jueves, 15 de agosto de 2013

Dos tipos audaces

Dos tipos audaces - Editorial del 16 de agosto de 2013 "Dos tipos audaces" era una serie de televisión británica de los años 70 protagonizada por Tony Curtis y Roger Moore. No por casualidad en inglés se llamó The Persuaders (Los Persuasores) lo que tiene que ver también, y mucho, con que la hayamos elegido para titular la página de hoy. Aunque el tema va a ser más variado, es necesario analizar la razón por la cual en Entre Ríos Jorge Pedro Busti, que se quedó sin aparato cuando sus "fieles" aliados se pasaron al urribarrismo porque "billetera mata galán", y Alfredo De Angeli, cuya máxima expresión es y ha sido que "el kirchnerismo está destruyendo al campo", hayan logrado pasar a ser la segunda fuerza en la provincia, superando a un partido con más de cien años de historia y presencia, pero que se olvidó de que nació como expresión de las necesidades del pueblo, y no solamente de ciertos y determinados sectores. Hay que entender que salieron terceros detrás de un amplio y quizá desideologizado frente que conformaron desde los seguidores de Seineldín hasta los ex progres centro izquierdistas de Leissa y Martínez Garbino, pasando, obviamente, por los "Dos tipos audaces". Pero también desde el gobierno de Urribarri se debe comprender que la más de media docena de puntos perdidos entre la última elección y esta, pueden ser analizados como una pérdida "normal" para procesos de medio término (como lo es una elección interna, aunque sea como esta, abierta y simultánea) o, como una preocupación que anticipa o preanuncia nuevos comportamientos. El tema es ver cómo se termina incorporando esto a la realidad política de la provincia. A nivel nacional, los "intelectuales" del gobierno dicen que hay que cambiar la actitud y buscar el diálogo (¿después de una "década ganada" se dieron cuenta de ello?), mientras que los dirigentes del principal partido de la oposición vuelven otra vez al versito de la autocrítica, que nunca harán, porque en realidad debería empezar por su propio ostracismo, dejando lugar a quienes, con años de militancia, pero también con acciones comunitarias y desinteresadas, han demostrado su responsabilidad y su capacidad. Porque resulta que muchos se arrogan el derecho al veto de ciertas candidaturas, pero a la hora de los negocios no hesitan en juntarse con la lacra. Hay que tener mucho cuidado porque el mal resultado global que sacó el kirchnerismo, y el pésimo que logró en algunos distritos como la propia Santa Cruz o en La Rioja, lo están llevando a decir que aunque apenas se trató de una interna abierta, los que les ganaron "ya están exultantes y se animan a amenazar". Ellos entienden tan mal la democracia que desde ahora en adelante van a intentar convencer a la gente de que TODOS los que no votan al Frente para la Victoria forman parte de un plan urdido por los poderosos y cuyo supuesto propósito no es ganarle a los K, sino "hacer tronar el escarmiento". Por eso insisten en hacernos creer que cuando se dice que las políticas públicas de este gobierno han sido pésimas, se hace para crear una crisis profunda que permita cargar todas las culpas sobre estas políticas. Nosotros, desde Crónica, hemos sido críticos de este gobierno, y no es nuestra intención, de ninguna manera, que se haga pedazos o que "truene el escarmiento". Solamente pedimos que la lectura de estas elecciones le haga ver al gobierno nacional (y también al provincial, ¿por qué no?) que se debe escuchar al otro, y que las verdades no se dicen solamente en "6,7,8" o en CN23 o en el medio oficialista de que se trate. Esta nueva lectura de la realidad política que nos dan las PASO tiene que servir para que de una vez por todas se sinceren y reconozcan que el índice de inflación es una mentira; que los enriquecimientos ilícitos de los funcionarios son una inmoralidad; que la pobreza y las villas miserias siguen existiendo; que la educación y la salud públicas son de una calidad desastrosa (solamente mantenida por los que en ellas trabajan o los que apoyan desde las cooperadoras, porque todo lo demás es mero interés propagandístico y solo les preocupan las inauguraciones); que la delincuencia ha crecido, muchas veces al amparo de quienes la tienen que combatir; que se está alentando otra vez, como hace sesenta años, la división entre argentinos; que la mentira y la corrupción son realidades palpables, evidentes, burdas y generalizadas en toda nuestra Argentina como nunca jamás antes en toda nuestra historia. ¿O sí? Alguna vez transcribimos aquí un párrafo del discurso que pronunciara Ricardo Balbín en la sesión del 29 de Septiembre de 1949, de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación en la que se trataba su desafuero para juzgarlo por orden de Héctor J. Cámpora, que presidía el cuerpo, y hoy vamos a usar otro, sumamente elocuente: "Demasiadas ventajas tiene el peronismo. Son excesivas las ventajas. El Presidente o el jefe del partido -no sé cuándo habla de una o de otra manera, porque se confunde en los discursos-, ¿cómo quiere que respondamos nosotros cuando dice que somos antipatrias? No sé cómo tenemos que utilizar nuestro lenguaje para contestarle cuando dice que somos traidores al país. ¿Qué lenguaje hemos de usar para decirle al pueblo que no somos antiargentinos dentro de la República? ¿Cómo tengo que conducirme en mi oposición frente a un Presidente que confunde bandera y divisas, se comporta como él quiere y agravia en las condiciones que se le antojan? Es difícil la conducción y la réplica". "No he aprendido todo lo que puede hacer un oficialismo desbordado, pero estoy resuelto a sufrirlo todo para que no lo tengan que sufrir las generaciones futuras...Nosotros tenemos sentido de futuro, no barriga de presente..." "Todos los triunfadores tienen la creencia de su perpetuidad; todos los triunfadores creen que vivirán sus vidas enteras en el triunfo. Cuando una minoría les dice que están equivocados y que algún día los vencerán, se ríen, como se ríen ustedes ahora...Pero nosotros que tenemos la vieja experiencia de nuestros sacrificios, sabemos que esto termina, y como no trabajamos para nosotros, sabemos que nuestros hijos llegarán a tiempo." La señora Presidente tendría que haber dicho el domingo, por cadena nacional, algo así como: "El pueblo ha hablado, claro y fuerte. Tomo nota, y acepto el veredicto de las urnas. Evidentemente hemos fallado en varias cosas. Convocaré a gente idónea tratando de dar solución lo más urgente posible a las demandas principales de la sociedad argentina. Y, como dice el Papa Francisco, 'recen por mí'". Lamentablemente intenta convencer a toda la audiencia de los graves problemas que van a suceder si cambia el gobierno. Es triste, porque busca recursos que no existen, como por ejemplo decir que en ningún medio se mencionó que ganaron en la Antártida o en los pueblos Qom. Eso ya pasó en la época de Menem, cuando previendo un resultado desastroso rescató el triunfo en el por entonces ignoto pueblo llamado Perico, en la provincia de Jujuy. Los problemas, a pesar del inédito crecimiento, son muchos y los más graves son los relacionados al trabajo en negro y a los núcleos duros de pobreza que, sin llegar a parecerse a los tiempos de crisis, son lacerantes. No es justo que algunos crezcan tanto y otros aún vivan en situación de pobreza. Este estado de cosas habla (además de todo lo que dijimos más arriba) de una mala distribución, y la razón de esa mala distribución está principalmente en el trabajo en negro, en no haber podido resolver este flagelo que es inmenso. En Entre Ríos, tan ligada al agro y a la agro-industria, hay muchos trabajadores a los que, a pesar de poner el lomo como corresponde, no les alcanza para vivir y entonces es el Estado el que tiene que acudir en su ayuda. Esto no puede seguir siendo así, y para ello el gobierno debe garantizar que quien trabaja cobre bien y no sea explotado. Como decía (y escribía) por estos días un valiente amigo radical, desencantado: "Estoy convencido que la política es una estrategia sin tiempo como lo postulara Hipólito Yrigoyen, y que la lucha debe ser diaria, ardua y hasta el final, haciendo lo que se debe y no lo que se quiere, sin dobleces ni especulaciones menudas". Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

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