miércoles, 24 de septiembre de 2014

Retiro - Constitución

Retiro - Constitución - Editorial del 26 de septiembre de 2014
Para los que no se ubiquen con el juego de palabras del título, el mismo hace referencia literal a una de las líneas de subte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero, a la vez, me está dando pie para tratar el tema que pretendió instalar Máximo Kirchner el día de su primera aparición pública parlante en la cancha de los “bichos colorados”, en La Paternal.
En ese lugar, creo que imprudentemente, el hijo presidencial dijo: “Si están tan interesados en terminar con el kirchnerismo, ¿por qué no compiten con Cristina?”.
No es "terminar" con este régimen político, estimado hijo presidencial. Usted está totalmente equivocado. Si tiene ansias de participar en la arena política tendrá que saber que la presidente del país no puede presentarse como una especie de reto de la sociedad para que sea revalidada o vencida en la contienda de 2015. Por si usted lo ignora (lo que es muy probable), la Constitución Nacional no la habilita a continuar y es allí donde usted se equivoca y surge, resaltada, su ignorancia sobre los requerimientos para ser candidato. Procure tomar los libros y lea para instruirse, lo cual es muy necesario para ser un buen dirigente, ya que no alcanza con una "herencia por apellido", sino que hace falta trayectoria, ejemplo ciudadano y más que nada, carencia de soberbia como la suya. Perdón. Quizás acá tendría que haber usado “debería hacer falta”. ¿Se entiende?
Creo en la irreversibilidad de los procesos de los pueblos. Claro que sí. Pero no con los mismos dirigentes que quieren eternizarse en el poder, por ambición, porque creen, con petulancia, que son los únicos que pueden hacerlo. Porque, al fin, no confían en ese "pueblo" que tanto nombran, que tanto está en sus discursos. El apelar a los mismos gestos, a la misma voz, a las mismas palabras de su padre, a los mismos contenidos, como procedimiento, ya fue usado, con los resultados a la vista. Máximo ni siquiera es original. Victimizarse, y seguir victimizando a los padres. Y seguir hablando de la dictadura... siempre el pasado, que no vivieron. Eso, que no vivieron como vivieron los verdaderos militantes, y no como estos truchos políticos que se sirvieron de los Derechos Humanos que no respetaron ni respetan.
Le voy a decir un par de cosas, Máximo, aunque sé que es improbable que las lea. De todas maneras: 1) Nadie le tiene miedo a la sociedad. Dejen de sentirse los "salvadores de la Patria" porque eso tiene un olorcito muy parecido a "la reserva moral" que decían tener los militares comandados por Videla y Cía. 2) Si ustedes son progresistas, Macri es Lenin. La sociedad que "transformaron" gracias al "modelo-relato" es una sociedad fragmentada, resentida, irritada, empobrecida, sometida, sin ley, sin control, sin educación de calidad, sin salud de calidad, con transporte público digno de Somalía (perdón, Somalía). 3) todo lo que tocaron, sistemáticamente lo destruyeron. Lo notable y lo dantesco de la situación es que a usted, hijo, y a La Cámpora, no los votó nadie como para que intenten arrogarse el derecho de tomar decisiones inconsultas que afectan a millones de personas. Hay que estudiar, leer, formarse para tener criterio (¡algo!), capacidad de decisión, opinión calificada en temas complejísimos, etc. Ud. es solo el hijo del matrimonio multimillonario que tomó el poder y sueña con la eternidad. Solo eso. No se siga engañando, porque su producción personal es nula. 4) Me consta que a los militantes de los otros partidos les va a encantar competir con ustedes, pero en condiciones justas, cosa que se nota por su discurso que no está dispuestos a aceptar, porque no resisten. Ganan a costa de golpes de billetera. Por eso a muchos les encanta verlos desesperados. Porque se les está escapando "el caballo del comisario". Para Uds., los votantes son solo pobres embrutecidos que lo único que quieren es comer, y muchos ni siquiera trabajar o hacer algo de sus vidas. Y, otros, militantes profesionales, empresarios cínicos que están ganando muy bien y eternos corruptos de la primera hora.
La verdad es que Máximo es un fiel exponente del kirchnerismo; representa de manera cabal los valores del FPV. No tiene ningún título (mi abuela decía, en ruso “atá kuriño ve atá naziño”, que probables errores de grafía mediante, quiere decir “de tal palo tal astilla”), no estudia, no leyó un libro en su vida, vive jugando, comiendo y tomando, no trabajó nunca pero vive como un rey y ya tiene más plata de lo que un trabajador podría juntar en diez vidas, no puede articular dos ideas juntas, ni armar una oración correctamente; se olvida de lo que estaba diciendo, y sale con alguna frase hecha de las seis o siete que tiene en su repertorio.
Con su madre, estimado Máximo, nadie va a competir. Porque no puede ser re-reelecta, ni siquiera en el simulacro de república que ustedes armaron. Es más: ni siquiera debió ser reelecta porque en realidad es un tercer mandato de los Kirchner. En la mayoría de los países latinoamericanos (expertos en nepotismo), está prohibido que la cónyuge sea candidata para eludir la prohibición, como hizo la esposa de Zamora en Santiago del Estero. Y Ud., Máximo, tampoco debería poder, ni su tía Alicia, porque la Constitución dice bien clarito que "La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento", porque no es una monarquía.
Lo grave de todo esto es que hayan existido ese acto y ese discurso. Me parece que hay que contestar con la corrección de siempre: ¿Para qué están las leyes si después aparece un Máximo que invita a no cumplirlas bajo el pretexto del “desafío”? El único desafío que se debe aceptar es el que marcan las leyes, y eso está bien determinado. El pueblo, según su declaración, no es bobo. Es por eso que sabe, y coincido, que la falla está en sus dirigentes, que quieren engañarlo (al pueblo) haciéndole creer lo que no es. Porque, ya que estamos hablando de mentiras: ¿quién eligió y firmó un convenio sobre aplicación de tribunales de EEUU (en este caso el Juez Griesa)? Pues bien, fue este gobierno, que ahora viene a publicitar la defensa de lo Nacional, después de lo hecho. Acá nadie le teme a la gente ni a las elecciones; ese es el pensamiento soslayado y mal usado con otros propósitos que lo que se hace con ellos. Y como Ud. habló de economía, y de adentro y afuera, acá lo único que está afuera y adentro son los dólares que desaparecieron y los “giles” que quedamos cada vez más limitados por el desastre que han hecho.
Me tomo unas letras más para reconocer que hay cosas buenas y hasta muy buenas. Pero la gran duda es ¿con qué fin se hicieron? Por otra parte no se puede seguir con el cuentito que el nuevo Gobierno destruirá todo lo bueno y muy bueno para hacer otra cosa, presuntamente mala. Eso no se lo cree nadie. Usted “sugiere” que si el kirchnerismo sigue en el gobierno, podrá repetir en la próxima década los “éxitos” conseguidos en la pasada. Eso es algo imposible, dado que la reactivación se basó en la recesión anterior, el agotamiento de los stocks, y la mejora de los términos de intercambio, todos factores de naturaleza irrepetible.
Usted debe entender, Máximo, que dar “condiciones igualitarias en la competencia” significa debatir con otros en pie de igualdad; no imponer boletas; no adueñarse de documentos para obligar a votar; no amenazar a legisladores para que voten en un sentido determinado; coparticipar la plata con sentido federal, y no "encanutarla" como se les dé la gana; no amenazar y agredir a todo el que no comparta sus opiniones (en todo sentido). Si no lo entienden así, terminarán siendo el gobierno más “berreta” e intolerante de cuantos hemos padecido.
Cuando el Rey David pretendió perpetuarse en el poder y se enteró que por voluntad divina le había sido prohibido continuar y edificar el Templo, los adulones de la corte protestaron con el argumento de que lo “discriminaban”. Entonces un Profeta les contestó: “No sean ignorantes o imbéciles: la ley es la ley y hay que cumplirla, les pise un callo o les patee el hígado”.
En síntesis, nadie proscribe a Cristina. Lo que está proscripto es violar la ley. Más aún cuando se llama Constitución.
Entonces: ¡a Retiro!
                                            Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso



jueves, 18 de septiembre de 2014

Aplazar los aplazos

Aplazar los aplazos - Editorial del 19 de septiembre de 2014
La difusión la pasada semana, horas antes del festejo del Día del Maestro, para colmo, del nuevo Régimen Académico de Nivel Primario bonaerense, provocó un fuerte rechazo de docentes, pedagogos, dirigentes opositores y de mucha gente común que se expresó masivamente en las redes sociales
No obstante, el gobernador Daniel Scioli, precandidato a Presidente por el kirchnerismo, lo cual no es un dato menor a la hora de pensar en los proyectos educativos que tiene  a nivel nacional, defendió la medida y atribuyó el escándalo a una "maniobra" política.
La modificación del sistema de calificación (que, en realidad, y visto detenidamente, no modifica nada y es otro ejemplo de un gatopardismo electoralista), no es más que cosmética superficial para un sistema que no forma ciudadanos para afrontar la realidad.  Mídaselos con cualquier sistema, los alumnos hoy tienen problemas, no sólo en las valoraciones internacionales, sino hasta en la adquisición de herramientas idóneas para sobrevivir. Y lo peor es que no se dan cuenta porque quienes tienen que decírselo no se lo dicen, a veces por conveniencia, otras por comodidad, y muchas por desidia. 
El tema es que si el sistema educativo es bueno, cualquier método de calificación dará buenas notas, ya que como dice el viejo cuento que manejamos los docentes, nosotros no le ponemos la nota a los alumnos; son ellos los que se la sacan. Entonces, si el sistema es malo, por más que engañemos al alumnado con pirotecnia, igual resultará aplazado, en las notas y en la vida.
La Educación no solo es un Derecho. Es un privilegio que hay que saber aprovechar, porque no les llega a todos, y es por eso  que los alumnos y los docentes tienen que preocuparse por estar a la altura de él. Nada regalado, sin esfuerzo, sirve. Este mamarracho, uno más, de gobernantes inescrupulosos,  es un engaño a la población joven y a sus posibilidades futuras.
Muchos se llenan la boca con el “bla, bla” de respetar los procesos evolutivos, como si eso no estuviera contemplado ya en los programas de estudio. Parece que ahora todos los niños nacen con necesidades especiales y que los que ya somos grandes nunca hubiésemos pasado por esas situaciones en su momento. El hecho de afrontarlas y seguir adelante se llama experiencia, y gracias a eso es que nos convertimos en adultos. La sobreprotección es muchas veces el disfraz de la subestimación del otro.
Todos hemos tenido nuestros puntos débiles en determinadas materias, y eso no nos impidió perseverar y llegar a terminar tanto la primaria como la secundaria. Hemos sacado algún aplazo (incluso los que fuimos “buenos alumnos”) y eso no nos convierte en frustrados caminantes por la vida. ¿Y cuál es el problema con las ahora llamadas “tareas del hogar”, que en nuestro tiempo se llamaban “deberes”? En la escuela se aprenden contenidos nuevos, que luego en la casa se practican (se deberían practicar), porque es la  única forma de afianzarlos e incorporarlos a los saberes ya adquiridos anteriormente. A menos que algunos padres opten por sincerarse, y digan que prefieren que pasen el resto del día con la “play” o mirando televisión, o tirándole piedras a los autos.
La mejora educativa se basa en la exigencia no en el permisivismo. Si un chico no entendió, no asimiló, no comprendió el significado y uso de determinado conocimiento correspondiente al año que cursa, ¿cómo va a hacer para desenvolverse en ese conocimiento ampliado al año siguiente? La repitencia crónica, que parece que ahora genera un “estigma” en los chicos, es un signo. Si una vez y otra vez el alumno no aprueba una materia, ¿no será por algo? ¿Capricho de los profesores o poco esfuerzo para lograrlo?  Hasta en los barrios más carenciados siempre hay voluntarios que ofrecen ayuda escolar, así que el que quiere, puede.
Estoy escribiendo esto justo en el Día del Profesor, impuesto en homenaje a José Manuel Estrada, y se me ocurre rescatar de él una frase, que aunque escrita en el lenguaje propio del siglo XIX en el que vivió, es muy actual: “Así pues, ni los gobiernos ni los pueblos lo pueden todo. El capricho de los tiranos y el entusiasmo o la medrosidad de las muchedumbres tienen un límite que no les es dado salvar. Ese límite son los principios morales fundamentales”.
La Ministro de Educación de Scioli dijo que  “no se quitan los aplazos. Se cambió la escala porque las notas bajas desmotivan a los alumnos". ¡La verdad, no se pueden escuchar tantas pavadas juntas! No son las notas lo que desmotivan a los chicos, Sra. Es la mala educación, los paros (justificados), los padres que patotean a las maestras si el chico no aprueba, las escuelas destruidas, los bajos salario de los maestros, etc. Realmente escuchar que una baja nota estigmatiza al alumno me hace pensar con mucha preocupación en el país que están formando. Al chico lo va a estigmatizar el salir al mundo y no tener oportunidades, y eso porque no va a tener las herramientas idóneas. Todos fuimos al colegio y nadie se murió por una nota baja. No me vengan a decir a mí que convivo diariamente con ellos, que la razón de la deserción  es la estigmatización por las bajas notas. A los chicos de ahora les importa casi nada la escuela porque los grandes de ahora no se preocupan por hacerles entender que debe importarles. Esa es la verdad. ¿Por qué mejor no repiensan la educación que están dando en los colegios? Este cambio es para la estadística, nada más. Ocultando todo, como siempre, pero el problema va a seguir ahí.
Como muy pocos se interesan por las experiencias de otros países, les sugiero que vean lo que pasó en Brasil, donde se ha implantado el sistema de "Progresión continuada" ya hace una década, para que constaten el desastre que fue. El índice de analfabetos funcionales aumentó dramáticamente. Analfabeto funcional es aquel que es capaz de leer, pero no consigue entender un texto más complejo ni hacer las cuatro operaciones. Se estudia desde el gobierno en Brasil y por los candidatos a las elecciones de octubre, volver a un sistema de reprobación. ¿Vamos entonces, nosotros, a tropezar con la misma piedra?
Si esto viniera acompañado por mejoras edilicias, instrumentos para los chicos, material educativo,  programas acordes a este tiempo, buenos sueldos para los docentes (no me voy a cansar de decirlo), docentes de apoyo, etc., tal vez lo vería bien, pero como sólo va a quedar en la nota, se transformará en un pasar de grado solamente.  La gente sabe que en la Provincia de Buenos Aires desde hace aproximadamente 15 años no hay tizas y borradores.  Imaginen todo lo demás.
Las razones que conducen a la  tragedia educativa están enmarcadas en una serie de situaciones sociales, culturales y económicas de la realidad actual argentina. Una de esas causas es el escaso valor que los actores sociales involucrados en esa realidad (dirigentes políticos, padres, alumnos, etc.) dan a la educación. “Muy posiblemente el descuido de la educación por parte de la dirigencia social, así como el descenso experimentado por el rendimiento académico de los niños y jóvenes, reflejan una profunda modificación en las expectativas que la sociedad deposita en la escuela. La sociedad argentina en general no valora el conocimiento y exige poco de las instituciones educativas". Esto no lo digo yo, y se puede leer en el libro de Guillermo Juan Etcheverry, "La tragedia educativa".
El desnivel que puede llegar a tener un alumno se subsana llamando a los padres y haciéndolo estudiar con un apoyo exterior, como siempre se hizo. No hace falta que por un alumno o unos pocos se le haga bajar el nivel de exigencia a todo un curso o grado. El diferente por cualquier causa que lo motive a ser de esta manera, si es momentáneo puede cambiar con otra maestra de apoyo, o con la psicopedagoga o con un psicólogo. O, en el peor de los casos, si es biológico el problema, se lo lleva a otro tipo de escuela donde le enseñen de la manera en la cual este niño lo necesita. Pero en ningún caso la solución es bajarles a todos por igual el nivel de exigencia.
"No hay aplazados, ni escalafón
los inmorales nos han ‘igualao’..." (¡Genio Discépolo!)
                                                Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso


jueves, 11 de septiembre de 2014

Robos y hurtos

Robos y hurtos - Editorial del 12 de septiembre de 2014
En este país en el que todo se mediatiza, y si no pasa por la TV parece que no ocurre, no tiene entidad o no trasciende, en esta semana se ha puesto de moda hablar otra vez de la inseguridad, que hasta hace poco era solo una “sensación” para algunos funcionarios. El martes vimos un excelente programa (extrañamente) de “Infama”, en el que el panel, generalmente hablador sin fundamentos, dejó expresarse a quienes saben del tema, generándose un interesante intercambio de opiniones entre quienes viven de cerca el problema, ya sea porque han sido víctimas, parientes de víctimas, abogados de víctimas o de victimarios, y hasta algunos políticos que todavía pretenden hacernos creer que se está haciendo algo para solucionar eso en la Argentina.
Silvia Fernández Barrios, si hacemos exclusión de su rol en otras épocas nefastas de nuestro país, redondeó uno de los aspectos, cuando, luego de que alguien comparara nuestra realidad con la de los países nórdicos, afirmó que, básicamente, ellos tienen un muy alto nivel de educación (y acá lo tenemos cada vez más bajo), y una inexistente corrupción pública (¡igualito que acá!).
El tema es que no llevaron a ningún representante de lo que ellos siguen estigmatizando como “la clase social en riesgo”, y respecto a la que aportaron innumerables datos acerca del índice de presencia de la misma en las cárceles y, obviamente, el mismo correlato entre la cantidad de delitos que se esclarece, y el porcentaje que de los mismos corresponde a los que portan “altas llantas”, gorros, capuchas y tatuajes y andan en bici, y son futuros candidatos a la acusación errática e indiscriminada.
Poco falta para que algunos vuelvan a recurrir a las teorías criminalísticas de Césare Lombroso y Enrico Ferri, que aducían que el delincuente nacía tal, por malformaciones cerebrales.
Acá creo que ha llegado la hora de volver a preguntarse por qué robarles a todos los argentinos recibe menos pena que robarle a uno solo.
Y eso, obviamente, a propósito de lo que viene sucediendo con nuestro señor vicepresidente, que, es claro, viste traje cosido a medida, corbata de seda, zapatos hechos a mano y anda en un Audi, por lo menos.   
Por eso nos enojamos tanto, y acá caen todos, porque según nuestro Código Penal la autoría es delito, pero también lo es el encubrimiento. Ya se difundió bastante la noticia de que Amado (¡odiado?) no vivió en la dirección de Puerto Madero, porque el número no existe, ni en el médano, porque nunca hubo una casilla rodante siquiera. O sea que  nuestro vicepresidente es un delincuente. Y me hago cargo de lo que digo, transcribiendo para vuestro conocimiento la parte pertinente de nuestro Código Penal:
Falsedad ideológica: Art. 292 y subsiguientes:
“El que hiciere en todo o en parte un documento falso o adultere uno verdadero, de modo que pueda resultar perjuicio, será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, si se tratare de un instrumento público y con prisión de seis meses a dos años, si se tratare de un instrumento privado.
Si el documento falsificado o adulterado fuere de los destinados a acreditar la identidad de las personas o la titularidad del dominio o habilitación para circular de vehículos automotores, la pena será de tres a ocho años.
Para los efectos del párrafo anterior están equiparados a los documentos destinados a acreditar la identidad de las personas, aquellos que a tal fin se dieren a los integrantes de las fuerzas armadas, de seguridad, policiales o penitenciarias, las cédulas de identidad expedidas por autoridad pública competente, las libretas cívicas o de enrolamiento, y los pasaportes, así como también los certificados de parto y de nacimiento”.
Obviamente que algún que otro chupamedias podrá ir con el cuento de que yo estoy  haciendo de lado el principio constitucional de inocencia, pero al tren que vamos, con una justicia servil representada básicamente en Oyarbide, Lijo, Cassanello y hasta Zaffaroni, no tengo paciencia para esperar lo que en otros se resuelve en diez días. 
Mientras tanto, y a todos los efectos, unifiquemos una dirección real y definitiva para Boudou: Batán o Devoto. Que en el DNI de Amado Boudou figure que el vicepresidente vivió en un médano parece un chiste y acá estoy dispuesto a tomarlo como tal, para no amargarme más la vida y  darle un poco de humor a este viernes al que no le vendrá mal, porque pinta para gris.
La otra que nos queda es creer que en realidad estamos siendo protagonistas de una novela policial o de espionaje, y que con todo este tema del poder de los medios (¿Crónica también tendrá poder?) lo que le sucede a Boudou es que luchar contra Magnetto no es algo fácil. Amado supo que debía adoptar distintas estrategias defensivas para eludir ser anulado por el enemigo. Dar domicilios confusos ha sido una de ellas. Salir por las noches vestido de mujer (según informan algunos “compañeros” de La Cámpora) a panfletear en contra del Monopolio en distintos boliches de moda, ha sido otra. Realizar actividades de chorro de cuarta para mimetizarse con el enemigo y ganar así su confianza, ha sido tal vez la más difícil. Todo lo hizo por la Patria. Rebautizar el edificio del Congreso con su nombre sería un homenaje justo. Los héroes no nos sobran.
Cómo será que el escritor y filósofo (según él) José Pablo Feinmann criticó duramente al vicepresidente Amado Boudou, al sostener que "no tiene condiciones" para ocupar ese cargo, ya que viene de la "Ucedé, le gustan las motocicletas y las minas", por lo cual consideró que la presidenta Cristina Kirchner "se equivocó" en elegirlo en el cargo.
"Yo digo: Boudou salí y aclará tu situación rápida, frente a la sociedad, claramente y sin demoras", aseveró el intelectual peronista en referencia a la situación judicial procesal del vicepresidente en la causa Ciccone y en la adulteración de documentación de un auto.
¡Otro más! Se pasó once años en el Canal Encuentro, becado, discurseando sobre los ‘70. Olfateando un mal final, ahora se pasan del otro lado. Pero tendremos memoria para los charlatanes, que impusieron una historia fraguada de los hechos. El famoso relato. Así como entiendo que nunca tuvo autoridad moral para elogiar, tampoco sé que autoridad moral tiene para descalificar. Para ser escritor y filósofo parece que le falta rigor a sus comentarios. Resulta banal definir lo negativo de  un hombre por su juventud, su procedencia política, su gusto por “la joda”. Hay una cuestión primordial: su corrupción, la falta de ética y de moral cívica. El vicepresidente es cuestionado por la justicia por ladrón, no por su “alegre juventud”.
Lo que insólitamente nadie dice es que el juez tuvo una oportunidad de oro y la dejo pasar. Cuando Boudou prestaba declaración por el caso Ciccone, éste manifestó: "En qué cabeza cabe que yo, con tres amigos y un monotributo, pudiese apropiarme de una empresa tan importante que fabrica los billetes y los documentos de todos los argentinos". Ahí el juez tendría que haber preguntado: “Es interesante su punto de vista; dígame entonces: ¿quién es, para Ud., el interesado en esa compra?” ¡A mí me hubiese gustado saber qué contestaba!
Tendré que seguir citando a Ayn Rand, creadora del “objetivismo”: “Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo y que las leyes no lo protegen contra ellos sino por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que la sociedad está condenada”.
                                              Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso







jueves, 4 de septiembre de 2014

Triunfo y Victoria

Triunfo y Victoria - Editorial del 5 de septiembre de 2014
Estoy seguro de que los fieles lectores de Crónica, y especialmente los de esta página, esperan el título de cada semana, muchas veces para intentar deducir a qué se refiere, aun antes de comenzar a leer el texto. Y a veces, también, para divertirse un poco.
Por ejemplo, la pasada semana, o incluso la anterior, una amiga vecina pensó que "Loca ella…" hacía referencia a su persona, y no podía parar de reírse de ello.
En este caso las elucubraciones podrán ser muchas, ya que podríamos estar hablando del partido que Boca ganó el domingo, de las próximas elecciones partidarias, de la "malvinización" de los Fondos Buitre, etc.
Pero no. El tema de hoy tiene que ver con la discusión que se ha generado en Basavilbaso respecto a la instalación de un nuevo supermercado "chino", esta vez en el Barrio Centro, y de los rumores de una inminente radicación en el Barrio Oeste y hasta incluso de otro en el Barrio Estrada.
Por supuesto que la primera reacción, que no debe ser criticada porque es instintiva, es resistirse a esta especie de "invasión", que encima viene acompañada del misterio de los orígenes, del idioma, de las similitudes que los hacen confundibles, pero sobre todo de costumbres totalmente distintas a las nuestras, más que nada en lo que hace a los hábitos de trabajo.
Hace poco leí una nota en La Nación acerca de un chino casado con una peruana, que envía sus hijos a un colegio judío y subalquila la verdulería a bolivianos y peruanos. Este interactuar entre personas de distintas étnias, religiones y culturas recrea la comprensión y la apertura mental para desterrar el nacionalismo vacío y la discriminación, odiosa y recurrente, que se puso en evidencia hace muy poco acá en nuestro pueblo con el ataque a la comunidad judía y a un miembro de la misma. Que sirva para entender que el hombre necesita ser ciudadano de un mundo cada vez más difícil y árido, pero que precisa en determinados momentos que se muevan conocimientos y culturas para hacerlo más vivible. ¡Qué utopía hermosa es un mundo sin fronteras, donde podamos fluir, trabajar y progresar, conservando nuestras raíces culturales, nuestras creencias y un lugar donde volver a la infancia!
El Papa León XIII en su encíclica sobre el trabajo hizo mención a la duración de la jornada laboral que se difundió en el mundo occidental llegando a crear un estilo de vida que respetara horas diarias de labor y esto se transformara en un paradigma para todos los trabajadores que los hiciera descubrir que, aparte del esfuerzo, que puede ser interminable, también existía la vida. No voy a descubrir acá que además de dormir otras ocho horas, lo aconsejado por los médicos, quedan otras ocho horas que deben ser usadas con libre albedrío para el ocio creativo.
Tamaño crecimiento del número de supermercados propiedad de ciudadanos de dicha nacionalidad alimentó diversos rumores: los dueños se beneficiarían por un tratado de inversiones de la época menemista que los exime de pagar ciertos impuestos; serían apoyados por el gobierno de China por medio de su embajada; serían competitivos por no respetar la legislación laboral argentina o abastecerse de mercadería adquirida a piratas del asfalto, etcétera. Pero sobre todos estos rumores, sumados a la gran cantidad de casos policiales sin resolución protagonizados en los últimos años por ciudadanos chinos, sobrevuela la tenue certeza de que en la Argentina opera una organización china de costumbres mafiosas. Y como un mantra de la realidad argentina, dicha mafia local contaría con la connivencia de políticos argentinos.
Otras acusaciones apuntan a empleo en negro, explotación de empleados argentinos, apagado nocturno de heladeras para ahorrar electricidad, y muchas cosas más que, por otra parte, no son privativas de ellos. Por ahí hay que recurrir al viejo adagio de que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en propio.
Lo que sí sucede en realidad, y en una de esas se puede copiar, es que los orientales logran bajar costos al realizar compras grupales, cancelarlas en efectivo, logrando así mejores precios. En cuanto a la mercadería adquirida a piratas del asfalto, vuelvo a enmarcarlo en el mismo contexto general del sector en la Argentina. Expertos policiales sostienen que quienes roban estas mercaderías tienen aceitados por anticipado los canales de colocación de las mismas, yendo una proporción de dichos botines al comercio chino, en la misma proporción en la que estos integran el total del sector.
En lo laboral hay dos costumbres. Por un lado, en los comercios chinos suelen trabajar parientes, siendo frecuente no sólo que trabajen jornadas de 14 horas como también que vivan en el mismo local. Por otro lado, la mayoría de los dueños alquila sus negocios y frecuentemente subalquila los sectores de carnicería y verdulería, esto último, en Buenos Aires y el conurbano bonaerense,  casi siempre a ciudadanos bolivianos o paraguayos, y acá a gente de nuestra propia ciudad. Todo esto contribuye aún más a tener bajos costos, sumado también a casi no invertir en publicidad.
Uno debe suponer que los chinos no hacen trampa; solo saben que trabajando pueden llegar a los primeros lugares. Si el resto del mundo no lo hace, no es culpa de los orientales, que esperarán con paciencia ser los primeros. Es de capciosos pretender que son los enemigos a batir, ellos hacen la suya, mientras generalmente nosotros no hacemos nada, o hacemos todo mal.
Hay mucho para aprender de los chinos. Laboriosidad. Sacrificio. Paciencia. Considero que nunca hay que ser discriminadores. Pero, también, como dije más arriba, es posible que hagan trampas. No hay que dejarse llevar por el "todo blanco o todo negro". Considero que hay que aprender de lo bueno, que tienen mucho, y ver lo otro también, mirando con un espectro más amplio que la moralina del "bien o mal".
Y en la macroeconomía, lo que está pasando en la Argentina es similar a lo que ocurre en el resto de las naciones. Los chinos son millones. Necesitan expandirse por el mundo. Lo que fabrican deben distribuirlo. El mejor sistema es montar la red comercial ellos mismos. Exportan las mercaderías, cargándolas en el debe de la nación destinataria. Las venden a los ciudadanos. Las divisas conseguidas las envían, a través de los bancos chinos, a China, abonando ese importe en la balanza de pagos de China. Así, aumenta la deuda de los países destinatarios y se incrementa el haber de China, con lo que tienen millones de dólares disponibles para comprar las emisiones de deuda de todas las otras naciones. Lo que está pasando en la microeconomía de nuestra ciudad, y nos está preocupando, no es advertido cuando pasa a niveles más grandes.
Una gran culpa en todo esto la tiene la incapacidad manifiesta de la dirigencia política, de todos los niveles, para comprender lo que pasa y adelantarse a los hechos con leyes más inteligentes y previsoras. La pasada semana hablábamos de la capacidad que a nuestro entender deben tener los legisladores, y acá tenemos un ejemplo. Cualquier solución que ahora se pretenda buscar, limitando la instalación de ese tipo de negocios, va a tener un tinte innegablemente discriminador, porque va a salir después de que las cosas sucedan.
Argentina cuenta con una comunidad china de aproximadamente 40 mil habitantes cuya mayoría está distribuida en territorio bonaerense. Y ellos suelen decir: "Los chinos queremos llevarnos bien con los ciudadanos de Argentina. No queremos la confrontación ni los malos entendidos. Se trata de dos culturas diferentes que se llevan muy bien. Y apuntamos a que siga siendo de esta manera".
El temor en estos tiempos en los que parece que la relación con los comerciantes se ha resquebrajado por aquello que algunos no dudan en calificar de "competencia desleal" también tiene que ver con que muchos de nuestros vecinos han cambiado sus hábitos en los últimos tiempos. Ahora compran ahí en vez de hacerlo en su proveedor tradicional, en general buscando los mejores precios. Es ya casi inusual la "fidelidad".
De todos modos no está mal recordar la frase que el poeta griego Virgilio le hace decir a Laocoonte en la Eneida: "Temo a los griegos, incluso cuando ofrecen regalos".
Y esas palabras fueron dichas para disuadir a los troyanos de dejar entrar en sus muros al famoso Caballo de Troya.  No hace falta decir acá lo que tenía adentro.

                                               Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso