jueves, 27 de agosto de 2009

La sentencia de María Juana
Editorial del 28 de agosto de 2009
En esta complicada (pero divertida y generosa) tarea de escribir todas las semanas sobre un tema distinto, en la que estamos hace ya casi doce años, los disparadores para la elección del tema suelen ser, muchas veces, dispares.
Así, ocasionalmente, nos lleva la pasión de mucho tiempo, otras el berrinche de hace unos minutos, y las más, un hecho externo que nos motivó al punto de sugerirnos cómo empezar, seguir y terminar, estas tres columnas que el amigo lector encuentra todos los viernes (en la versión impresa).
Esta es, por fin, una de esas oportunidades. Un amigo "de fierro" (amistad de fierro es aquella que no se dobla aunque la golpeen), con el que solemos charlar de esta preocupación común (especial, más bien) que tenemos por la salud espiritual de nuestros hijos (y de los hijos en general), nos hizo saber de la visita, la próxima semana, de alguien con el que alguna vez compartimos un debate social y público, respecto a las problemáticas de la familia en estos tiempos que se nos antojan tan difíciles.
Decimos, entonces, que nos parece bien que venga el Dr. Osvaldo Maccio, que de él se trata. También decimos que nos parecería bien que la gente concurra, escuche y participe dando sus opiniones. Y también nos pareció bien escribir hoy, acá, las nuestras; muchas de ellas ya conocidas por ustedes, pero no por eso menos actuales.
Tantas veces hemos dicho que no nos gusta la crítica sin participación. Abjuramos de aquellos que se sientan frente al televisor (o frente a la radio, da lo mismo) y se quejan, y se quejan, y se quejan. Y algo de esto hemos visto por estos días, sobre todo durante "la previa" de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que despenaliza la tenencia de marihuana para el consumo personal y, sobre todo, después de conocida la misma.
Para muchos, el fallo (en la segunda acepción de la palabra, no confundir) es el fruto de la presión de los narcotraficantes, y se muestran dispuestos a confrontar en una discusión social guiada, más que nada, por el temor (o el terror), y también por las ganas de opinar de todo sin entender mucho de nada, y sin pretender hacer tampoco mucho por cambiar las cosas.
Otros, en cambio, sobre todo aquellos que trabajan muy cerca de las "víctimas" de la adicción, recibieron la decisión de la Corte, que, reiteramos, resolvió que la tenencia de escasas cantidades de marihuana para consumo personal no puede ser castigada, con beneplácito, aunque con el "beneficio de inventario" que significa no suponer ni pretender que el fallo de la justicia vaya a resolver el problema que, de nada sirve negarlo, es cada vez más complejo en los distintos espacios de la sociedad.
A nosotros nos parece que la verdad no está en ninguna de las dos posturas, y está a la vez en las dos. Aunque esto parezca un contrasentido, creemos que muchos de los problemas del mundo se resolverían así, dejando de lado los fundamentalismos que compiten por tener la verdad revelada, sin ver que, como en esta oportunidad, es más lo que se puede encontrar "corriendo el velo" que lo que aparece a simple vista y nos deslumbra.
Las soluciones mágicas no existen, y menos de la mano de la Justicia, que no por nada tiene como máxima aquella frase tan enseñada: "no siempre lo justo es equitativo ni lo equitativo justo". La Justicia (lo ponemos con mayúsculas porque nos estamos refiriendo a la Institución y no al valor), generalmente se ocupa de solucionar los conflictos o paliar sus efectos, pero no de brindar la solución a los problemas, como muchos pretenden hacernos creer ahora. La división de poderes, señoras y señores, le da al Legislativo la potestad de generar las normas que se anticipen a los hechos o que los recepten ni bien se generan. Y al Ejecutivo le da la posibilidad de, a través de su Poder de Policía, encargarse de que la convivencia se dé bajo esas normas.
Lo que pasa es que, desde hace un tiempo a esta parte, la división de poderes ha perdido méritos entre los que gobiernan. No por nada las cámaras de senadores y diputados han sido sobrenombradas como la "escribanía presidencial", conllevando ello el trágico destino de la pérdida de su verdadera función, que es ser usina de leyes y no mera fotocopiadora de los proyectos de un unicato.
Es por eso, quizás, que se sobrevalora tanto esta sentencia de la Corte, que no debería tener más significado que el alcance para los cinco imputados del delito que llegaron con el recurso ante ese superior tribunal. Las sentencias no hacen ley, aunque sí son fuente de ella, y por eso ya deberían ponerse a trabajar los legisladores, que traen unos cuántos meses de inacción.
Por lo demás, y mientras tanto, nadie puede descansarse ni en el fallo ni en la ley. Si algún padre preocupado (no deberíamos haber necesitado usar el adjetivo, ya que nos parece que todo padre debe estar preocupado) ve a su hijo involucrarse en consumos peligrosos, tanto sean de la ahora "bendecida" marihuana como de otras drogas, incluidos el alcohol y el tabaco, bueno sería que indagara en el círculo afectivo de su propia vida y de la de su familia, antes de demonizar a la sociedad en su conjunto y pensar que "otros" deben darle una solución a su problema. Es necesario involucrarse más con la realidad que cada uno produce (y aceptarla y reconocerla) y no escudarse siempre detrás de la peligrosidad de lo social para justificar imposibilidades personales. Así terminan pidiéndole a la Municipalidad que prohiba la venta de alcohol, a la policía que detenga a los vendedores de drogas (que debería hacerlo, es cierto), a la Corte que castigue a los consumidores, a los docentes que eduquen a sus hijos (de ellos, no de los docentes), etc., sin ver, como tan sabiamente decía Sor Juana Inés de la Cruz, aunque para otra cosa, "que sois la ocasión de lo mismo que juzgáis".
Quienes conocemos el sistema carcelario argentino sabemos que para aquellos que tienen un problema de adicción, una causa penal les complica la resolución desde lo terapéutico, y para el consumidor ocasional, el hecho de cruzarse con un proceso penal le genera un problema que no tenía, y que, por otra parte, ni siquiera se debería imaginar. Tengamos en cuenta que el que "tiene" una botella de vino (o de cerveza, da los mismo), o tres o cuatro, no va preso solo por tenerlas. Y eso que está comprobado que el alcoholismo causa no más sino muchas más muertes que el solo consumo de ciertos y determinados estupefacientes.
De alguna manera este fallo viene a hacer lo que muchos reclamamos desde las aulas de las Facultades de Derecho, y que luego vamos olvidando de a poco. La penalización castigaba al eslabón más frágil de la cadena de la droga, así como no debería ser lo mismo juzgar a un ladrón de bancos que a un ladrón de gallinas.
Esos padres de los que hablábamos más arriba, y también sus hijos, no deben ni pueden caer en el riesgo de que la flexibilización se transforme en extremo, porque si bien la marihuana es una droga blanda, también es nociva. Y así como para empezar a ser alcohólico solo hace falta el primer vaso, y luego seguir, aunque coincidamos en que es "blanda", el problema sigue siendo lo que viene después.
Como para ir cerrando, y pese a que sabemos que muchos de quienes aplauden sin reparos este fallo también aplaudirían la legalización del aborto, a nosotros nos resulta posible trazar un paralelo entre ambos problemas: ¿no será más fácil educar para el no consumo y para el sexo responsable, que buscar luego el supuesto "remedio" de no castigar a los "perejiles"?
Con padres atentos, ocupados y preocupados, llevando y yendo a buscar a sus hijos a los boliches (nosotros lo hicimos, sin vergüenza y sin que a nuestras hijas le quedaran "traumas" por ello), aquellos que lucran con el vicio de los demás, cuando vean que se los controla, se cuidarán. Lo que pasa es que los padres suelen estar más interesados en su realización personal, en no perderse una sesión en el gimnasio, en la charla con amigos, que en sus propios hijos. Y eso que se supone que tener hijos es una elección.
Cuando un adolescente se emborracha o se droga es claro que los problemas no comenzaron ahí, sino unos cuantos años antes, en casa, con padres que han renunciado a serlo, en muchos casos incluso antes de empezar a serlo.
Tal vez aquel día en que el "nene" se tiró al suelo llorando para que le compren cualquier tontería y su padre o su madre, para que no se "traume", cedieron por primera vez, lo hicieron para siempre.
La sentencia de la Corte no va a generar de por sí lo que falta. Padres capaces de decir sí en ciertos casos y no en otros, de explicar que en la vida no siempre se puede tener todo.
Y esta es una de las tantas cosas que les van a ayudar a madurar, a desarrollar su propio juicio, a no sentirse mal si no forman siempre (o casi siempre) parte del rebaño que hace lo que se supone que tienen que hacer todos, aunque eso signifique revolcarse en el barro.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

viernes, 21 de agosto de 2009

¿No se mancha el periodismo? - Editorial del 21 de agosto de 2009
Como justamente uno de los temas que vamos a entrelazar hoy tiene que ver con el fútbol, es que elegimos para el título un parafraseo de la recordada elaboración intelectual de Diego Maradona, en una oportunidad poco feliz de su vida, cuando intentó demostrar que sus problemas personales no menoscababan sus calidades como jugador.
Pero acá no vamos a hablar de fútbol, o por lo menos no del juego en sí. Puede ser que, en algún momento, sí hagamos referencia al problema que se ha planteado por estos días respecto a la televisación del “más popular de los deportes”.
Lo que nos preocupa, y mucho, generalizando, es la postura que cierto periodismo toma en todo lo que tiene que ver con el matrimonio gobernante, y también con la que la misma pareja, y ese mismo periodismo, adoptan cada vez que alguien osa contradecirlos.
Nos parece que esta cuestión de la difusión de los partidos por TV es un claro ejemplo de esa actitud de complacencia, que, entremezclada con el periodismo, termina convirtiendo a éste en mera propaganda.
Decimos eso porque a nuestro parecer está muy claro que todo tiene que ver con el afán del kirchnerismo de hacerse dueño de un monopolio de los medios, pensando no solo ya en hacerle más fácil el trayecto de estos dos años que le restan de gobierno a la Sra. Cristina, sino principalmente en embarrarle la cancha al que gane las elecciones de 2011.
Si esto resulta como estamos prediciendo, la acusación que ahora hace el “primer marido”, constantemente, y que fuera caricaturizada en el ya famoso “¿qué te pasa Clarín, estás nervioso?”, respecto a que el multimedio que agrupa a ese “gran diario argentino”, a Canal 13 y a radio Mitre pone continuamente “palos en la rueda” a este “proyecto progresista”, quedará reducida a algo anecdótico si los chupamedias que se las dan de críticos terminan acaparando la atención de la opinión pública a través de una nueva Ley de Radiodifusión que no por ser necesaria debe ser un traje a medida del gobierno de turno.
Como estamos convencidos que no hay nada mejor que los ejemplos para explicar lo que resulta inexplicable, vamos a hacer referencia a un programa de Canal 7 que se llama, 6,7, 8. Allí se puede ver un catálogo de las mil y una formas de serle servil al oficialismo, mecanismo que parece haberse potenciado en relación al kirchnerismo.
En ese programa, repugnante, a nuestro entender, y que solemos mirar como escuela de lo que no se debe hacer, cada uno de los seis periodistas que conforman el panel tiene una indudable afinidad ideológica con esta administración, o, por lo menos, tienen, todos, la característica reconocible de que no investigan ni critican sus actos, supuestamente, para no ser dejados de lado en la caprichosa distribución de información privilegiada y sueldos mucho más privilegiados todavía.
Así, el resultado promedio es que las malas noticias aparecen escondidas o no aparecen y las buenas se amplifican o se repiten hasta el cansancio. Cuando se habla del incremento del patrimonio del matrimonio, ellos “esquivan el bulto” y preguntan por el de De Narváez (nosotros preguntaríamos por el de los dos, ya que estamos), o cuando se cuestiona a D’Elía ellos contestan (¿contestan?) cuestionando a De Ángeli (nosotros cuestionaríamos a los dos). Para colmo de males, a ese surtido de seudo periodistas que, por lo menos en el caso de Orlando Barone, están tirando por la borda sus antecedentes, se suma cada día un invitado especial que suele tener como condición indispensable la misma que se exigió en el casting de la conductora y sus adláteres: ser complacientes con el poder.

Está claro que al matrimonio presidencial mucho no le interesa la calidad de las instituciones (el periodismo lo es). Están convencidos de que son formalidades, cáscaras vacías. Desde que desembarcaron en el gobierno hicieron uso y abuso de sus poderes y superpoderes y jugaron siempre “al límite del reglamento” (y un poquito más allá también). Entonces, como les gusta muy poco el debate y nada de nada las opiniones distintas, apelaron a todo tipo de mecanismos para saltar por encima de esas “molestas” normas.
Sabemos que hay mucha gente que está convencida de la necesidad de reformar las normas actuales que rigen a los medios de difusión, pero de ahí a que se lo haga al solo efecto de asegurarle a los amigos del poder un negocio, o, lo que es peor, a una dinastía o familia, al mejor estilo monárquico, un espacio único de difusión, hay una gran distancia.
La experiencia de lo que está pasando con el fútbol debe ser tenida en cuenta, tanto por lo que sabemos, cuánto más por lo que no sabemos. Para los que solemos leer entre líneas, parece muy sugestivo que Grondona, que había pactado hace años con TyC, ahora se de cuenta de los perjudicial que era para los clubes el acuerdo, y se preste a hacer uno similar con una Sociedad del Estado, que, sabemos, en nuestro país quiere decir Sociedad del Partido Gobernante.
No nos cuesta mucho imaginar la publicidad oficial (del oficialismo, deberíamos decir) que inundará las pantallas, tanto liminal como subliminalmente. La genuflexión alcanzará un grado sumo, y los relatores dudarán entre alabar la gestión presidencial o la jugada que están viendo, optando las más de las veces por lo primero, por aquello de “donde se come no se c...”
A pocas horas del inicio de esta experiencia que a nosotros se nos ocurre fatal, mirando ese programa que más arriba criticamos, nos entró un miedo terrible, ya que el desconocimiento que desde la Ciudad de Buenos Aires se tiene de todo lo que pase más allá de la General Paz les hizo alabar hasta el paroxismo la sublime decisión de darle el espectáculo de fútbol en forma gratuita al pueblo (¡cómo si a ellos les interesara el pueblo, y, peor, como si realmente esto fuera gratuito para el pueblo!), pero también dudar respecto a si estas trasmisiones por los canales de aire llegarían al interior del país.
No les preocupó mucho, la verdad. Pero instalaron la duda, por lo menos para los que solemos mirar a través de ella (de la duda). Nosotros somos pesimistas, debemos decirlo, y estamos seguros de que el domingo, cuando nos sentemos a ver el partido de nuestro equipo favorito, nos encontraremos con que, por obra y gracia de los convenios entre esos canales y los cables, nos pasarán una vieja película argentina, “apta para giles”, mientras Grondona y sus cuarenta acompañantes se mueren de risa. ¡Ojalá (quiere decir “Dios quiera”) nos equivoquemos!
Mientras tanto seguimos esperando en los medios nacionales que alguna vez irrumpa un periodismo serio, inteligente y honesto, que asuma que tiene la obligación de investigar, denunciar y criticar todo lo malo que suceda en un gobierno, porque esa es su verdadera naturaleza. Y no que lo haga, como sucede en ese multimedio a que hacíamos referencia más arriba, solo por despecho. Porque, además, en los programas periodísticos hacen una cosa, pero en los de espectáculos, si es que se les puede denominar así, ponen el punto de mira en la obsecuencia. Ejemplo claro de eso es la decadencia de TVR, un programa de televisión que en otros tiempos se destacaba por su humor ácido y hoy es uno más de los edulcorados y complacientes, pese a que se ve por el 13.
Es cierto que a partir de los años noventa (otra vez el menemismo), la concentración de medios de comunicación en pocas manos generó un nuevo factor de poder político que pone funcionarios, saca otros, oculta información y promueve negocios de los dueños o de los amigos de los dueños de los grandes medios. Pero no ganaremos nada si, como prevemos, lo único que cambie sea el propietario.
Si hay libertad de prensa no es sólo porque la Constitución Nacional así lo establece de manera terminante y protege su ejercicio, sino porque hay sectores del periodismo argentino que han sabido persistir en el cumplimiento de su misión, alzando su voz para juzgar según su propio criterio los acontecimientos del país (y de su aldea). Para ello han vencido a diario todo tipo de obstáculos, intimidaciones, discriminación y agravios desencadenados desde el oficialismo, de lo que nosotros, desde este humilde semanario de un pueblo de provincia, podemos dar fe.
Otros, mientras tanto, se van alineando en una constelación aplicada a la adulación del matrimonio gobernante, por vías más sutiles o groseras según les de el cuero, y a atacar a quienes se atreven a contradecir y cuestionar la actuación de aquéllos y de sus colaboradores, y de todos los eslabones de la cadena.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

viernes, 14 de agosto de 2009

Fabricantes de pobreza

Fabricantes de pobreza (1)
Editorial del 14 de agosto de 2009

(1) Dado que esta página forma parte de la edición impresa del Semanario "Crónica", hemos optado por agregar en esta versión digital aquellas referencias a las que el lector de este blog no puede acceder, y cuya lectura resulta necesaria para una mejor compresión del contexto al que se refiere el autor. Así, al final de este editorial, encontrarán la página del Dr. Juan Carlos Formigo. Las otras derivaciones (la poesía "Hay un niño en la calle" de Armando Tejada Gómez y el artículo de Mons. Jorge Lozano publicado en La Nación del pasado domingo), pueden ser leídas por Internet.

Un amigo de la infancia (esa es la ventaja que da el vivir en el lugar en el que uno nació) nos "reprochaba" (dicho esto con "buena leche" y aceptado con hidalguía) que hubiésemos puesto en nuestro editorial anterior que "uno espera y desea que no nos convirtamos tan rápida e inconscientemente en una sociedad capitalista voraz y deshumanizada". Él consideraba, y así nos lo dijo, que era una crítica fuera de lugar.
Vamos a dedicar, entonces, esta página, a explicar por qué pensamos así, ya que no acostumbramos a emitir opinión sin fundamentos.
Día a día estamos viendo como, casi sin estorbos, los nuevos "valores" son el lucro y la fama, cimientos de una sociedad de mercado que necesita cada vez más clientes que personas, si se nos permite la necesaria separación filosófica.
No tenemos la formación necesaria como para saber, hoy, si el sistema capitalista está garantizando en algún lugar del mundo la satisfacción de las necesidades de, por lo menos, la mayoría de la población (tome en cuenta, amigo lector, que no pedimos, por utópica, la satisfacción de las necesidades de todos, aunque así debería ser).
Pero de todas maneras, imaginándonos que no es así, sí estamos seguros de que en nuestro país, que en toda su historia de casi, casi, dos siglos no se ha salido para nada de ese sistema (con los nombres que a lo largo de su vida ha tenido el mismo), ni siquiera cuando la "marchita" anunciaba que se estaba "combatiendo al capital", no ha dado los resultados esperados. Solo ha servido, entonces, para profundizar las diferencias, ahogar en la dependencia política del clientelismo a los más necesitados y mantener en números altísimos los índices que en el mundo miden, por bajos, los niveles de desarrollo.
Si alguno cree que no es así, le sugerimos como ejercicio del pensamiento, que a pocos días de un nuevo aniversario de la muerte del Gral. San Martín, imagine la existencia actual de héroes como él. La conclusión será que la figura más parecida será hoy la de algún "poderoso", que no tendrá la dimensión espiritual del "Libertador" ni mucho menos su ánimo solidario, pero sí acumulará tantos bienes como aquél desechó y necesitará que se le rindan tantos honores como honores supo resignar San Martín.
No tenemos nada, debemos decirlo, contra el sistema capitalista en sí. Ni siquiera somos quiénes para tenerlo. Lo que sí nos molesta sobremanera, y necesitamos decirlo todas las veces que esté a nuestro alcance, es que no se tenga en cuenta (o sí, lo que es peor, porque se está engañando entonces a la gente) que la aplicación del capitalismo en su estado más crudo en la Argentina, sin considerar la formación social endeble que nuestro país tiene, profundizada por la crisis de valores que todos presenciamos y muy pocos denunciamos, es ir directamente al suicidio social y a la consecuente salvación de muy pocos.
Al hablar del sistema capitalista, y sobre todo al defenderlo, nadie debe ser tan iluso como para no comprender el entorno en el que el mismo debe forzosamente desarrollarse. Con una clase dirigente como la que tenemos (no sólo la política, eh, que acá sufrimos por estos días sobradas muestras de ello), que hace "gala" de un injustificable e impresionante deterioro, es impensado confiar en que todos estaremos en igualdad de condiciones.
El primitivo cristianismo, ante la moral del Imperio que venía en franca declinación, apuntó al pecado original, dejándonos como enseñanza que cuando valores que antes eran importantes (honestidad, estudio, constancia, solidaridad, sensibilidad artística) ahora ya no rigen, las conductas se corren invariablemente hacia un egoísmo elemental que termina desembocando inevitablemente en la depravación.
Por supuesto que nuestra postura no pretende ser apocalíptica. Ya hemos dicho hasta el cansancio (aunque en verdad no nos cansamos de decirlo), que esta situación es superable. Si no pensáramos así no haríamos las cosas que cotidianamente hacemos, que incluyen escribir pero que no consisten solo en eso.
Para salir, por ejemplo, hay que hacerse cargo de que los que estamos mal somos nosotros, no los otros. Esto dicho tanto en referencia a los que quieren "salvarse" (usted conoce a muchos, amigo lector) y que miran la situación desde su inmejorable atalaya, cuánto a los que critican viendo la paja en el ojo ajeno pero nunca la viga en el propio.
Nosotros nos enojamos, incluso con nuestro entorno familiar, cuando alguien se queda en la queja hipócrita sin pensar en la posibilidad de ejercer una acción reparadora, por humilde que ella pueda parecer.
Pero es claro que hay que tener mucho cuidado y evitar las confusiones. La denigrante actitud benéfica de la que hacen "gala" casi todos (lo que equivale a decir no todos pero sí muchísimos) nuestros dirigentes políticos (pero no solo políticos, sino también empresariales, periodísticos, deportivos, culturales, ¡religiosos!) dista mucho de la solidaridad basada en un sincero amor al prójimo.
Así que, entonces, no nos "tragamos más el sapo". Vamos a seguir insistiendo en que en la Argentina hay desigualdades e inequidades que marcan para toda la vida. La historia aparece a la vuelta de cualquier esquina y no hacen falta muchas precisiones (¡no sea que después alguien se enoje y no asuma la frase de Tácito que encabeza nuestra portada!). Las compartimos a diario, siempre y cuando no tomemos la actitud cobarde de mirar para otro lado.
El lector tendrá hoy varias posibilidades en Crónica de sumergirse en esa mirada quizás cruel, pero no por ello menos real. Tanto la poesía de Armando Tejada Gómez que una apasionada lectora nos sugirió que publicáramos, cuánto la valiente denuncia de Mons. Lozano que leímos el domingo en La Nación y que decidimos ofrecerles en esta edición, pasando por la cada vez más elogiable columna del Dr. Juan Carlos Formigo, y terminando con este humilde aporte nuestro, todo tiene la impronta de la necesidad de comprender, como decíamos hace unos días, "de qué lado estamos".
Un gremialista de esta provincia aseguró, pocas horas atrás, que "hay problemas más graves que resolver, ya que hay muchísimos trabajadores que están debajo de la línea de pobreza, y sin embargo nosotros nunca fuimos recibidos por la legislatura para dar solución a esto", dicho en referencia a la decisión del presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Busti, de convocar a una sesión especial donde se atendieron los reclamos de la Mesa de Enlace provincial (se trata de dirigentes agropecuarios, para que entiendan los que no conocen nuestra realidad). También opinó que "si el Estado nacional utilizara los 21.700 millones de pesos que le entregó en subsidios al campo se podría solucionar el problema del hambre en el país". Y agregamos nosotros, por si hiciera falta, ¡el hambre es un crimen!
A la hora del reparto, de cuya fila se ponen primeros aquellos "que son parte y reparten", olvidándose de sus orígenes y de lo que prometieron (alguna vez nos cansaremos de las indirectas y diremos los nombres que todos conocen), y vanagloriándose de la "calidad" de los comedores comunitarios (que no deberían existir, convengamos), muchos deberían conocer la historia de Cacaseno. Ella cuenta que un día le piden en el pueblo a Cacaseno que vaya al aljibe a recoger agua, y él, en lugar de un balde, lleva una canasta. Después de varias fracasadas tentativas, Cacaseno llega a la irrefutable conclusión de que el pozo ya no tiene agua, porque no se le ocurre que está empleando un instrumento inadecuado que la deja escapar.
Este es, Tito (Rubén, diría Graciela), el problema del capitalismo en la Argentina. ¡No sé si me explico!
Y como queremos ser más drásticos, tal como deberíamos haberlo sido, quizás, en las anteriores, terminaremos con un monólogo de Tato Bores, que no era "genial" como algunos dicen, pero que a través de sus textos hizo excelentes radiografías del "ser argentino":
"Qué país! ¡Qué país! ¡No me explico por qué nos despelotamos tanto... si éramos multimillonarios!
Ud. iba y tiraba un granito de maíz y ¡paf !, le crecían diez hectáreas...
Sembraba una semillita de trigo y ¡ñácate!, una cosecha que había que tirar la mitad al río porque no teníamos dónde meterla...
Compraba una vaquita, la dejaba sola en el medio del campo y al año se le formaba un harén de vacas...
Créame, lo malo de esta fertilidad es que una vez, hace años, un hijo de puta sembró un almácigo de boludos y la plaga no la pudimos parar ni con DDT... Aunque la verdad es que no me acuerdo si fue un hijo de puta que sembró un almácigo de boludos, o un boludo que sembró un almácigo de hijos de puta."
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

¿Qué nos pasa a los argentinos?
"¿Qué nos pasa a los argentinos?" decía Fabio Alberti cuando finalizaba el programa humorístico "Todo por 2 Pesos" que conducía junto a Diego Capusotto. Al final Alberti simulaba ponerse serio y decía: "es hora de una reflexión". Se dirigía a un pizarrón mientras decía: "¿que nos pasa a los argentinos?, estamos locos" y empezaba a graficar en un pizarrón mientras explicaba situaciones incoherentes y sin relación lógica entre si.
Creo que esa incoherencia nos está pasando ahora. Como es de público conocimiento manejan nuestra realidad, lo comprobamos con la gripe A que se instauró luego de las elecciones, cifras del INDEC, etc. Pero hay una realidad muy palpable, que es la falta de dinero.
La gente no tiene qué comer y discuten un subsidio a la A.F.A. Es interesante saber que la empresa TSC desde hace 18 años estaba asociada a la A.F.A., y quedaban 5 años de vigencia por los derechos televisivos de los torneos oficiales. TSC que pertenece en partes iguales a Torneos y Competencias y al grupo Clarín ofreció 268 millones de pesos por esta temporada, de los cuales ya adelantó 45 millones y ofreció otros 40 millones para que los clubes hicieran frente a las deudas impositivas y con Agremiados. Pero Julio Grondona lo rechazó. Y aceptó la oferta de 600 millones por temporada del gobierno para romper el vínculo y establecer una nueva relación con el Estado.
Recordemos que para subsidiar el sector tambero el gobierno destinó 500 millones de pesos. No tendremos leche para tomar, pero podremos ver fútbol gracias al gobierno. Pero claro, mientras todos reían con "¿Qué te pasa Clarín?, ¿estas nervioso? que popularizó Freddy Villarreal. No se dieron cuenta que el ex presidente no trataba de divertir el pueblo y su despecho nos costó 600 millones de pesos para el fútbol.
El ex jefe de Gabinete de la Nación, Alberto Fernández, dijo sentirse "dolido" y "molesto" porque el gobierno "lo espía" y dijo que se está echando gente vinculada a él. Dijo estar curado de espanto; con escuchas telefónicas y violaciones de emails. Recordemos que Fernández fue parte de este gobierno hace un año.
Pero esta es la Argentina panqueque, de gente que apoyaba a Menem cuando era gobernador de Santa Cruz, y siendo presidente toca madera o se tocaba un testículo ante la presencia de Menem.
Otra cosa que tampoco entiendo, es el fenómeno Cobos. Porque tomó una decisión correcta en un momento difícil se metió el pueblo en el bolsillo. O sea, reconocemos cuando alguien actúa bien, porque estamos acostumbrados a que no lo hagan. Si decía "mi voto es positivo" hoy seria uno más de los odiados del gobierno.
Lo que me sorprende es que sin decir nada va a todo acto público que hay, y no faltan cholulos que lo saluden. Si bien la política es el arte de hacer creer. Hacer creer y confiar a la gente para que apoye. Persuadirlos, como decía Alfonsin que se sentía muchas veces.
Pero la gota que rebasó el vaso fue ver a Cobos en la procesión de San Cayetano en Junín. Si bien nuestra Constitución Nacional, en su Art. 2 establece que "El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano".
Esto quiere decir que no solo es la religión oficial del Estado, sino que la subsidia y tiene exenciones impositivas. Es interesante ver al Vicepresidente de la Nación buscando ayuda espiritual para la situación económica del país, que no solo afecta espiritualmente, sino físicamente también. Además dijo "hay solución si en vez de administrar la pobreza trabajamos todos para erradicarla".
Pidió generar "condiciones de seguridad y confianza para que haya inversión". Consideró que de manera urgente "se necesita inversión, producción y trabajo, porque hoy un desempleado seguramente pasa a ser un pobre. No hay capacidad de ahorro en la población".
Pidió como medida de largo plazo "un plan de inclusión con el cual no haya un solo chico en la calle sino en la escuela", y reclamó "un plan de vivienda para la clase media". Valoró el mensaje del papa Benedicto XVI respecto de la pobreza en la Argentina. Pero aclaró: "Independientemente de esto, todos debemos luchar día a día contra el hambre. Más que debatirlo, tenemos que tratarlo y solucionarlo".
También opinó: "Suena poco creíble hablar de hambre e indigencia en la Argentina que es un país que puede suministrar alimentos a gran parte del mundo". Y pidió "avanzar mucho más". Tal vez se olvido que es Vice Presidente y podría algo para mejorar la situación del país…
Muchos dirán que capaz fue a agradecer. La pregunta es: ¿Qué? Tal vez personalmente le fue bien, pero en general no. Es peor que el funcionario que hace donaciones. El funcionario que hace donaciones no demuestra que es bueno en su función. Sino que demuestra que no sirve en su función para gestionar, y cobra un sueldo que excede sus necesidades, por eso dona.
A nadie le importa nada y se pasan la pelota unos a otros. Pero mientras haya una "Zulma Lobato" fuera del neurosiquiatrico hablando pavadas, Tinelli, Guido Süller, etc. podemos seguir viviendo en un mundo de estupideces, mientras nos ultrajan.
Dr. Juan Carlos Formigo

viernes, 7 de agosto de 2009

¿Quo vadis?

¿Quo vadis? - Editorial del 7 de agosto de 2009

Nota del editor: A los efectos de una mayor y mejor comprensión del contexto, se incorporan al final los comunicados a los que en esta página editorial se hace referencia.

El título de la presente página está en latín y significa “¿adónde vas?”. Dicha expresión alude a las palabras “¿Quo Vadis, Domine?” (“¿Adónde vas, Señor?”), las que, según la leyenda y la tradición, fueron pronunciadas por el apóstol Pedro mientras huía de Roma para ponerse a salvo de la persecución de los cristianos por orden del emperador Nerón. Ante la pregunta, Jesús responde: “Voy a ser crucificado en Roma por segunda vez porque mis propios discípulos me abandonan”. Avergonzado de su cobardía, Pedro regresa a Roma para afrontar su destino: el martirio.
No es casualidad que se nos haya ocurrido ponerle este título al editorial de hoy, teniendo en cuenta los comportamientos equívocos de algunas personas, instituciones y sectores, en estos últimos tiempos, que nos hacen pensar seriamente en la necesidad de un replanteo acerca de a dónde vamos cada uno de nosotros y hacia dónde caminamos como sociedad en su conjunto.
Los grandes acontecimientos suelen tener su origen en pequeños detonantes que, en su momento, ni siquiera sugieren la posibilidad de esconder en sí mismos la mecha de una tragedia.
Así, por ejemplo, y solo como ejemplo, el 28 de junio de 1914, en la ciudad de Sarajevo, Gavrilo Princip, un miembro del grupo nacionalista Joven Bosnia, asesina al príncipe Francisco Fernando de Austria, heredero de la Corona del Imperio Austrohúngaro, así como a su esposa, la condesa Sofía Chotek. Este atentado de Sarajevo, que parecía un hecho aislado, resultó ser, poco más de un mes después, la causa inmediata de la Primera Guerra Mundial.
La semana pasada nuestra ciudad fue escenario de algo que todavía no podemos dimensionar en su totalidad, pero que seguramente marcará un quiebre en algunos comportamientos, y si resulta bien leído por los responsables, deberá generar cambios sustanciales en políticas y en decisiones.
Estamos hablando, por supuesto, del despido de tres obreros de la Cooperativa Lucienville, bajo la forma “sin causa”, la posterior marcha de los despedidos conjuntamente con dirigentes del Sindicato de la Alimentación de Concepción del Uruguay, al que más allá de estar o no afiliados pertenecen casi por definición los que trabajan en la Planta y en el Molino, acompañados de dirigentes y militantes de otros gremios (docentes, por ejemplo) y algunos pocos habitantes de nuestra ciudad, hecho este último atribuible, seguramente, en una parte al desconocimiento y otra al miedo.
Más allá de lo anecdótico, y de los comunicados que publicamos en la anterior y en esta edición, que constituyen de por sí un análisis de los acontecimientos (estamos hablando del que emitió ese mismo día la Cooperativa, tanto como de los firmados por Víctor Hutt, secretario general de Agmer Uruguay, y Adrián Gómez, del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales), hay acciones y omisiones (¡sobre todo omisiones!) que marcan una pauta acerca de la pregunta del título.
En la página digital de un medio local, que dio mucha difusión a la cuestión que nos ocupa, y teniendo como “llamada” nuestro editorial de la pasada semana (el que titulamos “El lado en el que estoy”), se produjo un nutrido intercambio de opiniones a través de la participación de los lectores en ese “novedoso” invento de los comentarios, que viene a ser algo así como un “periodismo alternativo” que recepta rápidamente el sentir de la comunidad.
Dejando de lado por hoy, o, mejor dicho, posponiendo la cuestión que tiene que ver con la validez de opiniones vertidas desde el anonimato (por lo menos la mayor parte de ellas) para otra mejor y solitaria oportunidad, tenemos que valorar que en su mayoría han destacado el derecho que tienen los trabajadores de reclamar públicamente (y pacíficamente, como lo hicieron) ante lo que consideran que puede ser “legal, legítimo y normal”, como argumenta la patronal, pero que deja de lado elementales normas de convivencia en paz y armonía.
Tal como dijimos la semana pasada, y como lo repetiremos ahora y hasta el cansancio, uno espera y desea que no nos convirtamos tan rápida e inconscientemente en una sociedad capitalista voraz y deshumanizada.
Releyendo un ejemplar de la revista Surcos, “órgano de la federación entrerriana de cooperativas”, del mes de julio de 1949 (que es de nuestro archivo personal y se encuentra a disposición de quién quiera consultarlo) uno no puede dejar de sorprenderse al ver cuánto han cambiado los principios cooperativos (o su aplicación) en estos sesenta años. En sus páginas, que por ser el número correspondiente al Día Internacional de la Cooperación, hablan de las realidades de todas las entidades de ese tipo de nuestra provincia, uno encuentra referencias del tipo de: “...ajustada a la doctrina de Rochdale y capaz de discriminar que la cooperación no se ha creado para competir con el comercio. Otros son sus fines y otro su método”.
Por supuesto que llama poderosamente la atención, justo cuando estamos tratando una cuestión tan materialista y en apariencia (¿sólo en apariencia?) tan ajena a esos principios que mencionábamos la semana pasada que inspiraron a los fundadores, que en un acta que allí se transcribe, hecha a pocos días de su fundación (¡en 1900¡) se diga que “la Sociedad (Agrícola Lucienville, que así se denominaba) dirige también la función social y cultural de la colonia”, organizándose una función teatral para el 11 de octubre de ese mismo año.
Puede ser que no conozcamos por no ser dadas a publicidad (seguramente por recato) las acciones para la comunidad que por definición debe efectuar la Cooperativa. Pero estamos seguros de que una parte sustancial de los ingresos está destinada a la incentivación en la comunidad de actividades sociales y culturales, que por lo demás en Basavilbaso suelen estar bastante huérfanas de apoyo.
En ese mismo ejemplar, para más datos, hablando de otra Cooperativa, la de Pedernal, se dice expresamente que “no contempla solamente la defensa de los intereses económicos, propósito muy lógico, desde luego (textual) sino que contempló también la necesidad de velar por la organización de centros de cultura, preocupados por la salud espiritual de la comunidad”. ¡Cosa de no creer, eh!
A nosotros nos llama poderosamente la atención que la opinión de la entidad madre del cooperativismo agrícola de Sudamérica haya quedado plasmada solamente en ese descontextualizado documento, que fuera de tiempo y de escenario, seguramente fue elaborado en un frío despacho alejado de la realidad. Nos parece que, más que nada después de las opiniones vertidas por otros protagonistas de la realidad social, debía haberse dignado algún directivo a aclarar frente a la comunidad algunos puntos, y a reconocer, si es que cabía (nosotros pensamos que sí) que se habían cometido algunos errores.
Nos queda, además, la convicción de que no estuvieron dónde tenían que haber estado todos los que debían. Faltaron muchas más representaciones de trabajadores y todas las de los políticos. No fue un hecho menor, que, como ya dijéramos, la seguridad económica del sector agrícola mereciera hace poco más de un año mucha más atención, incluso de sectores que tenían más que ver con los que ahora sufren las consecuencias de estos despidos.
Tampoco es una táctica adecuada “ningunear” a los que apoyaron la protesta. Son ciudadanos del mismo país, con los mismos derechos y, además, con la representación suficiente como para hablar en su nombre y en el de muchos más. No por casualidad el Congreso Provincial de Agmer realizado en Paraná el pasado viernes expresó en el documento final su adhesión a esta lucha.
Del mismo archivo de diarios a que hacíamos referencia más arriba extrajimos un dibujo humorístico de Quino, que vamos a tratar de explicar con palabras, y que esperamos trascienda hasta juntarse con la idea central de esta página.
Un personaje a todas luces poderoso, sentado en un imaginario y elevado trono, se dirige a un grupo de personas harapientas que lo escucha:
- Debo decirles que, como hombre con sensibilidad social, muy a menudo pienso en ustedes, la así llamada “gente necesitada”.
Cuando todo hace suponer que nos encontraremos con un discurso que les ofrecerá solución a sus problemas, el poderoso concluye:
- Pero les confieso que los miro, los miiiiroo...¡y no entiendo ¿Por qué necesitada? ¿Quién diablos puede necesitar gente así, digo yo?
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso


Comunicado de Agmer Uruguay por los hechos relacionados con la Cooperativa
Respuesta a las expresiones de los Directivos de la Cooperativa Lucienville respecto al acto de reclamo de los trabajadores el día 28 de Julio de 2.009
Al no existir motivos convincentes de parte de la empresa para realizar los despidos y conociendo el hecho de que luego de despidos anteriores se ha tomado a personal con otra afiliación que, realizando el mismo trabajo, cuenta con un sueldo básico de convenio mucho menor, y teniendo el derecho de descreer de las razones esgrimidas por la empresa, entendemos que dichos despidos representan una mezquina estrategia que desde la clase trabajadora no estamos dispuestos a aceptar y convalidar.
Que la actividad realizada por un conjunto de trabajadores de varios sectores para nada puede ser considerada "insólita", que lamentablemente se ha convertido en normal y cotidiana ante las actitudes soberbias y arbitrarias de patrones que se creen dueños de la vida de sus trabajadores y cometen actos tan repudiables como dejar en la calle a trabajadores y sus familias sin causas razonables, al menos desde la mirada de los trabajadores, para los directivos podrá ser razonable dejar a tres familias en la calle, para nosotros nunca lo será.
Que la movilización fue la medida a la que ustedes nos forzaron luego de los repetidos intentos de diálogo para encontrar una solución al desamparo de tres familias.
Estamos luchando y seguiremos luchando por los derechos y por la vida de nuestros compañeros trabajadores, que no es un falso pretexto como la empresa expresa, es nuestra profunda convicción y nuestra razón de ser, que los trabajadores de la cooperativa no son "sus empleados", son los que producen la riqueza que los directivos administran, son padres de familia, son esposos, son vecinos, son personas que corren riesgos y tenemos obligación de defender así como los patrones tienen la obligación de respetar.
Todos sabemos que los despidos no responden a razones de eficiencia sino a mezquinas conveniencias económicas, pero que además esa medida nunca será eficiente, pues deja en la calle a tres familias, ¿como le explicaría el directorio, mirando a los ojos, a los hijos de nuestros compañeros despedidos que eso es la eficiencia?. Durante muchos años han explotado la fuerza de trabajo de estas tres personas, ¿no son ellos parte de la empresa? ¿Qué les parece si se retiran los patrones para mejorar la eficiencia de la vida de los trabajadores y además quedan en la situación económica de estos tres trabajadores?, ¿los directivos se despedirían por razones de eficiencia? Que los patrones se animen a responder con el corazón y con la verdad, que piensen en sus hijos, en el frío que produce la pobreza, en el hambre que trae aparejada la falta de una fuente de ingreso de recursos.
Los patrones destacan que se ajustaron a la ley, pero eso no hace que los despidos sean menos injustos y menos sufridos por las personas y aclaran que pagan la indemnización, eso es lo que indica esa ley que ustedes dicen respetar, pero ¿les parece que un delito moral se puede pagar con dinero?. De ser así, que le pongan precio a lo que están condenando en nuestro reclamo, ¿con cuanto arreglarían para no condenar la movilización pacífica de los trabajadores? Pero no señores, nosotros no cometimos ningún delito, solo nos expresamos en el marco de la democracia, pero los empresarios nos quieren condenar moralmente, entonces moralmente nosotros le decimos que los despidos no se pagan con una indemnización.
Nos ofenden con el término de cobardes, mucho más cobarde de parte de la empresa es quitar la fuente laboral a los hijos de los trabajadores despedidos, fuimos de frente, a cara descubierta y no utilizamos la fuerza, no era necesario que contrataran a la policía para intimidarnos, solo recurrimos, como dijimos antes, a las formas de lucha de los trabajadores ante las actitudes cobardes e inhumanas de los patrones.
Les recordamos que estas manifestaciones no son impropias de nuestro medio, los trabajadores recurrimos a esa forma de lucha continuamente y hasta nos parece haberlos visto a estos empresarios hace un tiempo cortando rutas para defender sus abultadas ganancias, pero en aquel momento no estuvieron una hora en forma pacífica, estuvieron 90 días con tractores atacando a quiénes querían pasar, sin importar lo que sucedía del otro lado, sin importar que a los trabajadores nos afectaban directamente sus acciones.
En su comunicado utilizan hacia nosotros el término de anónimos para descalificarnos, pero bien saben que no lo somos, que nos presentamos con nombre y apellido, que lo pueden ver en las imágenes que registraron los medios, no somos anónimos, somos trabajadores con nombre y apellido, aunque estos señores querrán decir que no somos tan importantes como ellos, pero somos más importantes que ellos para la clase trabajadora, somos trabajadores y somos luchadores por los derechos de los trabajadores.
Dicen en su comunicado que probablemente por ese motivo los trabajadores que sostienen la Cooperativa no se plegaron a la medida, pero saben que fue por la amenaza de perder su fuente laboral, eso es verdaderamente violento y condenable, pero como lo saben utilizan el término probablemente. Son los patrones los que generan ese terror, no nosotros.
Llaman a nuestra acción deleznable, para nosotros la defensa de los derechos de los trabajadores es sagrada, el despido que resolvió la empresa es verdaderamente deleznable.
Es cierto que varios viajaron desde C. del Uruguay, también hubo compañeros de Basavilbaso, los que superaron el terror que ustedes infringen, pero tengan la seguridad que si ustedes no recapacitan y se mantienen en esta actitud repudiable, seguiremos viajando, pero desde todos los lugares de la provincia y del país. Al respecto, el CXL Congreso Extraordinario de AGMER, ha expresado entre sus resoluciones: Solidaridad con los compañeros trabajadores despedidos de la Cooperativa Agrícola Lucienville Ltda. de Basavilbaso
Que no intenten confundir a la población, los directores son los prepotentes, los soberbios, los que intentan arruinar la vida de tres familias, que no pretendan que vayamos a creer que hay derecho en lo que hicieron, desde nuestra escala de valores no se ajusta a la ética, ellos ajustan los valores éticos a sus bolsillos, nosotros no lo hacemos, ellos son los que hostigan a sus trabajadores para poder dominarlos contra su voluntad, y nosotros siempre seremos agitadores de la defensa de sus derechos.
Sepan también que si algún día a los miembros del directorio, por esas vueltas de la vida, les toca ser trabajadores que dependan de un salario y los despiden injustamente, estaremos junto a ellos para defender su humanidad y las de sus familias.
Por último les solicitamos que reincorporen a los trabajadores despedidos y nos vamos a evitar tanto sufrimiento y tantos problemas, pero mientras siga el sufrimiento de nuestros compañeros y sus familias, no podremos hacer otra cosa que seguir luchando para defenderlos.
Víctor Hugo Hutt
Secretario General
AGMER Seccional Uruguay
Mesa Departamento Uruguay de la
Central de Trabajadores Argentinos
Presente en la movilización del 28 de Julio junto a un grupo de docentes de AGMER de Concepción del Uruguay y Basavilbaso, acompañando al Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación.


Comunicado de los trabajadores municipales por la Cooperativa
En mi carácter personal y en nombre de los trabajadores que represento, ante los despidos "sin justa causa" efectuado por la Cooperativa Luciencille, expresamos el repudio a tal medida que no solo injusta, sino que no contribuye al esfuerzo que hacemos todos los argentinos para mantener una paz social en tiempos de crisis.-
Pero debo manifestar que si lamentable es el hecho, esto es el producto del criterio y pensamiento escrito en el comunicado remitido a los medios por el "Consejo de Administración de la Cooperativa Lucienville Ltda.", por el cual se defiende expresando que si existen las leyes su sola aplicación sin atender su aspecto social y humano no debe merecer queja alguna; entonces me pregunto, cuando fueron ilegales las retenciones a la soja?, los mismos que suscriben ese documento, no son los que estaban "cortando las rutas", violando la constitución y las leyes?, con la sola argumentación del trabajo que generan en los pueblos del interior:-
Asumo como propias las acciones gremiales en defensa de los trabajadores y calificarlas de "cobardes e impropias" es inaudito, más aún cuando estas provienen de quienes "durante meses" viajaron para cortar la ruta en Gualeguaychú, conjuntamente con patrones de otras ciudades, cuando provienen de aquellos que burlando las leyes y muchas veces aprovechando la oscuridad de la noche, mandan a fumigar campos dejando las secuelas irreparables en la salud de vecinos y porque no también de animales.-
Califican de agitadores, cuando ellos promovían el cercamiento del edificio municipal, con tractores en la propia vereda municipal, con insultos a las autoridades (ni hablar de la manifestación en la casas particulares) que en pleno estado de derecho ejercía el poder y mandato que la ciudadanía votó.-
La pelea de los débiles, de los que están sin trabajo, de los que deben asegurarle una alimentación digna a su familia, un estudio a sus hijos, no se llama cobardía, se llama "derechos", se llama "dignidad", cobardía es haber usado a los mas débiles en reclamos, es apretar a los elegidos por el pueblo hasta la agresión física para que les permitan mayores ganancias, mientras tienen un universo de trabajadores precarizados.-
Seamos realistas, muchas prerrogativas se conceden y disimulan a estos sectores, por los aspectos sociales y económicos, entre ellos el cuidado de las fuentes laborales.-
Quiero expresar que los compañeros no están solos, se levantarán día a día voces y acciones no solo en pos de concretar el restablecimiento de la relación laboral, sino lograr que todos seamos iguales ante la ley y que la aplicación de la misma contribuya a la igualdad y la prosperidad de la población, como dijera el General Perón, "…nadie se realiza en una comunidad que no se realiza", mientras haya injusticia y sectores de la sociedad que no puedan subsistir no podemos vivir con tranquilidad, esa misma que se ha perdido por las injusticias cometidas de esta misma forma, fundamentalmente con los hombres de trabajo.-
Basavilbaso, 3 de agosto de 2009
Gómez, Adrián
Secretario General
Sindicato de Trabajadores Municipales