Una historia de vida -
Editorial del 1 de mayo de 2015
En muy
contadas ocasiones he utilizado este espacio para escribir sobre cuestiones
personales, pero creo que esta es la primera vez que lo hago con la simultánea
búsqueda del efecto rebote que pretendo logre la historia que voy a contar.
Mi única tía
viva, que, como lo he dicho ya, fue una especie de segunda madre para mis
hermanas y para mí por múltiples razones, y luego cumplió un rol similar
también con mis hijos, sufrió un accidente doméstico el pasado domingo 18,
propio de sus casi 85 años de edad y de la fragilidad de su cuerpo. Como suelen
decir los médicos, se quebró antes de caerse, o se cayó porque se quebró, en
este caso el cuello de la cabeza del fémur, denominado trocánter, de su pierna
izquierda, por lo que fue internada inmediatamente en el Hospital “Sagrado
Corazón de Jesús” de nuestra ciudad, con la intención de gestionar rápidamente
su derivación a un centro de mayor complejidad, ya que como todos sabemos
nuestro excelente nosocomio no cuenta con la infraestructura necesaria para ese
tipo de intervenciones quirúrgicas.
Como
afiliada al PAMI a ella le correspondía, por la cápita, el Hospital de Zona
“Justo José de Urquiza” de la cabecera de nuestro departamento, o sea la ciudad
de Concepción del Uruguay, por lo que, consciente de ello, y siendo el único
familiar directo acá, comencé a gestionar lo que técnicamente se denomina
“rechazo”, y que me permitiría llevarla al Hospital “San Martín” de Paraná. Ese
trámite es necesario pese a que el PAMI es una mutual nacional, y tiene que ver
con que el “Urquiza” corresponde a la UGL (Unidad de Gestión Local) Concordia,
y el “San Martín” a la UGL Paraná. Aun cuando a mí me parece una absurda
burocracia que incluso se contrapone con algunos preceptos constitucionales
expresados en los artículos 14 y 16 de nuestra Constitución Nacional, no me
quedaba otra que seguir los pasos administrativos establecidos, que además no
son nada excepcionales, ya que muchas veces ha ocurrido que por diferentes
motivos se indica la intención de saltear la primera opción.
De manera
que el mismo lunes me comuniqué telefónicamente con el Hospital Urquiza, con la
idea de hablar con el Director del mismo, el Dr. Carlos Cherot. Como dicho
profesional no se encontraba en el establecimiento me “pusieron” con el Dr.
José Gadea, que tiene el cargo de Secretario Técnico, a quién, rápidamente, le
hice saber mi solicitud, así como las razones, que por supuesto entendió, y me
dijo que no tendría inconveniente en firmar el citado “rechazo” cuando
estuvieran dadas las condiciones para su traslado a Paraná.
Fue así que
el jueves 23, luego de ser excelentemente atendido en el PAMI de Concepción del
Uruguay por la Sra. Viviana Rearte, encargada de la Delegación, y según su
indicación, me dirigí al nosocomio de esa ciudad para que me firmen el rechazo
y conseguir así la derivación de mi tía, que ya estaba corriendo serios riesgos
de salud por la demora. Al llegar al mismo el Dr. Gadea, que me había prometido
telefónicamente la firma, no estaba, y el Dr. Cherot adujo estar “muy ocupado”
para atenderme.
Volví, pues,
a mi ciudad, Basavilbaso, y me preparé para encarar al día siguiente, ya
viernes, lo que yo consideraba un compromiso de honor conmigo mismo y sobre
todo con mi tía: que pudiera llegar al “San Martín”, que allí la trataran como
correspondía, que se pudiera pedir la prótesis, y que, finalmente, se la
operara, con el agregado de altísimo valor para mí (y sobre todo para ella) de
que una de mis hijas, Clarisa, médica residente de anestesia, estuviera en el
equipo que le hiciera la cirugía. Esa era una de las razones que le había
expuesto el lunes al Dr. Gadea. La otra, seguramente más importante, tiene que
ver con que en mi rol profesional soy abogado patrocinante en una causa
judicial que involucra, aunque sea tangencialmente, a parte del equipo médico
que se ocuparía allí del caso, y eso me preocupaba muchísimo, al punto de no
querer pasar por la instancia de que un resultado adverso pudiera ser
adjudicado, aunque sea inconscientemente, a esa situación.
Fue ese
viernes 24, entonces, uno de los días más complicados de mi vida, por culpa de
una mente retrógrada que se empecinó en hacérmela difícil por puro gusto nomás,
asegurándole a quién quisiera escucharlo que yo no iba a poder conseguir la autorización
sin su firma. Algunos amigos me escucharon hablar esa mañana por la radio, y
habrá habido más de uno que dudara de la seguridad que yo demostré respecto a
que esa tarde mi tía iba a estar en Paraná, y por intermedio del PAMI.
Para eso
tuve que discutir, explicar, amenazar (en el alcance jurídico de la palabra), y
demostrar hasta dónde estaba dispuesto a llegar para evitar que mi tía Elena
quedara inválida para el resto de su vida, que no importa acá cuánto pueda ser
en realidad.
Y
efectivamente, a las 13,10 hs. tuve en mis manos la OP, que es la autorización
de derivación firmada por el Director de la UGL de Concordia, obviando la firma
del director del Hospital Zonal “Justo José de Urquiza”, y a las 14,15 ella
estaba a bordo de la ambulancia del “Hospital de Todos”, camino a Paraná, a
donde llegó a las tres horas, fue internada y traccionada su pierna para evitar
que un callo mal formado se la dejara
torcida irremediablemente para siempre.
Me quedan,
entonces, “en el tintero”, como para que esta experiencia mía y de mi familia
no haya sido en vano y otros puedan sacar conclusiones para saber qué hacer
ante una caso similar, algunas preguntas sin respuestas y, por supuesto, varios
y merecidos agradecimientos.
Para empezar
con la “buena onda”, aunque este Semanario es seguramente el ámbito en donde
más se vuelcan las loas a la atención que reciben los pacientes en nuestro
“Hospital de Todos”, las debo reiterar acá, personalizándolas en algunos de los
casos. En primer lugar, y porque es el Jefe de Clínica Médica, al Dr. Mario
Vicentín, que en muchos momentos de esta cruel semana hizo más de lo que debía,
sorprendiéndome gratamente, incluso. Y a eso debo decirlo. A las enfermeras y
enfermeros; al personal de maestranza y cocina, al chofer de la ambulancia que
la trasladó a Paraná y a la enfermera que la acompañó.
Y entre las
preguntas sin respuestas, respecto a lo de acá, me queda la duda en cuanto al
rol que cumple el médico traumatólogo que atiende los martes, ya que no me
quedó nunca en claro si es solo de consultorio o su obligación comprende
también la atención en sala, dado que desde el servicio de traumatología del
San Martín se mostraron sorprendidos de que acá no se la hubiera traccionado,
constándome que existe la aparatología necesaria para ello. Un amigo usaba una
parábola para justificar de alguna manera la presencia de ese especialista,
diciéndome que si uno va por el desierto, muerto de sed, y lo único que
encuentra es agua sucia ¿qué hace? Por supuesto que toma el agua sucia.
Explicando yo, previamente, que la comparación tiene que ver con la función y
no con la persona, entiendo que el hospital debería explicarle a la gente cuáles
son las incumbencias profesionales de este médico, así cada uno sabe qué agua
va a tomar.
Como acá
terminan las cuestiones referidas al “Sagrado Corazón de Jesús”, pasaré
brevemente al “Justo José de Urquiza”, y brevemente porque precisamente breve
fue el “no paso” de mi tía por ahí, por culpa exclusiva de un funcionario
excedido en sus funciones, altanero y prepotente, que pensó que iba a poder más
la razón de la fuerza que la fuerza de la razón. ¡Y así quedó! Me parece que
debería preocuparse más en averiguar cuáles son las obligaciones que tiene como
director full time, que no incluyen, desde ya le aviso, ejercer como cirujano
en un establecimiento médico particular.
"Debemos
trabajar con pasión. Siempre habrá tiempo para el ocio, en beneficio de todos.
Hemos de esforzarnos para mejorar individualmente, pero entendiendo que somos
parte de una sociedad que demanda nuestra participación. Cuanto más destacada
sea nuestra posición más grande será nuestro compromiso social. Hay que
aprender a no marearse con la altura de la montaña. En la montaña de la vida
nunca se alcanza la cumbre"´. Dr. René Favaloro
Dr. Mario Ignacio
Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso
Estimado Mario:
ResponderEliminarEn referencia al artículo editorial ¨Una historia de vida¨, de fecha 30/04/15, y dado que allí se platea que el hospital debería explicarle a la gente cuáles son las incumbencias profesionales de este médico -en referencia al Dr. Mauro Lombardo, Médico Especialista en Traumatología y Ortopedia- cumplo en modificar el condicional al presente...ergo DEBO informarte (ante tu requisitoria), así como a ¨la gente¨, que el Dr. Lombardo brinda asistencia especializada en Consultorio Externo los días Martes por la mañana, en general a partir de la hora 9:00, asistiendo consultas programadas, así como aquellos casos derivados por la atención de la Guardia como ¨urgencias¨. Asimismo, realiza las Interconsultas de aquellos pacientes internados por situaciones atinentes a su especialidad. En dicho sentido, entiendo que evaluó a tu tía, no indicándole la tracción que parece ser la conducta que asumen habitualmente en ¨el servicio de traumatología del San Martín (sic)¨.
A este respecto, resulta interesante realizar una consulta académica seria, por ejemplo a la Biblioteca Cochrane -http://www.cochrane.org/es/CD000168/traccion-preoperatoria-para-la-fractura-de-cadera-en-adultos-:
Título: Tracción preoperatoria para la fractura de cadera en adultos.
Conclusiones de los autores: A partir de las pruebas disponibles, el uso rutinario de la tracción (cutánea o esquelética) antes de la cirugía de una fractura de cadera no parece ofrecer beneficio alguno. Sin embargo, las pruebas tampoco son suficientes para descartar las posibles ventajas de la tracción, en particular para tipos específicos de fractura, ni para confirmar complicaciones adicionales debidas al uso de la tracción. Debido a la falta cada vez mayor de pruebas sobre el uso de la tracción preoperatoria, los médicos que aún la utilizan deben asumir la responsabilidad de interrumpir su uso o sólo utilizarla en el contexto de un ensayo controlado aleatorio bien diseñado.
Investigación: Se buscó en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Lesiones óseas, articulares y musculares (Cochrane Bone, Joint and Muscle Trauma Group) (abril de 2011), Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (en The Cochrane Library 2011, número 4), MEDLINE (1948 hasta abril, semana 2, 2011), EMBASE (1980 hasta 2011, semana 16) y en CINAHL (1982 hasta el 1 abril de 2011), en resúmenes de congresos, registros de ensayos y listas de referencias de artículos.
O sea que, respecto a ¨ cuáles son las incumbencias profesionales de este médico¨, ellas parecen resultar de la utilización de SU criterio profesional, de acuerdo a SUS conocimientos especializados, oportunamente EVALUADOS en el correspondiente nivel del Ministerio de Salud para su habilitación como especialista en tal expertiz.
Espero esto permita apartar la duda manifestada.
Muchas gracias por permitirme esta aclaracíon y a tus órdenes.
Dr. Sergio Giordanengo
Director
Hospital Sagrado Corazón de Jesús.-