jueves, 24 de abril de 2014

A cuatro manos

A cuatro manos - Editorial del 25 de abril de 2014 Daniel Barenboim y Martha Argerich, dos leyendas vivas de la música clásica, se sentaron el sábado 19 de abril juntos al piano para ofrecer un inusual concierto a cuatro manos ovacionado de pie por el público de Berlín. La mítica sala de la Filarmónica de la capital alemana vibró con los dos pianistas interpretando obras de Mozart, Schubert y Stravinsky, el mismo programa que ofrecerán el 5 de agosto en el Teatro Colón de Buenos Aires. Parece que a los argentinos nos cae bien esto de "a cuatro manos". Estos talentosos para tocar el piano; los funcionarios que nos roban a cuatro manos; y el resto de los argentinos que nos tenemos que agarrar cierta parte del cuerpo a cuatro manos para intentar que no nos embromen. Los fondos de Santa Cruz, la tragedia de Once, la falsa promesa de las inversiones chinas, la mentira del tren bala, los datos falsos del INDEC, el accionar patotero de Guillermo Moreno, la bolsa de Felisa Miceli, el robo a los jubilados, el comportamiento mafioso y violento de Luis D'Elía, la creación de la empresa fantasma LAFSA, el escándalo Southern Winds, el caso Skanska, las 120.000 viviendas que nunca se construyeron, la valija de Antonini Wilson, las contrataciones irregulares de la Secretaria de Medio Ambiente Romina Picolotti, la "sensación de inseguridad", la imparable inflación, el hotel de lujo de los Kirchner, el traslado de Máximo en el avión presidencial por un dolor de rodilla, el embargo de la Fragata Libertad, las candidaturas testimoniales. ¡Otra que un concierto a cuatro manos! El ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, hombre de máxima confianza del fallecido ex presidente Néstor Kirchner, se convirtió por estos días en el primer funcionario del kirchnerismo en ser procesado por enriquecimiento ilícito. Después de investigarlo durante seis años, la Justicia determinó que no pudo justificar bienes por 12,5 millones de pesos, entre los que se cuentan un lujoso jet privado, una veintena de autos, un hotel, departamentos en Brasil y en el barrio porteño de Retiro, casas en countries y hasta medios de comunicación de Córdoba. El fiscal Carlos Rívolo, quien investigó por esos delitos a Ricardo Jaime, denunció las presiones de "grupos políticos" que enfrenta "a diario" el fuero federal y advirtió sobre los "muros" y los "intentos de neutralizar pruebas" que sufrió la causa antes de llegar al procesamiento del ex secretario de Transporte. Lamentablemente la historia muestra que del procesamiento a la condena efectiva hay un largo trecho y es donde todas estas lacras de la sociedad siempre zafan. Solo alcanza con ver el caso de Menem que fue procesado y condenado y anda suelto y feliz, y encima es Senador Nacional. Hay una pregunta que los seguidores de este gobierno se niegan a contestar, y casi todos los periodistas se niegan a preguntar: Los Kirchner, ¿desconocían cómo hizo Jaime para levantar guita a paladas (jets, autos, casas, medios de comunicación, etc.)? Y en caso que lo desconocieran, lo cual es posible, ¿fueron tan incompetentes que ignoraban quién era su mano derecha? Cuánto menos fueron imprudentes al poner funcionarios ladrones en responsabilidades tan graves, y así como a Macri le reprochan las escuchas telefónicas de los funcionarios a su cargo, y a Montiel lo hicieron responsable de las muertes de 2001, también aquí habría que reprocharles a los Kirchner las inmoralidades de sus funcionarios. ¿O no? Alguna que otra vez dijimos acá que la justicia lenta no es justicia. Seis años para juzgar a alguien al que soltaron la mano de entrada parece mentira. Si las pruebas eran tan contundentes como parece, ¿por qué se demoró tanto el juicio? Zanola y Pedraza, dos ex pesos pesados están presos, y se juzgó a una ex ministra de economía por "coimera", sin defensa del gobierno, y se sigue juzgando a Macri que aún está muy complicado. Y no entremos en el juego de que esto es "politizar". No. Esto es enjuiciar a "chorros" comunes, que se aprovecharon de sus puestos para enriquecerse a costillas de los ciudadanos Argentinos, a los cuales hoy deben dar explicaciones. El "caradurismo" de ciertos funcionarios K es increíble. Cómo se desentienden de sus obligaciones, de manera que siempre la culpa está afuera, aunque quien firme los papeles sean ellos. Parece que la responsabilidad es de quien denuncia, no de quien firma y mira para otro lado. Que Jaime diga que estaba trabajando todos los días con Kirchner es una falacia. Aun cuando uno pueda creer que Kirchner lo hacía para eso, es obvio que los otros se juntaban con el solo objeto de urdir, tramar, robar y trampear, no para trabajar. Que Juan Pablo Schiavi resalte los "logros" de su gestión es una burla dantesca. Que pidan perdón, una parodia urdida por sus abogados. Ambos merecen la cárcel, una exhaustiva investigación de sus bienes, y deberían devolver todo lo que robaron. A cuatro manos. "No puedo hacer una defensa jurídica porque esto no es una acusación jurídica", dice Jaime. "Se ha querido hacer un juicio político a las políticas de Estado del gobierno nacional". No, estimado exfuncionario. Decir que esto es un juicio político es tan eufemístico como la famosa frase acuñada por su colega en la corrupción Leo Fariña, para quién los millones de dólares se llaman "físicos". Y además, lo que alega Ricardo Jaime cuando habla de que respondía a órdenes de Néstor y de Cristina, se parece demasiado a una defensa tipo "obediencia debida", que debería ser tomada por los fiscales como eje de una nueva acción legal que investigue entonces la responsabilidad de quienes le dieron esas órdenes que él tuvo que obedecer. Si se reconoce solo como autor material, la justicia debería investigar quiénes son los autores intelectuales. Bueno…no demasiado intelectuales, a decir verdad. Acá la cosa es muy simple. Si Jaime robó y se enriqueció ilícitamente (una cosa consecuencia de la otra), merece ser acusado penalmente. Robar significa eso: apropiarse de lo que no le corresponde. Y justicia significa que tendría que estar preso hace rato. No se le debe cambiar a las palabras el significado básico. Ahora, si lo que el "amigo" quiere es mandar un mensaje subliminal del tipo "Salvame porque mirá que caigo yo y arrastro a todos", esa es otra historia. Los argentinos tenemos una gran oportunidad, por delante. La oportunidad histórica de hacer una Conadep de la corrupción y erradicar para siempre el endémico flagelo que nos ha causado tanto atraso y tanto dolor. Porque por muchísimo menos de lo que hicieron los que están procesados y los que deberían estarlo (casi todos), nosotros ya estaríamos condenados por la AFIP, la Justicia Federal… y hasta por la Cámpora. Y si sigue insistiendo con que se trata de un "juicio político" hasta me animo a seguir su razonamiento y contestarle. Si fue un funcionario político, puesto por un ¿partido? político, que estuvo ejerciendo la peor versión de la política, aplicando sistemáticamente políticas de vaciamiento del sistema de transporte y corrupción con la política de subsidios, ¿Puede quejarse de que se trate de un juicio político? Personaje siniestro, miserable y corrupto. Sabe perfectamente que la tragedia de Once ocurrió porque los coches Toshiba están podridos y los frenos no funcionaban. Porque los funcionarios y los Cirigliano, sus cómplices, robaron los millonarios subsidios que no invirtieron en TBA. Existen informes y denuncias. No nos tienen que subestimar a los argentinos. No somos tontos y principalmente, ¡tenemos memoria! Lástima que Verbitzky está en la misma vereda que ellos. Porque si no debería escribir una segunda versión, corregida y aumentada, de "Robo para la Corona". Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 17 de abril de 2014

Cleptocracia

Cleptocracia - Editorial del 18 de abril de 2014 Obviamente, el título de esta nota se vincula, en principio, al raro acto, transmitido en cadena nacional, que la Señora Presidente protagonizó en Tecnópolis para inaugurar, precisamente, el “Encuentro Federal de la Palabra”. Cuando Pepe Soriano, parafraseando a Neruda, dijo “se llevaron el oro, se llevaron la plata, se llevaron todo, pero nos dejaron las palabras”, se produjo uno de esos momentos que, cada tanto, la historia nos regala. Bastaba con ver la cara desencajada de Cristina para saber a quiénes les cabía el sayo. “Confieso que he vivido” es el título de un libro en el que se recogen las memorias del poeta chileno Pablo Neruda. El libro se editó postumamente, recogiendo las impresiones del autor casi hasta el mismo momento de su muerte. En su versión libre, Soriano recitó que “los conquistadores se llevaron todo, se llevaron el oro, pero nos dejaron las palabras.” Cristina lo miraba extasiada, muy segura de estar del lado de las palabras y no de los que se llevaron todo. Pero la realidad de la matriz corrupta que instalaron en el Estado demuestra que los que se llevaron todo, todavía están en el gobierno. No hace falta recordar lo que escribimos ya aquí sobre Lázaro Báez, Amado Boudou, Rudy Ulloa, Ricardo Jaime y otros personajes del “riñón” kirchnerista que se transformaron en millonarios como por arte de magia. Algún día Cristina, si es que estamos realmente en una República, en su nombre y en el de su marido fallecido, deberá dar muchas explicaciones en los Tribunales. Pareció una metáfora del destino que mientras se decían las palabras que Pablo Neruda dejó para su “Confieso que he vivido”, casi en paralelo se inauguraba un lavadero, en esta tierra llena de dinero sucio de la corrupción y los narcos que mantiene un blanqueo de capitales abierto casi hasta la eternidad. Pero además de dejar palabras huecas, los Kirchner y muchos de sus funcionarios, como aquellos conquistadores españoles, también se llevaron cosas. Porque también están procesados Greppi y Fariña, en un tejido de relaciones y empresas cuyos hilos llegan hasta los casos Ciccone y “Sueños Compartidos”. Como para ir entrando en el otro tema, voy a recordar la letra, quizás premonitoria, de la canción “Nuestro amo juega al esclavo”, de Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota, el viejo grupo del Indio Solari: Mucha tropa riendo en las calles con sus muecas rotas cromadas y por las carreteras valladas escuchás caer tus lágrimas Nuestro amo juega al esclavo de esta tierra que es una herida que se abre todos los días a pura muerte, a todo gramo. -Violencia es mentir- Formidables guerreros en jeeps los titanes del orden viril ¿Qué botines esperan ganar? si nunca un perro mira al cielo. Si hace falta hundir la nariz en el plato lo vamos a hacer, por los tipos que huelen a tigre tan soberbios y despiadados -Violencia es mentir-. Mientras que según la Real Academia Española, extorsión significa: “Amenaza de pública difamación o daño semejante que se hace contra alguien, a fin de obtener de él dinero u otro provecho”, acá en Entre Ríos es lícito presionar. Es “políticamente correcto”. Queda claro entonces que negociar con “zonas liberadas” y sobre la base de las armas no es negociación, sino extorsión. Mientras que discutir la retribución por la contraprestación de un servicio, eso es negociar. Con el Indio Solari pasó algo similar, aunque los voceros oficialistas explican ahora como un apoyo a la cultura la exención de tasa municipal al multimillonario músico, que en lugar de llevarse unos 40 millones de pesos de ganancia tras el recital del sábado, según los cálculos de ediles gualeguaychuenses de la oposición, embolsó unos 42 millones de pesos. ¡Ahora resulta que se trata de un apoyo a la cultura! No parecía eso cuando el intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, admitía que los gerentes de esa empresa llamada “Indio Solari” le exigían la exención bajo la amenaza de levantar campamento e irse si no accedían a otorgarle el privilegio reclamado. ¿Qué hubiera pasado si la autoridad municipal hubiese aplicado el criterio de igualdad frente a la ley, el rechazo a formas extorsivas, y hubiese dado una respuesta de mayor dignidad? Es difícil imaginar lo que no pasó. Si Bahillo fue instigado para aprobar la exención por alguna otra autoridad pública de mayor poder, nunca lo va a decir, pero en este “sueño entrerriano” todo es posible. Transformar un bochorno en un hecho político digno de ser destacado es una habilidad del gobierno. En el manual oficialista que tiene como premisa mostrar que todo, absolutamente todo, está bien, y que no existen problemas y que nadie se equivoca, allí -en ese manual– se explica el método para convertir en buena noticia un hecho que debería ruborizar a las autoridades públicas. Entonces, la noticia será que Aerolíneas Argentina llega a Paraná después de 25 años, y no que la Líneas Aérea de Entre Ríos pierde la ruta de mayor demanda: la que une, precisamente, la capital entrerriana con la capital argentina, que ahora quedó en manos de la empresa que maneja La Cámpora, en detrimento de la firma de todos los entrerrianos. La reciente visita de Carlos “Indio” Solari sumó otro capítulo en la saga de hechos bochornosos convertidos en buenas noticias. Guste o no, el señor Carlos Solari hizo lo mismo que hicieron los malos policías de diciembre que hoy están detenidos en Concordia. Es cierto que el apriete de Solari tiene más glamour y mayor consenso de militantes K. Pero llegado el caso es lo mismo: “Me aumentás o no cuido la seguridad”. “Me eximís de pagar impuestos o no toco”. El mundo entero sabe que la eximición a Solari no es política cultural, es privilegio, es abuso, es atropello que nadie debería esperar de un artista popular. ¿Alguien puede imaginar a Yupanqui amenazar con no tocar si no le daban el trato privilegiado de no pagar los impuestos? La actitud miserable de la troupe Solari es otro tema, seguramente menos grave que la permisividad estatal frente a la extorsión. Allá Solari y sus seguidores con su historia. Allá los que izan hipotéticas banderas anticorporativas, pero hacen la vista gorda a quien reclamó llevarse la plata que debería tener como destino el tesoro común de todos los ciudadanos de Gualeguaychú. Allá los que creen que Solari es un rebelde, en lugar de un artista que acaba de embolsar plata pública. Allá los que se comieron el amague de creer que estaban frente a un cantor comprometido, pero que se negó a hacer un guiño hacia la lucha antipastera, y eso admitiendo neutralidad política: “Ha sido una constante la determinación (de Solari) de que sus shows sean exclusivamente de índole artística”, como contestó por carta a la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú el representante del líder del rock nacional. Cada quien tiene ídolos o, si se prefiere, personas inspiradoras que quieren, que pueden o que merecen como referencias. Eso es privativo de cada persona. Hay millones de argentinos que disfrutan de Tinelli y algunos cientos de miles que leen Borges. Ya se sabe, porque lo dijo Serrat: “Cada quien es cada cual y baja las escaleras como quiere” (o como puede). Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 10 de abril de 2014

Guitarra vas a llorar

Guitarra vas a llorar - Editorial del 11 de abril de 2014 Tenía que ser un grande como George Harrison el que me indicara el título para este homenaje y recuerdo para otro grande que se nos fue, pero aún nos guía. Porque en efecto, la guitarra va a llorar, como nosotros, la muerte de Daniel Cogorno, pero él estará igual al lado nuestro para siempre. Al lado nuestro como quedó para siempre nuestro eterno Director, y como desde hace poco también está Juan, de quién solo Él nos pudo separar físicamente. Voy a tratar de no caer en los lugares comunes, aunque la desesperación que nos causó su partida hará que el cuidado por las formas pase hoy a segundo plano. Y así, casi al instante de haberlo negado, caigo por primera vez. Y es que para quienes somos del Magnificat, es casi imposible de explicar el sentimiento que nos une, y que no existiría de ninguna manera entre nosotros si no fuera por el Coro. Solo nosotros podemos entender que se nos murió un hermano del alma, y por eso voy a renunciar a explicarlo. Yo todavía tengo la esperanza de estar viviendo un sueño, y de que este viernes, unos minutos antes de las 21, cuando vaya a abrir las puertas de la Biblioteca Lucienville, como todos los viernes del año, lo voy a encontrar parado allí, esperándome apoyado en el estuche de su guitarra, listo para el primer comentario rápido y socarrón con el que solíamos “ponernos en clima”. Y siento que vamos a esperar juntos, él y yo, a Chiche y a Carly, primus inter pares (primeros entre los pares), con quienes nos entendemos tan bien que casi nos sobran las palabras. Y entraremos a acomodarnos en el salón, para, como dice Chiche en otra de las páginas de esta triste edición de hoy, que el Maestro Cogorno empiece a afinar esa parte inseparable de su cuerpo que es su guitarra, y nos lleve por caminos que para él eran cotidianos. Así pasaremos, otra vez, los primeros minutos entre zambas, chacareras y chamarritas, mientras el resto del coro sigue llegando. Quiero creer que esto será así, porque me resulta imposible imaginar un ensayo del coro que comience de otra manera, al igual que me resulta imposible entender que podamos cantar sin su guitarra. Y sin su presencia. Particularmente yo tengo muchísimo para agradecerle. Primero por haberme brindado su amistad incondicional en TODAS. Y es ahí donde se notan los amigos. Desde el momento en que decidí aceptar el reto de que el Magnificat no se muriera con Miguel, él estuvo a mi lado, pero no “sobándome el lomo”, como podría haber hecho, sino marcándome las dificultades en las que me “metía”, e incluso expresándome sus dudas respecto a mi capacidad para afrontar ese desafío, cosa de que si yo ya no lo había hecho, tomara conciencia del reto. Y, después, sí, apoyándome casi incondicionalmente, y esperando siempre el final de cada ensayo o de una actuación para corregirme como sólo él sabía hacerlo: con mesura, criterio, respeto y buena voluntad. Lástima que a esto no se lo dije personalmente, aunque creo que lo intuía, pero los seres humanos solemos ser así, y reconocemos a la gente, si es que lo hacemos, cuando ya no están. Como estamos hablando de un músico con todas las letras, y como ya he usado el título de una canción popularmente conocida, voy a recurrir ahora, para esta segunda parte, ya más realista, al título de un tema de Queen, “The Show Must Go On”, que traducido al español quiere decir, y el lector ya se habrá dado cuenta, “El show debe continuar”, tema en el que antes de terminar repitiendo dos veces el título, recuerda “Yo tengo que encontrar la voluntad para seguir”. El Magnificat juntó fuerzas de donde no las tenía para cumplir con el pedido de la familia, trasmitiendo con seguridad lo que Daniel quería, y estuvo presente en el Responso que se celebró en la Parroquia San José Obrero. Es justamente esa mística irreemplazable del Coro la que hace posible que siempre tenga lista (o pre-cocida como le gustaba decir a Miguel) una partitura que responda a la necesidad, que en este caso era la de acompañar en la Fe a Cristina, Carlitos, Rocío, Javier y Víctor, a la mamá de Daniel y a todos sus otros familiares y amigos que colmaron la Parroquia para acompañarlo en este su último camino. Estaban todos los que tenían que estar, aunque uno pueda pensar que su trayectoria en la Cultura, que es la que lo unió a nosotros y por eso de ella hablo con preferencia, hubiera ameritado que estén también otros que no estuvieron. Y quizás hasta que se hicieran cosas que no se hicieron. Y así como juntamos fuerzas para cantarle a metros de la presencia de su cuerpo, juntaremos fuerzas para seguir cantando, seguramente sin resistir la tentación de mirar al medio buscando el rasgueo que nos indique el tono, su gesto para darnos el ritmo y su mirada aprobadora cuando las cosas salían bien, como por suerte, y por tanto trabajo, nos venían saliendo. Cuando yo le digo Maestro, o cuando en las actuaciones en cualquier lugar del país en el que nos tocó en suerte cantar decía que era, para nuestro placer, la mejor guitarra de Entre Ríos, no estoy desconociendo que al lado de él se formaron quienes van a tomar la posta y harán que el Coro lo pueda seguir recordando de la mejor manera, que es cantando. “Paquito” López, a quién de corazón Daniel también llamaba Maestro, con muchísimo respeto como todo lo que hacía; Ariel Constantino, que cuando tiene que agarrar la guitarra lo hace excelentemente, y también, más que seguro, Javier Rossano, si se lo pedimos, nos dará una mano para que se nos haga menos pesada nuestra soledad. Tengo que pedir perdón a los lectores habituales de Crónica, y seguramente sobre todo a los que no son de mi pueblo, no lo conocieron a Daniel o no comparten ni comprenden la mística que envuelve al Coro Magnificat y a los que somos parte indisoluble de él. Esto empezó con la idea de que fueran unas líneas de recordación y de dolor, pero así como las cuerdas de su guitarra se liberaban y tomaban fuerza y vida propia, el teclado de la computadora me obligó a seguir sacando de mi corazón todo lo que sentía para volcarlo en esta página dolorosa de una edición dolorosa como las no más de cuatro o cinco que se sucedieron a la partida de mi padre, luego de mi tío Jaime, después de Miguel, hace muy poco de Juan Benítez, y ahora de este hermano, amigo, padre y compañero, en el sentido cabal y completo de cada una de esas palabras. Me enterneció compartir con sus hijos y con sus amigos más íntimos los últimos momentos en el hospital, y me volvió a enternecer ver el llanto de la gente del Coro que sabía que tenía que seguir cantando en la ceremonia pero que no podía hacerle lado a la emoción. El llanto no se inventa ni se fabrica. Se saca del alma. Yo debía ser más fuerte, obligadamente, pero guardo en mis retinas las lágrimas que caían por las mejillas de todos los que amamos a Daniel en el estricto sentido de la palabra, mientras nos estaba cayendo la ficha de lo irreversible. Nos queda la alegría de saber que disfrutamos tu compañía. Más allá del músico está el hombre que reía, que me llamaba desde el fondo del colectivo para compartir una idea que podríamos luego abrir al resto, o que solo quedaba entre nosotros. En chiste dijimos muchas veces, cuando sabíamos que nos pasábamos de la raya, que no iríamos al Paraíso. Espero que yo, por lo menos, me haya equivocado “fiero” y que vos, hermano, ya estés al lado del Señor, y, aunque sea un terrible lugar común, en los que ya previne que podría caer, a esta hora vayas llegando al lugar de ensayo del coro celestial que dirige el mejor de todos, en el que recita el mejor de todos, y en el que ahora toca la guitarra el mejor de todos. Nosotros, mientras, pese a quién pese, seguiremos luchando para que tu sueño siga haciéndose realidad, porque vos te jugaste por esta opción que decidimos, y te mereces que defendamos también hasta la muerte. Termino como empecé. Con el final de la letra del tema que me dio el título: “Todavía mi guitarra llora suavemente Mirando a todos ustedes. . . Todavía mi guitarra llora suavemente” Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 3 de abril de 2014

Un manto de neblina

Un manto de neblina - Editorial del 4 de abril de 2014 El pasado miércoles 2 de abril, en el marco del acto conmemorativo por el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, la presidenta Cristina Kirchner se expresó respecto al tema en forma amplia y sumamente abarcativa, los que nos da la posibilidad de analizar, desde nuestro punto de vista, algunos de sus dichos, que consideramos controvertidos. En primer lugar, aunque no necesariamente esto constituye un orden de importancia para este editorialista, aunque si es una cuestión que le resulta sumamente lesiva, resulta llamativo que en el día en que se recuerda a los caídos en la Guerra, se haya homenajeado a extremistas de extrema derecha, pertenecientes al grupo Tacuara, filo nazi, protagonistas del llamado Operativo Cóndor. Utilizar un hecho conmemorativo tan caro a nuestros sentimientos para reivindicar a una banda de ultranacionalistas que se expresaban paralelamente con lemas discriminatorios y que incluso llegaron a las vías de hecho con agresiones a personas y edificios de sectores que no comulgaban con su religión o con sus ¿ideas? políticas, resulta poco menos que muy grave. Para colmo, casi pegado a ello, se le ocurrió decir que "los que fueron a morir fueron los más pobres, esto pasa en las grandes potencias también donde mandan a los que menos tienen a morir por la Patria", lo cual es una mentira, ya que los que murieron en Malvinas fueron militares de carrera y soldados clases 62 y 63, entre los cuales había de todo, ricos y pobres y, ya que estamos, cristianos y de otras religiones, aunque en los actos se siga rezando solamente por los primeros. Pero fíjese que contradicción: Ud. habla de las grandes potencias que mandan a los más pobres al frente y, nosotros mandamos colimbas de 18 años y sin instrucción, mientras que los ingleses mandaron a soldados profesionales y tropas de elite. Y en cuanto a confundir el motivo de la conmemoración, parece que la Sra. Presidente olvida que a la guerra de Malvinas la inventó un “borracho perdido en la copa del olvido” para perpetuarse en el poder que inexorablemente se le escapaba. Todo lo demás es otra historia. Esto no empaña la colosal grandeza de nuestros héroes, ricos, que los hubo, y pobres, que también los hubo. Decir lo contrario es seguir enfrentando a los argentinos, Sra. Presidente, lo mismo que apelar al recuerdo tan controvertido de Hugo Chávez para recordarnos que las Malvinas fueron, son, y serán por siempre argentinas. El 2 de abril es un día de luto para muchas familias argentinas, de respeto y recogimiento espiritual, de reconocer y lamentarnos de los errores cometidos, de perdones infinitos, no de expresiones y gestos fanfarrones. Cuando se estaba interpretando el himno, en algún momento la Sra. se reía y hacía gestos, y nos quedamos sin saber de qué. Quizás este sea el momento de recordar que Cristina Fernández y su difunto esposo hicieron punta en oponerse a la paz con Chile en el conflicto austral y de los hielos continentales. Por suerte fueron derrotados por la mayoría del pueblo que está lejos de usar la política internacional para sus mezquinos intereses de política vernácula. Ahora agita una deshilachada política respecto a Malvinas que no tiene ningún futuro, perdió las pocas ventajas que tenía la estrategia heredada y solo molesta a los aliados americanos con pretensiones intransigentes, dignas del canciller sin ideas que se eligió. Solo dijo una ristra de palabras que conforman retazos de un relato en decadencia. No hace una obra de mérito, solamente se le ocurre toquetear los billetes en circulación para seguir lucrando con las maniobras captadoras de simples y distraídos. Señora. Con el debido respeto, si en lugar de usar las Malvinas para hacer actos y presentar billetes que no valen nada (en este caso un nuevo billete de $50, que comenzará a emitirse con la imagen de las Islas), con el dinero que ingresó en esta década, ustedes hubieran propuesto políticas de estado a corto, mediano y largo plazo, consensuadas con todos los partidos políticos, y con cada hombre y mujer especializado, más las ONGs, y las Universidades, y con eso dejar sentado que sea el partido que sea que gobierne, las políticas continuarían, así el pueblo argentino llegase a ser un pueblo moderno, educado, con muy buena salud, con rutas y autopistas inteligentes, con los mejores servicios del mundo, con trabajo, y viviendas dignas para todos, yo le puedo asegurar que en esos 10 años los que habitan las Malvinas hubieran hecho ellos mismos, de motu proprio, un plebiscito para decidir ser argentinos, porque están a 15.000 km. de Inglaterra, y en cambio aquí, estarían a la mano de la modernidad. Pero claro, ven quién nos gobierna y cómo somos, y ni siquiera se les ocurre cambiar de identidad. Si en los 10 años de ingreso de divisas más grande de la historia tenemos una inflación galopante, un nivel educativo decadente (y no por culpa de los docentes), se multiplicó la pobreza, se profundizó la injusticia, se partió a la sociedad, se incrementó la delincuencia porque se favoreció la vagancia, y muchos males más que no hay tiempo para describir, es porque quien condujo al país se subió al autito de la calesita y lo chocó. Con todo respeto, según sus expresiones y comparaciones, hoy estamos viviendo una dictadura. En las dictaduras reinan la venganza y la violencia; lo hemos vivido. En el Estado de NO Derecho hay venganza y violencia, (esas fueron sus palabras). Por lógica en un Estado de Derecho no hay venganza ni violencia. Para que haya Estado de Derecho, deben estar los dos componentes; el Estado y el Derecho, o la Ley. Cuando falla alguno de ellos estamos en problemas. Hoy no hay Estado porque fue devorado por la corrupción, y tampoco reina el Derecho, porque no hay una Justicia con todas la letras que haga cumplir la Ley. ¿No previó esto Ud.? ¿No lo sabía? ¿No se da cuenta? Son necesarios estos dos elementos para que no ocurra lo que está sucediendo en la sociedad. Aún si estuviéramos todos socialmente incluidos, sin Estado o sin Derecho, o sin ambos, el problema sería el mismo. ¿Por qué nadie le preguntó el miércoles qué hacían los Kirchner el 2 de abril de 1982? Porque tendría que haber contestado que Alicia Kirchner fue ministro del gobernador militar de Santa Cruz desde 1976 a 1982 y que Cristina y Néstor “reventaban” casas de pobres ahogados con la tristemente célebre circular 1050 de Martínez de Hoz. A decir verdad, la tan mentada paciencia de los monjes tibetanos es muy modesta si se la compara con la que tiene el 46% de argentinos que no la votó y que cada día aumenta el porcentaje. Tener que seguir escuchando esta cantidad de ditirambos, frases desopilantes e insólitas, citas fuera de contexto, ejemplos horribles de cómo deberíamos ser y otras tantas catilinarias tan típicas y caras al discurso demagógico, que tienen como única finalidad que los aplauda un grupo de jóvenes con cánticos sacados de los ’70 y vergonzosos de tan fuera de contexto que están, pone nervioso a cualquiera. Para colmo, siguiendo con los errores históricos a los que son tan afectos usted y sus colaboradores, para finalizar con algo “de efecto” dijo que "Hemos ascendido a general post mortem a Andresito; Andresito Artigas, hijo de Gervasio Artigas”. Para su conocimiento le comento que el Comandante Andrés Guaçurary (Andresito), caudillo de las Misiones, luchó junto a Artigas en la defensa del federalismo y del territorio guaraní contra la invasión de Portugal y de Brasil. Por afecto, Artigas le permitió usar su apellido pero no era su hijo. En el litoral y en Uruguay hasta los niños de las escuelas primarias saben que llamaba padre a Artigas sólo por respeto. Además, Artigas (Karay Guazú) firmó toda su correspondencia como José, y su segundo nombre, Gervasio, con el que Ud. tan coloquialmente se refiere a él, recién se conocería cuando redactó su testamento. Por eso fue, es y será honrado como José Artigas, "Protector de los Pueblos Libres". En todo caso escuche a Los Olimareños para ver si alguna vez se refieren a él como Gervasio. “La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder”. José de San Martín. Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso