jueves, 21 de abril de 2016

Subman – Editorial del 22 de abril de 2016
La verdad es que tenía en mente escribir sobre otro tema, por lo que les pido perdón a los que algo les adelanté, pero lo urgente y grave le ganó en importancia, en este caso, a lo local.
Obviamente que me estoy refiriendo a lo ocurrido el pasado viernes por la noche en Costa Salguero, en la Fiesta Electrónica llamada Time Warp, que en vez de la traducción literal, que es "Túnel del Tiempo", debería llamarse, con el diario del día después, "Túnel de la muerte".
El título de hoy intenta ser un antónimo de Superman, nombre con el que se identifica la droga sintética que, supuestamente, fue la causante de la muerte de los cinco jóvenes, y del grave estado de salud de por lo menos otros tres.
Más allá de que, como dije, se impuso el tratamiento de esta cuestión por su gravedad, lo que terminó por decidirme fue uno de los tantos reportajes en los que por estos días hemos visto por TV opinar a gente que sabe mucho, a otros que no saben nada, y a familiares que oscilaron entre el dolor y alguna que otra absurda justificación que, por lo menos a mí, me parece lindante con la estupidez.
Obviamente que coincido en que los organizadores son los principales culpables, por lo menos frente a la Justicia. Ellos sabían bien quiénes entraban la droga a ese evento, como saben siempre. Ellos son los que deben prepararse, porque si en verdad despertó la Justicia, en poco tiempo estarán presos. Sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de "perejiles" que está en prisión hace tiempo por muchísimo menos que eso.
Pero a mí me sorprendió mucho que la madre de unos de los chicos internados haya reconocido como una cosa "normal" el consumo de drogas por parte de su hijo, incluso manifestando que lo había charlado con él y que prefería que lo hiciera con su conocimiento, porque "de todas maneras lo va a hacer igual".
 Creo que nunca escuché, ni creí que iba  a escuchar,  una expresión tan hipócrita y negadora de la obligación que nos corresponde como padres, la que nace en el momento en que decidimos hacer lo necesario para que un niño nazca, y que, a mi entender, no termina jamás.
Es cierto que la política y las fuerzas de "seguridad" vienen mirando para otro lado hace años (o incluso siendo cómplices, como se comprobó con creces en Santa Fe), y que todos saben que en estas fiestas hay "pastilleo" a la vista, pero se ve que el negocio da para todos, hasta que la tragedia anunciada ocurre. Después los organizadores se fugan, hacen una comedia previa a su presentación ante el juez, inventan justificar lo injustificable, y terminan haciéndose las víctimas de lo que ellos prepararon con el único fin de llenarse los bolsillos de plata a cualquier precio.  
Y así es como ocurren los Kheyvis, los Cromañon, etc., con los intervalos necesarios para que una sociedad "floja de papeles", sumada a fuerzas de seguridad permeables e indolentes, y justicia y política plagada de mercaderes, terminen con la vida de nuestros jóvenes, que la única culpa que tienen es su inocencia.
Por supuesto que los fiscales tendrían que investigar, en este caso, quien cortó la provisión de agua en los baños, con el único fin de hacer su negocio aun a costa de la vida ajena. Es de público conocimiento que quien toma éxtasis necesita consumir mucha agua para no morir deshidratado. Pero algún criminal hizo eso para monopolizar la venta de botellas de agua de la canilla apenas filtrada. Además se dice que se terminaron las botellas de agua para la venta, pero antes a muchos se les terminó el dinero que llevaban encima, ya que  empezaron cobrándolas cuarenta pesos, para terminar a cien aduciendo la "falta de cambio". El desprecio por la vida ajena, de la vida de los débiles jóvenes drogadictos, en su máxima expresión.
De todas maneras los que conocen mi manera de pensar saben que yo opino que los primeros "organizadores" de estos eventos son los padres de quienes precisan concurrir a esas fiestas con el único fin de drogarse, ya sea que tengan 18 o 90 años. Y eso porque no es que consumen por culpa de la música. Como leí por estos días en un cartel que puso en las redes sociales una alumna, ni la música electrónica te hace empastillarte, ni el cuarteto te hace tomar fernet, ni el folclore tomar vino, ni el reggae te hace fumar un porro, ni el rock te hace tirar bengalas. Para que no queden dudas, y porque estoy muy cerca de ella, sé que la música no mata. Es más, la música une a las personas, y a mí no me quedan dudas de que los que fueron esa noche a Costa Salguero fueron a disfrutar. El tema es cuál es para cada uno el concepto de "disfrutar".
Si no nos ponemos las pilas todos, empezando por los padres y siguiendo por cada uno de los que integramos esta sociedad en la que vivimos, seguiremos desayunando con este tipo de hechos, o con los accidentes provocados por los que salen de los boliches pasados de alcohol o de droga, simplemente porque no pudimos hacerles entender que eso no puede ser un fin en sí mismo. La vida tiene otras cosas mucho más interesantes que vivirla solo para "volar".
¿Qué es lo que cambió en tan pocos años como para que los "adultos jóvenes" no puedan divertirse sin experimentar un trago de más o pasarse de drogas? ¿Tan mal estamos para haber perdido la destreza de decir NO?
¿Y los padres? ¿Qué esperaban? Si esas fiestas son un disfraz para hacer dinero fácil. Y los autorizan a hacerlo. Pero lo peor es que después nos desgarramos las vestiduras para luchar contra el narcotráfico, deteniendo, como dije antes, solo a "perejiles". No puedo dar nombres por mi profesión, pero ¿acaso alguien se cree que los que agarran de vez en cuando, haciendo una alharaca terrible, influyen en algo en el negocio del narcotráfico? No. Son tan víctimas como los consumidores, y muchas veces ellos mismos llegan a la comercialización justamente impulsados por la necesidad de tener para consumir.
Con el tema de las drogas en general no puede haber grises, hay que ir a los extremos. O se prohíbe en forma terminante o se legaliza. Yo ya he dicho que no estoy de acuerdo con la legalización, pese a que reconozco que en el primer caso un grupo de elite mantiene el monopolio y se hace extremadamente rico, mientras que en el segundo caso probablemente bajaría considerablemente el costo y ya no sería negocio. Pero como dije "probablemente", también es probable que todo termine en una doble moral, endiosando series como "Breaking Bad" mientras nos asustamos de lo que pasó en Time Warp.
Entre los testimonios que no dejan de ser desgarradores, la misma chica que perdió al novio reconoce que ella también consumió. ¿Y se pregunta por qué le paso? Simple: porque se dieron y nadie los obligó, sino que fue una libre elección de ellos (¿o alguien les puso una pistola en la cabeza y les dijo "compra y consumí, o te mato"?).
Yo acepto que estamos en un país libre, pero entre las libertades que tenemos en esta Argentina está la de decir lo que uno piensa. Por eso, por favor, no pretendan hacerme creer que hay drogas  inocuas. Lo ideal es no consumir nada, salvo que sea estrictamente necesario porque padecés una enfermedad.  Y por cierto, nada que se fume es bueno para tus pulmones. Mucho menos si es una sustancia psicoactiva.
Hay que ser un poco más directo con los jóvenes, y hacerlo desde que son chicos. Estamos obligados a ello los padres y los docentes. Debemos decirles duramente que la droga mata. La droga "buena" mata, y la droga "mala", como la que se vendía el viernes, mata mucho más. 
Hay quienes dicen que no les podemos echar la culpa a los padres así porque sí, solo porque son padres, y que hay otros factores que ayudan a que esto pase. Pero yo siempre voy a estar a favor de los padres y madres atentos y que se involucran con las actividades y estados de sus hijos. Sin duda. Estoy convencido de que todos los padres debemos querer lo mejor para nuestros hijos e intentar guiarlos por los caminos del bien, aunque soy consciente de que esos caminos no siempre están señalizados.
Yo no digo que seamos la familia Ingalls, pero sí restituir los valores que hacen que, con todos sus defectos, siga siendo una institución sólida. Padres que no descuiden a los hijos; padres que no sean ausentes y sean los eternos "pendex"; padres con compromiso de paternidad. Los chicos no necesitan padres piolas que se resistan a crecer, sino padres interesados en el seguimiento de la maduración de sus hijos, para que se encaminen a objetivos certeros y concretos de realización personal. Desgraciadamente desde los medios todo se relativizó, se puso énfasis en una onda bohemia.
Viví como quieras, parece ser lo válido, lo que constituye un error no exento de irresponsabilidad.
                                            Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso


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