jueves, 6 de marzo de 2014

Urticaria

Urticaria - Editorial del 7 de marzo de 2014 La Presidente Cristina Fernández dice que a nosotros, los docentes, nos da urticaria el tema del presentismo. ¡Y a mí me da urticaria Ud., Sra. Presidente! ¿Pero qué se cree? ¿Dios? ¿Por qué se imagina que puede criticar Ud. a todo el mundo, y volverse paranoica ante la posibilidad de que a alguien se le ocurra criticarla? ¿Con qué derecho ironiza sobre quienes le permitieron llegar al nivel de educación que hoy Ud. ¿tiene?, y encima lo hace aprovechándose de un logro obtenido por los docentes en particular pero por la clase trabajadora en general? ¿Es acaso porque Uds., los políticos, no saben lo que eso significa? Lo del presentismo, digo. Hace poco dijimos acá que el expresidente Menem, de quién Néstor Kirchner dijo que era el mejor presidente de la democracia, faltó a todas las sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación durante 2013, la que integra vaya a saber uno por qué designios del destino. Sin embargo no hemos escuchado ninguna crítica de su parte, Sra. Presidente, ni tampoco sabemos que eso le haya ocasionado alguna otra enfermedad eruptiva, ya que la urticaria solo le da a los docentes, ni nos hemos enterado de que le haya descontado algo de sus haberes por aquello que ustedes los kircheristas, ejemplo de modelo “nacional y popular”, han consolidado como un lema irreductible (siempre que sea para los otros) y que reza “día no trabajado, día no cobrado”. Y digo que siempre que sea para los otros, porque los diarios están llenos de noticias en las que se menciona que Ud., su vicepresidente, sus ministros, sus legisladores, y varios de sus gobernadores, dedican jornadas enteras a la noble tarea de rascarse, sin que en el Boletín Oficial se publique luego la información de que le han sido descontados los días no trabajados o que ese mes no cobrarán el presentismo. Y eso, multiplicado por cada una de las provincias que gobierna su partido, incluida la nuestra, gloriosa Entre Ríos a la que “un abrazo de agua nombra para siempre”, en la que los maestros y profesores vemos cómo los que fueron votados para un cosa hacen otra, se llenan los bolsillos de una manera que hasta se podría calificar de inmoral, y ni se les ocurre que las propuestas de ¿aumento? de salarios son una falta de respeto y hunden a la profesión más digna del mundo en un abismo de pobreza que les impedirá tener la mente abierta para enseñarle a los adultos del mañana, porque estarán preocupados en saber cómo harán para alimentar a sus propios hijos o para pagar la luz y el gas, por hablar solo de las cosas básicas, que para Uds. Sra. Presidente y sus acólitos, ni siquiera son consideradas porque ni las pagan, ni saben lo que pesan en esos sueldos. Porque para Uds. el mundo pasa por niveles de vida principescos que nada tienen que ver con la realidad del pueblo. Ud. nos faltó el respeto, Sra. Cristina Kirchner, y con ello nos habilita a que nosotros, o por lo menos aquellos de nosotros que nos animamos, hagamos lo mismo, porque ya pasó el tiempo de poner la otra mejilla. Es una desfachatez de su parte decir que "cada año sea un parto el inicio de clases por la complicada negociación paritaria entre los gremios docentes y el gobierno”, ya que eso no es culpa nuestra sino suya, por ser la Primera Mandataria de la Nación, aunque esta última (la Nación), en la década del ‘90, la del neoliberalismo que Ud. tanto rechaza ahora pero que tanto apoyó otrora, se sacó de encima la educación secundaria, endosándole a las provincias un presupuesto del que muchas de ellas no pueden hacerse cargo. Ud. se opone a que se tome "de rehén a los chicos", pero así como se “olvidó” de hablar de la inseguridad y de la inflación en sus más de tres horas de discurso de apertura de sesiones, también se “olvidó” de decir que si se hubieran iniciado las paritarias en diciembre, apenas terminaron las clases, en vez de una semana antes del comienzo, quizás la cosa hubiera sido distinta. El reclamo de los docentes es justo. Tienen que trabajar hoy en un clima de violencia cotidiana que les trasmite la sociedad; no pueden sancionar a los chicos, retarlos, desaprobarlos, porque eso está prohibido o acotado, y al mismo tiempo los alumnos pueden insultar y hasta golpear a los maestros. Merecen un sueldo muchísimo más alto. Ud. debería reconocer que acá el culpable de que no arranquen las clases es el gobierno, no los docentes. Salvo en la CABA, en la que los docentes aceptaron el aumento propuesto por Macri, pero aun así paran por cuestiones políticas. ¿O debería decir partidarias? "Sé que a mis compañeros docentes y a los que no lo son también el tema del presentismo les produce urticaria", afirmó la Presidente, pero argumentó que ese concepto, y el de "presencia pedagógica", son centrales para establecer un estándar de calidad educativa, para que los chicos tengan clases todo el año. "El niño necesita que el mismo docente le enseñe todo el año, no que dos meses tiene un maestro, otros cinco otro. No es lo mismo el que se pela el que te dije (¡finísimo!), que el que va cada muerte de obispo. Creo que no", consideró Cristina. "Uno se siente rehén, porque la gente no puede mandar a sus chicos a la escuela, mientras la gente tiene que laburar, tiene que hacer cosas", indicó la primera mandataria, aunque aclaró de todos modos: "Quiero agradecer la actitud que tuvo el sector docente, el mayoritario, que decidió levantar el paro que habían decretado el 5 y 6 de marzo". ¡Y se equivocó! El Gobierno “Nac & Pop” tuvo que dictar la conciliación obligatoria para evitar el paro de 48 horas ratificado por los gremios docentes nacionales para miércoles y jueves, después de que fracasara la negociación paritaria. ¡Y es el mismo gobierno que levanta las banderas de los DDHH! Ella pensó que los chupamedias le iban a responder, pero por una vez pudo más la dignidad que la obsecuencia. ¡Vamos, todavía! Y encima de todo eso, tenemos que aguantar que mientras nos agrede, nos “gasta” y nos falta el respeto, a partir de marzo los señores legisladores cobrarán “de una” un aumento del 24%, lo que llevará sus haberes a una suma aproximada a los $ 50.000, con o sin presentismo, como ya se sabe. Néstor Kirchner no se sentó en su banca más de una vez mientras fue diputado, y yo no creo que le hayan descontado el presentismo. ¿Habrá sido porque presentó un certificado médico probando que estaba con urticaria? Pero es claro: la Sra. Presidente necesita mucho más de los votos de diputados y senadores que de la educación. Bah, la verdad es que no necesita de la educación, porque sabe (y le conviene) que estos alumnos de hoy en 20 años van a gobernar el país. Serán militantes, luego punteros, después diputados, y mientras nosotros seguiremos pagando los impuestos. Aunque calculo que para esa época no existirá más la educación, como decía Borges en "Utopía de un hombre que está cansado", que de paso recomiendo leer y me muerdo por no tener lugar para agregar de ahí un párrafo genial. Pero lo haré otro día. Y en cuanto a su “mandada de parte” respecto al presupuesto educativo, el "Señor Presidente" (debería escribirlo con mayúsculas) Arturo Umberto Illia, destinó el 25 % del presupuesto a la educación. ¿No habrá sido uno de los motivos por los cuales el peronismo se confabuló con los golpistas para derrocarlo? ¿Cuánto queda ahora para los docentes en el presupuesto educativo, después de descontar proyectos y mantenimiento del sistema, notebooks, libros y útiles, personal de maestranza, propaganda, etc. etc.? ¿Por qué no se calcula el presupuesto comenzando por lo primordial que son los maestros y profesores, definiendo un sueldo digno a nivel de la realidad actual? Eso tiene que ser después complementado por todo el resto, y no que los sueldos sirvan de variable de ajuste para todas las elucubraciones políticas que se hacen con los fondos públicos. Sra. Presidente: Yo soy abogado y docente. El tema de la paritaria es un problema suyo, porque es Ud. quien pretende que vivamos con un salario mínimo de $ 3.500, que es la mitad de lo necesario para sobrevivir, mientras su salario, que se fija Ud. misma, es más de diez veces mayor que el mío. Y yo, en casi 23 años de ejercer la docencia, tengo UNA SOLA LICENCIA, y la pedí sin goce de sueldo. Y si tengo disfonía, resfrío o urticaria, (y también si me opero, como me pasó) voy igual a la Escuela, como hacemos casi todos, aunque a algunos les convenga contar otra película. Cuando Ud. esté en condiciones de leer esta página (¿no puedo hacerme ilusiones?) yo estaré haciendo paro en defensa de mis derechos y de los derechos de mis ¡compañeros!, porque más vale morir de pie que vivir de rodillas. ¡Y que le haga provecho el descuento! Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

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