jueves, 5 de mayo de 2011

Caras y Caretas

Caras y Caretas - Editorial del 6 de mayo de 2011
Hay cuestiones que no llaman la atención porque son estacionales. Así como no resulta raro ver caer las hojas en otoño, tampoco asombra que en un año electoral emerjan de golpe cuestiones dormidas, o se pretenda hacer cuentos de hadas o tapar el sol con las manos. Por supuesto que las hojas muertas son mucho más reales que las hadas, y, también que, como dice Marilina Ross, "aunque no lo veamos, el sol siempre está".
Para entrar en tema, y aunque ya veníamos maliciando con qué iban a descolgarse desde el gobierno, o desde el partido del gobierno, que es más o menos lo mismo, nos sorprendieron ingratamente dos cosas que vimos el pasado fin de semana. En el diario Clarín, que siempre fue "oficialista" y que por vaya a saber qué circunstancia de negocios mal paridos de repente se convirtió en el peor enemigo del kirchnerismo, en la edición del sábado 30 (especial porque el domingo 1° de mayo no se editaban los diarios), más precisamente en la página 2, apareció una especie de "columna editorial" firmada por Alejandro Borensztein, uno de los hijos de Tato Bores, en la que, a modo de supuestos avisos clasificados, se descalifica gravemente a la oposición, tildándola tácita y expresamente de inoperante.
Como muestra, y solo como muestra, porque hay más, uno de esos avisos está titulado "Fúnebres", y su texto reza: "Oposición Nacional (QEPD) falleció en abril de 2011. Sus amigos de siempre acompañan a todas las fuerzas opositoras en este triste momento y las despiden con amor".
Más allá del asco que nos da este tipo de "humor político", queda clara la aviesa intención de ese diario, y del multimedios que integra, de defenestrar todo lo que tenga que ver con la política, cosa que a ellos, por supuesto, no les interesa, porque le viene más cómodo el traje de propaladores de las verdades únicas. Por eso se llevaron bien durante unos cuántos años con Néstor Kirchner, hasta que "algo" falló.
Entonces, luego de dejar bien en claro lo que opinan de las fuerzas opositoras en general, entraron a darle "como en bolsa" y sin ningún recato, a todos los dirigentes que se perfilan como líderes en los distintos partidos no kirchneristas. Así "perdieron" Duhalde, Alfonsín, Macri, Solanas, Stolbizer, De Narváez, Michetti, Ocaña, etc. Y en muchos de los casos con menciones procaces y sin estilo. Hasta podríamos decir rayanas en la falta de respeto. Nosotros ejercemos el periodismo y defendemos la posibilidad de expresar las ideas libremente, pero estas manifestaciones son abusivas y no solamente no agregan nada bueno, sino que constituyen en sí mismas un caldo de cultivo para las aventuras golpistas. No nos olvidemos de que Arturo Illia fue derrocado, entre otras cosas, por el impulso que le dieron desde Tía Vicenta (revista de humor de los años '60) a la idea de que era una tortuga, representándolo en todas las oportunidades que tenían con esa figura ostentando su cara. Esa misma "viveza" fue la que llevó a Caras y Caretas (la primera revista de humor de la Argentina y la causa también de nuestro título de hoy, aunque con un doble sentido) a caricaturizar a Hipólito Yrigoyen, días antes de su caída, dibujándolo al frente de su gabinete, en la cubierta de un barco pronto a naufragar. Y como si no alcanzara con eso, esa misma revista publicó, a poco del golpe militar de 1930 que "la revolución del 6 de septiembre pasará a la historia como uno de los hechos más importantes desarrollados en el escenario argentino (…) La revolución tuvo el imperio de levantar el patriotismo del pueblo hasta límites insospechados".
Estamos obligados a intercalar acá que cualquier semejanza entre esto y lo que sugerimos al principio, es pura casualidad.
Pero la cosa no termina acá. El otro gran medio gráfico argentino, el diario La Nación, que no se queda atrás en su prédica reaccionaria, pero por lo menos tiene, en su defensa, el concepto de que siempre fue así, desde su misma creación por un prototipo de ese pensamiento, el Gral. Bartolomé Mitre, está desde hace ya un tiempo, a través de los dibujos de Nik, sobre todo en su faceta de humorista político, haciendo creer a los lectores que no hay opciones en la vía democrática, lo que agregan a su convicción (que compartimos, mal que nos pese) de que de este gobierno no se puede esperar nada.
Vergüenza ajena nos dieron estas dos apreciaciones que desde Clarín y La Nación se hicieron, porque, como decimos, conllevan la proposición de que no existen alternativas a lo malo de esta gestión. Y fíjese, amigo lector, que aunque alguna vez ya tocamos este tema, pero desde otro enfoque, en un editorial titulado "El Menosmalismo", no es lo mismo criticar a los defensores a ultranza del kirchnerismo que a los propietarios e ideólogos de estos dos medios. Y no es lo mismo porque, por lo menos a priori, la opción del partido del gobierno es continuar en la senda de la gestión democrática, incluso si el resultado electoral de este año no los favorece.
En cambio los otros, los que están acostumbrados a manipular la opinión pública, lo hacen en la serena convicción de que algún día volverán a gobernar teniendo como títere a un gobierno de facto o uno seudodemocrático.
De todas maneras ambos, los partidarios del "menosmalismo" y los propietarios de los grandes medios periodísticos, comparten algo. Los dos sectores están convencidos de que, después de ellos, viene el diluvio. Y de esa manera ningunean a los que piensan distinto, olvidándose, incluso, de que aún si triunfara el Frente para la Victoria, por cifras similares a las que obtuvo Cristina Fernández en 2007, seguirá habiendo un 50% de argentinos que no piensan como ellos. ¡Y eso no es poco!
En esa misma página de Borensztein en Clarín, se habla con sorna de los supuestos acuerdos entre los partidos políticos de la oposición, de la misma manera procaz que utiliza para todo, e incluso de peor manera. Pero lo hace con toda intención, como queriendo demostrar que los que piensan distinto son una "bolsa de gatos".
Y si bien es cierto que muchas de las alianzas que se están tejiendo por estos días, a nivel nacional y provincial, hacen temer por la posibilidad de gobernar, en caso de ganar, con ideas políticas tan diversas, tampoco debemos olvidar, precisamente, que el FPV tiene en su seno figuras tan disímiles como Moyano y Eric Calcagno, solo por dar un ejemplo, y pensamientos tan enfrentados, por lo menos ideológicamente, como los de la Juventud Sindical con los de "La Cámpora".
Si uno tuviera acceso a esos medios, de manera seria, tanto como a los máximos referentes del kirchnerismo, querría preguntar: ¿Qué hacemos, entonces, los que no creemos en el proyecto de los Kirchner? ¿Nos vamos del país?
Estamos persuadidos (¡si estuviera todavía Raúl!) de que el camino no es el de pegar saltos de partido en partido, ni cuando lo hacen los que ahora se abrazan al gobierno nacional, ni cuando se trata de los que pretenden la unión de todos contra "los otros", siguiendo en los dos casos el reclamo de intereses mediáticos.
Si lo que hay que lograr es profundizar los cambios que, sería necio no reconocer, realizó el gobierno en el campo social, nada obsta a que, en un sistema republicano, pueda hacerlo con seriedad otro sector de la ciudadanía, por lo menos para rebatir tanta declamación propagandística.
"La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea. Es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabas: Sí o No" (Octavio Paz).
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

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