de los supermercados, para alimentar a quienes pasan hambre en este país. Diez años en que hay muertes cuyo origen es la desnutrición, especialmente infantil. Los grandes establecimientos que expenden comida no se han opuesto, sólo que quieren tener garantizado que no tendrán responsabilidad una vez entregada la mercadería, por posibles juicios que pueden ser mal intencionados. No hace falta una gran estructura sino una correcta reglamentación. Resulta indignante la falta de preocupación por los pobres. Muchos políticos pretenden desconocer la situación de miles o millones de argentinos que sufren la miseria por razones meramente partidarias. Ese sistema funciona en muchos países con menos problemas que el nuestro, y que se sepa, no tuvieron ningún inconveniente. Tirar la comida que otros pueden aprovechar, suena hasta criminal.
Entre tantas estupideces que se votan en el Congreso, podrían pensar en legislar el tema de responsabilidad de donantes de alimentos y así cuántos más podrían donar; supermercados, por ejemplo, que sacan la comida vencida en camiones y las tiran a la basura que después la misma gente revuelve. Pero claro, votar eso sería admitir que hay necesidad.
Pero por supuesto que la cosa no se soluciona sólo con donar comida. Estoy de acuerdo en una parte, pero además, o fundamentalmente, hay que educar, dar trabajo. ¿Qué tal si desde los gobiernos provinciales se formaran comunidades para gente sin recursos donde los padres cultivaran, criaran distintos tipos de animales, pudieran colocar los productos en mercados? Seguramente los hijos, que son el futuro de nuestro país, y que se forman más por lo que ven que por lo que escuchan, serían los hombres del mañana que no estarían esperando que les donaran nada. Todo pasa por educación. ¿Tanto les cuesta a los gobernantes de turno entender esto?  ¿O tal vez (y lo que es peor) no les interesa gente que piense?
Si planteamos esta cuestión solo como voluntarismo corremos el riesgo de que parezca como el personaje de Peter Capusotto que propone falsificar monedas así puede dar más a los pobres que lo “manguean” por la calle.
Después de 11 años de "éxitos", Argentina, el granero del mundo, el extenso país lleno de recursos casi deshabilitado, debe juntar las sobras para que millones de habitantes puedan “morfar”.
Además de eso, hay 10 o más millones de  subvencionados y “planeros” que no laburan, varios millones de empleados estatales y algunos millones de jubilados que no aportaron.
Mientras tanto…
Nadie nos contestó la razón por la cual en la provincia gobernada por un precandidato presidencial que promete un “milagro entrerriano” (milagro que uno supone se manifestará si realmente Urrubarri consigue ser Presidente de la Nación), la Ruta 6, troncal en nuestros pagos, está en el deplorable estado que describimos la semana pasada. Y eso que las palabras no alcanzan para contar ese horror. Hay que ver para creer.
Pero es claro, después nos pusimos a pensar, ayudados por la conversación con un amigo, cosa que siempre enriquece (espiritualmente), que la obra pública de la que se jacta este gobierno está conformada, mayormente, por barrios de viviendas. Ese tipo de emprendimientos tiene una serie de ventajas que los políticos ya advirtieron. En principio, al darle una vivienda a gente que no la tiene, cumple con el sueño prioritario de la casa propia. Eso genera votos inmediatos, tanto de agradecimiento como de temor reverencial. Y los graves defectos estructurales que tiene la mayoría de esos barrios, sumado el hecho de que son casas “adosadas”, lo que potencia los problemas con los vecinos, son generalmente minimizados por los beneficiarios, que se ocupan de arreglarlos pensando, con razón, que lo que reparan es su propia casa, cuando lo que deberían advertir es que están pagando a precio de mercado algo que tiene graves “vicios redhibitorios”, que son aquellos, según el Código Civil (sin pretender dar una clase de Derecho) “defectos ocultos de la cosa, cuyo dominio, uso o goce se transmitió por título oneroso, existentes al tiempo de la adquisición, que la hagan impropia para su destino, si de tal modo disminuyen el uso de ella que al haberlos conocido el adquirente, no la habría adquirido, o habría dado menos por ella”.
La otra obra pública, aunque no en la ruta que citamos más arriba, es la de “reparación” de caminos, si se nos permite el eufemismo. No vamos a dejar de reconocer la importancia que tiene para nuestra zona la pavimentación de la Ruta 20, en el tramo Basavilbaso - Villaguay, pero ahora estamos viendo que se hizo a cualquier costo y sin importar el resultado. Están apareciendo pozos que solo se emparchan (con suerte), cuando uno supone que una inversión de esa envergadura se debería corresponder con un resultado que perdurara por años y años. Desde acá nos animamos a asegurar que en no más de dos años estará intransitable, por lo menos en los términos en que ese concepto implica en el Siglo XXI. Por supuesto que si la comparamos con lo que teníamos es un “milagro entrerriano”, pero acá hubo alguien que se llevó la diferencia.
Y ya que estamos, nos parece que uno de los problemas de la Argentina, y eso se ha notado por estos días en temas de trascendencia nacional, es la falta de controles. Llamativamente la función de inspección de obra pública ha pasado a ser una de las más codiciadas. Y eso que, en vez de cumplir con su función diciendo “haz esto” o “haz aquello”, se limitan a hacer de escribanos de lo que ya está ¿construido?
Nos animamos a decir esto porque tenemos las pruebas de que las cosas no se hicieron bien. No puede ser que pavimentos recién hechos estén rotos, y que debajo de los techos de construcciones nuevas, licitadas a precios generalmente mayores que las fijadas en los pliegos, llueva más que a la intemperie.
Indudablemente alguien nos está tomando el pelo. Una parte del pueblo debe comer por caridad las sobras mientras otros se enriquecen a costa de ese mismo pueblo. Acá sí hay que mirarle los dientes al caballo regalado. Si no, pronto nos daremos cuenta de que estamos en Troya.
                                    Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso



jueves, 20 de noviembre de 2014

Milagros inesperados II

Milagros inesperados II - Editorial del 21 de noviembre de 2014
Continuando con la idea comenzada la pasada semana, y que entre otras cosas hizo reír a mi amigo Jorge, apelé a ponerle como título la segunda parte del mismo, cuando tenía otras opciones, siguiendo al obra de Stephen King, y que me venían como anillo al dedo para expresar en dos o tres palabras lo que siento en relación a esta etapa de quienes nos gobiernan, a nivel provincial y nacional: Cementerio de Animales,  La Danza de la Muerte, y hasta Misery.
Pero bueno, en verdad la vida no es una novela (aunque a veces da terror), y menos de ciencia ficción, así que vamos a volver a la realidad.
La convicción de que debía seguir con el desarrollo de lo que había empezado comenzó a darme vueltas en la cabeza nada más iniciar la preparación del 31º Encuentro Coral “Para el Acercamiento”, en mi carácter de Director del Coro Municipal “Magnificat” de esta ciudad de Basavilbaso, que tiene 58 años de existencia (el coro) y que va por ese número de encuentros corales anuales en forma ininterrumpida, en lo que creo debe ser un record en el país.
En realidad, cuando pasamos de usar el Salón de la Escuela Nº 9 como lugar de ensayos a pensar en ella como lugar para llevar adelante el espectáculo, fue ahí donde miré para arriba y vi el mismo cielorraso roto desde hace más de diez años, me fui hasta el hall de entrada y volví a mirar para arriba y me di cuenta de que faltan paneles y se ve el techo de chapa oxidado, salí al caminito de dos sendas que lleva hasta la vereda y advertí que es una “boca de lobo”, con una columna de dos brazos que pusieron hace como quince años y a la que NUNCA le agregaron las lámparas correspondientes, y me volví para atrás para ver si a las luminarias que están a ambos lados de la puerta de entrada le habían colocado los focos que les faltan desde hace ya muchísimo tiempo. Pero no, la cosa sigue igual. Y acá doy fe, porque es mi escuela, la de mi padre y la de mis hijos, que nada de esto es culpa ni de los docentes, ni de los directivos, ni, mucho menos de la Asociación Cooperadora, que no debería ni siquiera existir porque es una vergüenza que los padres tengan que trabajar para solventar gastos que le corresponden a la provincia.
La responsabilidad primera es del Consejo General de Educación, que tendría que estar para otra cosa más aparte de redactar “ingeniosas” resoluciones como la  Nº 4470, que tiene fecha del martes 11 de noviembre, y que  dispone que descontará el día a los docentes que hicieron paro este jueves. “Corresponde no abonar remuneraciones por el tiempo en que los servicios han dejado de prestarse y en proporción al tiempo de la retención efectuada”. ¿Por qué no se ponen a arreglar esta Escuela, digo yo, y al mismo tiempo le preguntan a nuestro Sr. Gobernador, en vez de “chuparle sus dignísimas medias”, como dice Nacha Guevara en una de sus primeras canciones de protesta, si a él “le abonan las remuneraciones por el tiempo en que los servicios han dejado de prestarse”, en obvia alusión a los viajes que realiza por todo el país, en el helicóptero de la provincia, en días en los que debería estar gobernándola. O, en todo caso, que rinda cuentas públicamente de los descuentos que él mismo ordena hacer en su sueldo como gobernador, y de las facturas que abona por el uso de los bienes del estado en su propio beneficio. Y también, en todo caso, que se lo preste, cuando él no lo usa, a quién crea  también en estos “Milagros Inesperados II” y se proponga como candidato a algo, para que pueda recorrer también la Argentina. Es, por ejemplo mi propio caso, ya que después de que desestimara la idea presentada la semana pasada de proponerme como candidato a integrar la Corte Suprema de Justicia, pese a que reúno los requisitos formales para hacerlo, a algunos amigos se les ocurrió que sí podría ser postulante a la Vicepresidencia de la Nación, integrando una supuesta fórmula del partido al que estoy afiliado. Pero es claro que necesito para ello trascender un poco, y hacerme conocer más allá de mi aldea y sus alrededores, por lo que sirve el presente de suficiente y válida solicitud, más allá de que en tanto tiempo ni siquiera pude conseguir en forma institucional que un colectivo de la provincia transporte al coro cuando sale de ella. Pero bueno; la esperanza es lo último que se pierde.
Sobre todo cuando a nivel nacional uno ve que cuatro ministros llegaron a Río Gallegos en tres aviones oficiales con minutos de diferencia, (dos aeronaves de la flota presidencial y una de la Armada) y, lo peor del caso, es que desde allí, inexplicablemente,  Axel Kicillof y Héctor Timerman (dos de esos ministros) se subieron a un avión privado, de origen suizo, para trasladarse a la reunión del G20 que tuvo lugar el pasado fin de semana en Australia, y a la que la Sra. Presidente no pudo asistir debido a su cuadro de sigmoiditis.
A las 14.10 había aterrizado el Tango 10, uno de los aviones presidenciales, y descendió una única pasajera, la ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner, que llegó para participar de un acto partidario en su provincia. Y a  las 15.15 aterrizó en Santa Cruz el Focker 28 5.T21, de la Armada, que llevaba al ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien viajó para asistir, justamente, al acto de Alicia Kirchner. Tanto el Tango 10 como el Tango 04 (en el que llegaron Kicillof y Timerman), retornaron a Buenos Aires a los pocos minutos del descenso de sus pasajeros.
Lo interesante del caso es que pocas horas después el Jefe de Gabinete, que utilizaba los aviones de su provincia, cuando era gobernador, para ir de vacaciones o visitar los fines de semana a su novia, y por lo tanto no tiene autoridad moral para criticar a nadie en la faz de la tierra, ironizó acerca de la manera en que los medios trataron el tema, incluso llegando al agravio cuando se refirió al periodista de TN, Fernando Carnota, como “el periodista de apellido Marmota”.
A mí se me ocurre que a Capitanich le pasa algo parecido a lo que describió Iván Petrovich Pavlov. Pávlov es conocido por haber formulado la ley del reflejo condicional (que por un error en la traducción de su obra al idioma inglés fue llamada reflejo condicionado), la cual desarrolló entre 1890 y 1900, después de que su ayudante E.B. Twimyer observara que la salivación de los perros que utilizaban en sus experimentos se producía ante la presencia de comida o de los propios experimentadores, y luego determinó que podía ser resultado de una actividad psicológica.
Realizó el conocido experimento consistente en hacer sonar un metrónomo (a 100 golpes por minuto, aunque popularmente se cree que utilizó una campana) justo antes de dar alimento en polvo a un perro, llegando a la conclusión de que, cuando el perro tenía hambre, comenzaba a salivar nada más al oír el sonido del metrónomo (aparato que en ocasiones utilizan los músicos para marcar el ritmo). A mí me parece que el “Coqui” reacciona nada más escuchar, aunque sea por teléfono, la voz de la Presidente, y ahí abre la boca y empieza a decir pavadas.
Porque el problema no es si se cumplieron los pasos para la contratación, como ellos explicaron. El problema está en que habiendo otras alternativas para llegar a Australia, justamente van y eligen la más cara. Mientras hoy hay empresas con gente suspendida porque no la dejan importar insumos para su producción por falta de dólares, estos dos funcionaros van y se “patinan” U$S 600.000 “de una”.
Por suerte, ya casi sobre el cierre de la edición, pude comprender, ¡al fin!, la razón por la cual el Sr. Urribarri ha nombrado a su campaña “Milagro Entrerriano”. Es que tuve que viajar a la ciudad de La Paz por la Ruta 6, y la verdad es que circular por la misma, desde el cruce con la 18 hasta la citada ciudad, y llegar sin romperse ningún hueso, es un verdadero milagro. Yo, cuando llegué a mi destino, miré hacia atrás y me sentí como Moisés cuando cruzó el Mar Rojo. Y ahí fue, entonces, el momento en que comencé a coincidir con nuestro gobernador. Está claro ahora para mí que lo que él pretende es convertir a esa ruta, y a otras de la provincia que están en similar estado, o lo estarán próximamente, en circuitos para Turismo de Aventura. Es más, yo creo que el Rally Dakar no encontrará camino más difícil que ese. Y ni hablar, ya como milagro final, de la posibilidad de que alguno de los pozos que pronto se unirán y serán uno solo, llegue hasta al Acuífero Guaraní o hasta alguna napa termal, y nos ayude a los entrerrianos a pagarle a Don Sergio los gastos de este “sueño imposible”.
Al regreso, ya sabiendo lo que me esperaba, y sin seguridad de llegar devuelta, dije, por lo bajo, porque justo en el cruce estaba la Brigada de Abigeato, que no tiene de mí el mejor de los recuerdos, parafraseando lo que le decían los gladiadores al César antes de entrar a una muerte segura:
“Ave Urribarri, morituri te salutant”. Salve, Urribarri, los que van  a morir te saludan.
                        Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso


jueves, 13 de noviembre de 2014

Milagros inesperados

Milagros inesperados - Editorial del 14 de noviembre de 2014
Elegí el título de hoy tomándolo de un libro de Stephen King que en la traducción al español lleva ese nombre, aunque el original en inglés es “The Green Mile”, o “La Milla Verde”, en alusión al pasillo que lleva a los condenados a muerte en los Estados de los EEUU que todavía la conservan, desde sus celdas hasta el patíbulo (la silla eléctrica o la sala en la que se le aplica la inyección letal).
En realidad la intencionalidad del título tiene mucho que  ver con el propósito de nuestro gobernador de ser candidato a Presidente de la Nación por el Frente para la Victoria en las próximas elecciones de 2015, y por eso usé el título en castellano, aunque después me di cuenta de que, como segunda intención y como metáfora, no estaba mal eso de “el pasillo de la muerte”.
Pensar que Urribarri puede ser Presidente de la Nación es tan creíble como que yo pueda integrar la Suprema Corte de Justicia. Primero tendría que ganarle las PASO a Scioli (y a Randazzo y a Rossi), y después, si eso ocurriera, debe ser consciente de que se le va a hacer más fácil a la oposición ganarle a él. Yo creo que el indeciso votará a cualquiera menos a un ignoto gobernador. Y no particularmente porque sea un mal candidato (aunque para mí lo sea), sino simplemente porque nadie lo conoce fuera de Entre Ríos (y muchos ni siquiera dentro de la provincia).
Pero antes de entrar en tema, quiero dejar en claro que, políticamente, pienso que la jugada de Cristina es hacerle creer a todos los que nombré (Urribarri, Randazzo y Rossi) que pueden llegar a ser Presidente, cuando en realidad lo que está haciendo es una nueva especie de “ley de lemas”, por medio de la que pretenderá sumar todos los votos (mis hijos se van a reír, acá), y luego dárselos a Scioli.
Vuelvo, entonces, a dedicarme a dar mi opinión acerca de la utópica visión de nuestro Sr. Gobernador respecto a que puede llegar a ser Primer Mandatario de un país como la Argentina, solo con voluntarismo y “milagros”.
Digo yo: ¿no sé da cuenta de que tendría, por ejemplo, que solucionar el problema de las inundaciones que se producen en muchos lugares del país cuando caen tres gotas, siendo que él ni siquiera pudo cumplir con el compromiso de pavimentar catorce cuadras para llegar hasta una escuela? Tendría que haber ido a dar clase el miércoles por la mañana, luego de la lluvia, para saber de qué y por qué hablo.
Por estos días se trata en la Cámara de Diputados un proyecto de ley “de emergencia” que obligue a los anestesistas, por un período de cinco años, a prestar servicios en los hospitales públicos a los que se los mande. Esto teniendo en cuenta la carencia de profesionales de esa especialidad en Entre Ríos. Sin dejar de lado que los que hemos recibido toda nuestra educación desde el Estado (primaria, secundaria y universitaria) tenemos, en principio, la obligación moral de devolver lo que nos dieron gratuitamente, no se pueden olvidar los señores legisladores, y tampoco nuestro Sr. Gobernador, que se trata de profesiones liberales, en las que resulta muy difícil “obligar” a alguien a hacer lo que no quiere. En todo caso, si tuviésemos una dirigencia inteligente, deberían preguntarse si la causa de la carencia de anestesistas en la provincia, más allá de que nosotros no tenemos Facultad de Medicina, no está (¡sí está!) fundada en el simple hecho de que, por la misma tarea y para el mismo fin, que es obtener la especialidad, un residente cobra en Santa Fe (cruzando el túnel) el doble de lo que cobra uno en Paraná. Y lo mismo pasa después con los cargos de Salud. Entonces ¿qué incentivación puede tener una persona que estudió durante por lo menos diez años para obtener su título y su especialidad? Pongan en valor los sueldos de los empleados públicos y muchos de los problemas desaparecerán. Y vuelvo, entonces, al tema principal: ¿qué milagro pretende generar Urribarri para ser presidente, si, entre otras cosas no puede asegurarle a los hospitales de la mayor parte de las ciudades entrerrianas un digno servicio de anestesia, y a los anestesistas una digna contraprestación por sus servicios?
Y hablo de esa especialidad médica en particular, primero porque como dije hay un proyecto de ley que, al estilo del modelo soviético pretende obligarlos a trabajar dónde al gobierno se le ocurra, y segundo, obviamente, porque lo conozco de primera mano por una cuestión familiar. Pero lo mismo puede pasarle a otros, al estilo del poema que tantas veces he utilizado acá, y que se le adjudica a Bertold Brecht, pero en realidad le pertenece a Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller, Pastor luterano alemán y antinazi. La traducción textual es:
“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar”.
¿Qué clase de República va a gobernar entonces Urribarri si no puede sostener en su provincia un sistema de Salud Pública que sea eficiente y que les pague a sus agentes lo que les corresponde? Porque, no nos engañemos, los hospitales que funcionan bien lo hacen porque tienen una Asociación Cooperadora que viene en subsidio de la responsabilidad del Estado de brindarla. Y pretender cubrir los vacíos con medidas que más se parecen a las imposiciones de un totalitarismo que de una democracia, es vergonzoso. Más cuando para alcanzar los índices que se señalan en el proyecto se incluyen “hospitales” como el de Avigdor o Gilbert, que no tienen ni siquiera una camilla de quirófano en condiciones. Un anestesista allí es más inútil que “cenicero de moto”, de modo que acabemos ya con la mentira y ponderemos con algún criterio creíble.
Y para hacer honor a la poesía que pusimos más arriba, en una reciente encuesta realizada entre un muestreo de abogados entrerrianos, la falta de unificación de criterios jurídicos, la morosidad judicial y la burocracia fueron mencionados como los principales inconvenientes que impiden un “mejor desempeño” de la Justicia en Entre Ríos. ¡Y sólo para el 4% de quienes respondieron la encuesta, la relación del Poder Judicial con los demás poderes del Estado es de absoluta independencia! A nosotros no nos queda ninguna duda de esa falta de independencia, ya que lo estamos sufriendo en carne propia en la demora con la que se están tratando, como ya dijimos en otro editorial, dos casos que nos involucran, y que, por lo menos, rozan al poder.
No nos engañemos. No es mucho lo que puede hacer Urribarri como Presidente de la Nación, salvo que lo que se busque es un “prestanombres”. Si hasta el juego de los cuatro candidatos es perverso entre ellos mismos. Se faltan el respeto y permiten que los otros, como pasó esta semana con Capitanich, vayan rotando en sus preferencias como para que nadie se lleve por ahora los laureles.    
El único consuelo que nos queda es que ni en General Campos ni en Arroyo Barú hay glaciares como atracción turística, y que construir hoteles con spa sería allí tan inútil como aquél anestesista que se menciona para Gilbert. Por lo demás, en la contradicción centro-periferia, la cosa no cambiará mucho, porque así como ahora piensa que la provincia termina en la Avenida de Circunvalación de Paraná, después se va a convencer de que la Argentina termina en la General Paz.
Menos mal que hay quienes, mientras tanto, se ocupan de llevar a Entre Ríos “prendidito al corazón”. Aunque nadie lo cuente más que ellos.

                                               Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso  

jueves, 6 de noviembre de 2014

Acusatorio o inquisitivo

Acusatorio o inquisitivo - Editorial del 7 de noviembre de 2014
El Senado de la Nación retoma por estos días el tratamiento del tema de la reforma del Código Procesal Penal de la Nación, urgido por los problemas de inseguridad que muestran los medios, y que preocupan, debemos decirlo, en tanto y en cuanto ocurren en los dos distritos en los que se juegan más votos: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia homónima.
Como siempre sucede, y no solamente cuando hay inseguridad, por esto de la contradicción fundamental “centro - periferia”, los que analizan y cuestionan este “nuevo” código ignoran, o se hacen los que lo ignoran, que en muchas provincias argentinas, entre ellas la nuestra, este sistema funciona desde hace algunos años (acá desde hace cuatro), con mejores resultados que el que está todavía vigente en la Nación.
De todas maneras, como nada es perfecto, si bien nosotros elogiamos el cambio del sistema inquisitivo por uno acusatorio, y eso desde nuestra perspectiva de abogado penalista, existen también severos cuestionamientos a varias de las disposiciones de la iniciativa e incluso a las a veces excesivas potestades que se ponen en manos de los fiscales.
A propósito hemos decidido dejar para otro día el tratamiento de la polémica cláusula que permite la expulsión de extranjeros sorprendidos cometiendo un delito en beneficio de la discusión acerca de las amplias facultades que el nuevo sistema procesal penal les dará a los fiscales.
La reforma contiene una serie de iniciativas que prometen un cambio sustancial en términos jurídicos. El principal aporte tiene que ver con el traspaso de un sistema inquisitorio a uno acusatorio. Esto significa que serán los fiscales (ya dijimos que en Entre Ríos ya es así) los que en todos los casos estarán a cargo de la investigación. Los fiscales dejan de ser una suerte de convidado de piedra, lo mismo que las víctimas. El juez cumplirá la función de un tercero imparcial que tiene que resolver en base a lo que se le presenta en la audiencia, tanto por el fiscal como por la defensa. Es más parecido a un árbitro que a alguien comprometido con una hipótesis investigativa, aunque no dejan de ser los garantes del debido proceso y de los derechos de los involucrados en las causas, además de ser quienes dictan sentencia. En el proyecto se señala, taxativamente, que los jueces "no pueden realizar actos de investigación o que impliquen el impulso de la persecución penal", sino que deberán limitarse a garantizar el proceso judicial.
En esta nueva asignación de roles, el fiscal podrá decidir cuándo proceder con una investigación y cuándo no, pero no podrá descartar la acción penal si el imputado fuera "un funcionario público" al que se le atribuya un delito cometido "en el ejercicio o en razón de su cargo" o relacionado con "violencia doméstica" o "discriminación".
Por otra parte, los jueces deberán ser asistidos por una Oficina Judicial (acá se llama OGA, sigla de Oficina de Gestión de Audiencias), una de las figuras más novedosas que introduce el nuevo Código y que tendrá que "organizar las audiencias, las cuestiones administrativas relacionadas con los jurados" y "disponer la custodia de objetos secuestrados", entre otras funciones.
Entre las contras, alguien podría argumentar que el hecho de que las víctimas y victimarios tengan roles muy activos en el juicio, puede lesionar la balanza. Por un lado las víctimas pueden haber quedado muy afectadas y no poder activar el juicio para defenderse, y los abogados relegar su propio trabajo en las víctimas, y por otro lado estas ser vengativas y disponer de los recursos necesarios para plantarse un juicio. De la misma manera los victimarios podrían afectar demasiado el resultado siempre dependiendo del poder que tengan. Eso, en los hechos, beneficia por mucho a las partes pudientes por sobre las débiles.
Nuestro sistema procesal nacional es retrógrado, como lo era el de nuestra provincia, porque todos los nuevos códigos tienen un sistema acusatorio donde está estrictamente dividida la función de quien debe investigar y quien debe juzgar, y el hecho de que nosotros aún conservemos un sistema donde el que investiga también juzga es algo que no tiene un estándar alto para las garantías de los imputados y tampoco para las investigaciones o la transparencia del proceso. En este escenario, (insistimos con que acá ya está probado y ha dado resultado) se busca dotar de mayores atribuciones a los fiscales con el fin de que sean los encargados exclusivos de llevar adelante las investigaciones de las causas. Álvaro Herrero, director ejecutivo de la Asociación por los Derechos Civiles, advirtió que los proyectos existentes en la materia prevén el fortalecimiento del rol de los fiscales en el marco de procesos netamente orales. “Una reforma de este tipo cambia por completo el rol que jueces y fiscales tienen en la actualidad. Permitiría que los fiscales se conviertan en verdaderos impulsores del proceso penal, llevando adelante la investigación, cosa que hoy está a cargo de los jueces y sólo la delegan de manera discrecional”, indica. En este punto, el especialista explica que los fiscales pasarían a ser los líderes de la investigación y los jueces serían árbitros del proceso. A esta altura debemos reiterar, aunque resulte molesto, que estamos hablando de lo que va a pasar en la Nación, cuando esto ya pasa en nuestra Entre Ríos.
Lo cierto es que se busca una reforma del Código Procesal Penal que apunte a una redefinición en el rol de los jueces y los fiscales y que, por sobre todas las cosas, no vulnere los derechos y garantías de las personas sometidas a un proceso judicial, sean imputadas o víctimas.
En la Facultad de Derecho me enseñaron que dos de los basamentos que deben participar en la elaboración de leyes y normas jurídicas son la lógica y el sentido común.  Y como en esta gestión kirchnerista precisamente lo que le falta a la mayoría de la producción del Congreso es eso, el riesgo mayor es que pase lo que pasó en el tratamiento de la reforma al Código Civil y su unión con el Comercial,  que como sabemos fue aprobada a libro cerrado valiéndose de las mayorías que tienen en ambas cámaras. El riesgo es que esas fallas jurídicas que vemos quienes ya desde hace tiempo trabajamos con ese sistema, se voten sin discusión, haciéndolas vulnerables por anticonstitucionales, y previéndose las derogaciones, como punto final seguro.
El artículo 5 del proyecto de reforma estipula que sólo podrán plantear el principio de la cosa juzgada fraudulenta (o irrita) los perjudicados por una sentencia. Obviamente, no los beneficiados (como sería el caso del enriquecimiento ilícito de los Kirchner) ni, lo que es peor, los fiscales. Un libro de reciente aparición titulada “Cosa juzgada fraudulenta”, del penalista Federico Morgenstern, exhibe con solvencia todos los casos en los que, según la legislación vigente, se puede reclamar que una cosa juzgada no lo sea. El nuevo Código Procesal de Cristina encoge fatalmente los márgenes para esa revisión. Revisión que, como sabemos o suponemos, atañe sobre todo a las causas por presunta corrupción de funcionarios nacionales.
Indudablemente será muy difícil, diríamos mejor “casi imposible” de desmadejar la maraña de corrupción, clientelismo, impunidad y varios "pecados" más que aquejan a la República. Acá, aun con el nuevo sistema, hay causas que demoran más de lo que tienen que demorar, y son precisamente las que tocan, aunque sea tangencialmente, al poder.
No hay que desentenderse de las declaraciones, a 31 años del retorno de la democracia, del ex fiscal del Juicio a las Juntas Militares, Julio César Strassera, quien criticó con dureza al Gobierno y consideró que "hoy no vivimos en democracia", asegurando que en la gestión hay "inútiles que dan vergüenza".
"Si por democracia entendemos el respeto por las instituciones y la división de poderes, hoy no vivimos en democracia. La vivimos en la época de Raúl Alfonsín ", consideró el fiscal, que cerró su alegato en el juicio contra los ex comandantes de la dictadura con la histórica frase "Nunca Más".
                                               Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso