jueves, 24 de octubre de 2013

Emergencia Para la Victoria

Emergencia Para la Victoria - Editorial del 25 de octubre de 2013 La Ley de Emergencia Pública y de Reforma del Régimen Cambiario, Nº 25.561 fue sancionada el 6 de enero de 2002, en plena crisis política, económica y social en la Argentina, tras el paso efímero de cuatro presidentes, y luego de la renuncia del presidente Fernando de La Rúa. La norma delegaba al Poder Ejecutivo la facultad de "reordenar" el sistema financiero, bancario y del mercado de cambios; de establecer el sistema para determinar la relación de cambio entre el peso y las divisas extranjeras, y dictar regulaciones cambiarias, modificaba la Ley de Convertibilidad. Reestructuraba las obligaciones originadas en los contratos entre particulares, no vinculadas al sistema financiero, el canje de títulos y la protección de usuarios y consumidores, entre otros temas. Además, la ley otorgaba al Banco Central facultades como "comprar divisas con sus propios recursos o emitiendo los pesos necesarios para tal fin, y venderlas, al precio establecido conforme al sistema definido por el Poder Ejecutivo Nacional". Al mismo tiempo fue implementado el impuesto al cheque, a través del cual el Estado recauda el 0,6 por ciento de cada cheque que se deposita y el mismo porcentaje del que se cobra, de manera que el cliente no puede evadir el pago. La Ley de Emergencia y Reforma del Régimen Cambiario, delegaba en el Poder Ejecutivo la facultad de "reordenar" el sistema financiero, bancario y de cambios, pero en un escenario, repetimos, de una crisis que no quisiéramos que se repitiera nunca. El tema es que durante esta “década ganada” (yo creo que los integrantes del gobierno de lo que se jactan realmente es “de cada ganada”) cada año vuelven a ratificarla, en una muestra cabal del deterioro económico en que nos han sumido. Para cualquier analista político, aun cuando fuera pesimista, le hubiera sido impensado en aquél momento (2001/2002), que semejante engendro durase ahora ya casi doce años, con sucesivos respaldos K. En aquél momento, reitero, fue aprobada por la real emergencia en que nos encontrábamos, y la idea era que tuviera vigencia solo hasta poder equilibrar las cuentas fiscales, otorgándole al PE una herramienta tan poderosa como institucionalmente peligrosa. Al revalidarla sucesivamente, el Congreso demuestra, independientemente de su pobre labor parlamentaria, sujeta a los desequilibrios del gobierno y de sus aliados interesados en alguna prebenda, prestándose a dar quórum para lo que se le ordene, el grado de desequilibrio económico con la pantalla mentirosa de un modelo que solo fue paradisíaco en los bolsillos de los K, pero que nos sitúa nuevamente en el peor de los escenarios, sin fondos reales ni proyectos ciertos de solución. En la década del ’90 se robaron las “joyas de la abuela”, y ahora, para no quedarse cortos, incluyeron a la abuela también. En realidad si es que todavía estamos en emergencia económica habría que avisarle urgente a muchos funcionarios y en especial a la Sra. Presidente. Es contradictorio que se hable de que el crecimiento es fabuloso (a tasas chinas), y que la inflación apenas se nota. Las medidas a tomar deben ser en consecuencia y bajar los impuestos, como primera medida previa a la derogación de la citada ley. El oficialismo no pierde la oportunidad de refregarle al pueblo la década de los 90, y resulta que aplican medidas de Cavallo. Ya he dicho acá hasta el cansancio que las declaraciones de los que ahora se muestran como kirchneristas de la primera hora y denuestan la época del menemismo, no resisten un archivo sin que se les caiga la cara de vergüenza. Le pregunto a los lectores: ¿cuantos más actos de corrupción económica, política y moral les hacen falta a los argentinos , para darse cuenta de que lo que hay que exigir es el imperio de una verdadera Democracia, participativa, en la que el Pueblo controle a sus "supuestos" representantes y tenga el poder de revocarles los mandatos? Y no estoy hablando de un golpe, sino de un cambio de sistema. La enfermedad de la Sra. Presidente, y el vacío de poder que la misma generó, más allá de demostrar que le elección de vicepresidentes a dedo (costumbre inveterada del peronismo) causa más problemas que las soluciones que aporta, impone que nos dediquemos a estudiar la posibilidad de hacer una reforma constitucional, pero no para lograr la re reelección, sino para cambiar a un sistema parlamentarista, que permita ese control del que impone la democracia, y que hoy no estamos viendo en la Argentina. Debemos terminar con esta falsa democracia electoral que elige a gobernantes por un tiempo determinado, que debe cumplir sin considerar los hechos cuasi delictivos que pueda cometer durante el mismo, y los mandantes debemos soportarlos. Prorrogar la Emergencia Económica hasta el 31 de diciembre de 2015 es como decir que una persona está enferma, sin hacer el diagnóstico de la enfermedad ni intentar curarla. ¡Emergencia económica! ¿Cómo puede ser? ¿Acaso no vivimos en el País de las Maravillas? Seguir creyendo en las supuestas "políticas de estado" de éste gobierno, es enviarnos a la mayoría de los "ciudadanos y ciudadanas", al horno. Antes pretendíamos ser una "República", ahora nos tenemos que conformar con ser una republiqueta, gobernada por gente en su mayoría sin escrúpulos y en su totalidad ávidos de poder. Esta semana le preguntaban a un diputado K por las razones de esta prórroga, y la explicación fue..."en el mundo viven una crisis económica y financiera terrible, y nosotros la soportamos bien, pero tenemos que estar preparados, y esta es una herramienta...”. ¡Sin comentarios! Para colmo la mal llamada "Ley de Emergencia Económica" cede al Poder Ejecutivo Nacional funciones indelegables del Poder Legislativo. Esta ley viola el artículo 29 y el artículo 76 de la Constitución Nacional. Creo que no es necesario recordarles a los legisladores que están, y a los que vendrán luego de este fin de semana, que la Constitución Nacional dice que "actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria." El pensamiento único es muy (pero muy) peligroso. Khalil Gibran escribió esta historia alguna vez: Había un rey sabio y poderoso que gobernaba en la remota ciudad de Wirani. En el corazón de aquella ciudad había un pozo cuya agua era fresca y cristalina, y de ella bebían todos los habitantes, incluso el rey y sus cortesanos, porque en Wirani no había otro pozo. Una noche, mientras todos dormían, una bruja entró en la ciudad y derramó siete gotas de un extraño líquido en el pozo, y dijo: de ahora en adelante, todo el que beba de esta agua se volverá loco". A la mañana siguiente, salvo el rey y su gran chambelán, todos los habitantes bebieron el agua del pozo y se volvieron locos, tal como lo había predicho la bruja. Y durante aquel día, todas las gentes no hacían sino susurrar el uno al otro en las calles: "El rey está loco. Nuestro rey y su gran chambelán han perdido la razón. Naturalmente, no podemos ser gobernados por un rey loco. Es preciso destronarlo". Aquella noche, el rey ordenó que le llevaran un vaso de oro con agua del pozo. Y cuando se lo trajeron, bebió copiosamente y dio de beber al gran chambelán. Entonces, hubo gran regocijo en aquella remota ciudad de Wirani, porque el rey y su gran chambelán habían recobrado la razón. Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso

No hay comentarios:

Publicar un comentario