jueves, 5 de noviembre de 2015

Los macarras de la moral

Los macarras de la moral – Editorial del 6 de noviembre de 2015
“Los macarras de la moral”, de Joan Manuel Serrat es una canción incluida dentro de su disco de música titulado "Sombras de la China" (1998). Serrat es internacionalmente conocido no solo por ser un excelente cantante y mejor compositor aun, sino también por expresar en sus letras una crítica constante y punzante contra las injusticias y problemas del mundo. Con canciones de un alto contenido político y social desde sus inicios a finales de los ‘60, tuvo que exiliarse en América debido a las persecuciones y una orden de captura. Incluso sus discos fueron retirados por el gobierno español de aquellos años. Tuvo que esperar la muerte de Franco a mediados de los ‘70 para regresar a su patria.
Yo podría haberme tomado vacaciones y poner solamente el texto de esta canción en la página de hoy, porque no creo que haya un poema que describa mejor el tema que elegí que esta verdadera obra de arte del catalán, dirigida hacia los políticos corruptos y los centros pervertidos del poder.
Para aclarar, un “macarra” es un chulo, o sea un hombre que vive de las mujeres, pero también, por extensión, el que se comporta de manera agresiva e insolente.
Y te acosan de por vida
azuzando el miedo,
pescando en el río turbio
del pecado y la virtud,
vendiendo gato por liebre
a costa de un credo
que fabrica platos rotos
que acabas pagando tú.
Los macarras
de la moral.
Anunciando apocalipsis
van de salvadores
y si les dejas te pierdes
infaliblemente.
Manipulan nuestros sueños
y nuestros temores,
sabedores de que el miedo
nunca es inocente.
Hay que seguirlos a ciegas
y serles devoto.
Creerles a pies juntillas
y darles la razón
que: "El que no se quede quieto
no sale en la foto..."
"Quien se sale del rebaño,
destierro y excomunión".
Sin prisa pero sin pausa,
esos carcamales
organizan sus cruzadas
contra el hombre libre
más o menos responsable
de todos los males
porque piensan por su cuenta.
Sueñan y lo dicen.
Si no fueran tan temibles
nos darían risa.
Si no fueran tan dañinos
nos darían lástima.
Porque como los fantasmas,
sin pausa y sin prisa,
no son nada si les quitas
la sábana.
El cataclismo que pronostica el kirchnerismo si Mauricio Macri le gana a Daniel Scioli tuvo un capítulo singular: en la cuenta de Twitter del ministro de Salud, Daniel Gollán, se publicó un polémico mensaje sobre el cáncer que horas después desmintió y fue borrado.
"Los 12 nuevos centros de radioterapia para tratamiento del cáncer continuarán adelante si Scioli es presidente. Pensá bien tu voto", decía el tuit.
Tras la polémica, Gollán desmintió haber escrito ese mensaje y aseguró que hackearon su cuenta. "Desmiento tajantemente haber publicado esa expresión de mal gusto. Hace más de 25 años me desempeño como médico en hospitales públicos y jamás se me ocurriría mezclar las penurias que el cáncer provoca sobre las personas que lo padecen y su entorno cercano, con una campaña electoral, por más crucial que esta fuera", dijo Gollan en un comunicado de prensa.
Por supuesto que este cuento del “hackeo” ya no me lo creo más, porque lo han utilizado todos los funcionarios kirchneristas cada vez que metieron la pata y desde arriba les pegaron un reto, por no decir algo un poco más fuerte. Y en defensa de ellos, si es que les cabe alguna, debo decir que les ha tocado la “mala suerte” de gobernar en un período en el que las comunicaciones por las redes sociales son lo más habitual, así que no puedo asegurar si a los anteriores gobiernos no les podría haber pasado lo mismo. Tenemos el ejemplo de Yrigoyen, de quien se decía que le hacían todos los días un diario especial para él.
De todas maneras, y como creo que el hábito de negar lo innegable fue tan habitual en este sistema de doce años que pronto termina, no acabo de entender cómo se puede llegar a decir semejante barbaridad. Sólo un fanático irresponsable puede decir algo así. Faltan insumos en hospitales del país (de todo el país, convengamos) y la salud no es buena. No tiene vergüenza este sujeto.
En muchos años de ejercicio del periodismo de opinión y en algunos más de militancia política, creo que esta es la campaña más sucia que he visto en mi vida, y tengo mucho miedo de que lo que queda de aquí hasta al 22 de noviembre sea todavía peor. Le tengo miedo al fraude porque sé que hay gente que se juega la vida (o por lo menos eso cree), más que nada porque apostaron desde hace tiempo a la impunidad que les aportaba y les aportaría por lo siglos de los siglos la perpetuidad del sistema. Esta gente no se quiere ir del poder y está usando las herramientas más mafiosas que existen. Y si ya escribí alguna vez que estoy convencido de que a Nisman lo mataron para evitar que hiciera público lo que sabía, no dudo de que esa experiencia puede repetirse porque los actores son los mismos
De todas maneras confío en la capacidad de la gente, la misma capacidad que demostró cuando Herminio Iglesias quemó un ataúd con la bandera de la UCR. ¿De qué le sirvió? Perdieron esa elección porque la gente no es tonta y sabe que cuando hay tanta desesperación por subir o mantenerse arriba no es precisamente porque deseen altruistamente gobernar para el pueblo, sino para servirse del pueblo y posarse sobre el poder para satisfacer sus más perversos deseos, ya que no los más sublimes (gracias, Les Luthiers).
Este discurso errático, injurioso y a veces sin sentido hace pensar que el kichnerismo cree que la popularidad crece con la sola presencia en televisión. Como decía Minguito, el tema es que “te puede hacer un monolito, pero también un “aujero así” (sic).
“Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen”. Lo dijo Osvaldo Soriano, no Jorge Lanata, por las dudas.

                                            Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

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