Respirar por la herida -
Editorial del 19 de diciembre de 2014
Sangrar por
la herida es manifestar un resentimiento de manera indisimulada y espontánea.
Una persona
que se ha sentido menospreciada o humillada, cualquiera sea el motivo, puede
estallar días, semanas y aún años después, en un exabrupto causado por un
estímulo similar al que dio origen a su resentimiento.
Es una
reacción visceral, irracional, visible a ojo desnudo.
No tiene
nada que ver con una venganza, y mucho menos con una venganza premeditada. Es
una reacción absolutamente espontánea, incontrolable, incontenible; evidente.
Algunos
denominan a este sentimiento, eufemísticamente, como “respirar por la herida”,
y de ahí que haya utilizado yo este concepto para el título, en un intento de
no parecer demasiado lastimado, aunque en realidad sí lo esté.
Por otro
lado, “Mente sana en cuerpo sano” (Mens sana in corpore sano, en realidad) es
una frase que forma parte de una plegaria a los dioses que nos enseña el poeta
romano Decimus Iunius Iuvenalis (mejor conocido por nosotros como Juvenal,
quien vivió entre finales del siglo I y principios del siglo II de nuestra era)
entre los últimos versos de su décima sátira (Saturae X).
Lo grandioso
de esta plegaria es que nos incita a pedir lo que realmente nos conviene. En
vez de rogar por cosas vanas y pasajeras, que podrían perjudicarnos, nos
instruye para implorar la salud integral de la mente, el cuerpo y el alma. Una
mente sana, un cuerpo sano y un alma fuerte, para observar una vida llena de
virtud y de paz interior, sin importar los acontecimientos externos.
Si un cuerpo
sano es súper importante, aún más lo es una mente sana física, psíquica y
psicológicamente. Emocionalmente nuestra manera de afrontar la vida será
muchísimo mejor, más positiva, más eficaz y efectiva y, sobre todo, más
beneficiosa para nosotros y nuestro entorno.
Ahora sí voy
a aclarar, en este ante último editorial del año, que a este tema lo iba a
tocar la próxima semana, pero como, en una medida excepcional pero
absolutamente necesaria, he decidido en mi condición de Director de Crónica, suspender
la aparición del Semanario durante el mes de enero de 2015, básicamente en un
intento de tomar distancia de todas las actividades que vengo llevando adelante
durante varios años, casi sin pausas, y para que no quedara esta cuestión sin
la posibilidad de que alguien ejerza el derecho a réplica en igual espacio al
que yo estoy utilizando, en la última edición que será la del viernes 26 de
diciembre. Aunque, de todas maneras, en diecisiete años de editoriales (casi
900), nadie ha usado esa prerrogativa. Me han contestado personalmente; algunos
me han amenazado; otros han tomado cobardes represalias, pero nadie se animó a
expresar y fundamentar una opinión contraria. Eso habla de que, en líneas generales,
esta página suele reflejar un sentimiento colectivo, está escrita en términos
respetuosos, se fundamenta en hechos concretos y conocidos, y no mezcla las
cosas.
La razón de
hacer este “alto en la huella” en el mes de enero, está dada porque en él tiene
lugar la feria judicial, coincidente con las vacaciones escolares y el
“descanso” del coro, por lo que lo único que me seguía atando al acontecer
cotidiano era Crónica.
Explicado ya
lo previo, voy a entrar a desgranar el porqué del título y de la explicación de
su significado etimológico y su relación conmigo.
En otras
páginas de esta edición se publica la noticia de la “Fiesta del Deporte”, que,
postergada por razones climáticas, finalmente se llevará a cabo el próximo
martes 23, organizada por la Dirección de Deportes de la Municipalidad de
Basavilbaso. En la misma se reconocerá a los que se destacaron durante el año
2014 en las distintas disciplinas, y se premiará especialmente al “Más
destacado”, el que surgirá por una votación que ya se está llevando adelante a
través de las redes sociales.
Más allá de
algunas coincidencias y discrepancias respecto a la condición de “disciplina
deportiva” de alguno de esos rubros, lo que no es nuevo en este tema ya que,
por ejemplo, el ajedrez está considerado como deporte oficialmente, pese al
eterno debate de que no es necesaria una preparación física profesional para
practicarlo, aunque otra teoría sí cree que requiere un esfuerzo físico. De
hecho, los ajedrecistas pueden perder mucho peso en un campeonato y cuidan su
forma física. En todo caso, el Comité Olímpico Internacional (COI) no lo
considera como deporte de disciplina olímpica, lo cual no es un dato menor. Si
bien no hay ajedrecistas entre los “ternados” (si se me permite el libre uso de
la palabra, que no es la específica), se puede usar la analogía con otras
disciplinas que sí figuran.
Pero, otra
vez, esa no es la cuestión, y para que quede claro que no lo es, voy a felicitar
a los organizadores por resaltar la labor de aquellos que se dedican a
potenciar el “corpore sano”.
Mi problema,
entonces, está por el lado de la “mens sana”. Ya hace algunas semanas un
integrante del Coro Municipal “Magnificat” de nuestra ciudad envió a los medios
una nota en la que hace notar la orfandad en que se encuentra el mismo en
relación a las autoridades del Cultura de Basavilbaso. Y como yo soy el
director de ese Coro, y de ninguna manera le escapo a las responsabilidades, y
cuando tengo que decir las cosas las digo, es que me llama poderosamente la
atención este contraste entre lo que hace la gente del deporte con los que se
dedican a ello en mi pueblo, y lo que podría (o debería) haberse hecho también
desde Cultura.
¿O es que no
existe la misma cantidad de exponentes del arte, el canto, la danza, la música,
el teatro, etc., como para organizar una “Fiesta de la Cultura” y premiar
también al más destacado del año? ¿Acaso no se sabe que varios representantes
de Basavilbaso han dejado muy bien sentado su propio prestigio y el de su
ciudad en diferentes escenarios del país? Es más, hasta una integrante de la
Comisión conformada ad hoc para asesorar a la titular de la cartera, Prof. Ana
María Busti (estoy hablando de la Sra. Liliana Prado) recibió una comunicación
de parte del Secretario de Cultura de la Municipalidad de Paso de los Libres,
en la que, con términos muy laudatorios, según ella misma lo refirió, alabó la
presentación en dicha localidad correntina de nuestro coro. Entonces ¿Por qué
no lo hizo conocer a través de los medios? ¿Por qué no se aprovecha para dar
las buenas noticias, cuando las hay? Y ese mismo fin de semana un grupo de rock
local, “La Chicago”, actuó en la ciudad de Corrientes, al tiempo que chicos
nacidos y criados en Basso triunfan en la danza y en el teatro a nivel
nacional, habiéndose formado acá.
Entonces, yo
me pregunto, creo que con todo el derecho del mundo: ¿No están por lo menos en
un pie de igualdad los destacados por Deportes que los que podrían estar
destacados por Cultura? ¿O es que, al final, todo tiene que ver con algunas
cosas que pasaron en Basavilbaso durante este año, y que hicieron que algunos
de nosotros sintiéramos en nuestra propia piel la realidad de que,
aparentemente, “nadie es profeta en su tierra? Es notable que, luego de un año
con record de actuaciones, el Magnificat (y hablo del Coro porque soy su máximo
responsable y, por sobre todas las cosas, lo siento como una parte de mi vida)
haya cantado en su propia ciudad solamente convocado, inéditamente, por el Club
Ramsar Juniors y las Escuelas Técnica y Agrotécnica y el Coro de Educación
Secundaria. Otras organizaciones culturales y religiosas recurrieron a Coros
foráneos (acá alguien podría decir: y buen, el Magnificat canta afuera, por qué
no va a venir un coro de afuera a Basso), o repitieron dos veces al mismo. Para
los dos planteos yo tengo una respuesta. En el primero de los casos, cada vez
que vamos a una ciudad en la que hay también un coro, “exigimos” compartir el
escenario, porque es uno de los principios de la música coral. Y para el
segundo, acá también hemos sido los pioneros en abrir nuestro propio Encuentro
a la nueva agrupación coral, la que dirige la Prof. Carina Cortez, ni bien la
misma se creó. Así que, en una de esas nuestra sangre y nuestra herida tienen
su propia razón de ser.
"Sufrimos
mucho por lo poco que nos falta y gozamos poco por lo mucho que tenemos." William
Shakespeare
Dr. Mario Arcusin para Semanario Crónica de Basavilbaso
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