Natalia Natalia - Editorial
del 20 de febrero de 2015
Sin nombre
(en latín: Nomen Nescio, "desconozco el nombre"), o NN por sus
iniciales en ese idioma, es la denominación ampliamente usada entre
hispanohablantes para referirse a alguien indeterminado, es decir, sin una
identidad específica, ya sea porque se desconoce el nombre real de la persona o
para ser usado en un caso hipotético. En español suele interpretarse como
Ningún Nombre y en inglés como No Name.
La policía
siempre que tiene que decir una letra suelta utiliza un nombre para que no se
dé a confusión, por ejemplo cuando tienen que decir una patente de un auto que
es EFD, dicen Estefanía, Federico, Diógenes.
Cuando se
persigue a un sujeto no identificado y se utiliza la sigla NN, siguen la misma
regla de utilizar un nombre y quedó "Natalia Natalia".
Pero el uso
de los nombres en el título tiene que ver con la casualidad de que Natalia De
Negri fuera un símbolo de lo que era ser un mediático durante los '90. Fue una
de las chicas del "caso Cóppola" (junto a Samanta Farjat) coparon la
televisión por estar vinculadas con el hallazgo de droga en un jarrón del
examigo de Diego Maradona.
En octubre
de 1996, por orden de un juez, la policía allanó el departamento de Guillermo
Cóppola y "encontró" una bolsa con casi medio kilo de cocaína en un
jarrón. A partir de este hecho, en el programa televisivo de Mauro Viale,
comenzó un show mediático analizando este caso, que fue seguramente una de las
cosas más tristemente divertidas (perdón por el oxímoron) que alguna vez hubo
en la televisión mundial.
Al
principio, la sociedad estaba contenta de que Guillermo Cóppola fuera preso,
porque el rumor que circulaba era que Maradona estaba mal porque Cóppola lo
drogaba. Eso creía toda la gente que pensaba que Diego era un ser no-pensante e
incapaz de tomar decisiones
Primero
aparecieron esas chicas, que al parecer eran amigas de Maradona y el entorno,
pero que trabajaron bajo presión, buchoneando para la policía. Al poco tiempo
se supo que las chicas eran una rara especie de prostitutas que preferían
cobrar en falopa antes que en dinero. A veces, pasaban escuchas telefónicas de
esas chicas. El tono era el siguiente: "¿Qué estás haciendo?"
"Me estoy armando un porro". Las chicas se reían mucho cuando las
hacían escuchar esas conversaciones.
Así como a
veces hay que salir a buscar dadores de sangre con urgencia para una operación
quirúrgica, en la larga madrugada del 19 de enero pasado, horas después de que
se supiera que el fiscal Alberto Nisman estaba muerto en su departamento de
Puerto Madero, las autoridades judiciales allí apostadas necesitaron conseguir
testigos del operativo. Era sólo el comienzo de una escena bastante aterradora
para una chica de apenas 26 años, camarera de un restorán de la zona, a la que
le gusta salir, le gusta la música, los recitales. Obligada por la ley a ser
testigo de algo que ocurría a varias cuadras de su lugar de trabajo, la joven
relató a Clarín con lujo de detalles y desde su sentido común, las cosas que
observó y escuchó en aquellas más de siete horas que permaneció en el
departamento del fiscal especial para la causa AMIA.
En el diario
Clarín del pasado martes Natalia Gimena Fernández, que de ella se trata, al
aceptar hablar con este diario, dijo una y otra vez que nadie le dijo ni cómo
cuidarse ni qué debía hacer. Dijo que le hicieron firmar papeles que no sabe lo
que eran, entre ellos el acta con su supuesto testimonio.
Lo que
cuenta esta chica es impresionante. Si bien no la conozco, le creo todo. Le
creo como si lo que dice lo hubiera visto yo mismo, porque ella no tiene
motivos para mentir sobre lo que pasó. Ella cuenta lo que atestiguó la noche de
la muerte del fiscal Nisman, por su seguridad; porque trabajaron tan mal, tan
desprolijamente, con nada de profesionalismo, con nada de responsabilidad,
sobre el peritaje forense para averiguar la causa de la muerte del Dr. Nisman,
que modificaron la escena del hecho y la buscaron en su lugar de trabajo para
intimidarla.
Y la verdad,
no me importa si tiene un primo en la SIDE, porque el juego de Samanta y la
otra Natalia no invalidó de ninguna manera la relación de Cóppola y de Maradona
con la droga.
El Código de
Procedimientos exige la presencia de dos testigos independientes que den
validez a las actuaciones, por eso la chica fue convocada como testigo por la
Prefectura porque salía de su trabajo en la zona del hecho. Seguramente se
labró un acta que firmaron las autoridades judiciales y policiales actuantes y
ella refrendó como testigo válida. Lo que dice ahora puede terminar siendo
verdad o mentira, pero su condición de testigo presente en el lugar del hecho
es irrefutable.
La chica
debe decir la verdad, pero el encubrimiento está en marcha desde el primer
segundo desde el gobierno y la oposición. La ex mujer de Nisman tampoco se jugó
(fue nombrada por Kirchner) y solo pide que "dejen que la justicia trabaje
tranquila". Todos sabemos que tanto la justicia "oficialista"
como alguna "opositora" (aunque esto de opositora en algunos casos no
es tan así) son cómplices del encubrimiento de los atentados de la Embajada de
Israel y la AMIA.
El
"silencio" les sirve para no pedir apertura de los archivos secretos
de los servicios, para no interpelar en el congreso televisado a todo el mundo
de la presidenta, de Timerman, etc. Aun cuando esta página se leerá después de
la marcha, los que concurramos a ella debemos tener cuidado de cómo se la
utiliza a la misma y a la gente para ir reacomodándose ante un gobierno que se
va debilitado y ante el que viene.
A mí particularmente
me causó muy buena impresión la testigo y deben escucharse con atención sus
declaraciones y los detalles de las preguntas y respuestas a los
periodistas. Es más, cuando trataron de
poner en su boca respuestas zafó muy inteligentemente.
Para tener
un libreto armado, habla muy claro y responde a preguntas que salen sobre la
marcha, e incluso corrige en sus palabras a los periodistas Dijo que Amnistía
Internacional le "ofreció" un abogado. ¿De dónde va a sacar esa idea?
Y otras cosas que dijo. La escuche sin buscar emitir ningún juicio previo, y se
la escucha muy clara, tranquila y detallada en sus palabras. Solo eso puedo
decir.
Desde el
momento en que el Juez a cargo, y luego la Fiscal, permitieron que Berni
inspeccionara las actuaciones, ya dejan dudas de mal procedimiento. Un mes y
todavía no hacen que disparen nuevamente el arma que mató a Nisman, para saber
si deja rastros de pólvora o no y así empezar a despejar dudas de suicidio u
homicidio. Un mes y el auto de Nisman, estacionado fuera del edificio, sigue
sin peritar. ¿Qué esperan? ¿Qué lo prendan fuego? Casi un mes después y por
pedido de la ex mujer de Nisman, hacen nueva inspección y con tecnología más
avanzada, descubren más pruebas, y sale la fiscal a justificarse que ellos no
cuenta con esa tecnología. ¡Por favor, Sra. Fiscal! No me diga que no pudo
pedir gastos extras y solicitar lo hicieran profesionales externos confiables y
con mejores elementos que los que Ud. tenía, y que no tuviera que hacerlo la
querella. ¿Y después quiere que no duden de su capacidad? Demasiados errores
como para no dudar de su capacidad. Digo dudar de su capacidad y no su
honestidad; que quede claro eso.
Pocas horas
antes de la marcha del silencio, el kirchnerismo convocó al fiscal federal
Gerardo Pollicita a que "brinde explicaciones" sobre los avances en
la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la presidente Cristina Kirchner. Y
en el mismo momento, como para que no
queden dudas de la intencionalidad, Juliana Di Tullio, una de las convocantes
(al fiscal, no a la marcha, por supuesto) criticó duramente la misma, diciendo:
"Me parece que es una vergüenza nacional que unos pocos fiscales marchen a
Plaza de Mayo a pedir justicia". Y por eso lo convocó a Pollicita para
meterle miedo y para pedirle cuentas, cuando a ella no le corresponde hacerlo.
Además,
agregó: "Dudo desde la convocatoria, porque lo que intentan desde un
sector de la Justicia es hacer un golpe institucional hacia la Presidenta de la
República".
No quise
escribir sobre la marcha. Lo voy a hacer la semana que viene, supongo. Pero no
puede evitar, por execrable, comentar lo que dijo el imbécil de Axel Freyre a
través de un tuit:"Néstor hace pis", cuando se largó a llover. Y
después, sin vergüenza, agregó: "en minutos los vomita Dios".
¿¡Pero qué
se creen!? Menos mal que Cristina dijo "a ellos les dejamos el odio".
"Fui
nombrado presidente de la República y no de mis amigos", dijo Domingo
Faustino Sarmiento
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso
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