jueves, 18 de diciembre de 2014

Respirar por la herida

Respirar por la herida - Editorial del 19 de diciembre de 2014
Sangrar por la herida es manifestar un resentimiento de manera indisimulada y espontánea.
Una persona que se ha sentido menospreciada o humillada, cualquiera sea el motivo, puede estallar días, semanas y aún años después, en un exabrupto causado por un estímulo similar al que dio origen a su resentimiento.
Es una reacción visceral, irracional, visible a ojo desnudo.
No tiene nada que ver con una venganza, y mucho menos con una venganza premeditada. Es una reacción absolutamente espontánea, incontrolable, incontenible; evidente.
Algunos denominan a este sentimiento, eufemísticamente, como “respirar por la herida”, y de ahí que haya utilizado yo este concepto para el título, en un intento de no parecer demasiado lastimado, aunque en realidad sí lo esté.
Por otro lado, “Mente sana en cuerpo sano” (Mens sana in corpore sano, en realidad) es una frase que forma parte de una plegaria a los dioses que nos enseña el poeta romano Decimus Iunius Iuvenalis (mejor conocido por nosotros como Juvenal, quien vivió entre finales del siglo I y principios del siglo II de nuestra era) entre los últimos versos de su décima sátira (Saturae X).
Lo grandioso de esta plegaria es que nos incita a pedir lo que realmente nos conviene. En vez de rogar por cosas vanas y pasajeras, que podrían perjudicarnos, nos instruye para implorar la salud integral de la mente, el cuerpo y el alma. Una mente sana, un cuerpo sano y un alma fuerte, para observar una vida llena de virtud y de paz interior, sin importar los acontecimientos externos.
Si un cuerpo sano es súper importante, aún más lo es una mente sana física, psíquica y psicológicamente. Emocionalmente nuestra manera de afrontar la vida será muchísimo mejor, más positiva, más eficaz y efectiva y, sobre todo, más beneficiosa para nosotros y nuestro entorno.
Ahora sí voy a aclarar, en este ante último editorial del año, que a este tema lo iba a tocar la próxima semana, pero como, en una medida excepcional pero absolutamente necesaria, he decidido en mi condición de Director de Crónica, suspender la aparición del Semanario durante el mes de enero de 2015, básicamente en un intento de tomar distancia de todas las actividades que vengo llevando adelante durante varios años, casi sin pausas, y para que no quedara esta cuestión sin la posibilidad de que alguien ejerza el derecho a réplica en igual espacio al que yo estoy utilizando, en la última edición que será la del viernes 26 de diciembre. Aunque, de todas maneras, en diecisiete años de editoriales (casi 900), nadie ha usado esa prerrogativa. Me han contestado personalmente; algunos me han amenazado; otros han tomado cobardes represalias, pero nadie se animó a expresar y fundamentar una opinión contraria. Eso habla de que, en líneas generales, esta página suele reflejar un sentimiento colectivo, está escrita en términos respetuosos, se fundamenta en hechos concretos y conocidos, y no mezcla las cosas.
La razón de hacer este “alto en la huella” en el mes de enero, está dada porque en él tiene lugar la feria judicial, coincidente con las vacaciones escolares y el “descanso” del coro, por lo que lo único que me seguía atando al acontecer cotidiano era Crónica.
Explicado ya lo previo, voy a entrar a desgranar el porqué del título y de la explicación de su significado etimológico y su relación conmigo.
En otras páginas de esta edición se publica la noticia de la “Fiesta del Deporte”, que, postergada por razones climáticas, finalmente se llevará a cabo el próximo martes 23, organizada por la Dirección de Deportes de la Municipalidad de Basavilbaso. En la misma se reconocerá a los que se destacaron durante el año 2014 en las distintas disciplinas, y se premiará especialmente al “Más destacado”, el que surgirá por una votación que ya se está llevando adelante a través de las redes sociales.
Más allá de algunas coincidencias y discrepancias respecto a la condición de “disciplina deportiva” de alguno de esos rubros, lo que no es nuevo en este tema ya que, por ejemplo, el ajedrez está considerado como deporte oficialmente, pese al eterno debate de que no es necesaria una preparación física profesional para practicarlo, aunque otra teoría sí cree que requiere un esfuerzo físico. De hecho, los ajedrecistas pueden perder mucho peso en un campeonato y cuidan su forma física. En todo caso, el Comité Olímpico Internacional (COI) no lo considera como deporte de disciplina olímpica, lo cual no es un dato menor. Si bien no hay ajedrecistas entre los “ternados” (si se me permite el libre uso de la palabra, que no es la específica), se puede usar la analogía con otras disciplinas que sí figuran.
Pero, otra vez, esa no es la cuestión, y para que quede claro que no lo es, voy a felicitar a los organizadores por resaltar la labor de aquellos que se dedican a potenciar el “corpore sano”.
Mi problema, entonces, está por el lado de la “mens sana”. Ya hace algunas semanas un integrante del Coro Municipal “Magnificat” de nuestra ciudad envió a los medios una nota en la que hace notar la orfandad en que se encuentra el mismo en relación a las autoridades del Cultura de Basavilbaso. Y como yo soy el director de ese Coro, y de ninguna manera le escapo a las responsabilidades, y cuando tengo que decir las cosas las digo, es que me llama poderosamente la atención este contraste entre lo que hace la gente del deporte con los que se dedican a ello en mi pueblo, y lo que podría (o debería) haberse hecho también desde Cultura.
¿O es que no existe la misma cantidad de exponentes del arte, el canto, la danza, la música, el teatro, etc., como para organizar una “Fiesta de la Cultura” y premiar también al más destacado del año? ¿Acaso no se sabe que varios representantes de Basavilbaso han dejado muy bien sentado su propio prestigio y el de su ciudad en diferentes escenarios del país? Es más, hasta una integrante de la Comisión conformada ad hoc para asesorar a la titular de la cartera, Prof. Ana María Busti (estoy hablando de la Sra. Liliana Prado) recibió una comunicación de parte del Secretario de Cultura de la Municipalidad de Paso de los Libres, en la que, con términos muy laudatorios, según ella misma lo refirió, alabó la presentación en dicha localidad correntina de nuestro coro. Entonces ¿Por qué no lo hizo conocer a través de los medios? ¿Por qué no se aprovecha para dar las buenas noticias, cuando las hay? Y ese mismo fin de semana un grupo de rock local, “La Chicago”, actuó en la ciudad de Corrientes, al tiempo que chicos nacidos y criados en Basso triunfan en la danza y en el teatro a nivel nacional, habiéndose formado acá.
Entonces, yo me pregunto, creo que con todo el derecho del mundo: ¿No están por lo menos en un pie de igualdad los destacados por Deportes que los que podrían estar destacados por Cultura? ¿O es que, al final, todo tiene que ver con algunas cosas que pasaron en Basavilbaso durante este año, y que hicieron que algunos de nosotros sintiéramos en nuestra propia piel la realidad de que, aparentemente, “nadie es profeta en su tierra? Es notable que, luego de un año con record de actuaciones, el Magnificat (y hablo del Coro porque soy su máximo responsable y, por sobre todas las cosas, lo siento como una parte de mi vida) haya cantado en su propia ciudad solamente convocado, inéditamente, por el Club Ramsar Juniors y las Escuelas Técnica y Agrotécnica y el Coro de Educación Secundaria. Otras organizaciones culturales y religiosas recurrieron a Coros foráneos (acá alguien podría decir: y buen, el Magnificat canta afuera, por qué no va a venir un coro de afuera a Basso), o repitieron dos veces al mismo. Para los dos planteos yo tengo una respuesta. En el primero de los casos, cada vez que vamos a una ciudad en la que hay también un coro, “exigimos” compartir el escenario, porque es uno de los principios de la música coral. Y para el segundo, acá también hemos sido los pioneros en abrir nuestro propio Encuentro a la nueva agrupación coral, la que dirige la Prof. Carina Cortez, ni bien la misma se creó. Así que, en una de esas nuestra sangre y nuestra herida tienen su propia razón de ser.
"Sufrimos mucho por lo poco que nos falta y gozamos poco por lo mucho que tenemos." William Shakespeare

                                                               Dr. Mario Arcusin para Semanario Crónica de Basavilbaso

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