miércoles, 24 de septiembre de 2014

Retiro - Constitución

Retiro - Constitución - Editorial del 26 de septiembre de 2014
Para los que no se ubiquen con el juego de palabras del título, el mismo hace referencia literal a una de las líneas de subte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero, a la vez, me está dando pie para tratar el tema que pretendió instalar Máximo Kirchner el día de su primera aparición pública parlante en la cancha de los “bichos colorados”, en La Paternal.
En ese lugar, creo que imprudentemente, el hijo presidencial dijo: “Si están tan interesados en terminar con el kirchnerismo, ¿por qué no compiten con Cristina?”.
No es "terminar" con este régimen político, estimado hijo presidencial. Usted está totalmente equivocado. Si tiene ansias de participar en la arena política tendrá que saber que la presidente del país no puede presentarse como una especie de reto de la sociedad para que sea revalidada o vencida en la contienda de 2015. Por si usted lo ignora (lo que es muy probable), la Constitución Nacional no la habilita a continuar y es allí donde usted se equivoca y surge, resaltada, su ignorancia sobre los requerimientos para ser candidato. Procure tomar los libros y lea para instruirse, lo cual es muy necesario para ser un buen dirigente, ya que no alcanza con una "herencia por apellido", sino que hace falta trayectoria, ejemplo ciudadano y más que nada, carencia de soberbia como la suya. Perdón. Quizás acá tendría que haber usado “debería hacer falta”. ¿Se entiende?
Creo en la irreversibilidad de los procesos de los pueblos. Claro que sí. Pero no con los mismos dirigentes que quieren eternizarse en el poder, por ambición, porque creen, con petulancia, que son los únicos que pueden hacerlo. Porque, al fin, no confían en ese "pueblo" que tanto nombran, que tanto está en sus discursos. El apelar a los mismos gestos, a la misma voz, a las mismas palabras de su padre, a los mismos contenidos, como procedimiento, ya fue usado, con los resultados a la vista. Máximo ni siquiera es original. Victimizarse, y seguir victimizando a los padres. Y seguir hablando de la dictadura... siempre el pasado, que no vivieron. Eso, que no vivieron como vivieron los verdaderos militantes, y no como estos truchos políticos que se sirvieron de los Derechos Humanos que no respetaron ni respetan.
Le voy a decir un par de cosas, Máximo, aunque sé que es improbable que las lea. De todas maneras: 1) Nadie le tiene miedo a la sociedad. Dejen de sentirse los "salvadores de la Patria" porque eso tiene un olorcito muy parecido a "la reserva moral" que decían tener los militares comandados por Videla y Cía. 2) Si ustedes son progresistas, Macri es Lenin. La sociedad que "transformaron" gracias al "modelo-relato" es una sociedad fragmentada, resentida, irritada, empobrecida, sometida, sin ley, sin control, sin educación de calidad, sin salud de calidad, con transporte público digno de Somalía (perdón, Somalía). 3) todo lo que tocaron, sistemáticamente lo destruyeron. Lo notable y lo dantesco de la situación es que a usted, hijo, y a La Cámpora, no los votó nadie como para que intenten arrogarse el derecho de tomar decisiones inconsultas que afectan a millones de personas. Hay que estudiar, leer, formarse para tener criterio (¡algo!), capacidad de decisión, opinión calificada en temas complejísimos, etc. Ud. es solo el hijo del matrimonio multimillonario que tomó el poder y sueña con la eternidad. Solo eso. No se siga engañando, porque su producción personal es nula. 4) Me consta que a los militantes de los otros partidos les va a encantar competir con ustedes, pero en condiciones justas, cosa que se nota por su discurso que no está dispuestos a aceptar, porque no resisten. Ganan a costa de golpes de billetera. Por eso a muchos les encanta verlos desesperados. Porque se les está escapando "el caballo del comisario". Para Uds., los votantes son solo pobres embrutecidos que lo único que quieren es comer, y muchos ni siquiera trabajar o hacer algo de sus vidas. Y, otros, militantes profesionales, empresarios cínicos que están ganando muy bien y eternos corruptos de la primera hora.
La verdad es que Máximo es un fiel exponente del kirchnerismo; representa de manera cabal los valores del FPV. No tiene ningún título (mi abuela decía, en ruso “atá kuriño ve atá naziño”, que probables errores de grafía mediante, quiere decir “de tal palo tal astilla”), no estudia, no leyó un libro en su vida, vive jugando, comiendo y tomando, no trabajó nunca pero vive como un rey y ya tiene más plata de lo que un trabajador podría juntar en diez vidas, no puede articular dos ideas juntas, ni armar una oración correctamente; se olvida de lo que estaba diciendo, y sale con alguna frase hecha de las seis o siete que tiene en su repertorio.
Con su madre, estimado Máximo, nadie va a competir. Porque no puede ser re-reelecta, ni siquiera en el simulacro de república que ustedes armaron. Es más: ni siquiera debió ser reelecta porque en realidad es un tercer mandato de los Kirchner. En la mayoría de los países latinoamericanos (expertos en nepotismo), está prohibido que la cónyuge sea candidata para eludir la prohibición, como hizo la esposa de Zamora en Santiago del Estero. Y Ud., Máximo, tampoco debería poder, ni su tía Alicia, porque la Constitución dice bien clarito que "La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento", porque no es una monarquía.
Lo grave de todo esto es que hayan existido ese acto y ese discurso. Me parece que hay que contestar con la corrección de siempre: ¿Para qué están las leyes si después aparece un Máximo que invita a no cumplirlas bajo el pretexto del “desafío”? El único desafío que se debe aceptar es el que marcan las leyes, y eso está bien determinado. El pueblo, según su declaración, no es bobo. Es por eso que sabe, y coincido, que la falla está en sus dirigentes, que quieren engañarlo (al pueblo) haciéndole creer lo que no es. Porque, ya que estamos hablando de mentiras: ¿quién eligió y firmó un convenio sobre aplicación de tribunales de EEUU (en este caso el Juez Griesa)? Pues bien, fue este gobierno, que ahora viene a publicitar la defensa de lo Nacional, después de lo hecho. Acá nadie le teme a la gente ni a las elecciones; ese es el pensamiento soslayado y mal usado con otros propósitos que lo que se hace con ellos. Y como Ud. habló de economía, y de adentro y afuera, acá lo único que está afuera y adentro son los dólares que desaparecieron y los “giles” que quedamos cada vez más limitados por el desastre que han hecho.
Me tomo unas letras más para reconocer que hay cosas buenas y hasta muy buenas. Pero la gran duda es ¿con qué fin se hicieron? Por otra parte no se puede seguir con el cuentito que el nuevo Gobierno destruirá todo lo bueno y muy bueno para hacer otra cosa, presuntamente mala. Eso no se lo cree nadie. Usted “sugiere” que si el kirchnerismo sigue en el gobierno, podrá repetir en la próxima década los “éxitos” conseguidos en la pasada. Eso es algo imposible, dado que la reactivación se basó en la recesión anterior, el agotamiento de los stocks, y la mejora de los términos de intercambio, todos factores de naturaleza irrepetible.
Usted debe entender, Máximo, que dar “condiciones igualitarias en la competencia” significa debatir con otros en pie de igualdad; no imponer boletas; no adueñarse de documentos para obligar a votar; no amenazar a legisladores para que voten en un sentido determinado; coparticipar la plata con sentido federal, y no "encanutarla" como se les dé la gana; no amenazar y agredir a todo el que no comparta sus opiniones (en todo sentido). Si no lo entienden así, terminarán siendo el gobierno más “berreta” e intolerante de cuantos hemos padecido.
Cuando el Rey David pretendió perpetuarse en el poder y se enteró que por voluntad divina le había sido prohibido continuar y edificar el Templo, los adulones de la corte protestaron con el argumento de que lo “discriminaban”. Entonces un Profeta les contestó: “No sean ignorantes o imbéciles: la ley es la ley y hay que cumplirla, les pise un callo o les patee el hígado”.
En síntesis, nadie proscribe a Cristina. Lo que está proscripto es violar la ley. Más aún cuando se llama Constitución.
Entonces: ¡a Retiro!
                                            Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso



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