jueves, 27 de enero de 2011

La invención de la mentira

La invención de la mentira - Editorial del 28 de enero de 2011
El título de hoy lo tomamos de una película en la que Mark, el protagonista principal, se encuentra en una realidad paralela donde nadie miente, de hecho nadie sabe el concepto de mentir, así que todo lo que Mark les diga, lo que les mienta, por más que suene irracional, todos lo toman como la pura verdad.
Días pasados en una entrevista concedida a un medio nacional, Jorge Lanata, fuerte opositor al gobierno y uno de los "clientes" (lo "atienden" casi todos los días) habituales del execrable 6 7 8, metió en una misma bolsa a Cristina, a Néstor y a Menem, aduciendo que se trataba de "políticos". Textualmente dijo: "Son políticos, ¿no? A ver, ¿en qué se diferencian? Sí, en algunas cosas, pero en un punto son iguales. Esos tipos están haciendo su negocio de poder. En el fondo, me parecen pobres tipos. Ni siquiera me inspiran respeto intelectual ni nada. Son bastante brutos".
Por supuesto que la irritación de algunos fue grande, ya que parece ser que no se encuentran entre los lectores habituales de Tácito (para aquellos que leen esta página en su versión digital, debemos hacerles saber que en la portada de nuestro semanario incluimos la frase: "Irritarse por la crítica es reconocer que era merecida. Tácito. N de la R: Cornelius Tacitus, c. 55 - 120, fue un historiador, senador, cónsul y gobernador del Imperio romano). Este personaje de la Historia al que recurrimos hace unos cuantos años a raíz del enojo de un alto funcionario radical con nuestros editoriales, dejó también, entre otros, el siguiente pensamiento, que igualmente hacemos nuestro: "Para quienes ambicionan el poder, no existe una vía media entre la cumbre y el precipicio".
Queremos creer, y nos vamos a dar el gusto acá de hacer una exégesis salvando las distancias de recorrido en el periodismo entre Lanata y nosotros, que lo que quiso decir es algo que venimos repitiendo también desde hace tiempo (ayer nomás lo escribimos, entendiendo por ayer nomás el editorial de la semana pasada), y que tiene que ver con aquellos que hacen de la política su "profesión habitual", no pudiendo demostrar haberse destacado (¡Qué decimos destacado. Ni siquiera desempeñado!) en ninguna otra tarea productiva, de interés comunitario y mucho menos remunerada, en el ámbito privado.
Siguiendo con las citas textuales, un baluarte del peronismo, opositor ocasional de este gobierno por una cuestión de intereses y no ideológica, expresaba, también por estos días, y sin ponerse colorado: "Yo decía que había que dejar de robar por lo menos dos años. Estos no aguantan ni dos meses. Es el gobierno más corrupto de la historia. Y en el tráfico de drogas también tienen que ver. La droga de España salió de un aeropuerto argentino y es responsabilidad del Gobierno".
El de Luis Barrionuevo es otro caso, ya que de su boca salieron estas palabras, así como los de los que él denuncia, de la política como profesión, a lo que él le agrega, como un plus, la del gremialismo. Todos sabemos que es el máximo dirigente de los gastronómicos, y que en su vida agarró una bandeja.
Pero, de todas maneras, hay que escuchar lo que dice, aunque esté más influido por el odio que por el amor a la verdad. "Ellos (los kirchneristas) dicen que viajé en el avión de Juliá. Es cierto. Viajé más de 100 veces; no 30, como dijo el perro faldero de Aníbal Fernández. Y hace cuatro años no volé más, porque era más caro. Kirchner hizo en ese avión toda la campaña de 2003 y pagó con fondos de Santa Cruz y en negro".
Como para que todo esto suene más cruel, y comience a formarse la idea de que no se trata de oposición por la oposición misma, ni un ataque al sistema democrático, como muchos dicen, el poner en evidencia estas cosas, vamos a hacer mención ahora, para mostrar la otra cara de la moneda, a lo que denunciara días pasados nuestro amigo Roque Santana, Secretario General de Agmer Paraná, en referencia a lo exiguo (mejor dicho, inmoral y denigrante) que resulta el monto que perciben los comedores escolares como partida para alimentar a los gurises entrerrianos.
Si no fuera que lo vemos todos los días al problema, hasta dudaríamos de los dichos de Roque, porque a nadie en su sano juicio le puede parecer real que ésto suceda.
Hasta es un hallazgo de su parte haber escrito esta frase: "Es urgente que las autoridades, Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial, tomen la decisión de aumentar con fundamento científico las partidas para comedores escolares. Si no que algún funcionario de turno explique si utiliza $2 para darle el almuerzo a sus hijos. Es una falacia. $ 2 es hacer como si". ¿Triste, no?
Esto demuestra, más allá de cualquier prueba en contrario, (que de todas maneras nadie va a poder interponer porque están todos de vacaciones en Brasil), que tanto se llenan la boca (si se nos perdona el atrevimiento de utilizar esa metáfora que a esta altura puede sonar a insulto) de ser un gobierno progresista, "el mejor de la democracia Argentina" (sic de ellos mismos), mientras el empobrecimiento, la precarización laboral y la desocupación de los tutores o familias, la inflación y la fuerte carga impositiva sobre los alimentos de primera necesidad, hacen que el ejercicio del derecho a la alimentación en la franja etaria más sensible de nuestra población no avizore una solución que dignifique a este sector tan desprotegido.
Para los que todavía tengan dudas respecto a que la redistribución de la riqueza no se hace ni adecuadamente ni nada en este gobierno perverso, hay que mencionar, enlazándolo con lo que planteaba Lanata, que se deben buscar nuevas alternativas, y que las hay dentro de los partidos con sus estructuras actuales, apelando a gente que se desempeñe en actividades profesionales o laborales y haga del ejercicio activo de la política una actividad remunerada y principal, pero no exclusiva. Y que no se atornille al poder como única forma de subsistir. Y para eso no hace falta, ni remotamente, volver al "que se vayan todos". No. Solo hace falta que se vayan algunos. Nosotros podemos contribuir con varios nombres para la lista.
La Nación publicó también en estos días (¿muchas noticias, no?) que casi la mitad de los senadores nacionales declaró un patrimonio superior al millón de pesos. Dos de ellos, el sanjuanino Roberto Basualdo y el pampeano Carlos Verna (ambos peronistas disidentes), consignaron bienes por más de $ 50 millones. Dos senadores kirchneristas, Guillermo Jenefes (Jujuy) y Beatriz Rojkes de Alperovich (esposa del gobernador tucumano), declararon propiedades por más de $ 20 millones. Y a ellos les sigue el también oficialista César Gioja (hermano del gobernador sanjuanino), con $ 19,4 millones. En total, son 32 los senadores con patrimonios millonarios, un 44,4 por ciento de los integrantes de la Cámara alta.
Por supuesto que el tema central no pasa por cuánto tienen sino por si se enriquecieron durante la función pública o no, y si alguien lo controla. El caso de Néstor Kirchner dejó muchas dudas por el rápido sobreseimiento por la causa de enriquecimiento ilícito, lo que no fue un buen ejemplo tratándose, en aquél momento, del primer mandatario.
Cuando se manejan fondos públicos la transparencia y la rendición de cuentas deben ser básicas para creer en quienes nos gobiernan y en general en quienes reciben dineros públicos, sean funcionarios, legisladores, jueces, etc. Mientras no mejoremos drásticamente en estos aspectos, todo lo demás quedará siempre en segundo plano. Hoy se destinan enormes recursos para el gasto público que sigue creciendo año a año, pero no se ven datos ciertos sobre la calidad del gasto, porque todo parece tener fines electoralistas. Si desde hace cuatro años estamos cuestionando la validez de los datos del INDEC y no ha habido cambios, ¿Qué podemos esperar de este y otros temas similares?
Y hablando del INDEC, aún usando sus datos evidentemente "truchos", la "dieta equilibrada tentativa" que debería recibir cada gurí entrerriano en su escuela, tiene un costo de $ 8,40.
Entonces, amigos, como dice Roque, porque lo dijo antes Arturo Jauretche, "hasta que un día el paisano, acabe con este infierno, y haciendo suyo el gobierno, con solo esta ley se rija: o es pa' todos la cobija, o es pa' todos el invierno".
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 20 de enero de 2011

Disforia

Disforia - Editorial del 21 de enero de 2011
La Disforia (del griego dysphoros, difícil de llevar) se caracteriza generalmente como una emoción desagradable o molesta, como la tristeza, ansiedad, irritabilidad o inquietud. Es el opuesto etimológico de Euforia.
La disforia se refiere sólo a un desarreglo de las emociones y se puede experimentar en respuesta a acontecimientos vitales ordinarios, como la enfermedad o el duelo.
Como nos divierte utilizar palabras “nuevas”, un poco con la idea de contrarrestar lo que están haciendo contra el lenguaje desde los mensajitos del celular hasta las redes sociales con sus límites de tiempo y espacio, y sus abreviaturas absurdas, la buscamos para el título, lo que nos posibilita no tener que usar otras más fuertes, sinónimos, por ejemplo, de “me tienen repodrido”. Esto dicho, por supuesto, en referencia a los que Le hacen creer a la gente, con argumentos endebles y estúpidos, que los “enemigos del sistema” son los que piensan distinto que ellos.
En la “TV K”, mal llamada “TV Pública” (no creemos necesario aclarar otra vez que público quiere decir “de todos”) no hemos visto en ese engendro televisivo apodado “6, 7, 8” (que es un espacio de publicidad y no un programa periodístico) ninguna mención al video que circula por muchos medios (y que nosotros tenemos y se lo podemos aportar, si es que les falla el archivo) en el que el progresista Néstor Kirchner recibe en Río Gallegos a Carlos Menem, vociferando que se trataba del mejor presidente de la historia de los argentinos.
Tampoco hemos visto analizar allí la foto que nosotros también tenemos, por las dudas, en la que el mismo ínclito recientemente fallecido expresidente posa junto a integrantes del gobierno de facto del Proceso, con una cara de “muchos amigos”. Por supuesto que eso es anterior a su decisión de cambiar sus antecedentes personales, fraguándolos, y haciéndose pasar por un militante de la resistencia peronista de los ’70. ¡Andá! Militantes de esos, de café y “Las venas abiertas de América Latina” debajo del brazo conocemos muchos. No es exclusivo de Néstor y Cristina el invento de su inexistente militancia supuestamente clandestina y “jugada”. O, en todo caso, lo que hicieron después, como por ejemplo enriquecerse gracias a la usura y al apoderamiento de bienes a través de las consecuencias nefastas de la “1050” borra todo lo demás. ¡Y eso también debería ser dicho en ese programa, en el que, en una forma burda y repugnante, todos se prosternan, perdiendo el orgullo, para chuparle las medias al gobierno! ¿A cambio de un plato de lentejas?
Mucho menos hemos escuchado reconocer, ahora que el puching ball es Duhalde, que el kirchnerismo llegó al poder gracias a la influencia que el mismo Duhalde tuvo dentro del partido para elegir a su “delfín”, y a la buena prensa que significaban los logros que bajo el gobierno del caudillo de Banfield y su ministro Lavagna se habían obtenido. ¡Y pese a ello Kirchner perdió en primera vuelta nada menos que con Menem!
Tampoco entendemos, y esto es todavía muchísimo más grave, por qué todos son peronistas cuando les conviene, pero “se abren de gambas”, literalmente, a la hora de hacerse responsables de las enormes metidas de pata (acá deberíamos haber puesto “cagadas” pero nos pareció inadecuado para un medio serio como el nuestro) que se mandaron todos los que antes se cobijaron bajo esa misma bandera.
¿O es ser gorila decir que el comisario Villar, reconocido jefe de la Triple A y asesino despiadado de cientos de militantes políticos en los ’70 (se salvaron, entre unos pocos, Néstor y Cristina, ya sabemos, y algún conocido de por acá), fue nombrado Jefe de la Policía Federal por el General Perón a poco de asumir su tercer gobierno? Si Montiel merece ser juzgado por tres muertes ocurridas en los disturbios del 2001, el ajusticiamiento de Villar a bordo de su lancha en el Tigre amerita un monumento público en el que se detalle, clara y contundentemente, quién lo puso en el lugar desde el cual organizó las primeras represiones “legales”.
A estas cosas no las dice nadie, pero son importantes, porque pareciera ser que estamos gobernados por los más iluminados prohombres, siendo que son parte de la lacra que ellos mismos defenestran.
Mirando ese mismo programa (¿y qué?, hay gente que fuma sabiendo que le hace mal) nos sorprendimos con una canción supuestamente irónica que hacía referencia a las Haylux, Amrok y otras marcas de camionetas que se compraba la gente del campo. Obviamente que esto estaba relacionado con las medidas dispuestas por la Mesa de Enlace, que generaron en la intelligentzia (elite intelectual que piensa y lleva adelante ese programa), una “genialidad” para lo único que se les ocurrió contestar, demostrando que son reaccionarios, quizás más que los mismos a los que ellos critican.
De últimas, los hombres de campo tienen sus hectáreas, heredadas, compradas, lo que quieran. Y los políticos tienen su “quintita”. ¿Se entiende? Hemos dicho acá que conocemos muchos dirigentes que, aunque ¿no? literalmente, “matarían” por mantenerse en el lugar en el que están. ¿Por qué? Porque nunca hicieron otra cosa, porque la jubilación que obtendrán será mucho más importante que la que hubiesen gozado si se quedaban en el ámbito privado, porque están acomodando a su familia, porque reciben un trato inmerecido que de otra manera no les darían, porque, porque, porque. Si hasta los llamaríamos a los genios productores del programa para dictarles una canción similar, pero con los autos y camionetas que se compran los funcionarios que vemos todos los días. Repetimos, los hombres de campo que nosotros conocemos (no es una regla porque hay muchas excepciones), más allá de las diferencias que mantenemos “gracias” a la soja y al glifosato, se levantan a ordeñar a las cuatro y media de la mañana, recorren el campo, sufren y han sufrido por créditos que no han podido o no pueden pagar, y tiemblan mirando al cielo esperando una lluvia que no llega o rogando porque no caiga un granizo que los arruina.
En cambio estos otros tipos, que también conocemos, ordeñan todo el día. Y todos los días. Por eso no quieren que se les termine la leche y se creen que tienen la “vaca atada”.
Alguna vez usamos acá los versos de “El Orejano”, el tema que popularizara Jorge Cafrune en nuestro país y Los Olimareños en su paisito y en todos lados. Hoy recurrimos a algo similar, que volvimos a escuchar el otro día con un amigo, y que ejemplifica muy bien esta actitud de denunciar las cosas que creemos que están mal. O, mejor dicho, muy mal. Se darán cuenta, obviamente, que se trata del “Permiso” de José Larralde:
Sé que me van a decir que esto ya lo dijo alguno,
y que soy medio ovejuno y me acoplo en el sentir,
pero les debo advertir que son muchos los que sienten
y se callan de prudentes o por temor a la biaba,
y comen en las yerbeadas churrascos de agua caliente.
Soy un pájaro que canta, soy hijo del sentimiento,
juro que pa'lo que siento me está faltando garganta,
soy tigre que no se espanta ante la vida o la muerte,
soy guasca sobada a diente, soy de la lanza la punta
soy potro que no se junta, con los domao a palenque.

Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 13 de enero de 2011

Aporías (o Ucronías II)

Aporías (o Ucronías II) - Editorial del 14 de enero de 2011
La palabra que hoy nos sirve de título es un término filosófico que designa un problema sin solución, una contradicción insoluble.
Como tuvo muy buena recepción en los lectores la utilización de una palabra novedosa, de uso no tan común, en el encabezado de la semana pasada, incluimos otra ahora, con la misma intención y con similar o complementario significado.
Como todo tiene que ver con todo, y para enlazar las dos páginas, vamos a recurrir a una frase acuñada por Fray Luis de León, poeta, humanista y religioso agustino español de la Escuela salamantina y uno de los escritores más importantes de la segunda fase del Renacimiento, que fuera encarcelado por "pensar feo". El fraile, al salir de la cárcel y volver a su cátedra en la Universidad de Salamanca, (que no presta lo que natura no da), dijo a sus alumnos, retomando la clase interrumpida cinco años atrás por la Inquisición, bajo la acusación (cierta, por otra parte, pero no por eso justa) de preferir el texto hebreo del Antiguo Testamento a la versión latina (la traducción Vulgata de San Jerónimo) adoptada por el Concilio de Trento: "Como decíamos ayer…"
Así, recordamos que se nos habían ocurrido algunas ucronías, que también descubrimos ahora que son aporías, que están sucediendo por estos días, y que constituyen una palmaria demostración de que hay muchos políticos argentinos que pretenden hacernos comer gato por liebre. Bah, hay muchos que, si por ellos fuera, no nos dan ni gato ni liebre. ¡Se comen todo ellos!
Uno de estos temas tiene que ver con los grandes negocios que se están haciendo en la Argentina, algunos en particular en Entre Ríos, y que son fieles a lo que podríamos denominar "la aporía del desarrollo", que permite que la civilización técnica e industrial sea destructora de la naturaleza, pero se escude en que, al mismo tiempo, aporta soluciones a los problemas que plantea.
Por ejemplo todas las sociedades desarrolladas tienen un crecimiento demográfico débil, incluso negativo. Por lo contrario, los países subdesarrollados, no cesan de crecer en número. Y esa proliferación, sin ninguna evolución técnica, tiene consecuencias dramáticas: deforestación masiva, desertización, aprovechamiento del suelo hasta su agotamiento, explotación indiscriminada de sus recursos naturales renovables y no renovables.
Lo malo es que para los dueños del mundo (y de eso no quieren darse cuenta nuestros dirigentes) (¿no quieren?), es evidente que para cuando esa proliferación humana alcance determinados niveles, ya no habrá otra solución que la "solución final" (¿remember Hitler?)
Uno de los indicadores de que esto es así, y de que nosotros formamos parte de la "gilada" que entra como por un caño en la vorágine, es que la prioridad de la ecología y de las organizaciones "no gubernamentales" no es luchar en contra de la sociedad industrial productivista. Es más, ni siquiera se proponen condenarla. Y eso que, en su afán materialista matan la fauna salvaje, asfixian los ríos, trafican con las especies protegidas, talan maderas preciosas y manchan cientos de miles de kilómetros de costas.
Mientras tanto la prioridad parece ser el control de la basura y su reciclaje. Un comerciante local editó hace unos años un almanaque en el que destacaba los tiempos de absorción de determinados materiales en la tierra y en el ambiente en general. Había algunos, recordamos, que precisaban cien mil años para reducirse. Entonces, como se verá, seguimos en la pavada total, porque, mientras tanto, al mismo ritmo con que algunos se enriquecen, nosotros nos estamos muriendo de cáncer por efecto del glifosato de la soja, el cianuro de la minería a cielo abierto y el cloro de las pasteras.
Salvo en las oscuras horas transcurridas a la sombra de la Resolución 125, no hemos escuchado a nadie desde el gobierno ni desde las organizaciones intermedias relacionadas con el campo, hablar respecto a las consecuencias del uso de los pesticidas, fundamentalmente en la soja. Es más, hasta hemos comprendido que casi todos ellos pretenden tapar el sol con las manos. Si, para colmo, hace pocos días, cuando el gobernador Urribarri inauguraba obras en una escuela rural de la zona de Villaguay, como fondo de la foto se veía, casi a centímetros (con eso queremos decir casi a menos de un metro) del mástil y del patio de juegos, una plantación de soja. Verde, inmaculada, erguida, borracha de Roundap. Así, por más salones de usos múltiples que construyamos y netbooks que regalemos, nuestros alumnos se van a morir antes de disfrutarlos.
Muchos de los logros (¿todos dice usted?) de esta gestión kirchnerista tienen que ver con la obtención de ingentes fondos con los cuales financiar el asistencialismo clientelista, que es eso y no otra cosa lo que hacen. Ya lo dijimos una vez, en oportunidad de hablar del "menosmalismo", que cuando se califica a este gobierno, audazmente, como el mejor de los últimos años (hay que ver de cuáles últimos), no se puede obviar el hecho de que con los pasillos del Banco Central llenos de lingotes de oro es fácil gobernar. Solemos recordarle a algunos amigos faltos de memoria que en el año 2007, cuando eran los tiempos de la fiesta de la soja y de las obras públicas, muchos de los que ahora mandan correos electrónicos mofándose de la Presidente de la Nación la votaron en aquella oportunidad, porque estaban convencidos de que el país empezaba y terminaba en sus propios bolsillos.
No es casualidad que durante el conflicto con el campo en ningún momento el gobierno se propuso atacar a las multinacionales exportadoras que, con el monopolio de la comercialización, impiden toda política que garantice la autonomía alimentaria de los argentinos.
Y ni hablar del saqueo abierto y brutal contaminación del "boom minero" en San Juan, Catamarca y La Rioja, por parte de corporaciones que empobrecen y contaminan al pueblo día a día, mientras se limpian la imagen sosteniendo económicamente a universidades de las que después egresarán esbirros que probarán la bondad y el desinterés que las animan.
El veto que hizo Cristina Fernández de la ley que protegía a los glaciares es otra medida más para darse cuenta de a quién responde este gobierno "popular".
Pero siendo entrerrianos no podemos dejar de apuntar un párrafo en referencia al accionar de Botnia, a la luz de este concepto de aporía. El canciller Héctor Timerman ha demostrado, con sus declaraciones efectuadas a poco de terminar la reunión con su par uruguayo, que lo que intenta el gobierno es hacer lo posible para convencer a la gente de que estas plantas pueden convivir con nosotros. Así lo denunciaron los principales luchadores de la Asamblea de Gualeguaychú, a quienes hay que prestarles especial atención, cosa que suponemos que ahora estarán haciendo muchos argentinos, dado que les solucionaron el agudo problema que les significaba no poder ir en auto a Punta del Este.
Los invitamos a releer el comienzo de esta página, ahora pensando que, así como los pesticidas están prohibidos en todos los países desarrollados, porque comprendieron que se estaban suicidando, el proyecto celulósico mundial tiene decidido trasladar sus emprendimientos a esta zona por el alcance de la materia prima, pero más que nada porque los futuros contaminados son para ellos solo un número.
Y, para colmo, un número irracional. Y negativo.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 6 de enero de 2011

Ucronías

Ucronías - Editorial del 7 de enero de 2011
La ucronía es una forma de escribir que podríamos llamar "historia alternativa", y que se caracteriza porque la trama transcurre en un mundo desarrollado a partir de un punto en el pasado contado de forma diferente a como ocurrió en realidad (por ejemplo: los vencidos de determinada guerra serían los vencedores). La ucronía especula sobre realidades alternativas ficticias en las cuales los hechos se han desarrollado de diferente forma de como los conocemos. Esa línea histórica se manifiesta a partir de un evento extensamente conocido, significativo o relevante, en el ámbito universal o regional. Ese momento o evento común que separa a la realidad histórica conocida de la realidad ucrónica se llama punto Jonbar.
Así, por ejemplo, relatar una ucronía sería describir una realidad en la que no se hayan extinguido los dinosaurios, u otra en la que los aliados pierdan la Segunda Guerra Mundial. Vale decir que, así como utopía es lo que no existe en ningún lugar, ucronía es lo que no existe en ningún tiempo.
A nosotros se nos fueron ocurriendo algunas en estos días, y las fuimos acumulando, para, aunque no estén absolutamente relacionadas entre sí, construir con ellas una demostración de que hay muchos políticos argentinos que pretenden hacernos comer gato por liebre.
"Qué lindo que va a ser/el hospital de niños/en el Sheraton Hotel", decía uno de los cánticos de base de las marchas de Montoneros en los '70. Esta afirmación, que es en sí misma un ejemplo de ucronía, era sostenida por militantes que, en su mayoría, provenían de clases "acomodadas", y decidieron volcarse a la militancia política, principalmente en aquellas corrientes que proponían tiros, pasamontañas, sobrenombres y explosivos. Muchos de ellos, los que sobrevivieron a la masacre ejecutada por un ejercicio genocida del poder encabezado por asesinos que no merecen el perdón de nadie, están ahora ejerciendo el gobierno sin recordar ni sus palabras ni sus juramentos de otrora. Si la Historia fuera una ciencia que permitiera el retroceso en el tiempo a fin de verificar los errores anteriores y actuales, seguramente no se podría sostener por demasiado tiempo la imagen de que el kirchnerismo es progresista.
Si bien lo que todos conocemos como "historia argentina verdadera" tiene mucho de ficticia, eso no nos debe dar pie para que estemos, doscientos años después, pretendiendo hacer lo mismo. De esta manera, si no aclaramos rápidamente la confusión y la dejamos escrita, las generaciones futuras creerán que el tango Cambalache era en realidad el Himno Nacional Argentino.
Como para empezar por algo, vamos a tomar las declaraciones de Mauricio Marci y de su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, acerca de la situación del Parque Indoamericano y la culpabilización a los inmigrantes de países limítrofes, que nos retrotrae a debates de los años noventa o a las políticas de la dictadura militar que parecían superadas. El expresidente (si, está bien escrito, ahora se pone todo junto) de Boca (¿por qué no se quedó ahí?) dijo, textualmente, que "en la Argentina sobran bolivianos". Obviamente que desde la flor y nata de este gobierno que supimos conseguir se lo catalogó inmediatamente de xenófobo (lo es, indudablemente), y en esa burda imitación de programa televisivo que dieron en llamar "6,7,8" se lo comparó con cuanta rata apestosa estuviera circulando por la tierra.
Entonces queremos hacer el ejercicio de cruzar historia con ucronías, porque es casi inmanente en la idiosincrasia argentina tender a considerar como extranjeros a los hijos argentinos de los bolivianos, también a los jujeños y, finalmente, a todos los que tengan alguna ascendencia indígena. Esto se debe a que la exclusión social y la desciudadanización (si se nos permite el neologismo) tendieron a extranjerizar a los pobres en general, produciendo una gran paradoja: ¡los descendientes de los pueblos que vivían en América antes de la llegada de los colonizadores son considerados por los más poderosos, descendientes de los europeos, como inmigrantes!
Por más que en ese engendro televisivo que ya hasta tenemos miedo de nombrar (así como en los '90 se le decía "Méndez" al presidente porque mencionar el apellido era "yeta") no se recuerde el hecho, y los ya no demasiados obsecuentes (pero que los hay los hay) miren para otro lado, lo cierto es que hace no mucho tiempo, más precisamente en diciembre de 2009, integrantes de la comunidad boliviana llevaban el féretro de un albañil muerto en un hecho de inseguridad (presumiblemente "gatillo fácil policial") hacia Lomas de Zamora y decidieron pasar por Plaza de Mayo para protestar por tan absurda muerte. En ese momento se encontraba Hebe de Bonafini haciendo su programa radial frente a la Casa Rosada. Inmediatamente, la defensora de los DDHH se abalanzó sobre el féretro del albañil al grito de: "váyanse de nuestra Plaza, bolitas hijos de puta" (optamos por la transcripción textual aunque procaz, en bien de la historia y las ucronías) y forcejeando ella con algunos hombres de la comunidad boliviana, como si el monopolio de los DDHH fuera exclusivo de este personaje, gritaba: "váyanse bolivianos de mierda" (otra vez textual, por las mismas razones).
Vemos, a esta altura, que la intención de desgranar varios ejemplos se va a quedar en eso: en la intención. Pero vamos a proponerles, aunque sea, y dejando otros casos para más adelante, ya que las ucronías son casi infinitas, una más cercana en tiempo y en los afectos.
La semana pasada, a propósito de un problema con una empresa de transporte colectivo de pasajeros, usufructuaria del terreno abandonado por el estado al privatizar los ferrocarriles, hacíamos una breve mención a esa falta de memoria que demuestran algunos para recordar quién tomó la decisión de hacerlo. Queremos volver, entonces, un poco sobre el tema, ya que parece ser Entre Ríos la provincia que está encabezando la marcha atrás en esa decisión, advirtiendo (tarde pero seguro) que fue un error dejar las vías muertas (todas, no solo las técnicamente llamadas así), las estaciones abandonadas y los usuarios sin servicio. Más allá de que pueda ser objetable la forma en que se está haciendo, sobre todo en lo que tiene que ver con la adquisición del material rodante (en la calidad, la cantidad y la forma), nosotros nos quedaríamos conformes, en principio, si hubiera un elocuente mea culpa de parte de los funcionarios que ahora ponen tanto empeño en crear entes ad hoc para la reactivación ferroviaria como el que pusieron para esconderse y no dar explicaciones cuando cerraron los ramales. Ese tren que ahora se publicita entre Paraná y Concepción del Uruguay andaba sin tanta alharaca allá por los principios de la década del '90, hasta que un presidente peronista decidió su final abrupto, intempestivo y fatal.
En nuestra ciudad, en la que los que aquí nacimos tenemos rieles en el lugar de algunas venas, hay en el predio que una vez (hasta aquella infeliz decisión) tuvo vida ferroviaria, un tanque elevado que tenía una borrosa inscripción. En aras de la publicidad de las obras, el gobierno municipal decidió repintarlo, dejando en evidencia el texto, que reza: "Perón creó el II Plan Quinquenal. El pueblo debe realizarlo". Un amigo observador, sabiendo que me podía servir el dato, pero ignorando esto de las ucronías, me hizo notar la contradicción entre ese destacado texto (que, dicho sea de paso estuvo iluminado unos días, pero ya no. ¿Por qué?), y el escenario que le da fondo: los talleres desmantelados, el material rodante oxidado, la mesa desaprovechada. ¡Ahí lo único que crece son los yuyos! Eso no fue lo que se quiso hacer en el Plan Quinquenal, así que aunque sea por un poco de vergüenza ajena, quienes se adjudican el rol de herederos de Perón, deberían ser más cuidadosos. O en todo caso leer la parábola del hijo pródigo. ¡Pero toda, eh!
Porque no se puede ser al mismo tiempo incendiario y bombero.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso