jueves, 25 de noviembre de 2010

El “menosmalismo”

El “menosmalismo” - Editorial del 26 de noviembre de 2010
Desde la muerte de Néstor Kirchner se ha agudizado en algunos la convicción, que ya era preexistente, acerca de que los gobiernos de Néstor y de Cristina son lo "menos malo" (de ahí nuestro título de hoy) que nos puede pasar, con lo que, acostumbrados como estamos a conformarnos con la sobras, debemos entender, como lo hacen ellos, que este es el mejor período de la Historia Argentina.
La táctica y la estrategia utilizadas terminan siendo maquiavélicas, ya que se habla solamente de las cosas que están bien hechas, y aún así se las menciona aisladas de las restantes realidades de éste y de los otros gobiernos.
Así, cuando alguien pretende que se le expliquen ciertas "irregularidades", enseguida empiezan con las acusaciones de gorila o de servidor de los monopolios mediáticos.
Una de las cosas que nos gustaría que nos hicieran entender, en vez de enojarse tanto, es por qué si se autoproclamaron "peronismo de izquierda" y reconocen sus vertientes ideológicas en los movimientos sociales de los '70, se están aliando con sectores impresentables del sindicalismo que no buscan otra cosa que su enriquecimiento personal. ¿Dime con quién andas?
Tampoco se conocen las razones, simplemente porque nadie las da, del cambio de destinatarios de los planes asistenciales. Antes, en lo que puede considerarse el mejor momento del kirchnerismo, se los daban a las organizaciones sociales, mientras que ahora los manejan los señores feudales del conurbano bonaerense, que los reparten "cómo se les canta", que viene a ser a cambio de votos.
Y en las provincias argentinas, una de ellas la nuestra, esos fondos sirven para el mismo fin, separando las aguas entre amigos y enemigos, aunque suene fuerte el término.
Es indudable que los kirchneristas propusieron algunas cosas buenas, aunque llenas de trampas. Y lo peor de todo es que no permitieron que se las mejorara, justamente porque iban a quedar en descubierto esas trampas. Y no son pocas las oportunidades en que para defender a los banqueros ladrones y, de paso, hacer negocios, terminan juntándose alegremente con lo que ellos, desde sus prístinas conciencias, denominan "la otra derecha".
No puedo entender, por más que me lo expliquen y que lo adornen, cómo puede ser considerado el "menos malo" un gobierno que le prorrogó la concesión de Cerro Dragón, el yacimiento de petróleo más grande del país, a la British Petroleum, hasta 2047, por una miserable regalía. ¿O es acaso el menos malo de la historia pese a haber vetado la Ley de Glaciares, en beneficio de la Barrick Gold, para destruir y envenenar nuestra cordillera? Pero, es claro, mientras aplaudimos el gesto de bajar los cuadros de la ESMA (lo que está bien), Cristina se abraza en la reunión del G-20 con los que representan ese poder económico, y dice, genial e inocentemente: "lo único que hicieron es felicitarme".
¡Al lado de esos monstruos que se comen todo lo que encuentran, el multimedios Clarín es un cachorrito de caniche toy!
Y ya que estamos en el baile, bailemos. Esa lucha contra Clarín, que encabeza 6, 7, 8 desde la revolución que pretende hacer en Facebook (sentaditos frente a la notebook, por supuesto) o en marchas "autoconvocadas" en las que las pancartas parecen hechas por Versace, es justificada, pero, como dicen ahora los chicos, me parece que se "bardearon".
En esa constante que tienen los defensores a ultranza del modelo, también ocultan que no hace mucho tiempo Néstor y Cristina (él y ella, para estar de acuerdo con el alegre "todos y todas") aceptaron la fusión de Multicanal con Cablevisión (del mismo multimedios). Y para esa época ya era por todos conocida la apropiación de Marcela y Felipe. A nadie le escapa que este hecho pasó a ser importante para los Kirchner sólo después de la "guerra con el campo", que los hizo cargar contra el eje Cobos-Clarín, olvidando el pasado común de los tres. Es también claro que la diferencia está en que, algunos, nunca compramos Clarín, no fuimos nunca kirchneristas, y no estamos de acuerdo con lo que hizo Cobos. Bueno; no estamos de acuerdo con lo que hizo Cobos cuando aceptó compartir la fórmula. No con lo que hace ahora. Con eso sí estamos de acuerdo.
Y respecto a otro tema del que el kirchnerismo se ha adueñado, como es el de los Derechos Humanos, es cierto que este gobierno (dos en uno) hizo mucho por los juicios a los represores de la dictadura, pero también es cierto que no hizo nada por desmantelar el aparato represivo estatal heredado del Proceso.
Y, en todo caso, para quitarse modestamente méritos, deberían reconocer primero que si hubiese ganado el peronismo en el '83, poco de lo que hoy están haciendo se hubiese podido hacer. Basta con leer los discursos de los candidatos del PJ de aquél momento (de los que se pueden leer, porque hay algunos como los de ¡Herminio Iglesias! que ni siquiera se merecen ser leídos) para darse cuenta que la amnistía total y definitiva a las juntas se iba a votar al día siguiente de ganar las elecciones. Solamente porque ganó Alfonsín, con todas sus imperfecciones, hoy tenemos a los jerarcas presos. Sí, hubo Obediencia Debida. Sí, hubo Punto Final. Pero primero, señoras y señoras, hubo Juicio a las Juntas. Algo que, sin más, y para aquellos que defienden el principio de "el menos malo", permite que no queden dudas de que el gobierno radical que recuperó la democracia fue el mejor de los menos malos.
Para intentar compararse con lo que consiguió el "padre de la democracia", y ubicarse por lo menos en el podio del "menosmalismo", Néstor y Cristina deberían haberse negado, por ejemplo, a pagar al FMI la deuda de la dictadura, de Menem y de De la Rúa. Eso hubiese sido, por lo menos, comparable a la decisión de juzgar, por primera vez en la historia del mundo, a los represores en el mismo escenario de sus atrocidades, y a pocos días de haber abandonado el poder.
Lo que sí le reconozco (y hasta le admiro) a este gobierno, es habernos recordado que la política es la única herramienta para transformar la sociedad y, a partir de esa premisa, haber impulsado una amplia discusión. Hace diez y hasta veinte años que no se discutía tanto de política. Ni siquiera entre sectores medianamente politizados. Hoy la discusión política surge en cualquier lado, en cualquier ámbito. Y eso es bueno, porque entre otras cosas servirá para estar preparados, y desenmascarar, a aquellos que, en las próximas elecciones, vengan a intentar ocupar un lugar en las listas por supuestos derechos adquiridos que nunca existieron, o que, en todo caso, ya están prescriptos.
Para concluir, entonces, y por si no quedó claro (y esto es muy personal, ja), no estamos de acuerdo con el enfoque pobre y sacado de contexto que hace 6, 7, 8, órgano oficial del "menosmalismo". Si uno mal no entiende, lo que pretenden hacernos creer es que o estás "con el gobierno popular y progresista", o "sos un vendido que le hace el juego a la derecha".
La realidad nos indica que acá no hubo una real redistribución de la riqueza, que acompañara el brutal crecimiento de la economía. Se continuó con la extranjerización de la tierra, la destrucción del bosque nativo (no hace falta más que, para muestra, recorrer nuestra Ruta 6), los subsidios a los grupos económicos y empresas privadas sin exigir el cumplimiento de las condiciones contractuales, etc. O sea, "casas más, casas menos", igualito al menemismo.
Por supuesto que la lista sigue. Solo quería dar un par de datos para que, algunos amigos, dejen de defender lo indefendible.
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

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