jueves, 6 de diciembre de 2012

¡Grande Tácito!

¡Grande Tácito! - Editorial del 7 de diciembre de 2012 Para aquellos lectores del blog, o sea los que no leen la versión impresa de nuestro Semanario, voy a hacer una aclaración necesaria respecto al título de hoy. Tácito fue un historiador romano, y los pocos datos que se conocen de su vida indican que desarrolló una brillante carrera política que le llevó al Senado, así como a ejercer el cargo de cónsul. La obra de Tácito se caracteriza por el riguroso empleo de la documentación, pero se dice que aunque trataba de usar sus fuentes con imparcialidad, su fuerte personalidad acababa imponiéndose, con lo que triunfa la subjetividad. Tácito tiene por objeto escribir la historia de los acontecimientos con una finalidad moralista e instructiva, y lo hace con un peculiar e intransferible estilo literario repleto de agudeza dramática. Su gran poder como historiador radica en su perspicacia psicológica y en la brillantez de sus retratos de personajes. Su estilo es una combinación eficiente de expresiones concisas y pintorescas. Ensalzó los ideales de la República romana y realizó descripciones críticas muy profundas de muchos de los emperadores, obteniendo seguramente resultados que justificaron su expresión. De él, hace ya muchos años, tomamos la frase que nos sirve hoy de lema, y que se repite en la tapa de Crónica desde el día en que un intendente se "enojó" con lo que yo había escrito, y sin ejercer el derecho a réplica, que nunca negué a nadie, se borró de su suscripción personal aduciendo que prefería, con esa plata, "comprarle caramelos a sus nietos". Esa situación ya quedó en mera anécdota, porque los acontecimientos posteriores superaron la instancia entre los protagonistas, pero la frase quedó: "Irritarse por la crítica es considerar que era merecida". Este editorialista lleva escritos 772 páginas como ésta, y muchísimos artículos separados sobre temas diversos, y siempre con su firma, que incluye nombre y apellido completos, como para que no queden dudas acerca de quién está opinando. A su vez el semanario, fundado por Pedro J. Benítez en 1930 y dirigido por mi padre durante varios años y por mí desde hace ya más de diez, se ha caracterizado por tener una opinión ante cada suceso que impacte sobre la sociedad, lo que le valió, incluso, en alguna época, la clausura. No obstante ello, en esta tercera etapa, iniciada en octubre de 1997, solamente en dos oportunidades aquellos que pensaban distinto han ejercido ese derecho, esencial en una democracia, y que supone el respeto por la otredad, y la posibilidad de rebatirlo en el mismo ámbito, demostrando con argumentos y no con caprichos el disenso. La pasada semana escribí sobre dos temas que resultaron polémicos, seguramente porque ya lo eran antes de que yo decidiera opinar sobre los mismos. Uno, el de la página editorial, tenía que ver con el gravísimo problema del ordenamiento del tránsito en nuestra ciudad, y el otro, en la tapa, respecto a la forma en que Basavilbaso y su gente, y sobre todos "sus" lugares (el Colegio y el Partido Justicialista) despidieron (o no) a Alicia Lovera de Gatti, "Polola", en su viaje final. No voy a abundar en los detalles de lo escrito porque están a disposición tanto el ejemplar de Crónica como el acceso al blog. Solo quiero referirme acá a algunas reacciones, de todo signo, que siguieron a la publicación, y que me generan sentimientos encontrados y, algunos, difíciles de digerir. En principio, y porque fue el planteo de la nota de tapa, parece que la referencia a la falta de reacción de las autoridades del colegio en el que Polola se recibió de Bachiller, dio clases de Caligrafía y Dibujo, fue Jefa de Preceptores y Vicerectora, no gustó demasiado. Sin embargo, cuando la lógica indicaría, sobre todo tratándose de un establecimiento educativo formador de alumnos, que se solicitara en el mismo medio un espacio para aclarar las razones por las cuales no se la despidió institucionalmente ni se abrieron las puertas para que sus restos pasaran por el lugar en el que estuvo casi toda su vida, la respuesta a lo escrito fue la inmediata solicitud por parte de la máxima autoridad del mismo de que borremos a la Escuela Secundaria Nº 10 (reitero, otrora Colegio Nacional Basavilbaso, Anexo Comercial) de la suscripción a Crónica. Como no podía presuponer cuál era la causa, me comuniqué con la misma, preguntándole si las razones eran de índole económica (los $ 10 mensuales que sale recibir todos los viernes el periódico), o conceptuales. Obviamente que la respuesta fue que era una consecuencia directa de lo que yo había escrito. O sea no me negaron (era imposible, por otra parte) que la Institución no estuvo presente en su despedida ni abrió sus puertas, ni izó su bandera a media asta, ni nada. Solamente se enojó con el cartero, o sea con quién trajo la noticia a colación. Obviamente que seguiré mandando sin cargo el semanario, ya que considero que un medio con la presencia comunitaria que tiene Crónica y la cantidad de información de interés para el personal y el alumnado, no puede estar ausente en una escuela, no solamente para su uso presente, sino también para su utilización en el futuro. La historia de ese mismo colegio, cuando cumplió 50 años, fue escrita en parte gracias al archivo de este semanario, única referencia escrita de sus primeros años de vida, de sus promociones, de sus cuadros de honor, etc. Y no solamente lo seguiré enviando, sino que consideraré un acto de discriminación el rechazo de su recepción, por lo menos mientras no se me explique adecuadamente la inconveniencia de que Crónica esté presente en ese ámbito. Toda esta temática profundiza su importancia en tanto y en cuanto esta página saldrá publicada justamente el 7D, día que han convertido en emblemático por la aplicación de la Ley de Medios. Creo que los que sentimos cierto temor ante el "pensamiento único" nos ponemos un poco más nerviosos cuando vemos que, sin que todavía la misma esté plenamente vigente, ya hay desde organismos públicos decisiones que atacan la libre expresión. Ejerzo la docencia ininterrumpidamente desde hace ya casi 22 años, siempre en el espacio curricular que hoy se denomina Formación Ética y Ciudadana y antes Formación Cívica, Instrucción Cívica, o, muchísimo antes, cuando la daba el "viejo" Curi, Educación Democrática. Pero nunca enseñé ni aprendí, ni siquiera en tiempos de dictadura militar, que la mejor reacción ante una crítica sea el castigo al crítico. Ya casi sin espacio, lo que me suele suceder muy a menudo, también tengo que decir que la lectura de la página editorial titulada "A quién corresponda" generó en ciertos ámbitos del poder algunas reacciones quisquillosas, sobre todo respecto a la referencia que hice allí al incumplimiento de los deberes de funcionario público por parte de aquellos que ven las infracciones y no hacen nada. No sé qué razones podrán tener quienes se sintieron afectados, ya que, en todo caso, podrían haber hecho lo mismo que sugerí más arriba, o sea solicitar el derecho a réplica, que indudablemente redundaría en beneficio de toda la comunidad, ya que ayudaría a esclarecer a un porcentaje muy alto de la misma, teniendo en cuenta el tiraje de Crónica. Por lo pronto, allí proponía que en vez de preocuparse tanto por incrementar el personal, lo que había que hacer era mantenerlos constantes las 24 horas, mediante turnos rotativos. Y ciertos hechos ocurridos a las pocas horas parecieron justificar el aserto. Por suerte se nota que la opinión de los medios independientes finalmente importa, porque en esta semana se incrementaron los controles, incluso en aspectos a los que antes no se les daba tanta importancia. Tácito, "un maestro", también nos dejó otra frase que contiene un deseo y una enseñanza, y que muchos deberían pegar con un imán en un lugar bien visible, sobre todo para el día después del 7D, y a la hora de entender el rol de los medios: "Que puedas pensar lo que quieras y decir lo que piensas". Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

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