jueves, 26 de junio de 2014

Culpa

Culpa - Editorial del 27 de junio de 2014
Por estos días, seguramente no por casualidad sino por causalidad, estoy leyendo una novela de Ferdinand Von Schirach, un excelente escritor alemán que además es abogado penalista.
La novela se titula Culpa, me la regalaron mis hijos para el Día del Padre, y es una recopilación de casos en los que al autor le ha tocado defender, de ahí el título, precisamente, a culpables.
En las primeras páginas confiesa que solía llevar una libreta roja con anotaciones acerca de su profesión, a la que llamaba “Manual del abogado defensor”. Una de esas anotaciones dice: “la defensa es una lucha, una lucha por los derechos de los inculpados”. Eso le trae a la memoria que no siempre ha defendido a inocentes.
Miguel de Cervantes Saavedra,  en su obra “El Licenciado Vidriera” le hace decir al Lic. Rueda, luego de recuperar el juicio y cesar de ser el loco Lic. Vidriera: “Yo soy graduado en leyes por Salamanca, adonde estudié con pobreza y adonde llevé segundo en licencias: de do se puede inferir que más la virtud que el favor me dio el grado que tengo. Aquí he venido a este gran mar de la Corte para abogar y ganar la vida; pero si no me dejáis, habré venido a bogar y granjear la muerte; por amor de Dios que no hagáis que el seguirme sea perseguirme y que lo que alcancé por loco, que es el sustento, lo pierda por cuerdo”. Estimo que el gran Cervantes captó con fineza e inteligencia el papel del abogado, relacionándolo con el outsider de la sociedad, criticado y censurado. El citado escritor puso en boca del Licenciado el sentir de muchos abogados que somos también estigmatizados injustamente por ganarse lícitamente su sustento dentro del marco jurídico que les ha tocado en suerte.
En consecuencia, abogar es esencialmente defender a una persona, que puede coincidir en el mismo sujeto o a un tercero. Pero abogar en el campo del Derecho Penal trasciende al mero comportamiento de tomar una determinada posición frente a un eventual hecho imputado en la sociedad, pues implica la existencia de una actuación en el campo judicial específico, sin importar que se trate de un indagado, imputado o condenado. La distinción entre esas figuras jurídicas es asunto de relativa importancia frente a la dimensión jurídica de lo que representa el profesional del Derecho que aboga. Éste defiende a la persona de su cliente y su causa, pero a la vez defiende el Derecho en su más cabal sentido conceptual. Así las cosas, el reconocimiento de la injerencia judicial del rol del abogado defensor es determinante para establecer el grado de evolución de la democracia material de un país. Lo sufrimos acá en la época del Proceso, cuando se había invertido el principio constitucional, y en vez de la presunción de inocencia, prevalecía la de culpabilidad. Por eso es que decidí escribir hoy este editorial, y por eso me preocupa tanto el término “depravado” utilizado por un periodista para calificar al imputado de un delito, que es mi defendido.
Como señalaba Ernst von Beling, jurista alemán especializado en Derecho penal de principios del siglo XX, el abogado es en un auxiliar calificado del inculpado, que posee un deber de protección y de tutela del Derecho en relación a su defendido. Y, a fin de cuentas, es también un defensor material del Derecho más allá de jueces y fiscales.
Ello no significa que el abogado sea portador de la verdad ni que tenga toda la razón en su argumentación jurídica. Su interpretación y fundamentación del Derecho es tan susceptible de error como la de cualquier otro operador jurídico. También posee una eventual carga subjetiva que supuestamente podrá ser moderada por el juez en función de la actuación del fiscal. El fin del abogado no es la injusticia, ni el apartamiento del Derecho, al igual que fiscales y jueces, sino que se cumpla el Derecho de las personas. Acertadamente planteaba Ángel Ossorio en su libro “El alma de la toga” (1919) que al aceptar una defensa el triunfo de su cliente es también el de la Justicia, en tanto el cumplimiento del Derecho que le asiste, lo cual debe conllevar el lógico atributo para su ejercicio: la libertad de la práctica profesional.
Por tanto, hay ciertas cuestiones que producen urticaria al ver que regresan desde las lejanas hondonadas del pasado. Así las cosas, no se debe social ni jurídicamente exigir al abogado que delate, inculpe ni aporte información en contra de su patrocinado, como paulatinamente comienza a verse en estos tiempos en varios países. Ni tampoco es deseable que, antes del juicio, se califique al imputado de “depravado”, desde un medio de prensa.
No se debe objetar directa o indirectamente al abogado que defiende a quien haya delinquido, por más aberrante que resulte el delito, sea narcotráfico, lesa humanidad, genocidio, terrorismo, lavado de dinero, etc., porque en ese caso lo que se está cuestionando es la vigencia del Orden Jurídico, ya que el defensor es dignatario del Estado de Derecho.
Tampoco se debe criminalizar al abogado que actúa en el legítimo ejercicio de su profesión, manchándolo de forma infamante e injuriante al acusarlo de que sus honorarios están maculados por provenir de quienes han delinquido o están dubitados por ello. En multiplicidad de oportunidades el abogado que asiste al delincuente recibe honorarios con dinero que es el fruto del delito. ¿Con qué pagará el ladrón o cualquier otro delincuente económico al abogado que contrata para su defensa? ¿Pedirá prestado a un pariente o amigo?
El odontólogo extrae la muela y cobra sus honorarios profesionales sin entrar en mayores consideraciones acerca del origen del dinero del paciente. El abogado defensor vive lícitamente con el dinero que recibe por concepto de legítimos honorarios sin importar de dónde provenga el mismo, al igual que fiscales, jueces y policías justifican sus salarios porque existe la delincuencia. Es una obviedad que no se le puede devolver al abogado esto en términos de imputación delictual, porque es una manera de señalarlo y estigmatizarlo, pero es además una vía para eliminar al justiciable la posibilidad de defenderse mediante el abogado de su confianza. Por si fuera poco, es una forma inconstitucional de coartar el libre ejercicio de la profesión liberal de abogado y, pues viene al caso, de eliminar de un plumazo el sistema de garantías del Estado de Derecho.
La cuestión de la presunción de inocencia no es lo medular en este aspecto, dado que, aun ante la certeza de culpabilidad, el abogado tiene igualmente el derecho a defender y a percibir los correspondientes beneficios económicos por ello según lo ampara el ordenamiento jurídico mediante causa de justificación, así como hasta el mayor de los criminales posee el derecho a ser defendido.
El término Advocatus significa el llamado a socorrer (vocatus ad); es esa su misión y su responsabilidad primera y última dentro del marco del Derecho que le asiste, puesto que a su vez, cliente es quien solicita ayuda o auxilio, lo que en la antigua Roma hacía al patrono, cuya etimología refiere al pater. He allí el punto de arranque de la responsabilidad del abogado en cuanto a apadrinar a quien necesita ayuda en una sociedad regida por el Derecho a través de un determinado ordenamiento positivo. La ubicación del indagado o imputado en una causa criminal lo coloca en lo más degradado de la sociedad, en cuanto se pone en tela de juicio haber quizá cometido un delito.
Al defender, el abogado debe patrocinar (pater) al cliente y, deseado o no, desciende a ese último peldaño de la sociedad acompañando (cum pane: el que comparte el pan) en la litis, sabiendo que ello a veces implica soportar cierto grado de humillación por parte de terceros, puesto que el advocatus, al decir de los romanos, postula el Derecho de su defendido; lo que significa que pide aquello que hay derecho a tener.
“El miedo es la puerta que nos encierra en el castillo de la mediocridad: si conseguimos vencer este miedo, estaremos dando un gran paso hacia nuestra libertad”. Frederik Nietzche

                                                     Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 19 de junio de 2014

Garufa

Garufa - Editorial del 20 de junio de 2014
“Garufa, pucha que sos divertido
Garufa vos sos un caso perdido…”
Así comienza el estribillo de un conocido tango de 1928 que hiciera famoso Gardel. Me gustó el título para usarlo hoy, en el que me dispuse a tratar el tema del juicio al que se ve enfrentado el Sr. Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, por la supuesta apropiación de la imprenta Ciccone Calcográfica. Es que me hizo acordar al personaje del tango: fiestero, bacán, rompedor...De laburar, nada. “Vos sos un caso perdido”, dice.
Yo no puedo juzgar. Primero porque aunque soy abogado no soy juez. Pero principalmente porque la Ley presume la inocencia de todo aquél a quien no se le haya comprobado culpabilidad. En lo personal, unido a lo profesional, creo que cualquier funcionario indagado por la Justicia debe tener al menos una actitud de humildad ante los ciudadanos, porque está en duda la honorabilidad con la que ejerce el cargo para el que fue designado. Siendo Vicepresidente de la Nación ese “mero” hecho es grave, y conlleva una  vergüenza que él solo aumenta con sus actitudes ganadoras, fantochescas, como la intención de destituir a jueces y fiscales honestos que en clarísimo caso de abuso de poder, y la claque que contratan para aplaudirlo. Clara muestra de que Boudou y los funcionarios que lo apoyan en esta triste comedia desprecian lo que significa la responsabilidad de su cargo.
Y esa misma convicción personal y profesional me lleva a creer que todo este tema del BoudouGate, me tiene con muy pocas expectativas de que termine en algo concreto. Y no es que crea en la inocencia del Vice. Para nada.
Por suerte, aunque tarde, la justicia está dando que hablar. La corrupción, la hermana más afín del kirchnerismo, se encontró con un juez que hasta aquí alteró los códigos habituales de la impunidad con que se manejan, principalmente, los gobiernos populistas. La larga película será una bisagra en la historia o terminará en un nuevo y conocido, aquí no pasa nada, cuando en realidad está pasando de todo. Lo deseable es que el corajudo Lijo, por encima de las presiones e intentos del torpe y grotesco Boudou de llevárselo puesto, pueda avanzar en este lance y al menos pueda enjuiciar al vice, uno de los tantos impresentables de esta mafia que ha ubicado al país al borde del abismo.
Pero volviendo al principio constitucional de la inocencia, el inocente no hace lo que Boudou; se presenta y da pruebas y se pone a disposición de la Justicia. Mucho menos, valiéndose del lugar que ocupa, abusa del mismo y se da el lujo de recusar a un Juez, un Fiscal y un Camarista y, como si fuera poco, descalifica y le falta el respeto al Magistrado de la Nación que lo va a indagar. Dijo "tengo la verdad". Artigas, tan admirado por este gobierno, en cambio, se jugó diciendo: "con la verdad, no ofendo ni temo".
También puede darse la casualidad de que le encuentren pruebas de corrupción, y el juez termine quedando bien con alguien. Uno se niega a creer eso tratándose de Lijo, pero algunos anillos y sobreseimientos lo hacen dudar. En realidad no me extraña que alguien sea corrupto dentro de la política. A mí como ciudadano me preocupa que los políticos roben, y digo que hay que juzgarlos aunque sean “rubios de ojos azules”, así como estamos acostumbrados a que se juzgue a los “negritos pelo duro (sic)”. Lo que pasa es que es necesario que hagamos algo para asegurarnos que esto no suceda con “casi” todos los gobiernos, que siempre han tenido las mismas facilidades para “afanar” y que no los agarren. Para cortar esto hay que tomar en serio la lucha contra la corrupción, comenzando por denunciar los casos donde corresponde y con pruebas, y no hacer shows periodísticos como se hace acá. Tiene que haber denuncias y querellas para que nos aseguremos de que alguien va a pagar, el acusador o el acusado.
Alguna vez un viejo conocido de la política (a quien tuve la suerte de escuchar “en vivo” en Concepción del Uruguay, a donde llegó en colectivo,  y compartir luego una charla), que fuera criticado hasta  por sus pares cuando saltó un paredón en la casa de Gaspar Campos donde vivía Perón al regreso de su último exilio, y a quién ese viejo contrincante lo había mandado a la cárcel  por pensar diferente, lo saltó por su afán de salvar a la República en lo que se llamó el Gran Acuerdo Nacional, al influjo de estas palabras que muchos, por no decir todos, han olvidado:
“La democracia se fortalece en la discrepancia. Las unanimidades son caminos del totalitarismo." ... "Sin poder distribuido no hay Estado de Derecho, porque el Estado de Derecho necesita el control y está demostrado que el poder no controlado abre los caminos de la corrupción...Decir que la Constitución no sirvió es justificar un poder ilegítimo. Hay que decir que la Constitución sirve siempre, que a veces no la cumplen, pero no es de ella la falla. Tenemos que buscar una sociedad que la respete, partidos políticos que la definan y que cada afiliado de un partido político argentino sea un vigilante de la Constitución, para que nada la ofenda”. ¿Hace falta decir que hablo del Dr. Ricardo Balbin?
Lamentablemente hoy no hay lugar para quienes pensamos diferente, porque este gobierno nos ha llevado a un enfrentamiento jamás visto en el país, me animo a decir que ni siquiera en los dos primeros gobiernos de Perón.
El parlamentario euroescéptico británico Godfrey Bloom, durante un debate sobre impuestos en la Unión Europea, el pasado 2 de marzo, expresó: "Señor presidente, me viene a la mente una cita del gran filósofo americano Murray Rothbard que dijo: 'El Estado es una institución de ladrones'. Los impuestos son simplemente un sistema en que los políticos y burócratas roban el dinero de sus ciudadanos para malgastarlo de la forma más vergonzosa. Este lugar no es una excepción. Es fascinante y me pregunto cómo logran mantener la seriedad mientras hablan de evasión fiscal. La Comisión [Europea] en su integridad y sus burócratas no pagan impuestos. Ustedes no pagan impuestos como los pagan los ciudadanos. Todos ustedes tienen ventajas especiales. Tasas de impuestos convertidos, techo de impuestos a las grandes fortunas, pensiones exentas de impuestos. Ustedes son los más grandes evasores fiscales de Europa y se sientan aquí a dar lecciones. Pues bien, el mensaje ha llegado a los ciudadanos de Europa y se van a dar cuenta de que los euroescépticos son cada vez más el próximo junio [elecciones europeas]. Y les voy a decir lo peor: cuando la gente se haya dado cuenta de quiénes son ustedes, no les faltará tiempo para tomar esta Cámara y colgarles. Y lo harán con razón".
Acá el imputado y juzgado es la segunda autoridad del país. El elegido de Cristina. El mismo que supo estar imputado en más de cincuenta causas, de las que al día de hoy más de veinte siguen abiertas (por enriquecimiento ilícito, por defraudación, por incumplimiento de los deberes de funcionario público, por malversación de caudales públicos, por violación de la Ley de Ética Pública, etc.) El mismo que cada vez que la Presidente viaja fuera del país, es en la práctica el Primer Mandatario de los argentinos. ¡Si no te da como mínimo vergüenza, es porque sos parte del problema!
El peronismo moldeó la Argentina con Perón, y la desmoldó sin Perón, convirtiéndola en mezquina y pobre. Los nefastos resultados de casi 70 años de desencuentros dividiendo a los argentinos hacen que nos encontremos hoy, en el siglo XXI, chapaleando en el barro del atraso, la pérdida de educación, el cómodo y placentero bienestar que se le ha dado al narcotráfico, la violencia y el delito. Muchos años se necesitarán para revertir y colocar a esta tierra rica que indignamente cuenta con 30% de pobres en el camino del progreso y la paz. En realidad Boudou es sólo un pobre pinche al que terminarán incendiando para cubrir a los verdaderos responsables de la corrupción más desvergonzada e impúdica de toda nuestra historia, el matrimonio de NK y CFK. Las mimetizaciones posteriores del peronismo (menemismo, kirchnerismo y cristinismo) están destruyendo al país.
El desaliento, el quebranto, la inmoralidad, no surgen de los bajos fondos sociales. Vienen de las alturas. Hoy se sacrifica todo, el honor, la palabra, la fe jurada ante los hijos y la Patria, para descender luego a los goces materiales, por gustar con fruición de sibaritas los placeres de la sensualidad y el de gobierno. Hoy no se busca la posición política para poner a su servicio talento, carácter, patriotismo, sino para que aquella sirva a los fugaces caprichos de oscuros bienes, de miserables sueños. A esto lo dijo hace más de ciento veinte años Leandro N. Alem. Él decidió suicidarse. ¿Nosotros tenemos que hacer lo mismo?
                                                       Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso


jueves, 12 de junio de 2014

Periodistas, alcemos la bandera

Periodistas, alcemos la bandera - Editorial del 13 de junio de 2014
"¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?... Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gazeta de Buenos Ayres". Eso escribió Mariano Moreno el 07 de junio de 1810, cuando salió su primer número.
Esto viene a cuento porque por Twitter, Cristina Fernández dijo que “La Gazeta de Buenos Ayres” era “un diario fundado por el gobierno”. E ironizó sobre los periodistas: “Muchos están convencidos de que ser periodistas es ser opositores”.
Cabe aclarar que la Gazeta se creó con un fin altruista, como fue dar a conocer y propalar la Revolución de Mayo, triunfante, y que dio nacimiento a la República. No se fundó para defender a un gobierno de una mayoría circunstancial y temporal.
El pasado viernes 6 de junio, un día antes del Día del Periodista, el Municipio local agasajó a quienes ejercemos esa profesión en Basavilbaso con un “desayuno de trabajo” en el que, más allá del café y de las tortas (las dos cosas literalmente y no figuradamente, por suerte), algunos de nosotros pudimos expresar lo que pensamos acerca de esta tarea que cumplimos con pasión, y ahí fue donde surgieron algunas diferencias notorias, que no se pudieron desarrollar adecuadamente porque se le puso un término a la reunión, cosa que no suele gustarnos demasiado porque nos parece una especie de censura, aunque se comprometieron las autoridades a convocar periódicamente a los medios a una especie de “conferencias de prensa”. La verdad es que no tenemos tampoco muchas expectativas de que ello se cumpla, ya que el año pasado se dijo algo parecido, y “no pasó nada”.
Yo, particularmente, estoy convencido de que el periodismo es un acto de servicio, pero no es un acto de servilismo, y por lo tanto los periodistas tienen que hacer aquello que su conciencia les dicta. El poder o amordaza o trata de comprar al periodista; pero primero trata de halagarlo, y hay formas muy sutiles de halago, en las que, por suerte, Crónica nunca entró.
Y ojo que yo creo que el periodismo siempre fue, es y será política. La idea del periodismo "libre", "independiente" y "objetivo" forma parte de una mitología creada por la misma prensa a comienzos del siglo XX. Es un mito, un relato, una mentira. Pero una cosa es que sea político y otra que sea partidario. El periodismo no debe ser opositor u oficialista. Debe informar y contar las cosas como son. Emitir opinión está bien, en la medida de que exista un mínimo de objetividad. Sé que no es fácil, pero nunca se debe dejar de intentar ser objetivo.
Juan XXIII, "el Papa bueno", sugería a los comunicadores "decir la verdad a los demás como nos gustaría que nos la digan a nosotros".
En esa reunión, y a modo de ejemplo, yo mencioné la propuesta que en su momento hice en mi semanario respecto a la forma en que se había decidido hacer la pavimentación del camino que conduce a la Escuela Agrotécnica Nº 145, donde yo ejerzo como docente, y que, lo digo otra vez para que nadie se lo olvide, el Sr. Gobernador había asegurado que estaría terminado para el comienzo del presente ciclo lectivo, que ya va casi por la mitad. Acá corresponde decir, antes de continuar, que creo que ni siquiera hicieron la maqueta, no ya el camino.
Bueno, el tema es que cuando se anunció que el mismo se comenzaría a hacer desde el centro hacia la Escuela (son algo así como trece cuadras), propuse en una de mis tapas que se hiciera a la inversa, por una simple razón de lógica, ya que de esa manera con solo tres cuadras se llegaría hasta el Barrio San José, que tiene pavimento hasta el centro, y solucionaría más rápidamente el problema urgente, dejando tiempo para completar adecuadamente la obra.
El Diputado Flores, presente en el “desayuno de trabajo”, mostró una cara de sorpresa ante esa explicación, que todavía no pude desentrañar si se originaba en el desconocimiento o en el descontento, y ese final abrupto al que antes me referí,  me impidió develar mi duda.
En la primera oportunidad que tenga de hacerlo se lo preguntaré, así como también aprovecharé para inquirirlo, en cumplimiento de esa obligación que me impone esta que es una de las profesiones que elegí para desarrollar en mi vida, por qué el sábado por la mañana, en la apertura del campeonato de fútbol infantil denominado “Gurisitos entrerrianos”, disputado en la localidad de Las Moscas, estaban presentes, además del citado Diputado, el Ministro de Gobierno, Adán Bahl, el de Educación, José Eduardo Lauritto, el Senador Provincial por el Departamento Uruguay,  René Bonato, el Intendente de Basavilbaso, Silvio Valenzuela y la totalidad de los Presidentes de las Juntas de Gobierno del Departamento, mientras que esa misma noche, en el acto académico de celebración del 20º Aniversario de la Tecnicatura en Granja y Producción Avícola y Colación de Grados de Técnicos Universitarios de la Sede Basavilbaso de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad Autónoma de Entre Ríos, no estuvo ninguno de ellos. Más allá de cualquier explicación coyuntural, a mí me parece una manera sumamente expresiva de demostrar prioridades y preferencias. Habiendo tan pocas horas de diferencia, si lo hubiesen querido, alguno de ellos se podría haber quedado. Por lo menos el Dr. Lauritto, que, aunque uno no entienda bien por qué se juntaron las dos cosas, es el Ministro de Educación y Deportes.
Ya sé que esto, sumado a otras manifestaciones hechas públicas aquí, en el marco de lo que alguna vez dijera como expresión de deseos Cornelio Tácito, historiador, senador, cónsul y gobernador del Imperio romano, en la época pre kirchnerista, por supuesto, : “Que puedas pensar lo que quieras y decir lo que piensas”, me va a generar alguna que otra “preocupación”, sobre todo en el cruce que, lamentablemente, se suele hacer desde los gobiernos respecto a las distintas facetas en las que se desempeña una persona. En mi caso particular, hay muchos (muchísimos) a los que les cuesta separar mi condición de editorialista de un semanario como Crónica de las otras (abogado, docente, director del Coro Municipal, por ejemplo) y se desquitan por donde pueden. O, peor, mezclan cuestiones personales con las que son de política pública o profesional.
Otro pensador, también pre kirchnerista, en este caso un poco más cercano: John Stuart Mill, en su texto titulado “Sobre la libertad”, publicado en Londres en 1859, expresó, (sin saber que lo hacía en mi defensa): "Si toda la humanidad, menos una persona, fuera de una misma opinión, y esta persona fuera de opinión contraria, la humanidad sería tan injusta impidiendo que hablase como ella misma lo sería si, teniendo poder bastante, impidiera que hablara la humanidad. La peculiaridad del mal que consiste en impedir la expresión de una opinión es que se comete un robo a la raza humana. Si la opinión es verdadera, se le priva de la oportunidad de cambiar el error por la verdad, y si es errónea, pierden un beneficio no menos importante: la más clara percepción y la impresión más viva de la verdad, producida por su colisión con el error”.
Últimamente los gobiernos, seguramente tomando el ejemplo de lo que sucede en la Nación, intentan impedir el acceso del público a las distintas opiniones, generando la verdad única que es la orden que viene de “arriba”. Y lo hacen, sin dudas, basándose en que si la gente les reclama en infinidad de protestas: “Estado dame tierras”, “Estado dame una casa”, ”Estado dame trabajo”, y hasta “Estado ráscame que me pica”, y si esa misma gente pretende que el Estado les dé de comer en la boca y les solucione la vida como si fueran bebés, no puede pretender que después el Estado no piense por ellos y no decida por ellos.
Una prensa libre puede ser buena o mala; pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala. Eso dijo Albert Camus (que no era anti-K, más que nada porque todavía no existían tampoco los K).
Por eso el 7 de junio fue el Día del Periodista. Y el Día del Alcahuete no sé cuándo será.

                                             Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

jueves, 5 de junio de 2014

Cuando la mentira es la verdad

Cuando la mentira es la verdad - Editorial del 6 de junio de 2014 El bien y el mal definen por penal, dice una de las frases de la canción de Divididos "Que ves", cuyo lema central es, precisamente, el que da título a mi editorial de hoy. Y se me ocurrió ante tres hechos, alguno de los cuales creo que ya mencioné, pero que ahora entrará en el trío. Es que Teresa Parodi ha sido nombrada Ministro de Cultura de este gobierno Nacional y Popular, y el filósofo Ricardo Forster, titular de la novedosa y llamativa Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, nombre demasiado stalinista para mis sensibles oídos, y que no por casualidad motivó que el citado se apresurara a decir que la nueva dependencia no será "un comisariato político". "No va a apuntar a una construcción dogmática", dijo Forster. Desmiente, desmiente, que algo quedará, digo yo, parafraseando con algunos cambios a Goebbels. Y ya que estoy con Joseph Goebbels, funesto ministro de propaganda de la Alemania nacionalsocialista, figura clave en el régimen y amigo íntimo de Adolf Hitler, que promovió el odio a lo extranjero, al capitalismo, al comunismo, al sionismo y al judaísmo, debo decir que como Ministro de Propaganda controló la literatura, la prensa, el teatro, la radio, las bellas artes y el cine, todo ello a pesar de que poseía una personalidad basada en el cinismo, impulsiva y dominante, abiertamente manipuladora e incisiva, que le hacía gustar del protagonismo. Acá, entonces, llegamos al tercero de la tríada. El líder del movimiento kirchnerista MILES, Luis D'Elía, debutó en CN23 hace una semana, conduciendo un programa "periodístico" que vi pese al asco que me iba dando, progresivamente, y al bajísimo concepto que tengo de ese personaje. Pero como ya pensaba escribir sobre eso, pudo más el "deber" y me lo "banqué". Además, no puedo negar que creo que está bien que le den pantalla a D'Elia para que la gente que lo vea sepa a quien o a quienes no hay que votar en las próximas elecciones. Digo, por aquello de "cuando la mentira es la verdad". Lo que sí tengo derecho a preguntar es si para eso forzaron la Ley de Medios. ¿Para que los personeros del odio, financiados con fondos públicos, destilen su ira para dividir la sociedad? ¿Cuánto más se le va a tolerar? La cosa no fue fácil, ya que de entrada generó una controversia entre los dos dueños del canal, Matías Garfunkel y Sergio Szpolski. Garfunkel atacó desde Twitter a Sergio Szpolski, su socio y encargado de la conducción editorial en el Grupo Veintitrés, por darle espacio en la emisora. El origen de los entredichos son las opiniones políticas del conductor, sobre todo en relación a Israel, Irán y Venezuela. "Me acabo de enterar que Luis D' Elia debuta por CN23. La obsecuencia de Sergio Szpolski prima por sobre la racionalidad", escribió en su cuenta de Twitter Garfunkel, y calificó al líder piquetero como "el Herminio Iglesias de este Gobierno". Este intento del gobierno de apelar a las enseñanzas de Goebbels y darle a D'Elía un virtual Ministerio de Propaganda a través de ese engendro televisivo, es una clara demostración de la ineptitud y falta de criterio del oficialismo. Necesitamos dar un paso en otra dirección. Hacia el progreso, la honestidad, la capacidad de gestión. Alejarnos de la impunidad y de la violencia social que esto genera. Créanme que no es casual la comparación con Goebbels, que trabajó activamente durante los últimos meses de la Alemania nazi estimulando el fanatismo de la lucha hasta el último hombre, ofreciendo las "armas secretas del Führer" o generando pánico entre los civiles germanos ante la llegada del Ejército Rojo. ¡Qué bueno que hayan puesto a un demócrata con ideales al frente del relato más grandioso del último siglo! Bien, "compañero amor", y no como los de Radio Mitre y de la Corpo. Amor, amor, eso necesita el pueblo agradecido por los avances de este maravilloso gobierno. ¡Ah, no, perdón! ¡Yo creí que este era el editorial del 28 de diciembre! De todas maneras hay que reconocer que Luis D'Elía tiene una virtud extraordinaria: es el único que ha logrado el mayor consenso en nuestro país, uniendo a la mayoría de los argentinos de cualquier tendencia política o religiosa en una sola idea: "es un ser despreciable...". O por lo menos eso opinamos aquellos que sabemos muy bien de la comisaría copada, de los golpes a los manifestantes, del apoyo a los iraníes responsables de la bomba a la AMIA, de su negación de la Shoá y de los insultos a todos los argentinos. Si bien ese energúmeno tiene derecho a hablar todo lo que quiera, también tiene la obligación de respetar las leyes argentinas, cosa que no hace. Así que no puedo ver alguna grandeza que sobresalga de entre todas sus bajezas. Es genuinamente utópico pensar que esta gente nos llevará a algo diferente que al caos generalizado, porque esa es su naturaleza, así es como ellos son, y esas son las aguas que mejor navegan. Aman la crispación y la pelea. Son profesionales de la exasperación. Llevan todo al límite del quiebre; desde la convivencia, a la ley; desde la política más básica y elemental, a las relaciones internacionales. Rompen todo; son elefantes ciegos corriendo dentro de una cristalería. Improvisados, vulgares, mentirosos, inexpertos, absurdos, bárbaros, engreídos, imbéciles con poder. D'Elía es un digno exponente de este totalitarismo corrupto. ¡Qué nivel para CN23! En un campeonato de alcahuetes tiene el podio asegurado. ¡Además con qué personaje! No creo que haya un cavernícola, violento y prepotente tan desvalorizado como este en todo el país. Deben estar en la etapa del terror asumido como para creer que este analfabestia puede traerle votos al peronismo kirchnerista. Pero además esto es parte de algo que tiene feo olor. Este tipo que alentó los piquetes bolivarianos y propuso colgar a los opositores a Maduro, ya debe tener un plan como para no dejar el gobierno en el 2015, aun apelando a la violencia. Escribo esto a pocas horas del Día del Periodista, y entiendo que el mejor periodismo no es aquél que marcha encolumnado detrás de un partido o gobierno. El buen periodismo no tira rosas al paso de los funcionarios o barre la basura bajo la alfombra en nombre de la lealtad partidaria. El periodismo siempre informa desde un lugar determinado, no desde un utópico Olimpo alejado de la vida política y moral de la ciudadanía. Reconocer esta situación no implica abandonar la idea de que el periodismo debe procurar mantener distancia frente a los gobiernos y ser crítico de los dogmas perpetuados por quienes recitan sus verdades. Esto a los populistas no les gusta, porque deja expuestas a sus mentiras y la corrupción que los baña. No es periodista un incitador al delito, destructor de bienes del pueblo, alabador de regímenes como el de Irán, discriminador público, asumido y confeso, apologista del delito y del genocidio, terriblemente corrupto, enemigo declarado de quienes no piensan como él y firme defensor de la violencia aplicada a quienes se opongan. D´Elía integra el grupo de militantes fanáticos defensores y aplaudidores que no merecen respeto, por lo obtuso de su posición, y la negación necia que hacen de la realidad con tal de quedar bien. Triste y humillante tarea. Han perdido las riendas de sus vidas, y su escala de valores ha quedado pisoteada por ellos mismos. Prefirieron la comodidad de la ayuda económica estatal, los beneficios, ventajas y prebendas, a la propuesta de ganarse la vida con esfuerzo, pero con dignidad. Solo son individuos que han optado doblegarse para subsistir. "Acompañamos en estos 15 años del kirchnerismo que han sido progreso y acumulación". Con esa frase chupamedias finalizó D'Elía su programa, aunque con una confusión: el oficialismo lleva 11 años en el poder. Federico Fellini, que no era de la Corpo ni de la Opo, dijo alguna vez: "La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural". Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso