jueves, 5 de mayo de 2016

PA ELLOS

PA ELLOS – Editorial del  de mayo de 2016
El director del PAMI, Carlos Regazzoni, afirmó el martes que esa obra social de los jubilados "no fue una isla en la Argentina de Lázaro Báez", al denunciar que en la gestión kirchnerista se gastaban "unos 500 millones de pesos anuales en compra de medicamentos que no iban a los afiliados y que iban a los circuitos mafiosos".
"Encontramos casos de corrupción gravísimos que ya hemos denunciado en la justicia. Hubo auditorías que denunciaban estas irregularidades que fueron ignoradas", indicó el funcionario.
Durante su exposición en la Cámara baja, confió que gran parte de los medicamentos que compraba el organismo eran "para revender" e incluso señaló que se descubrieron "sitios de venta por Internet donde se vendían paquetes de pañales del PAMI".
Además, denunció en un comunicado que "había clínicas fantasma que le cobraban al PAMI, viajes en ambulancia facturados que nunca existieron, sillas arrumbadas en depósitos, prótesis por las que se pagaban 4 ó 5 veces más que su precio de mercado, y todo esto no lo vamos a ocultar", dijo.
“Cuando llegamos al PAMI encontramos 16 mil sillas de ruedas oxidándose en galpones. Son 16 mil argentinos olvidados”, graficó.
Reggazoni contó que descubrieron, además, la existencia de dos clínicas fantasmas que supuestamente le prestaban servicios a la obra social de jubilados y pensionados. “Le facturaban al PAMI $25 millones por internaciones que no hacían”, sostuvo.
“No sólo no se controlaba, se usaba el control para robar. Así estaban auditorías millonarias que habían contratado”, afirmó el funcionario.
¿Cómo se puede describir sino de lesa humanidad el ver 16.000 sillas de ruedas oxidadas, si eso no significaba haber sometido a tortura física y psíquica tanto a jubilados como a discapacitados que también tienen esta obra social? ¿Cuántas personas que no se pueden movilizar han tenido que permanecer en sus camas días tras día, sin poder siquiera tomar un poco de sol? ¿Cuánta tortura a sus familiares que veían el deterioro que eso les significaba para sus seres amados y no tener el dinero para comprar esa silla y dejar de depender de estos torturadores?
Hay que reconocer que la asociación ilicta fue coherente: les robó a los bebes con el plan Qunita, a los abuelos en el PAMI y al resto con la Obra Pública, “Sueños Compartidos”, la importación de gas, ¡hasta acá en nuestra provincia tuvimos el “Sueño Entrerriano”, para no quedar atrás!
Mientras tanto nos preguntamos ¿Qué (no) hace la Justicia a través de un Fiscal o de un Juez de Instrucción con el exdirector del PAMI, Luciano Di Césare ? Nada.
Me acuerdo de la imagen de un enfermo improvisando una silla de ruedas con un carrito de supermercado y una silla de plástico en uno de esos increíbles hospitales del conurbano bonaerense.  La pasaron por TV hace un par de años,  en  un lugar destruido y lleno de pacientes y profesionales intentando hacer algo por ellos.
Nosotros hace años que andamos por la calle juntando tapitas para el Garrahan. Dos millones se necesitan para canjearlas por una silla de ruedas. ¡Y estos delincuentes las tenían tiradas!
Todo lo planteado es absolutamente cierto. La calidad del servicio se ha ido deteriorando con el transcurrir del gobierno anterior y ha basado su subsistencia en la buena voluntad de profesionales, técnicos y personal administrativo (no en la totalidad de todos los mencionados). Con claros arreglos espurios con representantes gremiales y a espaldas de los representados, como es costumbre, y sin el más mínimo respeto para quienes son el objeto del sistema, los jubilados. No sólo se ha descuidado la calidad asistencial en los segundos niveles (clínicas y sanatorios) sino que se han firmado reiteradamente contratos con la industria farmacéutica en detrimento de los intereses de los afiliados y del Instituto. No es menor además el congelamiento que han sufrido los médicos de cabecera en el valor de la cápita, que verificó un solo incremento del 20% en los últimos 5 años. Si la actual conducción del PAMI quiere mejorar los estándares asistenciales deberá indefectiblemente sentarse con los prestadores del primer nivel y acordar valores razonables para la prosecución adecuada de las prestaciones tanto para los pacientes, esencial, como para los profesionales
Y si alguno tuvo una buena experiencia con el PAMI en estos doce años (nosotros, particularmente, no), eso no quita el descalabro y el robo producido, y en detrimento  de los que justamente menos tienen. Es por ello que, como bien decía Robespierre,”en un abrir y cerrar de ojos hay que limpiar; cueste lo que cueste, y caiga quien caiga”.
Se debe hacer una investigación como corresponde, documentarla, buscar todos los antecedentes y luego con la documental hacer la denuncia para que los responsables paguen sin que puedan refutar nada de lo denunciado. Eso es lo que hicimos nosotros, aunque todavía sin resultados, con un caso grave que nos sucedió. Y eso que tenía la ventaja de ser abogado y no necesitar quién me represente. Con dolor digo que mi suegra murió en manos de estos delincuentes, y en su homenaje es que escribo este editorial, para que, en una de esas, lo que le pasó a ella sirva de ejemplo de lo que a nadie más le debe pasar.
Lo que sí resulta raro de las declaraciones de Regazzoni es que tardaron seis meses en darse cuenta, ya que significa que ahora no estamos mejor si tardamos tanto tiempo en encontrar las 16.000 sillas de rueda. Hay algo que falla. Ruego que mejoremos.
Pero de todas maneras  espanta el  criterio de algunos a los  que le parece más grave que no hayan detectado las maniobras que el hecho de haber acumulado las sillas y no haberlas  puesto a disposición de sus destinatarios. Y, si como dicen alguno, las sillas “no andan”, supongo que en ellas habrá material de sobra para por lo menos conseguir repuestos para rearmar con las partes que sirven aunque sea la mitad.
Me acuerdo cuando Jorge Lanatta, en uno de sus programas, denunció esto y sacó la foto de la silla de ruedas en la que estaba sentada Cristina cuando habló por Cadena Nacional de la muerte de Nisman. Negaron todo; trataron a los denunciantes de mentirosos; esta gente no tiene perdón. Estos corruptos llevaron a quienes debían cuidar, que son los que más necesitan del cuidado del estado, a extremos de humillación y falta de respeto.
Me parece excelente que se investigue, encarcele, multe o lo que haga falta a los que hicieron eso, pero, por favor, hagan que el PAMI funcione y preste mejores servicios que antes si es que ahora no hay corruptos en la conducción.
Insisto. Si como dicen, esas sillas son las que se devuelven, quiere decir que se reutilizan. No deberían estar tiradas. Si no les hicieran falta al PAMI (no lo creo), entonces podrían donarlas a hospitales nacionales y a geriátricos. Pero la desidia con la que se manejan los bienes públicos es bestial.
Lo del Pami pareciera no tener solución. Hace muchos años que diversos delincuentes de todo pelo y linaje (funcionarios públicos, prestadores, clínicas, farmacias, médicos, otros profesionales vinculados a la salud) vienen explotando a la obra social de los jubilados, como verdadero botín de guerra. Roban, falsifican, adulteran, presentan facturas truchas; un drama para nuestros ancianos que con justo derecho reclaman por una buena atención sanitaria justo cuando más la necesitan, y que por culpa de este entramado mafioso se ven privados de ella. Lo ocurrido con el PAMI no escapa a la regla. Es tan solo una muestra más de la fenomenal corrupción que imperó durante el kirchnerismo, creador, artífice de ese inmenso muladar sin parangón en la historia nacional.
Yo buscaría inmediatamente los antecedentes de los llamados a licitación para ver quién proveyó al PAMI estas sillas de ruedas, y si cumplen con las condiciones técnicas mínimas requeridas.
Sospecho que, al negocio de la sobrefacturación, le deben haber agregado la "descarga" de sillas defectuosas, que quedaron arrumbadas para que no salte la segunda parte de este infausto "negocio".
Volviendo a Robespierre “Toda especulación mercantil que yo haga a expensas de la vida de mis semejantes no es comercio, sino latrocinio y fratricidio”.

                                      Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

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