jueves, 25 de febrero de 2016

Falacias

Falacias – Editorial del 26 de febrero de 2016
Por estas horas se está definiendo en nuestra provincia y en muchas otras de la Argentina la postura de los gremios docentes frente a la propuesta de ¿aumento? proveniente de los distintos gobiernos, y, en muchos casos, contando con la “ayuda” del gobierno nacional, que suele venir en subsidio de las pobres economías regionales, pese a que hace ya veinticinco años delegó una responsabilidad que le correspondía, “sacándose de encima” toda la obligación frente a las escuelas y colegios. Es por eso que hoy tenemos un Ministerio de Educación de la Nación que pretende regir los destinos de docentes y alumnos, pero no tiene ni lo uno ni lo otro.
No pienso analizar hoy la propuesta, y ni siquiera la postura de los gremios, porque estoy convencido de que aunque de los distintos congresos salga la medida de paro, esta será por dos o tres días, no le hará cosquilla a nadie, y seguiremos trabajando por sueldos de miseria. Fueron otros los años de los paros por tiempo indeterminado, hechos a gobiernos radicales, pero también esa es otra historia.
Lo que yo quiero remarcar hoy es que se está queriendo instalar en la sociedad la convicción de que la mayoría de todos estos maestros no sirve y no merece ni siquiera aumento. Acá si el ciudadano, que vota a representantes que tienen en casi todos los casos dos capacidades, la de sentarse y la de levantar la mano, pretende recordarle al gobierno, en este único, caso, que es el administrador de los recursos de los contribuyentes, y por lo tanto antes de poner los sueldos en el nivel que la profesión y el material humano se merecen, pretenden, desde no sé qué capacidad adquirida, que se evalúe a los docentes y luego se le aumente “a los que se lo merecen. Rarísimo criterio que, por otra parte, no se utiliza para ninguna otra profesión  dependiente del estado, y, mucho menos, para aquellas obtenidas y definidas como políticas.
En todo caso, si esto fuera un “Cabildo Abierto” yo le preguntaría a quienes sostienen este critero: ¿Cuáles serían las condiciones específicas? ¿Quién las evaluaría? ¿Cómo y cuándo se haría eso? ¿Sería igual en todos los distritos?
Los maestros pidieron negociar paritarias en diciembre para terminar en enero, y que no haya problema con el inicio de clases. El gobierno decidió negociar una semana antes del inicio de clases, para tomar a los padres y alumnos de rehenes y ponerlos en contra de los maestros.
¿Paulatino? Todo lo concerniente a los trabajadores es paulatino. Ahora, cuando se trata de grupos concentrados (agro, minería, fondos buitres, etc.), ahí sí es todo de golpe.
Cada vez que nos echaron en cara el tema de las escuelas vacías por “culpa” del paro, yo recordé que es el Estado el que debe garantizar seguridad, salud y educación. No empresas de amigos subsidiadas.
No soy maestro. Tengo un título de grado que me habilita a dictar ciertas materias, lo que hago desde hace veinticinco años ininterrumpidos, sin haber tenido nunca una licencia por enfermedad ni un suplente. Mis alumnos son exitosos en su trabajo o en sus estudios superiores, esto es, están bien preparados, cosa que hacemos entre todos los docentes que trabajamos en la institución a la que pertenezco. Dense cuenta que todo eso puesto al servicio de la educación vale para el gobierno no más que 8000 pesos, mientras hay funcionarios que  yo no sé de qué funcionan, que ganan diez veces más, sin vergüenzas.
Aquellos que tanto hablan por estos días de la “depuración” que hay que hacer, según ellos, en el ambiente docente, deberían tener la valentía de decir que también habría que hacerla, entonces, en el ambiente político, en la justicia, en la policía, en el periodismo de los medios estatales, en los médicos de la salud pública, etc. Los docentes somos corruptos, como se está generalizando por estos días, intencionalmente, lo seremos, en todo caso, como reflejo del resto de la sociedad, ni más ni menos. ¿Por qué exigirnos a nosotros lo que no se le exige al resto?
No se puede exigir calidad educativa con una Ley Federal de Educación que te impone que el 100% de los alumnos, si o si, tiene que terminar el secundario, quieran o no quieran estudiar. Y no podes sacarlos de la escuela.
Por eso, el que habla de las "Pruebas PISA" en este contexto de la Argentina, es por dos cosas: O porque no entiende nada de educación, o porque te quiere engañar, ya que las Pruebas PISA no son referencia para nuestro sistema educativo, sin que ellos de ninguna manera sea culpa exclusiva de los docentes.
Nada puede hacer la escuela para revertir el abandono emocional que sufre el alumno por parte de su familia (el 80% de ellas). Los chicos están solo, todo el día en la calle, casi sin ningún control, y pensando más en internet y los celulares, porque la familia dejó de poner límites. Las más pobres y las más ricas. Todas. Y sin embargo pretenden ponernos límites a los docentes.
Los padres no se hacen cargo de sus hijos y los depositan cada vez más horas en el colegio para que los docentes hagan su trabajo, y nadie los puede reemplazar.
Entiendan que un maestro no puede hacer en cuatro horas y con treinta alumnos, lo que los padres no hacen en las otras veinte horas, y con un solo chico.
Y después se quejan de los docentes porque sus hijos no aprenden, ¿Si no les das amor y contención; si nunca hablas con ellos de que les pasa; si nunca le pones límites; si los abrazas muy poco y casi no te ven: como querés que aprendan?
Padres, háganse cargo, y dejen de tirarle la pelota a la escuela de lo que Uds deben hacer.
Los docentes tenemos el futuro del país en sus manos, porque eso “nada menos” es la formación de los chicos, y actualmente lo único que hacemos es formar seres no pensantes para que sean más fáciles de manipular.
Las sociedades que mejores resultados tienen son las que mejor capacitan a sus niños. Es evidente que en Argentina cada vez los formamos peor y estamos lapidando nuestro futuro.
Es deprimente leer tanta gente atacando a los docentes. La calidad del producto final del trabajo docente, o sea la formación del alumno, depende directamente de las políticas educativas aplicadas. Enojarse  con el docente y pedir que ganen cada vez menos porque los alumnos supuestamente no aprenden lo que sería deseable, es igual que enojarse con el empleado de Mc Donalds porque no te gusta la hamburguesa
¿Entenderán algún día quienes tienen la responsabilidad de gobernar y muchos de los que tienen la responsabilidad de transmitir y no lo hacen, que el maestro es el emisario del porvenir en el presente? La incomprensión y el desprecio que en la actualidad y desde hace décadas recae sobre la vocación y la profesión docente en la Argentina no daña, como ya se ve, los intereses exclusivos de un grupo o de un gremio. Con semejante menoscabo se ataca uno de los centros vitales del proceso de humanización: la facultad y la posibilidad de aprender, entendiendo por ello la experiencia de autocomprensión y no sólo de capacitación técnica.
¿No estamos ante una auténtica cuestión de salud pública? Quienes así no lo adviertan y tengan no obstante alguna responsabilidad en la materia, estarán trabajando, lo sepan o no, por la promoción del extravío ciudadano en una concepción del conocimiento sin implicación subjetiva. Y ya sabemos adónde va a parar el hombre cuando se deja de lado a sí mismo.
Devaluada como tantos otros bienes argentinos, la figura del maestro pareciera agotar su actual protagonismo en el fervor de las demandas salariales. Bajo el estandarte del reclamo, se empeña en recordar que quienes integran sus filas no se sienten ante todo educadores sino excluidos, parte lisa y llana de la masa marginada del país. No obstante, de los maestros hablan también, y con altísima elocuencia, los niños que en las cuatro latitudes de nuestro territorio ven aplazado, año tras año, el inicio de sus clases; los edificios escolares que el abandono devora; los padres desvalidos que envían a sus hijos a lo que resta de las aulas, ya no para que estudien, sino a cambio de un vaso de leche.
Y la responsabilidad de eso es de la dirigencia que nos representa. De los que manejan los destinos de la Nación y de las Provincias, y los que nadie se atreve a pedir que digan qué es lo que hacen, si están capacitados, y cuánto gana.

                                             Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 18 de febrero de 2016

La revolución del conocimiento

La revolución del conocimiento – Editorial del 19 de febrero de 2016
Como solemos recalcar, la mayoría de las veces estos editoriales tienen su razón de ser en disparadores, que en ocasiones son expresos y otras tácitos.
En realidad teníamos en mente ya escribir acerca del conocimiento, pero en forma más específica y coyuntural, tratando el tema de los sueldos docentes y la consecuente jerarquización o desjerarquización de esa profesión, y también que la Argentina, junto a Perú, Colombia y Brasil, está entre los diez países que tienen más alumnos con bajo rendimiento escolar en matemáticas, lectura y ciencia, según el informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El estudio fue realizado sobre 64 naciones y está basado en el informe PISA 2012. Aun cuando no vamos a entrar hoy directamente en ese tema, sí queremos dejar en claro que, según nuestra opinión, el bajo sueldo que perciben los docentes en nuestro país es una de las concausas de este "desastre", ya que no solamente genera desmotivación en el ejercicio del trabajo de educar, sino que tampoco propicia el estudio de carreras que culminen con el ejercicio de la tarea de enseñar, porque la vocación muchas veces es superada por la seguridad de que resultará muy difícil vivir de ella.
Pero el martes por la noche vimos en "Los Leuco" un reportaje a Facundo Manes, promocionado neurólogo que recibe esta promoción (valga la repetición), por su  abordaje de las "neurociencias", a las que se pretende vender como la solución a todos los problemas existenciales.
Manes parte de una base irrefutable, cual es la de que nuestra gran apuesta como Nación en este siglo XXI debe ser el conocimiento, o sea, la investigación, la educación, la ciencia y la tecnología. Esto es y será cada vez más la frontera que separe a los países desarrollados de aquellos que no lo son. Y los argentinos tenemos que decidir en qué lugar queremos estar.
Es evidente que el mundo cambió drásticamente. Nosotros mismos hemos vivido esa transformación. En adelante, si queremos prosperar en medio de una sociedad global cada vez más interconectada y competitiva, ni los recursos naturales, ni la industria, ni el sistema financiero serán las piezas sobresalientes del progreso, sino las capacidades y talentos de sus ciudadanos. Por eso, nuestro capital intelectual es la herramienta que más debemos cuidar, estimular y potenciar en cada persona y de manera colectiva.
Es por eso que peleamos tanto, (lo hicimos desde la cátedra y fundamentalmente en la crianza de nuestros hijos) por la convicción de que el verdadero "secreto" consiste en haber contado desde los primeros años de vida con una excelente educación. Con una mente que fue poblada desde su comienzo a la vida de las "palabras"  convenientes, necesarias y oportunas, y más tarde reforzada por  la lectura de los libros adecuados, para formar, con propiedad a una persona y no a un ente.
La "reevaluación cognitiva de las emociones", que consiste en modificar el sentido o significado funcional atribuido a la situación que gatilla el estrés consiste en cambiar la manera en que sentimos, al cambiar la manera en que pensamos.
En realidad muchos de los conceptos que expresó en esa charla nos complacieron y generaron la afirmación de que educar es una responsabilidad para quienes deseamos para nuestro país un progreso y equidad en las oportunidades y una mejor calidad de vida, con necesidades básicas satisfechas, fundamentales para crear una sociedad del conocimiento. Debemos  comprender y aprehender que solo aspirando y creyendo que un futuro mejor es posible, participando activamente en difundir valores como la solidaridad, reconociendo que el trabajo y la educación son fundamentales,  no sólo para lograr superación personal sino para vivir colectivamente  en una realidad digna, orgullosos de los logros, evitaremos que la violencia, la corrupción y el facilismo se propaguen cada vez más.
Pero tampoco puedo negar nuestro escepticismo,  ya que en el estadío en que nos encontramos en materia educativa y con la enorme disolución familiar que nos ha dejado porcentajes muy grandes de población "automatizada", los deseos de Manes (que compartimos) son, por ahora, una utopía. En ese tema estamos literalmente "enterrados",  y aunque empecemos ya una revolución educativa, necesitamos por lo menos treinta años para volver a lo que fuimos en la materia cuarenta años atrás.  Y, la verdad, no vemos que a los gobiernos les interese demasiado lo estructural. El populismo feudal necesita de pobreza e ignorancia, es por eso que estamos así. Si volvemos a votar populismo (y de una manera o de otra, lamentablemente, lo seguimos haciendo) acrecentaremos la decadencia.  Es necesario que entendamos que debemos cambiar esta enfermiza manía de repetir lo mismo. ¿Hasta cuándo seguiremos siendo tontos?
La mayoría de los creadores ha sido  pobre y de clase media, aunque después se haya convertido en millonaria. Por eso  es importante que el conocimiento esté al alcance de todos, y esto no significa ser populista; no significa ser zurdo o diestro.  Nada tiene que ver con derecha o izquierda, sino con tomar decisiones inteligentes, para el desarrollo del país. Primero hay que preocuparse por lograr las instituciones políticas adecuadas.  Eso diferencia, por ejemplo, a dos países con similar estructura social y económica, como Corea del Sur y Ghana. Nosotros somos los que tenemos que decidir a cuál de ellos nos queremos parecer. Y eso que hablamos de países en vías de desarrollo o aun subdesarrollados. Porque nosotros deberíamos estar, por historia, al nivel de Finlandia, en donde el conocimiento importa más que cuánto vale el dólar.
Manes dijo que uno de los resultados de la falta de educación es el hambre, que a su vez, por ser causal de los síntomas de la desnutrición, resulta al mismo tiempo causa y efecto. Textualmente expresó que "si un chico en el tercer cordón del conurbano bonaerense hoy no puede comer, debemos sentir ese problema como si fuera el de nuestro propio hijo…". Hace unos días acá mismo expresamos que con el voluntarismo sólo no se hace nada. ¿Para qué están, decimos nosotros, los gobernantes y todos los ministerios y secretarías que crearon y siguen creando para solucionar esta problemática, si en realidad la problemática no se soluciona?
Sin intentar ponernos a su altura, nos parece adecuado contribuir con una idea que no siempre termina siendo bien vista. Si no da resultado el pedirle a las personas que se eduquen, simplemente es cuestión de probar premiando a los que ya poseen un grado alto de educación, y en una de esas el resto entenderá el mensaje. Lo mismo para todos los otros ámbitos de la sociedad. Hoy los incentivos están seriamente pervertidos (en el sentido más profundo de la palabra). Basta ver el alto grado de corrupción en funcionarios, sin que ello genere ningún cuetionamiento. ¿Será porque son tan adeptos al asistencialismo como solución de los problemas?
Esta regla es lo que en Lógica se llama tautología. No se puede hacer creer que si no se cambia la causa se podrá cambiar el efecto.  Si no caemos en lo que en la misma materia se denomina "ad verecundiam", (traducido: argumento de autoridad o magister dixit) que es una forma de falacia que consiste en defender algo como verdadero porque quien lo dice tiene algún tipo de autoridad.
Nadie llega a maestro si no fue discípulo. A la maestría se llega por el aprendizaje y la experiencia que lo perfecciona. En ese momento se da cuenta qué tan poco sabe de lo que sabe y cae en la "duda" clásica de los filósofos, lo que genera más ambición de conocimiento.
La "resiliencia" es el conjunto de factores y mecanismos que nos permiten superar adaptativamente las situaciones de adversidad.  Y todo lo vamos a conseguir con el cerebro. Debemos pensar, razonar; no tener encierro mental.
No es por ver el fruto que el fruto llegará, sino por la responsabilidad cotidiana de arar la tierra, plantar la semilla y cuidar que esos brotes no se sequen, no se quemen, no se ahoguen. Así es.
Muchos argentinos se resisten a la educación, no creen en ella, porque con habilidades manipulativas y transgresiones entienden que logran una vida mejor.
La revolución del conocimiento es la revolución imprescindible de la Argentina.
Una revolución de la que debemos ser protagonistas.

                                                Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 11 de febrero de 2016

Cabildo abierto

Cabildo abierto – Editorial del 12 de febrero de 2016
Un cabildo abierto es la reunión pública en la cual los habitantes pueden participar directamente con el fin de discutir asuntos de interés para la comunidad.
Para ello, en aquellos ejemplos del derecho comparado en los que existe esta metodología, hay una serie de formalismos que deben agotarse para que opere el cabildo, teniendo en cuenta que los ciudadanos que intervienen en el mismo no adoptan propiamente decisiones, aunque sea este un espacio donde se definirá precisamente la suerte que tendrán sus propuestas. Ello resulta cuestionable, por lo menos desde mi punto de vista, y es por eso que decidí escribir sobre este tema hoy, ya que a mi entender, que la gente pueda opinar no es suficiente, que pueda actuar es necesario, y que pueda actuar en aquello que le interesa, en su comunidad, en su barrio, en su municipio, es prioritario. 
Pero, tal como lo venimos enseñando desde hace ya veinticinco años en nuestra cátedra de Formación Ética y Ciudadana, la Democracia Directa, en la que el pueblo toma decisiones por sí mismo, dejó de ser viable hace muchísimos siglos, ya en la antigua Grecia, cuando en su reemplazo se opta por la Democracia Representativa, que es la que tenemos nosotros hoy en día. La cuestión es muy simple. Antes se reunían en una plaza (el Foro) los ciudadanos, que eran no más de cien en cada polis (ciudad, y de ahí el nombre política que se le da a la ciencia de gobernar las ciudades), y discutían, votaban y decidían. Al ir creciendo la población de las polis, las discusiones duraban horas, días, semanas, y muchas veces no se llegaba a ningún resultado. Es más; a veces ni siquiera se escuchaban entre ellos. Es por eso que a alguien se le ocurrió nombrar un representante cada tantas personas (nosotros acá en Basavilbaso tenemos, por ejemplo, un concejal aproximadamente cada mil habitantes o un poco menos), y así se logró simplificar la cosa. Para eso, obviamente, al elegirlo se le “tiraban” ciertas líneas de acción o, lo que era, y sigue siendo todavía, más común, cada candidato proponía las soluciones que creía convenientes para cada problema que había analizado existía al momento de su elección, y el votante, entonces, sabía a quién elegir. Imagínese Ud., amigo lector, que cada vez que fuese necesario tomar una decisión el gobierno nos tuviera que convocar a todos los ciudadanos para que, juntos, optemos por tal o cual salida. Sería un desquicio.
Volviendo a lo que opina la posición mayoritaria de la doctrina y del derecho comparado respecto a este sistema del “cabildo abierto”, casi todos se limitan a resaltar teóricamente la importancia del mecanismo y a declarar exequible la norma que impide que los ciudadanos tomen decisiones a través de tal instancia, entendiendo que no es inconstitucional en tanto y en cuanto deja abierta la puerta para que en el futuro, el Congreso, o en nuestro caso el Concejo Deliberante, por la vía de una Ordenanza, le reconozca fuerza vinculante a las deliberaciones populares del cabildo.
Por supuesto que acá ya se habrán dado cuenta que el disparador de este análisis es la decisión anunciada por el Presidente Municipal, Gustavo Hein, de convocar para el día 10 de marzo, en el Polideportivo Gral. San Martín, a un Cabildo Abierto, el que, según sus propias palabras, servirá “para poder informar a la comunidad sobre la marcha de la gestión, y exponernos a la sociedad, a sus consultas, inquietudes y cuestionamientos sobre cómo nos ha ido en este tiempo", además de "escuchar lo que tienen pensado como sociedad, como pueblo y qué pudimos hacer y no hicimos".
A mí particularmente me parece muy loable esta inquietud, con las reservas lógicas que, como hombre de la política, tengo respecto a la necesidad de hacer en períodos tan cortos una consulta popular, la que seguramente todavía estará demasiado influida por los dichos y los hechos de los gobiernos anteriores y por los argumentos que los candidatos ganadores y perdedores vertieron en la campaña. Además, como sostenedor del valor de las ideologías, no me parece que se pueda analizar aisladamente cada hecho si no se lo hace en el contexto de una idea que, antes, ha sido plasmada en una plataforma electoral.
De todas maneras, y teniendo en cuenta, tal como ellos mismos lo han expresado, que la mayoría de los integrantes del actual gobierno municipal no proviene de la militancia político-partidaria, puede resultar útil que se nutran del pensamiento popular, sobre todo respecto a aquellos aspectos de la administración que resultan mensurables en tan corto período de tiempo.
Entonces, una vez expresada mi opinión acerca de los fundamentos y viabilidad del proyecto del Departamento Ejecutivo Municipal, me veo en la obligación, tanto como editorialista de este semanario, cuánto como dirigente político y candidato (perdedor) a integrarlo, y sin olvidar mi formación en Derecho y mi desempeño como docente en la materia, de referirme a algunos hechos puntuales que tienen que ver con lo fáctico, y que intento sumar como aportes a este emprendimiento.
Yo creo que más allá de la sanísima intención que ha llevado a Gustavo Hein y a su equipo de colaboradores a presentar a la comunidad la posibilidad de tener participación activa en las decisiones que se están tomando, en la crítica a las que se tomaron, y en la propuesta acerca de las que se deberían tomar, no resulta fácil de llevar adelante una consulta popular bajo la forma de Cabildo Abierto.
Digo esto, básicamente, porque al no estar previsto en nuestra legislación este sistema de participación popular, no hay reglas establecidas para su funcionamiento, lo que, al ser la convocatoria abierta y sin límites de concurrencia, puede llegar hasta a hacer fracasar el intento, lo cual sería lamentable.
Debemos tener en cuenta, en principio, que nuestra ciudad, por tener menos de diez mil habitantes (exactamente 9.947, según el último censo) no se ha podido dar su propia Carta Orgánica, debiendo regirse, indefectiblemente, por la Ley 10.027, que si bien no lo prevé expresamente, al legislar sobre la Consulta Popular, en su art. 164°, establece que “será dispuesta mediante ordenanza sancionada por los dos tercios (2/3) de los miembros del Concejo Deliberante, a efectos de someter a los ciudadanos del Municipio cualquier cuestión que por su importancia se considere merecedora de requerir la opinión pública”.
No voy a continuar con el detalle de las exigencias que establece la ley citada, porque la verdad es que le veo pocas coincidencias con lo que plantea el Ejecutivo local, sobre todo en lo que hace a la forma y a los efectos de los votos.
Entre las cosas que hay que determinar, entonces, a través de un Reglamento hecho con tiempo, publicado, y si es posible sancionado a través de una Ordenanza, con las reservas legales ya expresadas, está, por ejemplo, la decisión de quién será el moderador; cuánto tiempo se otorgará a cada uno de los que pida la palabra y cómo se hará para que ese tiempo se cumpla; de qué manera se dirigirá el debate hacia los temas que interesan al Ejecutivo Municipal, y, por ende, quién será el encargado de “censurar” (no se me ocurre otro término) aquellas opiniones que nada tengan que ver con el propósito del Cabildo; si habrá un límite establecido a la entrada de gente, teniendo en cuenta que el salón del Polideportivo tiene una capacidad limitada; si habrá también un límite al tiempo de duración del debate, y quién lo establecerá. Digo porque, si en medio de un acalorado debate, a la Mesa se le ocurre decir: “bueno muchachos, hasta acá llegamos”, puede producirse una fenomenal discordia.
Y si esto se lograra conseguir, y la propuesta lograra llegar a feliz término, lo cual obviamente deseamos, porque sería una experiencia enriquecedora para Basavilbaso y también podría actuar como ejemplo para otras comunidades, habría que ver qué valor se le dan a las opiniones vertidas allí. Esto quiere decir, básicamente, si tendrán valor vinculante, o solo le servirán al DEM como indicadores de lo que se debe o no se debe hacer, con la salvedad expresada más arriba de que puede correrse el riesgo de que lo coyuntural prime por sobre lo estructural, o sea de que las soluciones empíricas o heterodoxas primen por sobre las soluciones ideológicas.
“Las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”. Gabriel García Márquez

                                Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 4 de febrero de 2016

¡Allí Cosquín!

¡Allí Cosquín! – Editorial del 5 de febrero de 2016
Obviamente el  título de este reencuentro es una doble paráfrasis, ya que a la vez de cambiarle el sentido a la frase que tradicionalmente le da inicio al Festival Nacional de Folclore, es también una especie de explicación respecto a la razón por la cual estuvimos por algunos días ausentes de vuestros hogares.
En realidad se dio una suma de cosas que tuvieron su sustento en la necesidad de tomarnos un descanso, suponiendo, ahora con razón, que el mes de enero no es muy pródigo en noticias. En lo que sí fue generoso fue en el descubrimiento de la importancia que tiene Crónica en los hogares, ya que pese a que habíamos anunciado en la última edición de diciembre que más que probablemente íbamos a tomarnos un descanso, fueron innumerables los llamados y las inquietudes que recibíamos en la calle preguntándonos por qué no les llegaba  el semanario.
Una vez hecha esta extensa pero necesaria introducción, vamos a dar criterio al título, que estrictamente tiene que ver con que aprovechamos el "parate" para concurrir al Festival, lo que nos permitió ser testigos presenciales de un hecho que puede ser juzgado de distintas formas, ya que no todos pensamos igual, pero que entendimos debíamos contar desde nuestra propia visión.
Varias veces hemos dejado en claro que desde el punto de vista estrictamente musical Soledad Pastorutti no es una excelsa intérprete, más allá de que con el tiempo, y seguramente con clases de canto, ha progresado de manera muy interesante. Tampoco podemos ignorar que se ha transformado en un fenómeno de idolatría popular, lo que hace que en cualquier lugar en el que se presente sea seguida por una multitud, ovacionada, y lo que es muy importante para los que cantamos, acompañada en cada uno de sus temas por un impresionante coro formado por el público presente. Eso constituye una medida que no admite, desde nuestro punto de vista, ninguna discusión, por lo menos en lo que hace a lo artístico. La música folclórica argentina, salvo quizás la excepción de Mercedes Sosa, no ha hecho coincidir necesariamente la condición de ídolo con la calidad vocal. Hay otras cosas que equilibran la balanza, y tienen que ver con el carisma, con el repertorio, en fin, con la llegada al público que, en eso, nunca se equivoca. Podríamos dar acá muchos nombres de artistas populares que seguramente no resistirían un examen técnico exhaustivo, pero supongo que ustedes ya se estarán imaginando a quiénes nos referimos. 
Por eso creemos que hay que  reconocer, haciendo una especie de nota respecto a lo sucedido el martes 26 en el Atahualpa Yupanqui, que por más que nos guste o no, fue quizás de las cosas más importantes que hayan pasado a nivel popular en la historia del Festival e incluso, yendo más allá todavía, del folclore argentino masivo. Fue, por ejemplo, sin dudas, la única vez que tantos artistas de tanta aceptación popular y algunos de mucha calidad vocal, hayan simplemente "pasado" por el escenario para homenajear, cantando con ella una sola canción, a alguien que a la luz de los hechos y a estas alturas, es algo más que el agite de poncho que demostró hace veinte años. Esto demuestra, además de todo lo que dijimos más arriba, y teniendo en cuenta el amplio espectro de invitados, que Soledad es la artista que quizás ha mejorado más desde sus inicios (quizás también la que más tenía que mejorar de acuerdo a su calidad  inicial) pero también la que podría haberse quedado en aquéllos laureles tan particulares que supo tener en sus comienzos. Creo que debemos aplaudir a Soledad por su afán de mejorar; por juntarlos a todos y por seguir estando, pese a que todavía haya muchos que solo critican. Es por eso que hemos decidido  reconocer hoy en esta página que lo que pasó ese día en el escenario no era una cosa tan "liviana".
"Vamos a recorrer un poco con canciones y con gente que ha formado parte de ellas", dijo al comenzar. Y pudiendo hacerlo con algún cantor de renombre, lo hizo con un "gringo santafesino que escribe canciones hermosas", presentando a Julián Ratti, a quién debemos confesar no conocíamos,  y hacer juntos "Potrerito de la infancia".
Luego, en un espectáculo sin interrupciones, y para demostrar su versatilidad, pasaron Orlando Vera Cruz, con quién, con los rasguidos de su guitarra,  y junto a las palmas de la gente, hicieron "Pilchas gauchas"; luego Facundo Saravia, autor de una de las chacareras del segundo disco de la Sole, "Si de cantar se trata", para seguir con uno de los puntos más altos (hubo varios y los vamos a destacar) como fue la actuación junto a Yamila Cafrune (también se sumó Natalia, la hermana de Soledad), para hacer el cásico "De mi madre".
Con una breve anécdota de cómo los conoció, la cantautora recibió a Los Alonsitos para empezar a ponerle ritmo a la noche con "Kilómetro 11", y continuar el estilo chamamecero con Mario Bofill y su "Cantalicio vendió su acordeón".
En un homenaje a los pueblos originarios, así como nosotros con el coro hacemos "Chaltén", ella junto a  Marité Berbel, de una familia de artistas populares, hicieron sonar la hermosa "Amutuy".
Como era necesario recurrir a la localía, los siguientes fueron  "Los 4 de Córdoba", con quienes, como no podía ser de otra manera,  hizo "Del norte cordobés", cuyas estrofas  bajaron para que las corearan todos los presentes.
"Mi idea es empezar a cantar como lo hacen ellos, no sé si me va a salir bien", agregó, con mucho tino. Entonces así, vestidos de celeste y con la ovación del público, Los Manseros Santiagueños se sumaron a la fiesta de cumpleaños para hacer "Chacarera para mi vuelta". Y las chacareras siguieron con Cuti y Roberto Carabajal,  con la muy alegórica "Entre a mi pago sin golpear".
Muchas de estas cosas no se han ensayado, pero la intención estuvo siempre", anticipó. "Gracias a todo el público maravilloso que nos acompaña hace 20 años", decía mientras el público se encendía.
Raly Barrionuevo, con guitarra en mano, fue el siguiente en la extensa lista para cantar con la oriunda de Arequito. "Una de las voces más hermosas del folclore", aseveró la cantante, y así hizo con él una bella versión de "Luna cautiva".
En otro de los momentos emotivos de la noche homenajeó, con su hermana, a Tamara Castro, con "Zamba de amor en el vuelo", a medida que la pantalla proyectaba un video con imágenes de la cantante folclórica fallecida en un accidente en 2006.
"Una de las respuestas positivas que más sorprendió fue la de él. Es un acto de generosidad que la gente no suele comprender. Él no estaba en la grilla de festival y vino. No sé cómo describir este momento. Es muy fuerte lo que se siente estar acompañada de gente aquí arriba", contó antes de que entrara  Jorge Rojas, para cantar "Esperando tu regreso", al tiempo que la platea femenina se quedaba sin voz con los gritos para el ex nochero.
"Este es un tipo de ley, si te da palabra es así", fueron las palabras con las que presentó al Chaqueño Palavecino, quien ingresó con dos copas con vino tinto para brindar por los 20 años y cantar "La Litoraleña".
Apenas pasadas las tres de la madrugada la voz de Luciano Pereyra se escuchó desde el escenario para hacer junto a su colega "Zamba para decir adiós". "Tiene la voz más dulce que conozco, no es fácil cantar al lado de él", había dicho muy emocionada Soledad minutos antes. "Te quiero, te admiro y como argentino te amo", dijo el cantante antes de irse.
Promediando su exorbitante noche y para ponerle más fiesta a la cuarta luna coscoína, Los Tekis pisaron el escenario para entonar las estrofas de "Tren del cielo", para luego darle pie a Los Nocheros y así interpretar "Las Moras".
Finalmente rindió homenaje a Mercedes Sosa con "Agua, fuego, tierra y viento", a medida que en la pantalla estaba el fragmento de la canción con la parte de Mercedes para que Soledad pueda simular el canto a dúo.
Pero allí no terminaban las sorpresas, porque si bien la pantalla fue un espejo que reflejó a grandes artistas que ya no estaban, también mostró a otros como a Horacio Guarany enviándole sus saludos.  Seguido del video, la Sole cantó "Nada tengo de ti", tema que en alguna ocasión hizo junto al cantante.
Dejamos para el final lo que creemos es la conjunción más representativa de la actual música popular argentina de origen folclórico: cuando fue su turno con la estrella de la noche, Abel Pintos reconoció lo importante que fue la primera participación de la cantante en 1996 para abrirle el camino a las nuevas generaciones del folklore, las que renovaron el género. Y la versión que hicieron de "Cuando llegue el alba" fue inolvidable.
Tenemos también críticas, pero las dejamos para otro día. Cosquín se merece los elogios porque mantiene la vigencia desde hace 56 años, que no es poco.                                               

                                        Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso