jueves, 26 de noviembre de 2015

Cuesta Abajo y Ojalá

Cuesta Abajo  y Ojalá – Editorial del 27 de noviembre de 2015
"Sí arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser".
Carlos Gardel
“Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda
ojalá que tu nombre se le olvide esa voz
ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado
ojalá que el deseo se vaya tras de ti
a tu viejo gobierno de difuntos y flores”
Silvio Rodríguez
La  presidente Cristina Kirchner lideró el miércoles un acto en el Hospital Posadas, en Morón. Fue la primera aparición de la mandataria en público luego de la victoria de Mauricio Macri en el balotaje del domingo pasado contra Daniel Scioli.
Entre las frases que pronunció en ese acto, que hoy no tengo el lugar ni el tiempo para analizar, porque que cada una de ellas da para un editorial, he elegido esta: "Perdimos por una diferencia muy chiquita. Si hubiera sido al revés, ¿hubieran reaccionado como lo hicimos nosotros?"
Todas sus palabras encierran un gran simbolismo acerca de la herida narcisista tan profunda y sangrante que le produce dejar el Poder. "Qué sería si hubiera sido al revés", o sea, ¿si ella y sus seguidores con Scioli a la cabeza  hubieran ganado por 2,8 puntos "chiquititos"? Lo destaco por lo risible.
Y por si esto fuera poco, pronosticó que Macri no sería como ellos, tan respetuosos de la democracia y las leyes del juego. Señora. Si hubiera sido al revés sería como fue cuando usted ganó por el 54% y el 46 % de los argentinos le dijo NO, con respeto, orden, y profundo y sincero sentido republicano. El nivel de delirio que tiene es para el psicoanálisis por mucho tiempo, para volverla a la realidad.
En “El Retrato de Dorian Grey”, del autor irlandés Oscar Wilde, el protagonista, exponiendo un nuevo tipo de hedonismo, indica que “lo único que vale la pena en la vida es la belleza, y la satisfacción de los sentidos”. Al darse cuenta de que un día su belleza se desvanecerá, Dorian desea tener siempre la edad de cuando lo pintaron en el retrato. El deseo de Dorian se cumple; mientras él mantiene para siempre la misma apariencia del cuadro, la figura retratada envejece por él. Su búsqueda del placer lo lleva a una serie de actos de libertinaje y perversión, pero el retrato sirve como un recordatorio de los efectos de cada uno de los actos cometidos sobre su alma. Con cada pecado la figura se va desfigurando y envejeciendo.
Hoy en día, el mito de Dorian Gray está extendido en la cultura occidental como un sinónimo de vanidad y de deseo de imperturbabilidad.
"Entramos con una Argentina con impunidad y salimos habiendo iniciado la tarea de reparación de la memoria más importante de la historia del mundo", fue otra de sus frases que no puedo resistir recordar, pese a mi promesa. Señora: ¡el que inició la “tarea de reparación” fue Alfonsín!  Usted es una oportunista que nunca se preocupó por los derechos de nadie. ¿O estaba presentando habeas corpus en Santa Cruz en los años de la dictadura? Su cuñada, ahora gobernadora electa, aparece siendo funcionaria en Santa Cruz en la “época pesada”. No se haga la inocente.  Yo me animo a reconocer que hay cosas que su marido hizo bien. Pero usted, para mí, no hizo nada bien.
Para colmo no entiende que la característica distintiva del balotaje es que el que gana lo hace por un voto, aunque sea.
¿Cómo se pierde? Fácil. No llegando primero. La distancia es intrascendente. Pero lo suyo es al revés. Le faltó el respeto al presidente electo. Lo hizo circular por los pasillos interiores de Olivos acompañado por la seguridad para recibirlo media hora y nada más.
Y si Ud. habla de “diferencia muy chiquita” debería recordar que su marido inició los tiempos del kirchnerismo con el 22 por ciento de los votos, y todo porque Menem no se animó al balotaje. Pero, encima, en una semana aproximadamente se sabrá el recuento definitivo, y allí veremos se realmente la diferencia es "chiquita".
Y hay más. Este mismo miércoles, unas horas antes de que yo me siente a escribir este editorial, usted, señora presidente, al hacer mención al estado del Hospital Posadas, como si no hubiera estado a cargo de su gobierno los últimos doce años, hizo mención a los roedores que lo habitaban, y con su  clásica y habitual "fina" ironía aclaró: "por supuesto me refiero a las ratas de cuatro patas".  La pregunta es: ¿a quién pretendió descalificar en esta oportunidad?
Lo que muchos militantes aún no logran entender, aunque es bastante fácil, es que los votantes de Macri, o por lo menos la gran mayoría, no cree ciegamente en él ni piensa que sea perfecto. Pero sí que era la mejor opción entre los candidatos que se presentaron. Creo que el motivo más fuerte para votar por Macri fue el rechazo a los doce años de gobierno K, o sea a la mentira institucionalizada, a la confrontación permanente, a la soberbia, y a la prepotencia como modus operandi.
Supongo que debe ser difícil para algunos de los fanatizados seguidores K entender que hay ámbitos de la política que no tienen un pensamiento único, monolítico, impuesto desde los altos puestos jerárquicos hacia abajo y por la fuerza a sus seguidores, y que estar en desacuerdo con algo que dice o hace un presidente no implica automáticamente una traición.
Dos cosas me parecen intolerables de Cristina: que envileció el concepto “derechos humanos”, y el cinismo brutal cuya sublimación es la declaración de que ella defiende a los pobres, mientras vive como si fuera la Reina de Saba.
Y todo ese pensamiento intrínseco en ella lo plasmó en su postura frente a la transición.
“Además de autoritario es perverso que no se les permita al presidente electo y a sus ministros acceder a tiempo a la información básica sobre el estado del país. No creo que exista antecedente en democracia en el que no se realizaron las actividades y reuniones que son propias de la transición. Debe saber la presidente que no es su derecho, sino su obligación, aceptar la voluntad popular y actuar en consecuencia”. (Ricardo Alfonsín)
Como le hicieron decir al actor Vin Diesel (Toretto) en "Rápido y furioso": "It don't matter if you win by an inch or a mile. Winning's winning ". En castellano: “No importa si ganas por una pulgada o por una milla; ganar es ganar”.
Y para abstraerme de la realidad actual y no caer en las afirmaciones de personajes de estos tiempos, voy a terminar mi editorial de hoy citando a Juan Bautista Alberdi, con el dolor de ver que muchos de nuestros problemas subsisten después de casi dos siglos:
“Los argentinos hemos sido ociosos por derecho y holgazanes legalmente. Desde el Estado se nos alentó a consumir sin producir. Nuestras ciudades capitales son escuelas de vagancia, de quienes se desparraman por el resto del territorio después de haberse educado entre las fiestas, la jarana y la disipación. Nuestro pueblo no carece de alimentos sino de educación, y por eso tenemos pauperismo mental".
"En realidad nuestro pueblo argentino se muere de hambre de instrucción, de sed de saber, de pobreza de conocimientos prácticos y de ignorancia en el arte de hacer bien las cosas. Sobre todo se muere de pereza, es decir de abundancia. Quieren pan sin trabajo, viven del maná del Estado, y eso les mantiene desnudos, ignorantes y esclavos de su propia condición. El origen de la riqueza son el trabajo y el capital".
"¿Qué duda cabe, de que la ociosidad es el manantial de la miseria? La ociosidad es el gran enemigo del pueblo en las provincias argentinas. Es preciso marcarla de infamia: Ella engendra la miseria y el atraso mental de las cuales surgen los tiranos y la guerra civil, que serían imposibles en medio del progreso y la mejora del pueblo".

                                   Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 19 de noviembre de 2015

El miedo

El miedo – Editorial del 19 de noviembre de 2015
El tema del editorial de hoy tiene que ver con la perpetración de varios ataques terroristas en la noche del 13 de noviembre de 2015 en la capital francesa y su suburbio de Saint-Denis, cometidos en su mayoría por atacantes suicidas, en los que murieron 136 personas y otras 415 resultaron heridas. Un tiroteo en el restaurante Petit Cambodge, en el X Distrito de París, tuvo al menos un saldo de cuatro muertos. Un segundo tiroteo tuvo lugar en el teatro Bataclán, en el XI Distrito de París, con al menos 100 rehenes que también murieron. En una brasserie, cercana al Estadio de Francia, una explosión dejó al menos 10 muertos o heridos. La autoría de los ataques fue reivindicada por la organización yihadista Estado Islámico.
El presidente de la República, François Hollande, se encontraba en el palco del Estadio de Francia con el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, para ver el partido de fútbol amistoso entre la selección francesa y la alemana. Hollande y Steinmeier fueron evacuados por personal del lugar. El presidente galo se dirigió al Ministerio del Interior para presidir un gabinete de crisis.
La ISIS, cuyo nombre completo es el Estado Islámico de Irak y Levante, en apenas tres años de existencia se convirtió en la peor pesadilla para todo el Medio Oriente. Y dicha fuerza terrorista ha logrado lo que ninguna otra no puede ni soñar, y que es la creación de un Estado propio. Hace un año hubiese sido descabellado pensar que iba a existir un Estado Islámico que en la práctica no es otra cosa que un califato medieval en pleno siglo XXI y que ya es un realidad, porque el recién fundado Estado Islámico controla casi la mitad del territorio de Siria, más de un tercio del territorio iraquí y es más fuerte que los ejércitos formales de Siria e Irak juntos, países cuyos gobernantes y habitantes están muy asustados y desmoralizados ante el implacable avance de las fuerzas islamistas, que cuentan con un ejercito muy bien equipado y armado que ya supera los 30.000 efectivos y que no para de crecer día tras día gracias a la permanente llegada de nuevos voluntarios que viajan desde todo el mundo islámico de origen sunita para sumarse a las filas de ISIS y pelear por la creación de un califato mundial.
Pero todas estas conquistas de la ISIS solo fueron posibles debido a su extrema crueldad, al genocidio, a las limpiezas étnicas y religiosas, a las torturas y las matanzas en masa cuyo verdadero objetivo fue imponer el miedo y terror en todos sus potenciales enemigos, para doblegar su moral y voluntad de lucha y así poder conquistarlos casi sin resistencia. Y entre su practicas más reconocidas está la matanza de la totalidad de la población masculina de los pueblos conquistados, que en el mejor de los casos sólo son fusilados, y, en el peor, decapitados o incluso crucificados, todo eso mientras sus mujeres son salvajemente violadas y después esclavizadas y forzadas a casarse en contra de su voluntad con los conquistadores del Estado Islámico.
Los estudiosos de la geopolítica opinan que toda esta locura comenzó con el famoso pacto secreto de 1916 que se llamó “el acuerdo Sykes-Picot” (debe su nombre a los negociadores del pacto, sir Mark Sykes, en representación de Gran Bretaña, y François Georges-Picot por Francia) y que fue un acuerdo entre Gran Bretaña y Francia, prometiendo "La Gran Arabia" y creando “paisitos” que podían dominar con gobiernos títere. Pero evidentemente se les fue de las manos.
Lo que resulta evidente es que los miembros de ISIS se quedaron en el milenio pasado, creen que están en la Edad Antigua, época de ejecuciones con torturas, secuestros, esclavitud y violaciones. A lo que ellos le agregan el uso de niños como bombas humanas, declararle la guerra al mundo, y que el mundo no reaccione.
Quizás una de las razones es que las religiones son tolerantes con otras religiones. Está escrito en el Corán y en la Biblia. El problema es que los fanáticos distorsionan las religiones y se creen dueños de Dios, que son los únicos hijos de Dios, y que tienen derecho por mandato divino a secuestrar, violar y matar. Y no es así. Hay musulmanes que defienden al judío, al cristiano, incluso al ateo. Y son tolerantes con las ideas de otros. Pero estos fanáticos no, y le declaran la guerra al mundo. Y quieren que el mundo no se defienda. Eso sí que es estar loco.
Y yo he titulado al editorial de hoy como “El Miedo” porque entiendo que nadie está libre de recibir un ataque como el de la semana pasada en Paris. De hecho, la Argentina es un campo propicio para ello ya que acá se cometieron dos atentados hace 23 y 21 años, respectivamente, de los cuales todavía muy poco se sabe, entre otras cosas por la complicidad de las autoridades del país y las comunitarias de ese momento, y la poca voluntad de esclarecimiento de los gobiernos que se sucedieron, en especial de este, que llegó al extremo de firmar un vergonzoso Memorandum que entregaba nuestra soberanía judicial al país sindicado como autor intelectual y encubridor de ambos atentados. Y no me llama la atención tampoco que esa sea la constante, dado que incluso en nuestro propio pueblo llevamos casi un año y medio de investigación de una serie de “pintadas” nazis de las que, salvo la víctima individualizada, nadie se ocupó de propiciar su investigación. Hay un testigo clave que se “abrió de gambas” (se ve que no leyó aquél poema que varias veces transcribimos aquí) y al que, al igual que a la comunidad que no reaccionó más allá de un tibio acto, que nunca se le ocurrió constituirse en querellante para instar el proceso, y a la que parece que la posibilidad de repetición de este tipo de hechos, basada en la impunidad, le tiene sin cuidado, los derechos del otro poco les preocupan. Espero que la próxima vez (inexorablemente va a haber una próxima vez) alguien lea públicamente esta parte del texto y se golpee el pecho con aunque sea un pequeño sentimiento de culpa.
A nivel nacional ya se sabe que en nuestro país opera una importante célula de la ISIS que tiene su base de operaciones en un bunker subterráneo que, dicen, está debajo de la Mezquita de Palermo, establecimiento religioso apadrinado por Arabia Saudita, lo que hace que el lugar goce de privilegios diplomáticos especiales como si se tratara de una embajada. Por esta razón es imposible allanar el lugar para revisarlo. Pero, además de toda esta protección diplomática de la que disfrutan estos terroristas que operan en Argentina, también disfrutan de importantes beneficios que le otorgan algunos sectores de los servicios de inteligencia. La prueba de la permeabilidad está dada por un hecho ocurrido casi en simultáneo al momento en que escribo este editorial. Seis sirios que tenían previsto viajar a los Estados Unidos fueron detenidos en las últimas horas con pasaportes falsos, cinco de ellos en Honduras y el restante en Paraguay, luego de hacer un transbordo en la Argentina, por donde pasaron sin problemas.
Y conste que no creo que todo lo de “este” lado esté bien y lo de “ellos” esté todo mal. Sé que tienen sus creencias, algunas muy peligrosas y extrañas, pero lo que me parece un poco ignorante es el hecho de que la gente este "tan conmovida" con lo que pasó en París, y no se conmueva con otras cosas. De hecho los parisinos, que ahora cantan la Marsellesa y nos emocionan con eso, fueron en gran parte cómplices del nazismo, teniendo que optar por la clandestinidad aquellos franceses que decidieron combatir contra Hitler. Pero hay mucha gente inocente también en Siria que desea escapar de ese terrorismo que los invade. Los franceses atacan y toda la gente está contenta de que hayan bombardeado a tantos ciudadanos inocentes. Pero da igual, porque así también pasó con Japón, por ejemplo. Los japoneses atacaron al ejército de EEUU, pero cuando ese país lanza la bomba de Hiroshima todos quedan contentos y se creen héroes después de haber matado a tanta gente inocente que no tiene, como siempre, nada que ver con los problemas políticos de los países, la mayoría de las veces originados en el mismo negocio de los armamentos.
Lamentablemente la educación recibida en estos últimos años en la Argentina por los jóvenes les ha generado la incapacidad de reflexionar y pensar críticamente.
Generalizar a un grupo humano únicamente por su creencia religiosa, como ocurrió (¿debería decir ocurre?) con los judíos, no hace más que acrecentar los odios entre iguales (sí, la raza humana). Que un grupo terrorista de creencias radicales haya decidido denominarse Estado Islámico, no implica que represente realmente a la religión islámica, la cual es tan válida como la cristiana, la judía, la budista o cualquier otra.
"No andarás tras la muchedumbre para hacer el mal, y no obrarás en un proceso inclinándote por la mayoría para desvirtuar la justicia".
                                   Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso


jueves, 12 de noviembre de 2015

El lamento del Papa

El lamento del Papa – Editorial del 13 de noviembre de 2015
El editorial de hoy tiene que ver con la noticia difundida en estos días respecto a que el Papa Francisco lamentó la imagen de las familias que no se sientan a la mesa juntas, o que cuando lo hacen no hablan, ven la tele o se distraen con el celular y aseguró, durante la catequesis de la audiencia general, que esa es "una familia poco familiar".
El Papa explicó que cuando hay algo que en una familia no funciona se ve enseguida en el momento en que se sienta a comer y describió cómo los hijos "en la mesa están pegados a la computadora o al aparatito (en referencia al teléfono móvil)" y la familia no se escucha entre ella y por tanto "no es una familia, es una pensión".
Francisco afirmó, además, que los cristianos deben tener "una especial vocación hacia la convivialidad" y puso el ejemplo que "Jesús no desdeñaba comer con sus amigos".
Como todos ustedes saben yo no soy cristiano, pero pese a ello me creo con derecho a analizar los dichos del Papa, aclarando previamente que estoy de acuerdo en líneas generales con el análisis, aunque seguramente difiera en algo respecto a las conclusiones y a las soluciones.
Michel Foucault, historiador de las ideas, psicólogo, teórico social y filósofo francés (1926 - 1984) escribió, quizás premonitoriamente, que “la sociedad disciplinaria es aquella sociedad en la cual el comando social se construye a través de una difusa red de aparatos que producen y regulan costumbres, hábitos y prácticas productivas. La puesta en marcha de esta sociedad, asegurando la obediencia a sus reglas y a sus mecanismos de inclusión y/o exclusión, es lograda por medio de instituciones disciplinarias (la prisión, la fábrica, el asilo, el hospital, la universidad, la escuela, etc.) que estructuran el terreno social y presentan lógicas adecuadas a la “razón” de la disciplina. El poder disciplinario gobierna, en efecto, estructurando los parámetros y límites del pensamiento y la práctica, sancionando y prescribiendo los comportamientos normales y o desviados”. No quiero cansar con referencias demasiado técnicas, pero me pareció necesario destacar que el tema ya ha sido tratado en profundidad por expertos y hace algún tiempo, lo cual nos indica que no es algo nuevo.
Para recurrir a una experiencia personal, yo considero que recibí una muy buena formación en mi familia, pese a que mi padre almorzaba y cenaba leyendo el diario y escuchando la radio. Igual encontró los momentos para dialogar con sus hijos, por supuesto que en los niveles en los cuales se entendía el concepto de diálogo en aquellos tiempos.
A esto lo remarco para intentar que se entienda mi opinión respecto a que dialogar no implica necesariamente escuchar. Los adultos de aquellas épocas consideraban a los niños en estado constante de aprendizaje. Los niños nada podían enseñar a los adultos. "La letra con sangre, entra", era la regla.  Somos de los tiempos del tutú al auto, el miau al gato y guaguau al perro.  Cuando hablaban de nosotros, aun estando presentes, parecíamos invisibles. Este era el trato que se consideraba "normal" de los adultos a los niños. Esto incluía a casi todos los adultos, e incluso a la mayoría de los docentes.
Entiendo lo que dice el Papa y lo comparto, pero no hay que demonizar la tecnología.  Por ejemplo mis hijos, que ya no viven con nosotros, armaron un grupo de whatsapp donde están básicamente sus primos, pero además tenemos con ellos una línea “de empresa”, por lo que estamos todo el día sabiendo cómo están. Yo no sé si eso es sociológicamente mejor o peor que lo que me pasó a mí, que estando en Buenos Aires haciendo mi carrera universitaria podía hablar a mi casa una vez por semana, aguantando ocho horas de demora de la “conferencia telefónica”, pero yo me siento muy bien así, y lo disfruto.
El caso no es sólo saber compartir los momentos, sino si se puede compartirlos. No estamos hoy  en condiciones de imponer la reunión familiar a la hora de comer. O se da o no se da. El problema es que, por causas que atañen a la sociedad toda,  previamente hay desconexión entre padres e hijos, y todo desemboca en una "comida de hotel".
Sí, es cierto. El celular forma parte de la "revolución en las comunicaciones". Lo que pasa es que, a la par, se ha transformado en una adicción y de ser solo un medio de comunicación se ha transformado en un fin en sí mismo. Pero es que el ejemplo que da el Papa sobre la incomunicación que genera, ya se dio anteriormente con la televisión, y, como ya expliqué en mi caso particular, con mi padre escuchando la radio o leyendo el diario.
Lo que importa es tener hábitos de comunicación y muchas ganas de estar juntos, y a eso creo que apuntó el Papa en su comentario. Entiendo que se refiere al uso del celular en la mesa, o en todo caso a cuando al uso de un artefacto, en este caso tecnológico, abstrae de tal manera al individuo que se pierden las comunicaciones y el compartir fraterno.
No hace falta ser cristiano para valorar el consejo de estimular y mantener la comunicación intrafamiliar, buscando momentos específicos para compartir. Hay cristianos y no cristianos que sufren falta de comunicación con sus seres queridos. No es un tema religioso.
En mi caso debo decir que las nuevas tecnologías: celular, computadora, internet y demás, no solo no han atentado contra la comunicación familiar sino que la han mejorado. Aunque ya no tenemos la "mesa familiar" la comunicación es permanente durante todo el día, casi como si la tuviéramos. O sea que nada es malo por sí  mismo.
Y ni hablar de que el momento puede ser otro. Va a depender de las posibilidades de cada familia. Se habla de la mesa porque en general es el momento en que las familias coinciden para estar juntas. La tecnología, y los grupos de whatsapp acercaron muchísimo a gente que estaba alejada,  permitiendo crear otro momento diario para charlar con tus hijos, hermanos y padres sobre lo que se hizo en el día y abriendo una nueva puerta para ver cómo se siente cada uno. Por supuesto que cuando uno puede tener momentos de compartir y de ver a los ojos cuando te hablan (ni hablar de la experiencia que reciben los que escuchan), y esos momentos pueden ser diarios o recurrentes, está mal que todos se sienten mudos como zombis, alucinados por la pantalla del “celu”.
Lo que yo interpreto y coincido con el Papa es en que la comunicación dentro de la familia es la que hay que privilegiar. La tecnología permite comunicarse con el prójimo muchísimo más que antes y eso es bueno. Solo se torna negativa cuando esta comunicación omnipresente, global y bastante despersonalizada reemplaza a la más importante, directa y útil.
Es cierto que la familia precisa diálogo, escucharse entre sí y compartir momentos. Lo que no es cierto es que necesariamente eso deba suceder durante las comidas. Los tiempos cambian, las familias cambian y los momentos y las formas de encuentro no necesariamente son los mismos que hace 20, 30 ó 40 años.
Dijo José Ingenieros, filósofo argentino de comienzos del siglo XX, en su obra “Las Fuerzas Morales”: “Todo instante perdido lo está para siempre; el tiempo es lo único irreparable y por el valor que le atribuyen puede medirse el mérito de los hombres. Los perezosos viven hastiados y se desesperan no hallando entretenimiento para sus días interminables; los activos no se tedian nunca y saben ingeniarse para centuplicar los minutos de cada hora. Mientras el holgazán no tiene tiempo para hacer cosa alguna de provecho, al laborioso le sobra para todo lo que se propone realizar. El tiempo es el valor de ley más alta, dada la escasa duración de la vida humana. Perderlo es dejar de vivir. Por eso, cuando mayor es el mérito del hombre, más precioso es su tiempo; ningún regalo puede ser más generoso  que un día, una hora, un minuto. Quitárselo es robar de su tesoro; gran desdicha de los holgazanes”.
Quizás el párrafo que elegí sea largo. Pero para mí tiene un doble valor. Primero porque demuestra que el problema del uso del tiempo no es algo nuevo, y segundo porque refuerza los dichos del Papa: no solo es importante le hora del almuerzo. Todo el tiempo es importante.

                                           Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 5 de noviembre de 2015

Los macarras de la moral

Los macarras de la moral – Editorial del 6 de noviembre de 2015
“Los macarras de la moral”, de Joan Manuel Serrat es una canción incluida dentro de su disco de música titulado "Sombras de la China" (1998). Serrat es internacionalmente conocido no solo por ser un excelente cantante y mejor compositor aun, sino también por expresar en sus letras una crítica constante y punzante contra las injusticias y problemas del mundo. Con canciones de un alto contenido político y social desde sus inicios a finales de los ‘60, tuvo que exiliarse en América debido a las persecuciones y una orden de captura. Incluso sus discos fueron retirados por el gobierno español de aquellos años. Tuvo que esperar la muerte de Franco a mediados de los ‘70 para regresar a su patria.
Yo podría haberme tomado vacaciones y poner solamente el texto de esta canción en la página de hoy, porque no creo que haya un poema que describa mejor el tema que elegí que esta verdadera obra de arte del catalán, dirigida hacia los políticos corruptos y los centros pervertidos del poder.
Para aclarar, un “macarra” es un chulo, o sea un hombre que vive de las mujeres, pero también, por extensión, el que se comporta de manera agresiva e insolente.
Y te acosan de por vida
azuzando el miedo,
pescando en el río turbio
del pecado y la virtud,
vendiendo gato por liebre
a costa de un credo
que fabrica platos rotos
que acabas pagando tú.
Los macarras
de la moral.
Anunciando apocalipsis
van de salvadores
y si les dejas te pierdes
infaliblemente.
Manipulan nuestros sueños
y nuestros temores,
sabedores de que el miedo
nunca es inocente.
Hay que seguirlos a ciegas
y serles devoto.
Creerles a pies juntillas
y darles la razón
que: "El que no se quede quieto
no sale en la foto..."
"Quien se sale del rebaño,
destierro y excomunión".
Sin prisa pero sin pausa,
esos carcamales
organizan sus cruzadas
contra el hombre libre
más o menos responsable
de todos los males
porque piensan por su cuenta.
Sueñan y lo dicen.
Si no fueran tan temibles
nos darían risa.
Si no fueran tan dañinos
nos darían lástima.
Porque como los fantasmas,
sin pausa y sin prisa,
no son nada si les quitas
la sábana.
El cataclismo que pronostica el kirchnerismo si Mauricio Macri le gana a Daniel Scioli tuvo un capítulo singular: en la cuenta de Twitter del ministro de Salud, Daniel Gollán, se publicó un polémico mensaje sobre el cáncer que horas después desmintió y fue borrado.
"Los 12 nuevos centros de radioterapia para tratamiento del cáncer continuarán adelante si Scioli es presidente. Pensá bien tu voto", decía el tuit.
Tras la polémica, Gollán desmintió haber escrito ese mensaje y aseguró que hackearon su cuenta. "Desmiento tajantemente haber publicado esa expresión de mal gusto. Hace más de 25 años me desempeño como médico en hospitales públicos y jamás se me ocurriría mezclar las penurias que el cáncer provoca sobre las personas que lo padecen y su entorno cercano, con una campaña electoral, por más crucial que esta fuera", dijo Gollan en un comunicado de prensa.
Por supuesto que este cuento del “hackeo” ya no me lo creo más, porque lo han utilizado todos los funcionarios kirchneristas cada vez que metieron la pata y desde arriba les pegaron un reto, por no decir algo un poco más fuerte. Y en defensa de ellos, si es que les cabe alguna, debo decir que les ha tocado la “mala suerte” de gobernar en un período en el que las comunicaciones por las redes sociales son lo más habitual, así que no puedo asegurar si a los anteriores gobiernos no les podría haber pasado lo mismo. Tenemos el ejemplo de Yrigoyen, de quien se decía que le hacían todos los días un diario especial para él.
De todas maneras, y como creo que el hábito de negar lo innegable fue tan habitual en este sistema de doce años que pronto termina, no acabo de entender cómo se puede llegar a decir semejante barbaridad. Sólo un fanático irresponsable puede decir algo así. Faltan insumos en hospitales del país (de todo el país, convengamos) y la salud no es buena. No tiene vergüenza este sujeto.
En muchos años de ejercicio del periodismo de opinión y en algunos más de militancia política, creo que esta es la campaña más sucia que he visto en mi vida, y tengo mucho miedo de que lo que queda de aquí hasta al 22 de noviembre sea todavía peor. Le tengo miedo al fraude porque sé que hay gente que se juega la vida (o por lo menos eso cree), más que nada porque apostaron desde hace tiempo a la impunidad que les aportaba y les aportaría por lo siglos de los siglos la perpetuidad del sistema. Esta gente no se quiere ir del poder y está usando las herramientas más mafiosas que existen. Y si ya escribí alguna vez que estoy convencido de que a Nisman lo mataron para evitar que hiciera público lo que sabía, no dudo de que esa experiencia puede repetirse porque los actores son los mismos
De todas maneras confío en la capacidad de la gente, la misma capacidad que demostró cuando Herminio Iglesias quemó un ataúd con la bandera de la UCR. ¿De qué le sirvió? Perdieron esa elección porque la gente no es tonta y sabe que cuando hay tanta desesperación por subir o mantenerse arriba no es precisamente porque deseen altruistamente gobernar para el pueblo, sino para servirse del pueblo y posarse sobre el poder para satisfacer sus más perversos deseos, ya que no los más sublimes (gracias, Les Luthiers).
Este discurso errático, injurioso y a veces sin sentido hace pensar que el kichnerismo cree que la popularidad crece con la sola presencia en televisión. Como decía Minguito, el tema es que “te puede hacer un monolito, pero también un “aujero así” (sic).
“Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen”. Lo dijo Osvaldo Soriano, no Jorge Lanata, por las dudas.

                                            Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso