jueves, 29 de diciembre de 2011

Centro vs. Periferia

Centro vs. Periferia - Editorial del 30 de diciembre de 2011
En el editorial correspondiente al viernes 18 de noviembre próximo pasado, que justamente comenzaba expresando satisfacción porque el tema del anterior había sido tratado luego por el Diario La Nación (tres días después) con un enfoque muy parecido al nuestro, hablábamos de la situación de las provincias argentinas en relación al gobierno central, y a que esa relación era, y se preveía que lo siguiera siendo, de subordinación, porque los gobernadores están "obligados" a canjear lealtad política a cambio de los favores que el Estado Nacional les tiene que brindar para superar su déficit y el pago de sus deudas.
Decíamos allí que en 2010 se concedió un año de gracia a las provincias para que abonaran su deuda con la Nación, pero que no resultaba creíble que ésto se pudiera renovar, ya que debería conseguirse previamente una fuerte reducción del gasto (poco dado en el kirchnerismo) o el incremento de los ingresos. Pero también adelantábamos que ese efecto podría lograrse con la todavía por ese momento reciente decisión de quitar los subsidios, y el también esperable aumento de los impuestos. Tanto para los que conserven la edición impresa, como para aquellos que lo encuentran en el blog, la relectura les permitirá comprender de qué manera hay actitudes que resultan previsibles, y que tanto desde la política como desde el periodismo tenemos la obligación y el compromiso de anticipar.
A esto íbamos cuando decíamos que este gobierno parece más unitario que federal. Ahora resulta más que evidente que el gobierno nacional no tiene ningún interés en romper la relación de subordinación con la que mantiene sujetas a las provincias, en especial a aquellas gobernadas por los que, uno imagina, podrían atreverse a desafiar su poder. Es más, la Presidente dijo que "el plan anunciado forma parte de la sintonía fina" a la que aludió reiteradamente desde que ganó las elecciones de octubre último.
Dentro del acuerdo no se incluyen los distritos que no están endeudados con la Nación. Son La Pampa, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero y la ciudad de Buenos Aires. Con dolor debemos reiterar que Entre Ríos debe más de tres mil millones de pesos a la Nación. Justo Entre Ríos, en la que por mucho menos plata pero por un poco más de dignidad Urquiza se pronunció contra Rosas un 1° de Mayo de 1851. Ya lo dijimos, pero no está de más volver a decirlo, "para crear y fomentar instituciones tutelares, mejorando su actualidad y aproximando su porvenir glorioso, reservado en premio a las bien acreditadas virtudes de sus hijos".
Buenos Aires y el "interior" fueron dos mundos opuestos desde antes de 1810. Las luchas civiles entre unitarios y federales terminaron con la adopción de la forma de gobierno "republicana, representativa y federal", pero la llamada "generación del ochenta" definió un esquema centralista que se perpetúa hasta hoy. Las líneas férreas confluyen en Buenos Aires y ahí se encuentran las principales instituciones políticas y financieras del país.
Todo esto terminó en un federalismo sólo declarado pero siempre inexistente, es decir con el triunfo del unitarismo.
Así es como la política se ha manejado desde Buenos Aires y aún hoy (esto lo estamos escribiendo el día de la firma de la prórroga de las deudas) los gobernadores deben viajar a Buenos Aires para obtener dinero para sus provincias.
Los ingresos genuinos de las mismas no alcanzan para satisfacer las necesidades fundamentales de su gasto corriente. Todo el sector público está afectado por esa falta de financiamiento, sumado a los gravosos presupuestos provinciales que se encuentran en la necesidad de obtener una mayor participación en la recaudación nacional, o estas "graciosas" prórrogas para poder subsistir.
Y eso es así porque la economía argentina se enmarca en un modelo similar al del centro-periferia, donde las provincias juegan de parte subdesarrollada, como productoras de bienes de bajo valor agregado, mientras al centro industrial le corresponde la transformación de aquéllos en bienes finales para el consumo, incluso en esas mismas provincias.
Esta situación de intercambio desigual se agravó con el auge de la economía especulativa, que drenó recursos financieros de las provincias hacia la Capital. No fueron muchas las que consiguieron, en base a pelear por ello, que se radicaran industrias a fin de lograr diversificar sus estructuras productivas.
Esta visión cortoplacista, que nos hace ver con dolor a nuestro gobernador sentado en primera fila en ese acto que más pareció una entrega de regalos de Papá Noel que un reconocimiento a las autonomías provinciales, nos muestra un horizonte incierto y confuso, en tanto y en cuanto las posibilidades de las provincias dependan de la buena voluntad del gobierno central.
Lo que pasa es que a la hora de las elecciones, a nadie se le ocurre preguntar cuál es el modelo de país que queremos, acaso porque sabemos que nadie puede proponer seriamente ninguno.
Nos parece a nosotros que la contradicción fundamental en materia económica sigue siendo la falta de armonización de los desarrollos regionales y la necesidad de encontrar una política superadora en materia de financiamiento, para posibilitar esos desarrollos. Habrá que establecer cuatro o cinco puntos de desarrollo regional, que tiendan a privilegiar la industrialización, sobre la base de presencia de materias primas en los lugares de origen, aprovechando las economías de escala.
Para aquellos que se llenan todavía la boca con la "liberación nacional", les tenemos que decir que aplaudir obsecuentemente como aplaudieron los 17 gobernadores el miércoles, es una clara demostración de que seguimos dominados.
Y como colofón de la intromisión del poder central, ahora se puso como condición para que no se interrumpa el beneficio y se comience a cobrar la deuda, que cada distrito informe, al 29 de enero próximo, la cifra de empleados estatales que posee.
Con dolor vamos a insistir con esta frase de Víctor Hugo, pensada para su genial novela "Los Miserables", frase que si tuviéramos lugar suficiente estaría en la portada como la de Tácito ("Irritarse por la crítica es reconocer que era merecida"):
"Los que dejan que los humillen por temor o facilismo perpetúan no sólo su propia humillación, sino la de sus descendientes. No comprenden que mientras más se dobleguen más los doblegarán. Al contrario, aquellos que no aceptan que los humillen y que no entregan sus conciencias, aunque anden desnudos y tan sólo coman mendrugos de pan, son mucho más dignos que los que se visten de seda a expensas de sus conciencias". Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 22 de diciembre de 2011

Luminarias para todos

Luminarias para todos -Editorial del 23 de diciembre de 2011
En el comienzo de la historia, aquellos que pertenecían a la tribu de David, del pueblo de Israel, debían marchar hacia Belén. De manera que María, hija de Joaquín y de Ana, natural de Nazaret en tierra de Galilea (donde tuvimos la gracia de estar hace pocos meses), la mujer a la que un ángel había anunciado cierto prodigio increíble, y José, su esposo, carpintero, en cumplimiento de una orden romana tuvieron que salir al encuentro de su destino, que sería el destino de gran parte de la humanidad.
Belén era el lugar de la tribu de David, a la que pertenecía José, razón por la cual él marchó, con la caravana correspondiente y su mujer a punto de parir. Tan a punto que, al no encontrar en el poblado lleno de gente lugar donde alojarse, por consejo de algún vecino de buena voluntad, llevó a su mujer, ya con los dolores del parto, a una gruta albergue de animales. En ese pesebre María comenzó su parto, y la historia, sus nuevos tiempos.
Desde aquella noche que ahora conocemos como la Navidad o la Nochebuena han pasado muchísimas noches con sus costumbres y sus modalidades. Se le fueron agregando elementos paganos, veleidades de la modernidad y hasta una suma de elementos más marquetineros y transitorios que religiosos. Pero notable resulta su renovada vigencia. Notable porque en un mundo frívolo como el actual, se sigue apelando a una festividad cristiana que, más allá de tanto adorno, en el imaginario religioso renueva los antiguos rituales que mantuvieron la fe y la esperanza en medio de las persecuciones y las contiendas, según han ido pasando los siglos. Y que para los creyentes significa la conjunción de la humildad, el despojo, la endeblez de un Niño que nace para regenerar al hombre mediante la propia muerte.
Pese a que cada una de las religiones de la sociedad que conformamos tiene un calendario propio y específico, muchas veces encontramos coincidencias que nos sorprenden, aun cuando algunas de ellas sean consecuencia de la influencia cultural. Y cuando nos ponemos a estudiar estas coincidencias, por sobre las diferencias, nos damos cuenta de que ellas indican que la ligazón que provocan sus estructuras no es superficial e incierta, sino intensa y profunda.
Aquellos que hemos intentado acercarnos unos a otros, reconociendo que es justamente esa diversidad cultural y religiosa la que debería enriquecer este mundo globalizado, vamos detrás de la esperanza de que se puedan dar vuelta muchas páginas de la historia conflictiva de otros tiempos, especialmente en aquellos temas compartidos por las religiones que profesa una gran parte de la humanidad.
A modo de ejemplo de esas coincidencias, es que este año las celebraciones judías y cristianas comparten varios días en común, dado que el inicio del cuarto día de Janucá coincidirá con la Nochebuena cristiana (católica y protestante). Candelabros y árboles de Navidad convivirán en esas horas en lugares públicos y en los hogares de los creyentes, como mudos testigos de una era en la que la convivencia es posible.
Janucá quiere decir, literalmente, "inauguración", y hace referencia a la histórica victoria de los Macabeos contra el rey greco-sirio Antíoco Epífanes, quien pretendía imponer sus costumbres politeístas. Los invasores fueron expulsados y se produjo la restauración de los servicios religiosos en el templo de Jerusalén. Este hecho ocurrió hace "sólo" 2178 años, y fue un triunfo que reinstaló la soberanía política y religiosa sobre la tierra de Israel.
Se trata, posiblemente, de la primera lucha por la obtención de la libertad religiosa que registra la historia y es todo un símbolo de que la resistencia a la opresión debe ser transmitida como valor a través de la enseñanza a las nuevas generaciones.
Los ocho brazos (con uno auxiliar) del candelabro utilizado en la festividad recuerdan al así llamado por la tradición judaica "milagro de Janucá", ya que el aceite del Gran Templo, único recipiente encontrado sin profanar, que por lógica pura debía durar sólo veinticuatro horas, alcanzó para ocho días, tiempo necesario para la consagración del nuevo.
Con todo esto queremos demostrar que si bien la Navidad cristiana y la Janucá hebrea tienen muy poco que ver en su fondo, tienen muchas y extraordinarias coincidencias en la celebración, y de ahí justamente el título de hoy.
Juntos, aunque no lo estemos físicamente, encenderemos las luminarias con motivo de las salvaciones, milagros y maravillas que Dios ha realizado con nuestros antepasados en aquellos días y con nosotros en esta época. Estas luces son sagradas para todos durante los ocho días de Janucá y durante la Nochebuena, y no nos es permitido emplearlas de ninguna manera sino solamente observarlas para agradecer y alabar Su nombre por esos milagros, maravillas y salvaciones.
Esto nos debería dejar como enseñanza, o por lo menos esa es nuestra intención al escribir estas líneas y al vivir como vivimos, que los llamados "conflictos religiosos" tienen en realidad muy poco que ver con las religiones. Más aún, nada tienen que ver con el cuerpo doctrinal y moral de los principios religiosos. No es aventurado entonces pensar que muchas necesidades, surgidas del egoísmo y la ambición, se esconden detrás del escudo de esos "conflictos religiosos", hundidos en la parte más oscura y espesa del alma humana y que transforman, malamente, a la religión en medio conductor del odio y del resentimiento.
Nosotros estamos a favor de construir por sobre las diferencias, como decía el logo que definió al Encuentro Multiconfesional del Coros que se desarrolló durante mucho tiempo en Basavilbaso, y cuyas enseñanzas, creemos, fueron olvidadas por algunos.
Por suerte, y justo cuando estábamos preocupados por el texto de una tarjeta comunitaria que nos pareció demasiado poco abarcativa, nos llegó un modelo de apertura y de comprensión religiosa. La gente de Termas saluda a los amigos con un mensaje sobreimpreso por encima de un árbol de navidad que termina en una estrella de David. Imponente gesto que habla más que muchas palabras altisonantes pero que están vacías de contenido.
Sin dudas es la intemperancia de algunos líderes, expresada en el pensar, en el hablar y en el obrar, la que rompe el delicado equilibrio y la armonía que esos mismos principios provocan. El fanatismo se complace en hacer de cualquier tipo de violencia una necesidad.
Confesar una religión, con sus principios y preceptos, es enriquecer la existencia de los demás hombres. Pero confesarla con fanatismo es edificar el muro de la incomprensión.
El fanatismo y la intemperancia proponen la religión como conflicto.
Nosotros en cambio, proponemos el respeto por la diversidad como primer paso para la concordia. Y concordar, es acordar con el corazón, que es lo que debemos hacer en estas Altas Fiestas.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 15 de diciembre de 2011

La esperanza del tren

La esperanza del tren - Editorial del 16 de diciembre de 2011
Acá donde nacimos, el pueblo y nosotros, "a la vera del ferrocarril", todo lo que tenga que ver con el tren nos es tan propio como la vida misma.
Es por eso que nuestra identidad, para bien o para mal, está tan íntimamente ligada a esas vías que nos cruzan como venas abiertas, y que nos proveyeron de alegrías y tristezas a lo largo de los ciento veinticuatro años de vida que llevamos, contados, y esto no es poco, desde que pasó por acá el primer tren. Porque Basavilbaso no fue técnicamente fundada, como no lo fue casi ninguno de los pueblos entrerrianos. No hubo acá un "adelantado" que hundiera su espada en el centro de una plaza de armas, dando formal inicio a la historia. Acá lo que hubo es una muy seria investigación histórica que en los '80 "descubrió" que nosotros estamos acá por obra y gracia del tendido de las vías del tren.
Y así, durante cien años, cada cosa que nos pasaba tenía el color del humo y el sonido estridente del pito de las máquinas a vapor. Todos nosotros, pero en especial aquellos que tuvimos la suerte de vivir nuestra infancia literalmente frente a las vías, tenemos la impronta ferroviaria aunque nuestros padres hayan sido comerciantes, así como los de otros maestros o agricultores.
Y decimos durante cien años, porque a poco de la gran fiesta que celebró el centenario, y con la llegada al gobierno nacional de un peronismo que recuperaba el poder después del Proceso y de Alfonsín, se comenzaron a escuchar las primeras advertencias acerca de la corriente privatizadora que requería, imperiosamente, de la denostación de lo que estaba en manos del Estado, bajo la necesaria (para ellos) calificación de inservible.
La nefasta década del '90, cuyos efectos todavía estamos sufriendo y pagando, arrasó con un servicio ferroviario que si era deficitario y tenía una pesada mochila de retraso tecnológico, no necesariamente debía ser cerrado o concesionado a empresas privadas como se hizo, ante la pasividad de casi todo el arco político, pero sobre todo de los que habían votado al Dr. Carlos Menem (autor intelectual y material de la entrega de las "joyas de la abuela" a sus amigos) y de los que, ya avisados, lo volvieron a votar en 1995, cuando logró su reelección.
Debemos decir esto, previo a cualquier análisis de la realidad actual, porque nada es casualidad, y alguien debe hacerse responsable de lo que hoy nos está ocurriendo. Mirar para otro lado, fea costumbre que tienen algunos políticos, es la mejor manera de no encontrar soluciones.
Los próceres que nos dieron la Patria, incluyendo a los pensadores que precedieron a los hombres de acción y a los hombres de acción que ejecutaron las ideas de esos pensadores, debieron luchar más que contra el dominador extranjero (primero España y después Inglaterra) contra el desaliento y la confusión que difundían aquellos a los que les interesaba seguir dependiendo de alguna forma de esa dominación extranjera. Y eso mismo tuvimos que soportar quiénes sabíamos lo que estaba pasando, en esos fatídicos años '90, cuando propagandistas pagados por el poder, cuyo arquetipo inconfundible fue Bernardo Neustadt, pero hubo otros, ¡claro que hubo otros!, nos hicieron creer que los españoles (¡otra vez!) podían ocuparse mejor que nosotros de los aviones y los teléfonos, y que a los trenes seguramente otros hombres de negocios podrían hacerlos producir, en plata, mucho más.
Hay que releer (o leer, para quien no lo hizo) a Mariano Moreno, cuyo genio político no ha sido superado hasta hoy en el enfoque de los problemas argentinos de fondo, para descubrir los modos propios de actuar de la perfidia al servicio de los intereses extranjeros y de sus servidores locales, que a veces son peores.
En esos atroces '90 (siempre encontraremos adjetivos descalificativos) los rumores desalentadores ganaron la calle y encontraron un campo propicio en la inercia y en el desgano de una clase política que no supo interpretar el sentir popular, o no supo anteponerlo a sus propios y mezquinos intereses personales o de clase. Muchos de los que hoy nos gobiernan se hicieron ricos con la política en esos años, y ahora proponen soluciones. ¡Primero encendieron el fuego, y ahora se las dan de bomberos!
Cuando el por entonces gobernador Sergio Montiel imaginó el primer asomo de soberanía post menemista, animándose a hacer correr un "trencito" por las cansadas vías que van paralelas a la Ruta 20, fueron más los que pronunciaron sus discursos fatalistas y retrógrados que los que acompañaron la "aventura".
Muchos de los distinguidos prohombres que hasta la pasada semana eran figuras públicas de nuestra provincia no solamente se opusieron, y tenazmente, a este proyecto que todavía hoy subsiste, sino que hasta prohibieron a sus funcionarios y dependientes políticos que cruzaran la calle para ir a la Estación. Lo dijimos esa vez y lo volvimos a decir cuantas veces tuvimos oportunidad de hacerlo: el único que se animó, quizás entreviendo el futuro partidario, fue Horacio Fabián Flores, por entonces, si no nos falla la memoria, Secretario de Acción Social de la Municipalidad, seguramente porque comprendió que era bueno estar del lado de la gente.
El folclore basavilbasense, o sea su esencia de pueblo, está ligado al ferrocarril. El "Canto a Basavilbaso", que se convirtió en una especie de himno local, habla de las "vías que nos separan sin desunir", y todos vivimos "al otro lado" de alguna de esas vías. Hay una canción popular judía, cantada en el cocoliche de los inmigrantes, que se sorprende, en los albores del siglo 20, de cómo la gente va a la estación "solo para ver pasar el tren"; y nuestra fiesta local, algo devaluada por la realidad, pero vigente todavía, se llama "del Riel". La campana de la Escuela N° 9 fue durante más de la mitad de su vida un pedazo de ese "fierro" que hace camino al tren, y le dio nombre también al periódico escolar en el que muchos de nosotros empezamos a despuntar el "vicio" de escribir. Imagínese entonces el lector desprevenido la empatía que nos une al sentimiento ferroviario.
Pero de ahí a creer, en pleno siglo 21, que con meras expresiones de deseos vamos a mover un tren, es desconocer la realidad. Y el desconocimiento de la realidad, por parte de nuestros dirigentes con cargos públicos, es sumamente peligroso, ya que supone algo así como cocinar sin saber los ingredientes.
La geopolítica de la Argentina ha sido vulnerada en estos años, y no entender cuál es el rol de Moyano y su sindicato de camioneros, así como el del pool de empresas de transporte de pasajeros por colectivo que nació paralelamente al cierre de los ramales, es ser iluso.
Es mucho más negocio para los empresarios amigos del poder, acá y en todas partes, ganar licitaciones de rutas que se hacen y se rompen casi al mismo tiempo, que tender rieles que duran cien años. E imaginar que la Presidente de la Nación ignora esta situación (y no la de la suspensión del servicio de "El Gran Capitán", que a esta altura es poco más que anecdótico), es ignorar la esencia del poder. Si hasta bautizarlo como "el tren de los pobres" es entrar peligrosamente en una carrera que nos puede llevar, con el mismo criterio menosmalista, a justificar una "escuela de los pobres" (¿ya hay, dice usted?), un "hospital de los pobres", y hasta un "pan para los pobres" hecho con mijo en vez de harina.
Para empezar, alguien tiene que hacerse responsable de lo que pasa. Luego tenemos que buscar las soluciones. Entre todos. Los que estuvimos en la Estación y los que no estuvieron.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 1 de diciembre de 2011

Al Este del Paraíso

Al Este del Paraíso -Editorial del 2 de diciembre de 2011
La novela "Al Este del Paraíso" (East of Eden) de John Steinbeck fue la base de una famosísima película filmada en 1955, con el legendario James Dean.
Steinbeck situó en Monterrey algunas de sus novelas más importantes, como “Viñas de ira” y la que nos presta el título hoy. Nació allí, el 27 de febrero de 1902, hijo del tesorero del condado y de la maestra, en un ambiente de granjeros ricos. Pero Steinbeck se negó a ver las cosas como las veían sus familiares. En lugar de percibir la prosperidad verde de las lechugas y la riqueza plateada de las sardinas en conserva, se obstinó en fijarse en los trabajadores agrarios, mexicanos y okies (los blancos que habían abandonado el Medio Oeste por la sequía y la depresión), y en la injusticia social básica sobre la que se construía la feliz riqueza de los terratenientes.
No es casualidad, entonces, que hayamos elegido hoy este título. Más allá de las meras implicancias geográficas y de las más que meras implicancias religiosas, es real que el este de nuestra ciudad es seguramente el sector más castigado por las diferencias sociales y económicas, pero también por las diferencias políticas.
Si por algo se caracterizaron particularmente estos últimos cuatro años de gestión municipal en nuestra ciudad, es por el abandono y la desidia con la que se trató la problemática del Barrio Pueblo Nuevo en general, y en particular en lo que tiene que ver con el estado de sus calles, veredas, espacios públicos, cunetas, etc.
Los lectores consecuentes saben que las páginas de Crónica se han ocupado especialmente de ese tema, tanto en las noticias que hacían referencia a las dificultades que deben soportar quienes habitan allí, cuanto por la opinión de este editorialista y del más que frecuente colaborador epistolar, Héctor José “Mono” Parinelli.
Entendemos, entonces, que para contrarrestar lo poco y nada que se ha hecho en el lugar, fácilmente apreciable a simple vista en un día de lluvias y en los que le siguen, era este el momento ideal para realizar un análisis preciso, porque estamos a muy pocos días de la asunción de las nuevas autoridades locales, quienes deberán ser las encargadas de nivelar el interés gubernamental por ese sector de la ciudad.
Las características y la magnitud que presentan las actuales condiciones del lugar convergen en tal grado de marginalidad que no dejan dudas respecto a la urgencia con la que se deben encarar las soluciones. La administración que ya fenece utilizó el pomposo nombre de “intervención” para hacer una declaración de principios muy escenificada, pero que nunca se logró llevar a la práctica.
Seguramente las soluciones requerirán de una gran dosis de imaginación, valor muy importante y necesario aún cuando sobre la plata. Mucho se habla de la autogestión, pero nosotros creemos que sin la ayuda de arriba hacia abajo, nada se puede hacer.
Confiamos en que la sensibilidad de quienes fueron elegidos para conducir los destinos de Basavilbaso según nuestro mandato, puedan leer mejor esta situación que cómo lo hicieron los que se van. Silvio Valenzuela, Presidente Municipal electo, estuvo ligado mucho tiempo a Acción Social, por lo que sabe lo que son las carencias. El Prof. Roberto González, que estará a cargo de Gobierno y Hacienda, nació en ese barrio, y Mariano Verbauvede, futuro Secretario de Obras Públicas, vive allí desde siempre.
Aun cuando no creemos que éstas que enumeramos sean condiciones imprescindibles para entender el problema, en este caso no constituyen un tema menor, ya que les resultará seguramente más difícil que a otros desentenderse de la cuestión.
Nos parece que habrá que trabajar mucho acerca de la concientización de los derechos que tienen los habitantes del lugar, a quienes se suele buscar ávidamente para el acto comicial, para olvidarlos casi con la misma inmediatez.
Por eso estamos convencidos de que no alcanzará con la sola entrega material, porque habrá que conjugarla con el incentivo a la autosuficiencia y solidaridad y que tenga en cuenta la dignidad humana para, al mismo tiempo, evitar sentimientos de humillación.
Sabemos que se han hecho algunos intentos a través de algunos planes como el PROSOFA II, cuyo objetivo en principio es asegurar el acceso a servicios básicos a la población de pequeñas comunidades en situación de pobreza extrema, a través de asistencia técnica y financiamiento de proyectos para la construcción, ampliación, refacción y equipamiento de servicios de agua potable, saneamiento básico, salud, educación y pequeñas obras de tipo comunitario, capacitando a la vez a la gente en el uso y mantenimiento de la obras y en el fortalecimiento de la organización y la participación ciudadana.
Esto que es una enunciación textual y muy ambiciosa, a nuestro entender no solamente no se llevó a la práctica en el lugar, pese a estar prevista, sino que incluso quedan muchas dudas acerca de su implementación.
Y la enseñanza que nos deja este hecho es que el Estado tiene que asumir un papel central en el tema, mediante una acción no limitada a actitudes paternalistas y de asistencialismo, que terminarán siendo contraproducentes para la integración que entendemos se debe buscar.
A la hora de comenzar a planificar la acción de gobierno, seguramente habrá muchas cosas para hacer. Cada uno de los lectores tendrá su particular visión acerca de cuáles son las prioridades. Nosotros solamente hacemos nuestro aporte, convencidos de que hay cosas que pueden esperar, y cosas que no.
Y para el caso de que alguien crea que no se puede hacer lo que nosotros proponemos, les dejamos un texto que alguna vez leímos y guardamos, y que hemos puesto en práctica en muchas de las cosas que encaramos:
“La intención es una fuerza poderosa. Proviene de una palabra latina que significa ‘tirar hacia adelante’. La intención es la tendencia inicial de la mente hacia un objetivo. Es la fuerza que impregna el camino y la meta. Una historia de la tradición cristiana medieval ilustra lo que es la intención. Un viajero llegó hasta donde se realizaban unas obras de construcción y vio a dos hombres transportando piedras. Uno trabajaba con desgano. El otro lo hacía contento, entonando canciones. ¿Qué estás haciendo?, preguntó el viajero al trabajador hastiado ¿Es que no lo ves? Cargando piedras, respondió de mal humor. Se acercó entonces al otro trabajador y reiteró la pregunta: ¿Qué estás haciendo? ¡Algo fabuloso! ¡Construir una catedral!, contestó”.
Carguemos, entonces, las piedras. Y construyamos la catedral.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso