Moreno y Moreno – Editorial
del 10 de junio de 2016
El pasado 7
de junio se festejó en nuestro país el Día del Periodista, en homenaje a
Mariano Moreno (el Grande), seguramente “el” revolucionario de la Revolución de
Mayo, y tomando la fecha de la aparición
del primer número de su periódico “La Gazeta de Buenos Ayres”. En uno de los
primeros números el Moreno Prócer decía, ¿premonitoriamente?: “El gobierno
antiguo nos había condenado a vegetar en la oscuridad y abatimiento, pero como
la naturaleza nos ha criado para grandes cosas, hemos empezado a obrarlas,
limpiando el terreno de tanto mandón ignorante”.
Pues bien, el
día anterior a esta celebración, y en un modelo de periodismo que yo no
comparto, Mauro Viale llevó a su programa a Guillermo Moreno (el pequeño). El
ex funcionario del kirchnerismo realizó una polémica y desafortunada
comparación entre el gobierno de Mauricio Macri y la dictadura: "Videla
tiraba a nuestros compañeros al mar, pero no se metió con el precio de la
comida".
En la
entrevista junto a Viale, Moreno disparó duro contra el macrismo y lo acusó de
gobernar para la "oligarquía". Además, el ex secretario de Comercio
habló del aumento de precios en los alimentos: "No hubo gobierno más
brutal que este en los últimos setenta años que le haya sacado la comida de la
boca a la gente". Para cerrar, Moreno opinó: "El peor de los
nuestros, es mejor que el mejor de ellos".
Sus
comentarios lo pintaron de cuerpo entero. El tipejo admira a Videla, a quién
siempre quiso emular. Para él, evidentemente, Videla fue un ejemplo a seguir, y
su actitud durante los doce años del Gobierno kirchnerista así lo demostró. El
tipo ejerció violencia de género con mujeres;
apuntó con revólveres sobre escritorios a ejecutivos de empresas; amenazó; dijo que él a sus enemigos les rompía la
columna vertebral y le arrancaba los ojos; “patoteó” a todo el mundo mostrando
un autoritarismo y tendencias de torturador que quedaron grabadas en las pantallas
de TV. Pero no nos engañemos, esta basura también es un cobarde pollerudo que
sale siempre custodiado, y que además comienza a vociferar, evidentemente,
cuando alguno de sus jefes se lo ordena.
Si en este
País hubiera más gente lúcida, Moreno no existiría como figura política. Me
parece que no existiría ni siquiera como personaje público.
Moreno,
cuando comparó a este gobierno con la dictadura, debe haber estado escribiendo
sus memorias de dictador de cuarta, revólver sobre la mesa, destrucción de
organismos para adaptarlos a sus necesidades, invasión de asambleas, guantes de
box y todo lo que Olmedo supo reflejar en el pintoresco dictadorzuelo que apodó
el “General González” (lo pronunciaba “yeneral”).
¿Qué puede
esperarse de este atrofiado sujeto? Guillermo Moreno, chato, matón, mediocre y de
escasas luces, no puede desconocer que Martínez de Hoz (con su tablita), desde
el Ministerio de Economía (a partir del golpe militar de 1976) generó millares
o millones de desocupados y hambre en el país. Las fábricas argentinas cerraban
sus puertas en carácter transitivo a la apertura de la importación de cualquier
pavada. Ya ni paraguas se hacían en la Argentina de Videla.
¿Recién
ahora se dan cuenta que este payaso impresentable es capaz de hacer y decir
cualquier cosa como otros tantos del FpV? Esto ya lo venía haciendo desde su "exitoso"
paso por la gestión pública y ninguno le ponía bozal ni freno a sus
bestialidades. Este mamarracho es lo más parecido a la "Ultra Moderna
Cosechadora de Producción Nacional " que llevaron a Angola (junto al
reparto de medias y otras chucherías con leyendas de Clarín Miente), o sea, es
un Aparato Grandote y Ruidoso pero que
nunca funcionó ni trabajó en ningún campo; solo es un montón de cartón pintado
que hicieron (y hacen, pues está formando su grupo político) creer que puede servir para algo más que para
engañar gente.
Por eso es que
pienso que el programa de Mauro Viale se llame "La pura verdad" y que
Guillermo Moreno sea el entrevistado, es más que bizarro.
Nada es
comparable con la Dictadura. Cualquier gobierno democrático por más malo que
sea (y los hubo malos), siempre será mejor que un gobierno de facto. Lo dicho
está absolutamente fuera de lugar y debe ser condenado. Hay un viejo axioma que
dice que cuando vivís denunciando a los otros, lo haces porque definitivamente
sos eso mismo que denuncias.
Videla tiró
a gente de los aviones, y es el máximo genocida de la Historia Argentina. Pero otros
mataron por la corrupción y la desidia. Mataron a chicos por desnutrición en el
Norte Argentino; mataron con la Tragedia de Once, cuando a los trenes los hacían
andar con problemas técnicos, sin repararlos y desviando los fondos destinados
a ello a cuentas en el exterior. Mataron con las inundaciones en La Plata, donde
de la forma más despiadada quisieron esconder la cantidad de muertos que el río
se llevó. Mataron con la delincuencia a la que no combatieron y en cambio protegieron,
porque también les era funcional. Les quitaron la comida a los pobres; les
robaron la Salud en Hospitales sin insumos y sin médicos prestando la debida
atención; les quitaron la dignidad
tirándoles migajas a cambio de votos; les robaron la Educación para
embrutecerlos y convertirlos en personajes sin ideas propias a los cuáles
pudieran manejar. Hay muchas formas de matar a un Pueblo o a mucha gente, y algunos
las practicaron a todas. Hasta "suicidar" fiscales que denunciaron al
Poder, o testigos como en la causa de Once, y varios más.
Dictadura,
democracia, plutocracia, meritocracia...son instrumentos. No hay que defender
una forma de gobierno, que es, como dije, solo un instrumento. Hay que defender
y luchar por los intereses de las grandes mayorías, no por los privilegiados. Y
por la soberanía de la Patria. Que le vaya bien a tal o cual gobierno es
irrelevante. Al que le debe ir bien es al país. Y a su gente.
Hoy, la
democracia electoral es lo más parecido a la democracia en la Antigua Grecia:
una minoría con todos los derechos sustentada en una enorme mayoría de
esclavos, sólo que en la Antigua Grecia les llamaban esclavos y ahora les
llaman trabajadores, campesinos, desocupados, marginales...
No nos
rasguemos las vestiduras. Vayamos al fondo de los asuntos, sin prejuicios, con
honestidad intelectual y debate respetuoso.
Por eso es
un disparate lo de Guillermo Moreno. El gobierno puede equivocarse y provocar
efectos indeseados como también los provocó el kirchnerismo. Pero no creo que
sean tan siniestros como para querer sacarle la comida a la gente. En todo caso
habrá cosas que no funcionan y tendrán que tomar medidas correctivas urgentes
en esos temas.
Ahora, decir
esos disparates comparando un gobierno democrático con Videla, es demasiado.
Este
australopitecus es el típico personaje malo y omnipotente de las malas
películas de acción. Esos que terminan horriblemente mal, comidos por un
monstruo o aplastados por una roca. Son tan malos y de nulo valor que su final
no solo es querido por los espectadores, lo es también por el propio director
de la película. Como dice Les Luthiers, a quiénes no puedo evitar recurrir, “la
Bestia Abominable”.
Por eso
hasta me alegro de que las barbaridades de uno hayan coincidido con el recuerdo
imborrable del otro. Porque Mariano Moreno dijo, entre varias verdades, que:
“La verdad,
como la virtud, tienen en sí mismas su más incontestable apología; a fuerza de
discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo: si se oponen
restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia; y el error, la
mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de
los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”.
Y para
culminar con otra de las genialidades del argentino más genial:
“El pueblo
no debe contentarse con que sus jefes obren bien; él debe aspirar a que nunca
puedan obrar mal. Seremos respetables a las naciones extranjeras, no por
riquezas, que excitarán su codicia; no por el número de tropas, que en muchos
años no podrán igualar las de Europa; lo seremos solamente cuando renazcan en
nosotros las virtudes de un pueblo sobrio y laborioso”.
Dr. Mario Ignacio Arcusin,
para Semanario Crónica de Basavilbaso
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