Periodistas, alcemos la bandera
- Editorial del 13 de junio de 2014
"¿Por
qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su
unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las
noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la
Península?... Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga
a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gazeta de Buenos Ayres".
Eso escribió Mariano Moreno el 07 de junio de 1810, cuando salió su primer
número.
Esto viene a
cuento porque por Twitter, Cristina Fernández dijo que “La Gazeta de Buenos
Ayres” era “un diario fundado por el gobierno”. E ironizó sobre los
periodistas: “Muchos están convencidos de que ser periodistas es ser opositores”.
Cabe aclarar
que la Gazeta se creó con un fin altruista, como fue dar a conocer y propalar
la Revolución de Mayo, triunfante, y que dio nacimiento a la República. No se
fundó para defender a un gobierno de una mayoría circunstancial y temporal.
El pasado
viernes 6 de junio, un día antes del Día del Periodista, el Municipio local
agasajó a quienes ejercemos esa profesión en Basavilbaso con un “desayuno de
trabajo” en el que, más allá del café y de las tortas (las dos cosas
literalmente y no figuradamente, por suerte), algunos de nosotros pudimos
expresar lo que pensamos acerca de esta tarea que cumplimos con pasión, y ahí
fue donde surgieron algunas diferencias notorias, que no se pudieron
desarrollar adecuadamente porque se le puso un término a la reunión, cosa que
no suele gustarnos demasiado porque nos parece una especie de censura, aunque
se comprometieron las autoridades a convocar periódicamente a los medios a una
especie de “conferencias de prensa”. La verdad es que no tenemos tampoco muchas
expectativas de que ello se cumpla, ya que el año pasado se dijo algo parecido,
y “no pasó nada”.
Yo,
particularmente, estoy convencido de que el periodismo es un acto de servicio,
pero no es un acto de servilismo, y por lo tanto los periodistas tienen que hacer
aquello que su conciencia les dicta. El poder o amordaza o trata de comprar al
periodista; pero primero trata de halagarlo, y hay formas muy sutiles de
halago, en las que, por suerte, Crónica nunca entró.
Y ojo que yo
creo que el periodismo siempre fue, es y será política. La idea del periodismo
"libre", "independiente" y "objetivo" forma parte
de una mitología creada por la misma prensa a comienzos del siglo XX. Es un
mito, un relato, una mentira. Pero una cosa es que sea político y otra que sea
partidario. El periodismo no debe ser opositor u oficialista. Debe informar y
contar las cosas como son. Emitir opinión está bien, en la medida de que exista
un mínimo de objetividad. Sé que no es fácil, pero nunca se debe dejar de
intentar ser objetivo.
Juan XXIII,
"el Papa bueno", sugería a los comunicadores "decir la verdad a
los demás como nos gustaría que nos la digan a nosotros".
En esa
reunión, y a modo de ejemplo, yo mencioné la propuesta que en su momento hice
en mi semanario respecto a la forma en que se había decidido hacer la
pavimentación del camino que conduce a la Escuela Agrotécnica Nº 145, donde yo
ejerzo como docente, y que, lo digo otra vez para que nadie se lo olvide, el
Sr. Gobernador había asegurado que estaría terminado para el comienzo del
presente ciclo lectivo, que ya va casi por la mitad. Acá corresponde decir,
antes de continuar, que creo que ni siquiera hicieron la maqueta, no ya el
camino.
Bueno, el
tema es que cuando se anunció que el mismo se comenzaría a hacer desde el
centro hacia la Escuela (son algo así como trece cuadras), propuse en una de
mis tapas que se hiciera a la inversa, por una simple razón de lógica, ya que
de esa manera con solo tres cuadras se llegaría hasta el Barrio San José, que tiene
pavimento hasta el centro, y solucionaría más rápidamente el problema urgente,
dejando tiempo para completar adecuadamente la obra.
El Diputado
Flores, presente en el “desayuno de trabajo”, mostró una cara de sorpresa ante
esa explicación, que todavía no pude desentrañar si se originaba en el
desconocimiento o en el descontento, y ese final abrupto al que antes me
referí, me impidió develar mi duda.
En la
primera oportunidad que tenga de hacerlo se lo preguntaré, así como también
aprovecharé para inquirirlo, en cumplimiento de esa obligación que me impone
esta que es una de las profesiones que elegí para desarrollar en mi vida, por
qué el sábado por la mañana, en la apertura del campeonato de fútbol infantil
denominado “Gurisitos entrerrianos”, disputado en la localidad de Las Moscas, estaban
presentes, además del citado Diputado, el Ministro de Gobierno, Adán Bahl, el
de Educación, José Eduardo Lauritto, el Senador Provincial por el Departamento
Uruguay, René Bonato, el Intendente de
Basavilbaso, Silvio Valenzuela y la totalidad de los Presidentes de las Juntas
de Gobierno del Departamento, mientras que esa misma noche, en el acto
académico de celebración del 20º Aniversario de la Tecnicatura en Granja y
Producción Avícola y Colación de Grados de Técnicos Universitarios de la Sede
Basavilbaso de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad Autónoma
de Entre Ríos, no estuvo ninguno de ellos. Más allá de cualquier explicación
coyuntural, a mí me parece una manera sumamente expresiva de demostrar
prioridades y preferencias. Habiendo tan pocas horas de diferencia, si lo
hubiesen querido, alguno de ellos se podría haber quedado. Por lo menos el Dr.
Lauritto, que, aunque uno no entienda bien por qué se juntaron las dos cosas,
es el Ministro de Educación y Deportes.
Ya sé que
esto, sumado a otras manifestaciones hechas públicas aquí, en el marco de lo
que alguna vez dijera como expresión de deseos Cornelio Tácito, historiador,
senador, cónsul y gobernador del Imperio romano, en la época pre kirchnerista,
por supuesto, : “Que puedas pensar lo que quieras y decir lo que piensas”, me
va a generar alguna que otra “preocupación”, sobre todo en el cruce que,
lamentablemente, se suele hacer desde los gobiernos respecto a las distintas
facetas en las que se desempeña una persona. En mi caso particular, hay muchos
(muchísimos) a los que les cuesta separar mi condición de editorialista de un
semanario como Crónica de las otras (abogado, docente, director del Coro
Municipal, por ejemplo) y se desquitan por donde pueden. O, peor, mezclan
cuestiones personales con las que son de política pública o profesional.
Otro
pensador, también pre kirchnerista, en este caso un poco más cercano: John
Stuart Mill, en su texto titulado “Sobre la libertad”, publicado en Londres en
1859, expresó, (sin saber que lo hacía en mi defensa): "Si toda la
humanidad, menos una persona, fuera de una misma opinión, y esta persona fuera
de opinión contraria, la humanidad sería tan injusta impidiendo que hablase
como ella misma lo sería si, teniendo poder bastante, impidiera que hablara la
humanidad. La peculiaridad del mal que consiste en impedir la expresión de una
opinión es que se comete un robo a la raza humana. Si la opinión es verdadera,
se le priva de la oportunidad de cambiar el error por la verdad, y si es
errónea, pierden un beneficio no menos importante: la más clara percepción y la
impresión más viva de la verdad, producida por su colisión con el error”.
Últimamente
los gobiernos, seguramente tomando el ejemplo de lo que sucede en la Nación,
intentan impedir el acceso del público a las distintas opiniones, generando la
verdad única que es la orden que viene de “arriba”. Y lo hacen, sin dudas,
basándose en que si la gente les reclama en infinidad de protestas: “Estado
dame tierras”, “Estado dame una casa”, ”Estado dame trabajo”, y hasta “Estado
ráscame que me pica”, y si esa misma gente pretende que el Estado les dé de comer
en la boca y les solucione la vida como si fueran bebés, no puede pretender que
después el Estado no piense por ellos y no decida por ellos.
Una prensa
libre puede ser buena o mala; pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa
que mala. Eso dijo Albert Camus (que no era anti-K, más que nada porque todavía
no existían tampoco los K).
Por eso el 7
de junio fue el Día del Periodista. Y el Día del Alcahuete no sé cuándo será.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso
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