Los macarras de la moral –
Editorial del 6 de noviembre de 2015
“Los
macarras de la moral”, de Joan Manuel Serrat es una canción incluida dentro de
su disco de música titulado "Sombras de la China" (1998). Serrat es
internacionalmente conocido no solo por ser un excelente cantante y mejor
compositor aun, sino también por expresar en sus letras una crítica constante y
punzante contra las injusticias y problemas del mundo. Con canciones de un alto
contenido político y social desde sus inicios a finales de los ‘60, tuvo que
exiliarse en América debido a las persecuciones y una orden de captura. Incluso
sus discos fueron retirados por el gobierno español de aquellos años. Tuvo que
esperar la muerte de Franco a mediados de los ‘70 para regresar a su patria.
Yo podría
haberme tomado vacaciones y poner solamente el texto de esta canción en la
página de hoy, porque no creo que haya un poema que describa mejor el tema que
elegí que esta verdadera obra de arte del catalán, dirigida hacia los políticos
corruptos y los centros pervertidos del poder.
Para aclarar,
un “macarra” es un chulo, o sea un hombre que vive de las mujeres, pero
también, por extensión, el que se comporta de manera agresiva e insolente.
Y te acosan
de por vida
azuzando el
miedo,
pescando en
el río turbio
del pecado y
la virtud,
vendiendo
gato por liebre
a costa de
un credo
que fabrica
platos rotos
que acabas
pagando tú.
Los macarras
de la moral.
Anunciando
apocalipsis
van de
salvadores
y si les
dejas te pierdes
infaliblemente.
Manipulan
nuestros sueños
y nuestros
temores,
sabedores de
que el miedo
nunca es
inocente.
Hay que
seguirlos a ciegas
y serles
devoto.
Creerles a
pies juntillas
y darles la
razón
que:
"El que no se quede quieto
no sale en
la foto..."
"Quien
se sale del rebaño,
destierro y
excomunión".
Sin prisa
pero sin pausa,
esos
carcamales
organizan
sus cruzadas
contra el
hombre libre
más o menos
responsable
de todos los
males
porque
piensan por su cuenta.
Sueñan y lo
dicen.
Si no fueran
tan temibles
nos darían
risa.
Si no fueran
tan dañinos
nos darían
lástima.
Porque como
los fantasmas,
sin pausa y
sin prisa,
no son nada
si les quitas
la sábana.
El
cataclismo que pronostica el kirchnerismo si Mauricio Macri le gana a Daniel
Scioli tuvo un capítulo singular: en la cuenta de Twitter del ministro de
Salud, Daniel Gollán, se publicó un polémico mensaje sobre el cáncer que horas
después desmintió y fue borrado.
"Los 12
nuevos centros de radioterapia para tratamiento del cáncer continuarán adelante
si Scioli es presidente. Pensá bien tu voto", decía el tuit.
Tras la
polémica, Gollán desmintió haber escrito ese mensaje y aseguró que hackearon su
cuenta. "Desmiento tajantemente haber publicado esa expresión de mal
gusto. Hace más de 25 años me desempeño como médico en hospitales públicos y
jamás se me ocurriría mezclar las penurias que el cáncer provoca sobre las
personas que lo padecen y su entorno cercano, con una campaña electoral, por
más crucial que esta fuera", dijo Gollan en un comunicado de prensa.
Por supuesto
que este cuento del “hackeo” ya no me lo creo más, porque lo han utilizado
todos los funcionarios kirchneristas cada vez que metieron la pata y desde
arriba les pegaron un reto, por no decir algo un poco más fuerte. Y en defensa
de ellos, si es que les cabe alguna, debo decir que les ha tocado la “mala
suerte” de gobernar en un período en el que las comunicaciones por las redes
sociales son lo más habitual, así que no puedo asegurar si a los anteriores
gobiernos no les podría haber pasado lo mismo. Tenemos el ejemplo de Yrigoyen,
de quien se decía que le hacían todos los días un diario especial para él.
De todas
maneras, y como creo que el hábito de negar lo innegable fue tan habitual en
este sistema de doce años que pronto termina, no acabo de entender cómo se
puede llegar a decir semejante barbaridad. Sólo un fanático irresponsable puede
decir algo así. Faltan insumos en hospitales del país (de todo el país,
convengamos) y la salud no es buena. No tiene vergüenza este sujeto.
En muchos
años de ejercicio del periodismo de opinión y en algunos más de militancia
política, creo que esta es la campaña más sucia que he visto en mi vida, y
tengo mucho miedo de que lo que queda de aquí hasta al 22 de noviembre sea
todavía peor. Le tengo miedo al fraude porque sé que hay gente que se juega la
vida (o por lo menos eso cree), más que nada porque apostaron desde hace tiempo
a la impunidad que les aportaba y les aportaría por lo siglos de los siglos la
perpetuidad del sistema. Esta gente no se quiere ir del poder y está usando las
herramientas más mafiosas que existen. Y si ya escribí alguna vez que estoy
convencido de que a Nisman lo mataron para evitar que hiciera público lo que
sabía, no dudo de que esa experiencia puede repetirse porque los actores son
los mismos
De todas
maneras confío en la capacidad de la gente, la misma capacidad que demostró
cuando Herminio Iglesias quemó un ataúd con la bandera de la UCR. ¿De qué le
sirvió? Perdieron esa elección porque la gente no es tonta y sabe que cuando
hay tanta desesperación por subir o mantenerse arriba no es precisamente porque
deseen altruistamente gobernar para el pueblo, sino para servirse del pueblo y
posarse sobre el poder para satisfacer sus más perversos deseos, ya que no los
más sublimes (gracias, Les Luthiers).
Este
discurso errático, injurioso y a veces sin sentido hace pensar que el kichnerismo
cree que la popularidad crece con la sola presencia en televisión. Como decía
Minguito, el tema es que “te puede hacer un monolito, pero también un “aujero
así” (sic).
“Quien no
está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la
ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de
perder las cosas que tienen”. Lo dijo Osvaldo Soriano, no Jorge Lanata, por las
dudas.
Dr.
Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso
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