Bassogate II – Editorial del
28 de octubre de 2016
La pasada
semana hicimos un “mix” entre una nota de opinión que tenía este título (sin el
II) y la repetición de un editorial anterior, porque creímos que la gravedad
del accidente ocurrido en la Ruta 20 ameritaba que tratáramos ese tema. Pero igualmente,
luego de explicar qué quería decir “Bassogate”, hicimos referencia a dos cuestiones
que nos preocupaban políticamente, y ahora debemos agregar, por la rapidez con
la que suceden las cosas, otra que, en una de esas, y desde lo coyuntural, que
por otra parte es la más frecuente ocupación del periodismo, es hoy más grave e
importante.
El primero
de los temas que proponíamos para el trato a futuro tiene que ver con la forma
en que se eligieron las autoridades en los dos partidos políticos
históricamente más importantes, o sea la UCR y el PJ. En el primero de los
casos en todos los órdenes, o sea provincial, departamental y local, y en el
Justicialismo, por ahora, solo a nivel local.
En tiempos
de tanto hablar de democracia como forma de elección y de vida, llama muchísimo
la atención que en reuniones a puertas cerradas, con una convocatoria que no
sabemos de qué manera fue hecha, un grupo (en este caso uno de cada partido) se
haya juntado para arrogarse representación plena, abjurando de las urnas como
forma indiscutida de postulación y determinación. Es más, a nosotros, que
normalmente recibimos Partes de Prensa de esos partidos con todo tipo de
información para publicar (en esta edición justamente hay un comunicado del PJ
referido a la pérdida de puestos de trabajo en nuestra ciudad), no se nos
solicitó que diéramos a conocer a los afiliados de dichas agrupaciones día,
hora y lugar de la sesión en la que, aunque sea obviando las llamadas
“internas”, se formalizaría “lista única”. Esa es, sin dudas, una forma de
proscripción, más allá del respeto, y en muchos casos el afecto personal, que
nos une a muchos de los que integran las nuevas conducciones, en los dos
partidos. Pero, sin hacer “periodismo militante”, el lector sabe que estoy
afiliado a uno de esos dos, y a mí nadie me avisó nada. A la luz de otros
acontecimientos que trataremos hoy, la representación genuina y el apoyo
indiscutido y expreso de la mayoría da sustento a ciertas decisiones que se
toman luego, y que requieren indudablemente del consenso ideológico que esta
manera de elegir las autoridades no asegura.
Por suerte,
y aunque sea una pequeña isla en el mar de los errores, este próximo domingo el
Comité Radical de Gualeguaychú dará una muestra cabal de cómo se hacen las
cosas, ya que ahí sí habrá dos listas surgidas previa convocatoria, y la que
gane tendrá la tranquilidad de haberlo hecho de acuerdo a los logros de tantos
años de lucha por elecciones libres. Lejos debería quedar el tiempo en que un grupo
de “patrones de estancia” decidía el destino, no solo del partido, sino también
del país. Justamente hace muy pocos días se cumplió un nuevo aniversario de la
asunción del primer gobierno surgido por el voto universal, secreto y
obligatorio de la Ley Sáenz Peña.
Hasta aquí,
entonces, el tema estructural, que considero de fundamental importancia para el
devenir de la democracia. Si obviamos a la otredad, estamos “al horno con
papas”.
Pasamos
entonces, ahora, a dos temas que en principio hacen a la coyuntura, y por ahí
podrían haber pasado desapercibidos, pero, a nuestro entender, algún “descuido”
a la hora de su tratamiento generó polémicas que eran previsibles, en el
primero de los casos, y en el segundo muchas todavía imprevisibles e
impredecibles.
Yendo por
orden, hace unas semanas el Municipio convocó a una Conferencia de Prensa a fin
de tratar la problemática de las Viviendas Rurales y de la red cloacal del
Barrio Estrada, temas íntimamente relacionados entre sí, y quizás de los más
controvertidos entre la gestión anterior y esta. A nuestro entender la
confusión que se generó al mezclar las finalidades, ya que junto a los medios
de prensa estaba la mayoría de los adjudicatarios del citado plan de viviendas,
unido a cierta falta de precisión en las respuestas, hizo que no nos quedara
demasiado en claro casi nada de lo que allí se habló. Nosotros no estamos seguros,
y a esta altura eso es preocupante, ni siquiera del grado de avance de la obra
ni del destino de los fondos, ni, mucho menos, de la magnitud de los mismos. No
se aportaron pruebas indubitadas y las explicaciones no fueron claras. Además,
y esto le agrega gravedad al asunto, el peso volvió a recaer en la figura del
Presidente Municipal, lo que por una parte le resta entidad a su equipo de gobierno,
y por otra nos hace recordar no con mucha alegría dos momentos ingratos: el
primero el discurso de fin de año y el segundo el anuncio del virtual atentado
en contra de su persona. Es por eso, y aunque después una amiga se sintió
molesta, que recurrimos en algún momento a nuestro entrecruzamiento de
profesiones, y “exigimos” que se dejara actuar a la justicia, pero tomando
frente a ella un rol participativo. Si bien intentaron “corrernos con la
vaina”, entendemos que aun cuando el Código de Procedimientos Penales de Entre
Ríos prohíbe a la Administración Pública constituirse en querellante, porque se
supone que ya está representada por el Fiscal, queda abierta la posibilidad de
la Acción Civil, e, incluso, por lo menos, el intento de que sea querellante en
forma personal el Intendente. Como nada de esto se hizo, la denuncia principal
ya lleva casi un año de Investigación Penal Preparatoria, y ni siquiera
nosotros nos aventuramos a pronosticar un resultado.
El otro, y
último tema, tiene que ver con el acto realizado el viernes pasado en el propio
despacho del Presidente Municipal, aunque sin su presencia, y que tenía como
objetivo, según la noticia emanada de la Coordinación de Cultura de nuestra
ciudad, la entrega del recordatorio “Remembered with Honour” (algo así como
“recordado con honor”) a la ciudad de Basavilbaso en razón de que un veterano
de guerra inglés, Ronald Albert Coward, que muriera en la segunda contienda
mundial, más precisamente el 1942, había nacido aquí. El problema se generó
básicamente en el desarrollo del acto, que en principio, a nuestro modesto
entender, alguien debería haber previsto que podía devenir en un final político
y polémico. Es que los que entregaron el presente, en nombre de una asociación
denominada “Commonwealth War Grave Commision”, lo hicieron luciendo uniforme
del ejército inglés y, lo que es más grave, en las palabras alusivas que
estuvieron a cargo de la “sargento” Mitchell, se dejó expresamente claro que
dicho homenaje se hace a todos los soldados de dicho ejército caídos en las
guerras en las que ese país participó, incluso, cuando preguntamos si eso incluía
a Malvinas, nos contestaron que sí.
Ahí es donde
creemos estuvo el punto crucial de la ceremonia, y es donde se justifica
nuestra convicción de que el mismo no debió hacerse bajo la égida de la
Coordinación de Cultura, sino que requería la presencia imprescindible de la
máxima autoridad de la ciudad. Y si ese día no podía estar, entonces debía
haberse hecho otro día. Pero aun así, la que sí estaba era la Secretaria de
Gobierno, Sra. Liliana Zayas, la que creemos nosotros, al escuchar ese
implícito (y casi explícito) sentido, debería haber reaccionado rápidamente, ya
que nos parece una afrenta incluir, aunque sea en el discurso, a aquellos que,
en nombre de la usurpación de nuestras Islas Irredentas causaron la muerte de 649
argentinos, mientras que 1082 resultaron heridos; lo que suman 1703 bajas.
A estas
horas no sabemos todavía, pese a los rumores que ya se han hecho públicos
(estamos escribiendo esta página el miércoles 26 por la noche), cuáles podrían
ser las consecuencias institucionales del “rebote” que generó el acto. De lo
que sí estamos seguros es de que hubo una carencia total de “cintura política”,
y esto debería ser tenido en cuenta a la hora de despejar responsabilidades y
de prevenir una nueva ocurrencia de hechos similares. Hay funciones que no se
pueden improvisar y para las que no alcanza la “buena voluntad” (que por otra
parte reconocemos). Los problemas que enfrenta cualquier gobierno hoy en día,
pero vamos a referirnos específicamente a los de nuestra “aldea”, que son los
que conocemos, requieren de una preparación específica, unida a una línea
ideológica coherente. Y al decir esto no podemos dejar de mencionar que la
coalición gobernante está integrada por el Pro y por la UCR, y llegó al poder
con el voto de los afiliados y simpatizantes de los dos partidos.
“La historia
es el depósito de las acciones y siempre alguien tiene el deber de abrirlo y
mirar adentro”. Lo dijo Cervantes.
Dr.
Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso