jueves, 26 de marzo de 2015

Honestidad

Honestidad - Editorial del 27 de marzo de 2015
La senadora nacional por el Frente para la Victoria, Beatriz Rojkés, discutió con dureza con afectados por las inundaciones en el sur tucumano. Y protagonizó un nuevo escándalo. La esposa del gobernador José Alperovich perdió los estribos ante los dichos de un hombre que le reclamaba por las inundaciones en la provincia.
"Qué te hacés el machito acá. Yo vengo a ayudar. Gracias por tu solidaridad", dijo la senadora y el hombre retrucó: "La gente nos ha colaborado. Usted tiene una mansión allá en la capital provincial, y mire nosotros". La senadora nacional interrumpió al vecino y lanzó una frase que dejó atónitos a los presentes: "Yo tengo 10 mansiones, no una, pero estoy acá. Yo podría estar ahora en mi mansión, pedazo de animal, vago de miércoles", expresó Rojkés.
"La solución que necesitamos son máquinas", explica Cristian Bulacio sobre el duro altercado que vivió cara a cara con la senadora nacional y esposa del gobernador, durante una recorrida en el marco de las serias inundaciones que el Jardín de la República.
Cristian vive junto a su familia en la localidad de El Molino, una de las más afectadas por las inundaciones de las últimas semanas. En su casa todavía pueden verse las marcas del agua y el barro que se llevaron todas sus pertenencias.
"No tenemos nada. Lo poco que uno tenía lo ha llevado todo. Hasta las sillas. No tenemos nada. Ni para hacer una taza de té". Las marcas del agua, de hasta un metro, se advierten en las paredes de la vivienda.
"Ella llegó hasta acá y nada más. No pasó a ver si yo tengo algo o nada", contó Bulacio sobre el breve encuentro con la senadora, quien hasta hace poco era la tercera en la línea de sucesión de poder en el país.
Beatríz Rojkes tiene antecedentes llamativos en la materia. Antes llamó borracha a la familia de una niña asesinada en un barrio humilde de Tucumán; amenazó a los médicos que protestaban por mejores salarios, y cuestionó por no cuidar a sus hijos a las “madres del paco”.
El  diputado y candidato a gobernador de Tucumán por la UCR, José Cano, calificó de "lamentable" al incidente protagonizado por la senadora: “Ella está protegida por el poder de la Presidenta. No hay que olvidar que fue la tercera autoridad del país durante varios años. Cristina Kirchner prefiere ignorar lo que pasa en Tucumán, como si no fuésemos argentinos", cuestionó Cano, que pretende suceder a Alperovich en la gobernación.
He titulado a la página de hoy “Honestidad” porque creo que la esposa de Alperovich se expresó tal como piensa ella y muchos más que, como ella, en vez de representarnos, en realidad detentan el poder. La pobreza que demanda, que cuestiona, que se rebela ante el poder corrupto y desigual no es de su agrado, les da urticaria. 
Aunque al otro día expresó: "no tengo justificativos por lo que dije, hace más de 40 días estamos trabajando sin parar y reaccioné mal por la impotencia de no poder llevar todas las soluciones", a mi entender no queda nada por aclarar: quien quiera oír que oiga, quien quiera ver que vea. Ya no hay caretas que correr, no hay excusas de modelos ni relatos, la dura y cruel realidad de qué son y qué los mueve está a la vista.


La mujer está tranquila, porque, total, después de hablar diez minutos con las víctimas de la inundación se va a alguna de sus “mansiones”, a seguir viviendo en medio de los lujos y la abundancia. El "loco que se insolenta", tiene que seguir en medio del barro y con el agua en las patas, viendo cómo va a seguir su vida después de haber perdido los pocos bártulos que compró con su trabajo. ¿Y el INADI donde esta?
Esta realidad no se puede ver desapasionada y objetivamente. Véalo como el inundado que no sabe cómo va a hacer para conseguir un colchón para que a la noche duerman los hijos, porque los que tenía se los llevó el agua, o véalo como la millonaria que se pasea diez minutos entre las víctimas de la inundación y después se va a su mansión donde el servicio doméstico se encargará de lavarle la “pilchas” que se ensució.
No es la única. El gobierno está lleno de individuos con cero “don de gentes”, que creen que son mejores o tienen más derecho que el resto. Temporariamente encumbrados, se sienten en el papel de dueños cuando son simples empleados nuestros. En algún momento debería llegarles “la hora del escarmiento”, que por supuesto no deberá ser de facto, como se acostumbraba hasta hace 40 años, sino de derecho, o sea iniciarles acciones por el abuso de poder y lo mal habido durante sus funciones.
La estructura ideológica de Beatríz Rojkés es igual a la de todos los que se han enriquecido impúdicamente en esta última década, sobre todo. Una estructura ideológica feudal (mal entendida, porque los que enseñamos Historia sabemos que los Señores Feudales eran mucho más gentiles con sus súbditos de lo que son éstos), donde consideran que la estructura clientelar que recibe ayuda del Estado debería estarles agradecidos, cual vasallos, y rendirles pleitesía. La única diferencia es que la Rojkés tiene menos filtro que otros de sus “colegas”.
Si el kirchnerismo - peronismo busca la justicia social y la inclusión, no puede tener a esta altura del partido gente que sufra inundaciones y la pérdida de sus pocos enseres por falta de las obras de infraestructura  mínimas y elementales, mientras la dirigencia tiene mansiones, pisos de millones de dólares en Puerto Madero, militantes empleados por decenas de miles de pesos; mientras la desnutrición sigue matando chicos y mientras enfermedades hace décadas prevenibles y curables hacen estragos entre la población pobre.
No puede el peronismo, después de décadas de gobernar (sea versión menemista, duhaldista, kirchnerista, o la que sea) seguir teniendo millones de personas sin el servicio elemental del agua potable y cloacas, mientras la dirigencia vive como una verdadera aristocracia. Se puede pertenecer a una organización política y tener determinadas diferencias ideológicas y de conducta. Pero la contradicción entre el bienestar de los gobernantes y la miseria estructural de buena parte de los gobernados, es demasiado grande como para parecer lógica.
Nunca voy a olvidar la imagen de una mujer que, durante las inundaciones de La Plata, cuando fue la Presidenta en helicóptero, mientras Cristina hablaba, le besaba la mano. Eso es tener mentalidad de vasallo. Se inundan porque no se hacen las obras de infraestructura necesaria, y cuando el dirigente va, le besan la mano como agradeciendo que el ser superior se haya rebajado a ir a hablar con ellos. Quiero creer, como dice Fito, que no todo está perdido.
A estos personajes el poder los hace sentirse deidades, por eso se prenden a él con uñas y dientes. Por lo general son piojos resucitados que carecen de la estirpe del gobernante con mayúsculas, patrimonio de los hombres que hicieron grande la Patria aunque no se quiera reconocer. Cuando la Argentina  se masificó se acabó su grandeza, no obstante su riqueza natural que cíclicamente nos salva de zozobrar.
Hay algunos que parece que no entienden cómo funciona el poder y cómo los que lo tienen captan a personas de su misma calaña o que saben que no van a actuar en contra de ellos, para poder perpetrar sus ilícitos sin inconvenientes. ¡Cómo van a existir pruebas si entre ellos se tapan los desastres que se mandan! Aníbal Fernández, Jefe de Gabinete y precandidato a Presidente de la Nación, dijo: "Cuando dice lo de las mansiones, que tiene diez pero está acá, eso no es más que la respuesta a un provocador, con lo cual, por más infeliz que sea la expresión lo que está haciendo es respondiéndole a un provocador que lo que quiere decirle es: 'Usted no pasa por lo que pasamos nosotros'. Y agregó: ‘Lo que tiene de bueno es que se haya disculpado”.
La verdad, hay que ser necio para no ver la impunidad que reina en este país. Impunidad que es una mancha que nos persigue y que nos condena.
                                           Dr. Mario Ignacio Arcusin, para Semanario Crónica de Basavilbaso




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