Inconstitucionalidades
- Editorial del 1 de abril de 2016
Aquellos que son lectores habituales de Crónica saben que el semanario
no salió la semana pasada, teniendo en cuenta que debería haber estado en la
calle entre jueves y viernes, siendo estos dos días tan sagrados para la grey
cristiana.
Pero algunos hechos ocurridos me obligaron a expresar mi opinión sobre
ellos por otros medios, sin esperar a esta edición, y con ella al editorial
correspondiente, en el que ahora ahondaré sobre los mismos temas, haciendo
algunas salvedades que nunca están de más.
Siempre he tratado, y creo que lo he logrado, de no mezclar las
distintas actividades que ejerzo, y, a la vez, que ninguna de ellas me
condicione ni me obligue a dejar de decir lo que pienso. En este caso ni mi
afiliación política a uno de los partidos integrantes del frente Cambiemos, que
gobierna nuestra ciudad, ni mi condición de director del Coro Municipal
"Magnificat", me pueden impedir decir lo que pienso, sin ambages.
El primero de los actos de gobierno que a mi entender da lugar al
título, y reconociendo que estoy tratándolos en el orden inverso al de su
ocurrencia, fue la decisión del Honorable Concejo Deliberante de votar una
Ordenanza basada en un proyecto impulsado por el bloque de Concejales de
Cambiemos por el que propusieron "la realización de un estudio de impacto
socio-económico-ambiental que establezca como resultado la generación de una
norma regulatoria para las habilitaciones comerciales cuya actividad sea la de
autoservicios, supermercados y/o similares actividades comerciales". Y
hasta tanto se puedan concretar estos estudios "suspender todo inicio de
trámite para el otorgamiento de habilitaciones hasta el 31 de diciembre de
2016".
Sin profundizar demasiado en el tema, y haciendo la salvedad que, ya
advertí peligrosamente por estos días, se debe hacer hoy por hoy de que no
somos enemigos solo por el hecho de pensar distinto, y coincidiendo con el
Concejal Daniel Rinaldi en que la finalidad es la de "defender a
comerciantes como 'Pedro' Mista y Julio Fistein, y otros tantos comerciantes de
la localidad que hacen a la idiosincrasia del pueblo", no entiendo por qué
la norma se circunscribió a ese ramo, y quizás haya sido esa limitación la que
generó las observaciones suspicaces de las que se queja Daniel. Digo yo, por
ejemplo, ¿por qué no se manifiesta la misma preocupación por la atención en la
ciudad de profesionales que compiten directamente con los locales?, o ¿por qué
no se tiene en cuenta a las zapaterías, tiendas (perdón Verónica Obispo por
"robarte" la idea), corralones de materiales, medios periodísticos,
agencias de venta de automotores, etc.? O sea, directamente cerremos la ciudad
a toda inversión de fuera de la ciudad, incluyendo también las que
posibilitaron que creciera Termas, por ejemplo. Y hagamos el análisis que propone
la norma para todos los rubros, atendiendo a que, según nuestra Ley
Fundamental, todos somos iguales ante la ley.
Es justamente la Constitución Nacional la que establece, en su art.
14, que "Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y
ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar…"
Al disponerse por una norma que no es ley limitar algunos de estos
derechos, el municipio se está exponiendo a la posibilidad de que quién
pretenda instalar un comercio de ese tipo lo solicite igualmente, obviando la
Ordenanza, y luego presente una Acción de Amparo, que sin dudas tendrá
respuesta positiva en la Justicia. Y lo mismo podría ocurrir, contrario sensu,
y me pongo como ejemplo para no exponer a nadie más en este pensamiento, si a
alguien se le ocurriera editar otro semanario en Basavilbaso. Yo podría exigir,
por el mismo medio que expliqué más arriba, que la limitación no se
circunscriba a los supermercados, sino que se amplíe a cualquier tipo de
emprendimiento que compita con el mío. Pensemos si de aquí al 31 de diciembre
de 2016 no se podría dar un hecho como ese.
Y la otra cuestión tiene que ver, obviamente, con el "Cabildo
Abierto", con el que, como ya dije hace un tiempo, estoy en total acuerdo
en los fines, pero en total desacuerdo en los medios.
En primer lugar hablaré de los acuerdos. Me parece muy positivo que un
gobierno que no tiene experiencia política pretenda saber, de boca de los
ciudadanos de su pueblo, si están haciendo las cosas bien, o, en todo caso, qué
se debería cambiar.
Los medios de democracia directa ya están específicamente definidos en
la Constitución Nacional, en la de Entre Ríos, y en la Ley Orgánica de
Municipios N° 10.027. Y en ninguna de ellas está prevista esta figura, con lo
que caeríamos, aún sin quererlo, en otra inconstitucionalidad, ya que el mismo
artículo 14 de la CN que hemos citado en el tema anterior, dispone que el
derecho de peticionar a las autoridades es de orden constitucional y de él
gozan todos los habitantes de la Nación, de acuerdo a las "leyes" que
reglamenten su ejercicio. En aquella oportunidad dijimos que, según nuestra
opinión, y teniendo en cuenta que Basavilbaso, por tener menos de 10.000
habitantes (exactamente 9.947 según el último censo), no puede tener su propia
Carta Orgánica, la única salida medianamente legal hubiese sido la de dictar
una Ordenanza al efecto. Como eso no se hizo, y, para colmo, según lo poco que
se ha podido saber al respecto, uno deberá anotarse y decir con anticipación
acerca de qué tema pretende inquirir, y, además, estarán prohibidas las
repreguntas, habrá otro derecho constitucional vulnerado, que es el de publicar
sus ideas sin censura previa. De esta manera muchos de los que pensábamos
asistir no lo haremos, justamente para no adherir, con nuestra presencia, a un
modelo formalmente inhábil. Y hasta sería posible plantear una Acción de Amparo
para impedir su realización, dado que para ello se habilitan días y horarios en
la justicia, o sea que se puede hacer incluso por la tarde del viernes.
Obviamente que yo no lo haré, pese que mi condición de abogado me lo permitiría
sin mayores obstáculos, pero con esto quiero dejar expresado que a veces no
alcanza con la voluntad de hacer algo, sino que hay que estar seguro, cuando se
trata de cuestiones de orden público, de que ello es posible, legal y
fácticamente.
Esto último lo digo porque, al no tener poder coercitivo, será muy
difícil para los organizadores, o para los moderadores, hacer cumplir los
tiempos, las temáticas y el impedimento a las repreguntas, ya que nadie tendrá
la facultad de impedirlo. No se podrá llamar a la policía, porque al no haber
norma legal incumplida no hay delito ni contravención que justifique su
participación.
Reitero. No quiero poner piedras en el camino. Solo advierto que hay
cosas que no se están haciendo bien, pudiendo hacerlas bien. Y que no siempre
lo legítimo es legal, o, dicho de otra manera, un acto puede ser a su vez
legítimo pero ilegal. Esto en la ciencia denominada Ética se describe como
"dilema moral", ya que uno debe tomar una decisión que lo hace
caminar por la cornisa, corriendo el riesgo de caer en el abismo.
Ser ciudadanos significa mucho más que emitir un voto para elegir
conscientemente a nuestros
representantes; más que estar informados de nuestros deberes y derechos.
Significa defender y transformar, a
través de la participación democrática y legal, el lugar de poder que las
personas puedan ocupar en las instituciones en las que participan.
Ser ciudadano también es más que un sentimiento patriótico hacia el
país y sus símbolos: es defender la construcción de un orden social justo, que
exige participación política y responsabilidad social.
Sin pretender dar una clase de la materia que dicto hace veinticinco
años en el colegio, la formación ciudadana considera la convivencia social como
un problema de los ciudadanos en tanto sujetos sociales, es decir, responsables
de la construcción de un orden público que supone el respeto por las normas y las
leyes que ellos mismos establecen.
Para sintetizar, no estoy en desacuerdo con el principio de permitir
que el pueblo mismo decida sobre las cuestiones importantes. Pero, señores, no
es esto lo que se pretende, o por lo menos yo lo interpreto así, con este
Cabildo Abierto.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario
Crónica de Basavilbaso
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