jueves, 19 de enero de 2012

Al enemigo…ni pescado

Al enemigo…ni pescado - Editorial del 20 de enero de 2012
El folclore político argentino recuerda muy especialmente el discurso del general Perón, y en especial su desgraciada frase, “al enemigo ni justicia” pronunciada en el fragor de la batalla de los últimos meses de su segundo mandato. El 31 de agosto de 1955 se vivía en la Argentina un clima de tensión y odio como pocas veces hemos experimentado, lo que culminó, como es sabido, con el golpe del 16 de septiembre.
Pero ya el mismo Perón, en su documento llamado “Actualización doctrinaria para la toma del poder” había expresado que el justicialismo creó un apotegma que dice que "para un peronista no puede ni debe haber nada mejor que otro peronista", para luego manifestar: “Entonces, ¡cómo es posible que un señor que está en la misma lucha esté luchando contra otro peronista, cuando tiene un enemigo contra quien naturalmente debe luchar!”
Y sigo transcribiendo, textual, del mismo documento: “El Movimiento tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro: quién no lucha contra el enemigo ni por la causa del pueblo, es un traidor. Quien lucha contra el enemigo y por la causa del pueblo, es un compañero. Y quien lucha contra un compañero es un enemigo o un traidor”.
La lectura del resultado de las elecciones del pasado 23 de octubre en nuestra provincia, pero más especialmente en Basavilbaso, nos indicaba a priori un escenario por lo menos problemático entre el Frente para la Victoria y el Peronismo Federal, tanto en lo que tenía que ver con la exclusividad del derecho a llamarse peronista, cuánto a la disputa por los sectores de poder que le corresponden a cada uno.
Para los lectores que no son locales, y con más razón para los que no viven en Entre Ríos, debemos aclarar que Jorge Pedro Busti, que fue gobernador de la provincia en varios períodos, y que no pudo conseguir a tiempo la reforma constitucional que le permitiera ser relecto por períodos consecutivos, conformó un nuevo espacio político con el que pretendió crear un micro clima contra el arrastre nacional del kirchnerismo. Si bien el resultado en la provincia no lo favoreció, perdiendo protagonismo, se hizo fuerte en cinco municipios, en los que en base a la fortaleza de dirigentes locales (en nuestro caso Horacio Fabián Flores, relecto diputado provincial y Silvio Valenzuela, nuevo Intendente) superó a los candidatos del FpV.
Ahora bien, ya inmersos en la realidad cotidiana de gobernar y ser gobernados, los fantasmas del pasado se hacen presentes, interponiéndose entre dirigentes y dirigidos los mezquinos intereses personales de los que están siempre arriba, y a los que bien poco les interesa hacer de la política el arte de lograr el bienestar general.
Ya en esta página he dedicado varias líneas, e incluso algunos títulos expresivos, a la pasión demostrada por el kirchnerismo, pero muy especialmente por la actual Presidente de la Nación, por encabezar campañas supuestamente destinadas a hacer llegar “a todos” los beneficios conseguidos hasta ahora por unos pocos. Así, y según las oportunidades y los requerimientos coyunturales, nacieron adefesios tales como el de “Milanesas para todos”, “Televisores…”, “Heladeras…”, “0 km…”, “Carne…”, la mayoría de corta vida y aprovechados solo por unos pocos allegados y avisados con tiempo.
Uno de los que quedó vigente, y que a propósito no incluí en esa enumeración que no es taxativa (puede que me haya olvidado de algunos, pero será justamente porque ni siquiera sirvieron para que uno se acuerde de ellos) ha sido el llamado “Pescado para todos”, y eso seguramente porque habrá detrás de eso algún conveniente negocio.
Pero la cuestión es que, y acá comenzaremos todos (espero) a entender la razón de lo que hasta aquí escribí, el pasado miércoles 11 de enero se reinició la campaña en nuestra querida provincia, por la que se ofrecerá merluza a 16,50 pesos el kilo; medallones de merluza a 19; calamares enteros a 20,50; langostinos a 31; y cazuela de mariscos a 28. De la misma forma que en anteriores oportunidades, no se han fijado límites para la compra de tales productos, quedando a consideración de los consumidores las cantidades a adquirir.
Pero, seguramente por purísima casualidad, y sin que esto tenga nada que ver con revanchismos, pases de factura ni indicios de cómo se resolverá en el futuro la asignación de recursos a los pueblos y ciudades entrerrianos, la lista de 18 municipios a los que les tocó ¿en suerte? recibir a los camiones expendedores, no incluye a Basavilbaso, Colón y María Grande (gobernados por el Frente Entrerriano Federal) ni a Bovril, Federación, Federal, Maciá y Villa Elisa (gobernados por el radicalismo).
Me resulta sintomático que hasta ahora nadie haya pedido explicaciones acerca de la razón de la sinrazón. Es extraño que los ciudadanos permanezcamos tan impasibles ante esta evidente discriminación, que si bien por ahora solo se refiere a la imposibilidad de adquirir a precios más accesibles un producto alternativo para la alimentación, y sumamente recomendado por tener entre sus componentes el Omega 3, una grasa esencial para el organismo, que parece ser por ahora privativo de los que no se equivocaron y votaron la lista completa de Cristina, es un gesto indicativo de futuros procederes.
Ya sé que alguno podrá suponer que estamos dando por el pito más de lo que el pito vale, pero si eso fuera así, y la omisión de la presencia del Programa en los pueblos y ciudades gobernados por la “opo” fuera en sí mismo intrascendente, también lo seria el Programa., con lo que se me estaría dando, finalmente, la razón acerca de que la demagogia es la única finalidad de lo que ya denominé alguna vez “Mentiras para todos”.
No creo ser aventurado si predigo que las desventuras de los basavilbasenses no terminarán con la merluza, ni mucho menos. Si seguimos así, y no reaccionamos, quedaremos afuera, en los próximos cuatro años, de las ventajas que Entre Ríos pueda conseguir para distribuir entre los que habitamos dentro de esta provincia a la que “un fresco abrazo de agua la nombra para siempre”. ¡Y todo por no haber votado a Sergio y a Cristina!
“Los alimentos necesarios para el hombre son tan sagrados como la vida misma. Toda especulación mercantil que yo haga a expensas de la vida de mis semejantes no es comercio, sino latrocinio y fratricidio” (Robespierre, “Sobre el abastecimiento de los artículos de primera necesidad”, dado en la Convención, Paris, el 2 de diciembre de 1792).
Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

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