jueves, 13 de febrero de 2014

Torneos y Competencias

Torneos y Competencias - Editorial del 14 de febrero de 2014 El título de hoy es un obvio juego de palabras entre los anteriores responsables de las trasmisiones del fútbol de primera división de la AFA (hasta 2009), y la feroz disputa que se ha generado entre quienes querían modificar la estructura del Fútbol para Todos, y quienes querían que todo quede como está, con el conocido triunfo de los que no aceptaban el cambio. Las fuentes extraoficiales dicen que la Presidente llamó a Grondona y le ¿pidió? que saquen a Tinelli. "Se creyó que tiene más poder que yo", le dijo. La frase fue revelada por una fuente directamente involucrada en las negociaciones por la transmisión y define mejor que nada el resultado de la ofensiva de La Cámpora contra el empresario televisivo. Las quejas de la agrupación kirchnerista por los cambios que se pretendía imponer en una de las mayores herramientas de propaganda del Gobierno fueron atendidas por Cristina Kirchner, que también se enojó con Tinelli por sus ironías en Twitter contra Hebe de Bonafini y decidió dejarlo fuera del proyecto. La Cámpora había exigido, entre otras cosas, la continuidad en las transmisiones de "periodistas militantes", como Javier Vicente y Alejandro Apo. Tinelli había aceptado esa condición. Pero eso no fue suficiente para su propia continuidad. La disputa por los nombres de los periodistas fue uno de los puntos de conflicto y el hecho de que quedaran Apo y Vicente dejó a Tinelli golpeado políticamente, porque una condición prácticamente sine qua non eran los anunciados ingresos de Sebastián Vignolo, Mariano Closs, Juan Pablo Varsky y Diego Latorre. Máximo Kirchner, el hijo de la Presidente, resistió los nombramientos, a favor de los periodistas históricos de FPT, esencialmente porque son chupamedias consuetudinarios. De todos modos, FPT seguirá pagando los derechos a la AFA de $ 1700 millones anuales por televisar el fútbol local y transmitirá la propaganda oficial en sus tandas publicitarias. Eso no cambiará. Y eso que una cosa es postular la posibilidad de acceso al fútbol del que no podría pagar un servicio de cable (lo cual ya es bastante cuestionable, ya que estamos hablando del Estado brindando un entretenimiento, y no de hospitales o educación), y otra cosa es decir que es una herramienta para hacer política. Capitanich, que sigue haciendo gala de su ilusión, dijo: "Quiero terminar con las operaciones alevosas de que hay una supuesta injerencia de La Cámpora. Sus integrantes son compañeros que nos ayudan a trabajar por un país mejor", dijo. Los hechos demostraron que volvió a quedar "del tomate". Todo iba más o menos bien hasta que, por Twiter, la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, que hizo de vocera de La Cámpora, le "mandó a decir" a Tinelli que FPT "no está hecho para hacer plata sino para hacer política, tal como dijo Néstor". Tinelli le hizo RT desde su cuenta y agregó: "Y bueh, sería bueno que se pongan de acuerdo". ¡Y esa misma noche lo dejaron fuera del proyecto! "Torneos era parte de los secuestradores de los goles y ahora les volvían a dar todo. Plata, periodistas y producción. Era un negocio de pocos", señalaron en las "usinas camporistas". "Todos querían condiciones. Pero el tema que hizo estallar todo fue la plata. IDS Sports tenía que cobrar mucha plata. Los periodistas como Mariano Closs y Sebastián Vignolo se llevaban sueldos altísimos y La Cámpora no aceptaba que los pague el Gobierno. La orden ahora es bajar los costos", afirmaron en FPT. De todos modos, Marcelo Araujo y Julio Ricardo no trabajaban gratis hasta el año último. Pero la diferencia clave es que eran hombres del "proyecto". Además, la transparencia en la circulación de dinero no era la mejor. Los sueldos y gastos se canalizaban a través de El Farolito Enterteinment, cuyos movimientos nunca fueron difundidos. La cosa llegó a tanto que Tinelli retuiteó un mensaje de otro tuitero: "Lamentablemente el fútbol es un arma política y nadie se preocupa por la calidad del producto. Entusiasmaba el nuevo proyecto, una lástima". Como para ir concretando nuestra visión de las cosas, va quedando claro cómo una mujer y su hijo, integrantes de una familia enferma de ambición y poder, han llegado a convertirse en los dueños de un país y de la vida de 40 millones de personas. ¡Que nadie me diga que esto es una democracia y que vivimos en una República! En realidad es patético que nuestro país gaste dinero en fútbol, y no les pueda dar aumento a los maestros, a los policías, a los médicos y a los jubilados. No vivimos en Suecia o Canadá, ni mucho menos Australia, como nos quiere hacer creer la Presidente. Estamos a siglos de esos países, y más haciendo estas cosas: tirando dinero de los contribuyentes, porque el Fútbol para Todos no es gratis. ¡Qué ironía! Pum para arriba, santo y seña de Tinelli, y le hicieron estallar por los aires su proyecto de convertir el viejo programa "Fútbol para todos los kirchneristas" en un nuevo ciclo, llamado justicieramente "Fútbol para Todos". Otra vez la señora poniendo a la gente en su lugar. Con la ingenuidad que le conocemos, Marcelo creyó que sabía más de fútbol y de televisión que Máximo Kirchner. Creyó que los tiempos de la propaganda política, altar en el que Víctor Hugo se inmola cada día, habían pasado. Creyó que era más fuerte que La Cámpora y que Hebe. Creyó que Vignolo y Varsky eran mejores que Vicente y Apo. ¡Creyó en el poder de Capitanich! Marcelo, perdón que te lo diga: te creíste todo, y esto era una "jodita para "VideoMatch". (Este párrafo es textual de la nota titulada "Boudou y Tinelli, pum para arriba", firmada por Carlos M. Reymundo Roberts en La Nación del pasado sábado 8 de febrero) Como dije más arriba, Hebe de Bonafini advirtió al empresario que el programa Fútbol para Todos "no está hecho para hacer plata" sino "para hacer política, como dijo Néstor (Kirchner)". Pero la dictadura también usaba al fútbol para hacer política. Hay que volver a leer "Montoneros. La soberbia armada" de Pablo Giussiani. Allí Giussiani explica como los extremos, que en el discurso están contrapuestos, en la metodología, práctica y procederes son lo mismo. A los menores de 45, les recomiendo que lean ese libro. La corpo de los DDHH lo dejó fuera de la historia oficial contada por el corporativismo peronista, de las editoriales y librerías, aun las que venden libros antiguos. Pero algunos lo tenemos. Hace años, en un discurso ante la Asamblea de la ONU, Néstor Kirchner dijo que los argentinos éramos hijos de las Madres de Plaza de Mayo y de las Abuelas de Plaza de Mayo. Todos conocemos que cuando se habla de las Madres, asoma la imagen de su figura representativa, que es Hebe de Bonafini. El problema es que ahora esta señora entiende que política en Argentina no es la posibilidad de ejercer un poder democrático en beneficio de la sociedad y en pos del desarrollo del país y de las generaciones futuras, sino que es más bien un juego de poder. Y que instrumentos como Fútbol para Todos no sirven más que para captar votos de gente que no tiene posibilidades de prosperar y que con espejitos de colores, mediatices y huesos, como lo es FPT, se vuelven seguidores porque no les han enseñado ni permitido aprender que hay otras cosas a las cuales aspirar en la vida. Esa es la política que el kirchnerismo apoya; ese es el modelo que Hebe de Bonafini promueve: una máquina de crear resentidos que no ambicionan el crecer y mejorar en todo sentido, sino solo ver caer a los que día a día se esfuerzan en pintar como enemigos. Llegamos al lugar en el que la clase dirigente puede declarar que va a utilizar fondos públicos en beneficio propio. Decir descaradamente que Fútbol para Todos es para hacer política. Mezclar fítbol, que es un deporte, con política, podría ser creíble si en los intervalos de la trasmisión se permitieran campañas publicitarias de Macri, de Lilita Carrió, o de quien fuera, porque tendrían derecho ya que es la plata y recursos de todos. Sin embargo esos "vivos", porque los dejamos, usan la plata del Estado de todos y todas para hacer publicidad solo de ellos. Porque también en la TV Pública, después de 6,7,8, tendría que venir un programa llamado 8,9,10 y que sea de Binner, De la Sota y Massa. Para ser justos. Durante la campaña de Raúl Alfonsín se hizo famoso el cántico "que vamos a ser gobierno otra vez, como en el '63", haciendo referencia al triunfo de Arturo Illia el 12 de octubre de ese año. Ahora los creativos publicitarios podrían prepararle al kirchnerismo otro cántico: "Que vamos a ser política del "Fútbol para Todos" y de "6,7,8", como en el '78". ¿Lindo, no? Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

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